Uchi no Musume no Tame naraba, Ore wa Moshikashitara Maou mo Taoseru kamo Shirenai

Volumen 7

Epílogo: La Joven y el Paraíso de los Gatitos

Parte 2

Gracias a una presentación de su vecina Sylvester, Dale y Latina tuvieron la oportunidad de visitar la mansión Old Man Ciges. Cuando el veterano escuchó los antecedentes de Dale, su reacción fue: “¿Eres el nieto de Wendelgard…?”. Hubo una intensidad que generalmente no usarías con alguien con quien te encontrabas por primera vez.

Frente a eso, la reacción de Dale fue romper inmediatamente en una reverencia espléndida y pronunciada.

“¡¡Lamento muchísimo todos los problemas que mi abuela te ha causado!!”

El propio Dale no tenía idea de lo que podría haber sido ese problema. Pero en sus largos años como su nieto, Dale había aprendido que, en general, en casos como este, su abuela era la culpable. Y así, por el momento, puso todo de su parte en disculparse.

Los ojos grises de Latina se abrieron de sorpresa por sus acciones repentinas. Y aparentemente Ciges tampoco había previsto que Dale actuara así. Se alisó las cosas aclarándose la garganta, luego comenzó a hablar de ese nombre nostálgico de una manera que decía que había recuperado la compostura.

“Está bien. Si eres el nieto de Wendelgard… Entonces eso también significa que Reinald es tu abuelo”.

Sus hombros cayeron y parecía algo agotado cuando dijo eso.

Old Man Ciges vivía en una de las residencias de clase alta del distrito occidental de Kreuz. Era una mansión espléndida, hasta tal punto que uno se preguntaba si no sería demasiado para un anciano que vive solo. El jardín frente a la casa estaba lleno de flores cuidadosamente mantenidas y desconocidas y utilizaba una forma de paisajismo de alguna nación extranjera.

El interior de la mansión también tenía un aire extraño. Sin embargo, no fue del todo en un estilo extranjero. Dale podía entender eso, tal vez porque había nacido en la cultura única del clan Tislow. Por ejemplo, salir de la sala de recepción donde los visitantes fueron recibidos en un estilo Labandese hizo las cosas más fáciles de varias maneras. Aunque podría decirse que eso solo era posible porque era una mansión lo suficientemente espléndida como para tener espacio de sobra.

Y aunque la sala de recepción a la que los había conducido el sirviente era del estilo Labandese, todavía había algunos toques extranjeros en su ornamentación.

“¡Woooooooow!”

Latina se olvidó por completo de la vista de los numerosos gatos presentes allí. Aunque valoraba mucho los modales, Latina se olvidó incluso de saludar al señor de la casa, en lugar de expresar su alegría y rebotar de un lado a otro. Además de eso, hizo un giro completo mientras estaba en ese estado. Incluso Dale estaba sorprendido por lo nerviosa que estaba.

“¡Dale, gatos, hay gatos! ¡Muchos de ellos! ¡Son tan lindos! ”, Exclamó Latina, con los ojos brillantes mientras miraba a Dale.

“S-Sí…”

Estaba tan abiertamente encantada que Dale terminó perdiendo la oportunidad de reprocharla.

Y desafortunadamente, Dale no fue el único afectado por la forma en que Latina estaba actuando. Todos los gatos en la habitación reaccionaron sobresaltados, juzgando a la joven como peligrosa.

Afortunadamente, Old Man Ciges no se mostró en la sala de recepción hasta que Latina se calmó más o menos. Fue entonces cuando Dale hizo su presentación y “eso” sucedió.

“Reinalt realmente era un hombre capaz. Era hábil no solo con una espada sino también con magia, pero gracias a sus afinidades no podía usar magia curativa. Y así, buscó a alguien que fuera experto en ello… “

“Ah…” Dale dejó escapar una voz extraña al enterarse del comienzo del romance de sus abuelos.

Nunca lo adivinarías por su personalidad, pero su abuela Wendelgard poseía afinidades santas, del agua y de la Tierra, y era una experta en magia defensiva y curativa.

“Aparentemente era una verdadera rompecorazones, por lo que debería haber tenido innumerables parejas para elegir… Entonces, ¿por qué eligió Wendelgard?”

“Incluso como su nieto, no tengo idea”.

Dale no era el único, ya que la mayoría de las personas en su pueblo natal tenían la misma pregunta.

Como el clan Tislow eran cazadores, las técnicas que habían desarrollado utilizaban principalmente el arco. Esa era también la especialidad de Dale, aunque también había estudiado esgrima en un grado justo. Había recibido esa instrucción de su abuelo cuando estaba vivo, así como de su padre Randolph, que también había estudiado con el hombre. Era un estilo destinado al combate real, pero no era completamente autodidacta.

Este viejo que una vez fue uno de los aliados de su abuelo también alabó la habilidad con la espada del hombre.

“Bueno, él también era un poco excéntrico. No buscaba fama o fortuna, y parecía que sus objetivos eran un poco diferentes a los de la mayoría. Quizás su habilidad para manejar cualquier problema que enfrentara era, en cierto modo, un problema en sí mismo”, murmuró el anciano, aparentemente perdido en la reminiscencia. Lentamente extendió su huesuda mano y agarró su bandeja de tabaco de su escritorio. En un movimiento practicado, metió tabaco en la cabeza de la pipa, que tenía un grabado de dragón, y luego siguió fumando sin problemas. Un solo hilo de humo se elevó en el aire.

Dale ni siquiera necesitó detenerse y pensar por qué las acciones del anciano se sentían inusuales. La pipa de Old Man Ciges era de un tipo que no viste en Laband. Dale, sin embargo, había visto uno similar a menudo. Después de todo, tenía la misma forma que la favorita de su abuela.

