Uchi no Musume no Tame naraba, Ore wa Moshikashitara Maou mo Taoseru kamo Shirenai

Volumen 7

Capítulo 3: Secuela, La Doncella de Cabello Platino y la Doncella de Ojos Dorados Hacen una Visita a una Tumba

Parte 4

La primera salida real de Latina en algún tiempo terminó sin ningún otro problema real, aparte de ese breve bochorno. Sin embargo, la declaración explosiva que había hecho en ese momento se concretó aún más rápido de lo que Dale había esperado.

El Dancing Ocelot actuó como una especie de “sucursal” para el templo de Akhdar, que servía como agencia de recopilación de información. Eso lo convirtió en un lugar donde siempre se podía obtener la información más reciente.

Y así, por medios completamente naturales, Rita terminó siendo la primera en enterarse.

“Aparentemente, un grupo de enviados de Vassilios viene a Laband”.

“¿Tan rápido?”

La reacción de Kenneth fue completamente natural, pero Dale, por otro lado, se quedó con una expresión incómoda. Latina también desvió la mirada un poco.

Su reacción no escapó al aviso de Dale.

“Latina, ¿sabes algo más?”

“… No lo puedo decir”.

“Sabes más, ¿no? Quiero decir, teniendo en cuenta esa frase… ”

“Espera un segundo. ¿Están ustedes dos escondiendo algo?”

Dale miró a Latina una vez más y luego respondió: “Aparentemente… um… la hermana de Latina… está mezclada con ese grupo de enviados”.

Kenneth y Rita se congelaron.

Eran muy conscientes de la posición que ocupaba la hermana de Latina.

Latina no se encontraría con las miradas de nadie presente. Como siempre, sus reacciones la dejaron un libro abierto.

“¿Latina?”, Preguntó Kenneth, haciendo que los hombros de la niña saltaran.

“Todo lo que sé… ¿es que Chrysos está mezclado con el grupo de enviados…?”

“No, definitivamente sabes algo”.

“Es cierto… solo…”

“¿” Solo “?” Dale empujó, y Latina lo miró, pareciendo que estaba perdida.

“Solo pensé… que Chrysos podría estar tramando algo”.

“Bueno, eso es seguro”, acordó Dale de inmediato, lo que hizo que Kenneth y Rita pusieran caras incómodas. Dale les dijo sin rodeos a los dos: “Después de todo, ella es la hermana de Latina”.

“Ah…”

“Bueno… supongo que no hay sorpresa allí, entonces…”

Ese hecho por sí solo fue suficiente respuesta para satisfacerlos.

Todo lo que Sylvia me dijo… fue que Chrysos venía aquí, sin embargo…

Mientras pensaba para sí misma, dejó escapar un pequeño “Umm…” e inclinó la cabeza.

No era como si Latina estuviera ocultando algo, ya que la información que había escuchado realmente era simplemente “el Rey de Oro se dirige a Laband”. Sin embargo, también era cierto que tenía un mal presentimiento sobre algo.

Pero… hmm… no podría ser, ¿verdad…?

Aun así, en última instancia, era solo una sensación de presentimiento, en lugar de cualquier cosa en la que pudiera confiar. Por eso no había discutido el asunto con Dale y los demás.

En poco tiempo, se había convertido en un tema candente en Laband. Esto fue especialmente cierto en Kreuz, que sirvió como punto de transmisión entre Vassilios y la capital, Ausblick. Aunque serían pocos en número, los visitantes eran enviados de una nación extranjera que había permanecido cerrada hasta ahora. Kreuz era una ciudad muy abierta a los visitantes, por lo que hubo muy pocas reacciones negativas al hecho de que eran miembros de una raza diferente. Además de eso, había rumores de que la gobernante de esa nación era una mujer joven y bella, por lo que no fue una sorpresa que la ciudad estuviera de tan buen humor.

Por supuesto, sería difícil decir que todo Laband acogió con beneplácito la llegada de este grupo de enviados, o incluso la idea de un intercambio cultural con el país de los demonios en general. Hubo los llamados “supremacistas humanos” que tenían puntos de vista prejuiciosos con respecto a otras razas, así como un temor creciente a raíz de los daños causados por los Demon Lords de la Calamidad. Como la gente no sabía que no todos los señores demonios eran iguales, muchos los consideraron tan terribles como las Calamitas.

A Kreuz se le podría llamar una excepción para mantener una atmósfera amigable a pesar de todo eso.

“Bueno, la joven reina servirá como un símbolo bastante fácil de entender. Solo verla debería ayudar a cambiar las mentes de personas así”.

Aparentemente, los soldados de la capital aparecerían para actuar como protección cuando llegara el momento. Era fácil ver a los tipos de mente estrecha que predicaban la supremacía humana apareciendo en Kreuz y haciendo algo extremo, después de todo.

“Aunque con eso dicho, escuché que esta ciudad es aparentemente la más amigable con los demonios en todo Laband”.

Cierta gran organización sin fines de lucro en Kreuz tuvo una gran influencia en eso. Mientras ese grupo tenga autoridad dentro de esta ciudad, personas así nunca podrán causarle problemas a la hermana de su ídol.

“Así que esta ciudad es relativamente segura para los demonios…”

“Espera un segundo”, intervino Dale. Se llevó la mano a la frente y sacudió la cabeza, luego miró a Latina.

“Latina”.

“¿Sí?”

“Explica.”

“Realmente no sé qué decir…”, dijo Latina con una sonrisa forzada, inclinando un poco la cabeza. “Tuviste que ir a la capital porque los enviados de Vassilios están llegando, ¿verdad…?”

“Si”

Dale había pasado los últimos días lejos de Kreuz, tal como Latina había dicho. Había esperado que lo llamaran por eso, pero lo que no había previsto era una solicitud formal de regresar a la capital con Latina cuando llegaron los enviados. Como esa misiva había venido del propio duque, Dale no podía negarse, no importaba cuánto ardiera su lado celoso.

Dale fue llamado a la capital porque era una visita de un gobernante extranjero y había secretos de defensa involucrados, por lo que una sola carta dándole sus órdenes no cubriría las cosas. Una vez que todos los arreglos estuvieron en su lugar, tomó el dragón volador preparado para él de regreso a Kreuz.

Sin embargo, lo que Dale encontró esperándolo cuando regresó a casa fue una situación que nunca había esperado.

“Sucedió mientras estabas fuera… solo estaba lavando la ropa… y luego la vio allí…”

“¿Qué está haciendo ella aquí?”, Preguntó Dale, con una expresión exhausta en su rostro.

“Yo tampoco sé…”

El dedo de Dale apuntaba a una mujer que parecía idéntica a Latina. Sin embargo, fue evidente que sus ojos eran dorados. Llevaba un vestido Labandese muy normal, un bolero rojo oscuro y un sombrero a juego.

Ella centró su atención en la tarea de desgranar nueces en lugar de prestarle mucha atención, incluso después de que él la interrumpió.

“Rita es la que fue bienvenida en…”

“Sin embargo, tampoco sé qué decirte”, respondió Rita con una mirada preocupada, a pesar de ser la primera en encontrarla. “Ella acaba de entrar por la puerta principal”.

“Bueno, supongo que ella no entraría por la ventana ni nada…”

Eso realmente fue un hecho repentino.

Cuando la puerta del Ocelot se abrió, Rita sonrió y se lanzó a su saludo habitual. “Bien… ¿ben…?” Su voz se había reducido así porque la clienta se parecía mucho a una chica con la que estaba muy familiarizada, hasta tal punto que su identidad no requería explicación. Eso también fue precisamente lo que hizo que Rita se congelara.

Este cliente era alguien que nunca estaría en un lugar como este.

Los clientes habituales también se dieron cuenta un segundo después, haciendo que se congelaran en su lugar. Ninguno de ellos movió un músculo. Uno de los clientes estaba tan sorprendido que dejaron caer su taza.

Kenneth salió de la cocina con el ceño fruncido, al escuchar el choque.

“¿Qué está pasando?”

Y entonces, Kenneth también se congeló.

Se sentía como si el aire mismo se hubiera detenido, ya que todos estaban perdidos en cuanto a cómo reaccionar. Luego, un cierto cachorro que no tenía idea de cómo leer el estado de ánimo entró. Trotó hacia adelante sin prestar atención a los que lo rodeaban, luego se frotó la cabeza contra el visitante.

“Ha pasado un tiempo”.

“En efecto.”

“¿Llamada para Latina?”

“Por favor, hazlo.”

Después de ese breve intercambio, Vint se volvió por donde había venido. En poco tiempo, regresó a la tienda con Latina.

Latina se estaba limpiando las manos en el delantal, luciendo confundida sobre por qué la habían llamado. Sin embargo, su expresión pronto cambió a sorpresa cuando vio a quién se dirigía Vint.

Como resultado, la voz histérica de Latina terminó retumbando a través del Ocelot.

“¡¿Chrysos?!”

“¡Platina!”

En lugar de sacudirse el cariñoso abrazo de su hermana gemela o tratar de devolverlo, Latina se quedó allí parpadeando de asombro.