“Eso es…”

“¿Hmm?”

El viejo Ciges estaba confundido sobre lo que Dale estaba cuestionando, pero luego se dio cuenta de que el hombre más joven estaba mirando su pipa. Usando su muñeca, la balanceó ligeramente hacia arriba y hacia abajo.

“¿Qué hay con eso? ¿Es tan inusual?”

“No, es solo que… mi abuela usa el mismo tipo de pipa. Pensé que era de una nación extranjera, pero…” Dale respondió.

El viejo Ciges frunció el ceño y soltó un “Ah”, luego continuó: “Viene de mi antiguo hogar. Reinalt me pidió que le vendiera varias porque le gustaban las cosas inusuales, pero él mismo no fumaba, ¿verdad? “

“Sí.”

“Wendelgard debe haberlo recibido de Reinalt”.

“Ya veo”, respondió Dale, pensando en la tubería que usaba su abuela. “La pipa que mi abuela siempre usa tiene un grabado de flores en esa porción de metal…”

El viejo Ciges frunció el ceño.

“No debería haber habido algo así entre los que recibió de mí”.

“¿De Verdad?”

“Sí. Los ordené desde mi antigua casa, pero sería difícil hacerlo sin ayuda…”

En algún momento en medio de esa conversación, Latina había aparecido a su lado. El juguete para gatos que agitaba con una mano se balanceaba de un lado a otro.

“¿Estás hablando de que la abuela fuma?”, La joven interrumpió de repente.

“Sí”, respondió Dale, sorprendido.

Latina inclinó la cabeza un poco y luego dijo con indiferencia: “La abuela dijo que el abuelo de Dale le hizo pipa para fumar”.

Aparentemente, la abuela Wen había adorado tanto a la joven que la mujer mayor le había contado historias que ni siquiera su nieto había escuchado. Inmediatamente después de quedar atónito por un momento, sin embargo, aceptó eso como si tuviera sentido.

Durante un tiempo, Latina había estado viniendo repetidamente a los gatos con el juguete para gatos, solo para que huyeran. Sin embargo, con tantos gatos alrededor, no se desanimó, y su vista ahora estaba fija en un blanco encima de un estante que era más alto que alto.

“Ahora que lo pienso, escuché que mi abuelo vino y fue al taller de la aldea hace mucho tiempo, diciendo que quería aprender sobre los detalles detrás del trabajo de los artesanos …”, dijo Dale, recordando algo que había escuchado de los viejos en casa. Como un extraño que se casó con el clan, el abuelo de Dale no sabía nada de las técnicas de Tislow para hacer dispositivos mágicos. Y así, negoció activamente con los artesanos para obtener acceso a su lugar de trabajo. Si bien es posible que no haya ido tan lejos como para tocar las técnicas secretas del clan, no había duda de que al menos se enteró de sus herramientas y materiales.

Mientras Dale recordaba a su abuelo, Old Man Ciges tenía una mirada de vacilación, como si se abstuviera de decir algo.

“Realmente era hábil, capaz de manejar cualquier cosa y todo…”

“La abuela dijo que el abuelo de Dale no era fuerte, pero que era muy útil”, dijo Latina, transmitiendo una declaración que había escuchado de la abuela Wen.

“No, ella solo dijo eso porque es muy anormal”.

“Wendelgard es simplemente un individuo excepcional”.

Ambos hombres negaron esa afirmación al mismo tiempo.

“¿Hmm?”

Los estándares de la abuela Wen diferían enormemente de los del mundo en general.

“Bueno, incluso dejando de lado a Reinalt, existe un cierto grado de demanda de bienes extranjeros entre los diletantes. Después de retirarme como aventurero, usé mis conexiones para comenzar un negocio de importación. Si tiene alguna necesidad, puedo hacer algunos arreglos”.

“Ya veo…” murmuró Dale, recordando que Old Man Ciges nació en una nación isleña en el extranjero. Los países que emplearon Eastern Regional, el segundo idioma más prolífico después de Western Continental (que era el idioma oficial de Laband), consistían principalmente en islas. Cada isla tenía su propia cultura única, y la forma en que se gobernaban también difería mucho de cómo se hacían las cosas en el continente.

Dale asumió que Old Man Ciges provenía de una de esas islas.

“Está fuera de mi campo de especialización, así que no conozco los detalles, pero escucho que los rituales religiosos también varían”.

“Sí… creo que entiendo eso. Quiero decir, incluso hay diferencias entre mi pueblo natal y Laband en general”.

“La tasa de mortalidad de los niños fue relativamente alta en mi lugar de origen. Así que los rituales para rezar para que los niños crezcan sanos son muy comunes”.

“¿Es eso así?”

“La tradición común es que una vez que los niños alcanzan cierta edad, se les ordena ropa bonita y se realiza un servicio en el templo”. Sí… El viejo Ciges de repente cambió su pipa. “Cuando tienen casi la edad de esa chica ahora”.

Su pipa apuntaba hacia Latina, que se estaba volviendo loca por un gatito. Solo había sido por un momento, pero Latina había llegado a mirarlo, y parecía estar acostumbrándose un poco a su presencia también. De hecho, al parecer, el pequeño paquete de curiosidad había sido el que comenzó a mirarla primero.

Latina contuvo desesperadamente la necesidad de acariciarlo (aparentemente estaba aprendiendo) y, en cambio, ofreció un juguete al gatito. La pequeña criatura a rayas grises estaba lista para saltar, y cuando Latina movió el juguete con la sincronización perfecta, el gatito saltó hacia él. La expresión de la joven brilló absolutamente ante la vista. Estaba inundada de alegría al lograr su objetivo de jugar con un gatito.

Al ver esa vista, Dale estalló en una sonrisa.