Uchi no Musume no Tame naraba, Ore wa Moshikashitara Maou mo Taoseru kamo Shirenai

Volumen 7

Capítulo 1: Secuela, La Doncella de Cabello Platino y el Delicioso Desayuno

Parte 3

“Hmm ♪ Hmm ♪ Hmmm ♪” Latina tarareó alegremente para sí misma, casi saltando por el pasillo.

Había visitado a su amiga Sylvia justo antes. Debido a que tenía una forma de pensar de un plebeyo hacia ella, no importa cuán cerca de Rose haya estado, no podía acercarse a una noble dama de Laband, que actuaba como enviada de la nación, y decirle ” por favor dame comida”.

Sin embargo, era una historia completamente diferente cuando se trataba de su amiga.

Desde que era niña, Latina nunca dejó de sentir que necesitaba ser una buena niña. Se le había negado todo lo relacionado con ella, y fue exiliada del lugar donde había nacido, por lo que entendió lo valioso que era todo lo que Dale y los otros adultos en el Ocelot le habían dado. Si ella fuera una “niña mala”, entonces podría perder toda esa felicidad. Temía perder todo una vez más más que cualquier otra cosa.

Como resultado, tuvo problemas para quejarse ante los adultos, pero se había quejado de muchos problemas y quejas inactivas adecuadas para su edad a sus amigos. Y también fue especialmente sincera con Sylvia, expresando abiertamente sus quejas.

Pareciendo completamente desanimada, Latina le dijo a su amiga: “La comida no es buena…”

Al escuchar eso, Sylvia estalló en una carcajada.

Hace poco tiempo, Latina se había quejado de que era una molestia involucrar a las damas de honor en cada pequeña cosa que hacía, desde cambiarse de ropa hasta dar un corto paseo. También lo había pensado en ese momento, pero era una afirmación demasiado ridícula para escuchar de la hermana del gobernante de Vassilios.

“Es lo suficientemente malo que no puedo evitar reírme del asunto… Pero bueno, ¿estás diciendo que es malo incluso con el sentido del gusto de un demonio?”

Sylvia todavía se había preguntado si podría haber una diferencia en los gustos preferidos por los humanos y los demonios, pero Latina sacudió la cabeza con impotencia con una mirada deprimida.

“No es un buen sabor… Um, puedo entender eso porque tengo otras cosas con las que compararlo, así que sé qué sabe bien y qué no. Pero aquí, así es como es la comida… “

“No es que sea tan horrible que no puedo entenderlo, pero realmente es impresionantemente desagradable”.

En teoría, desempeñaba su papel de alimento. En realidad, daba la impresión de que estaba haciendo precisamente el mínimo requerido.

“Hmm… Latina”.

“¿Qué pasa?”

“Tengo algunos dulces”.

“¡Waaaaah!”

Ver a su amiga con tan bajo ánimo hizo que Sylvia recordara lo que tenía a mano. Sacó una pequeña botella llena de dulces que estaba enterrada entre los libros y documentos que llenaban su escritorio. Como proporcionaba una fuente rápida de energía, era una necesidad para las sacerdotisas de Akhdar. Sacó uno y se lo ofreció, haciendo que los ojos de Latina brillaran mientras abría la boca, luciendo como una niña pequeña.

“¿Está sabroso?”

“¡Sí!”

“Me alegra oírlo.”

Se sentía como darle comida a un animal pequeño.

Aparentemente, Latina obtuvo mucha felicidad de este primer sabor en un tiempo, después de haberle robado la alegría de una comida adecuada. Parecía haber vuelto a un estado un poco más infantil, rodando el caramelo por dentro de su boca con una mirada feliz en su rostro.

“Ahora que lo pienso…” murmuró Sylvia y se puso de pie, luego rebuscó en su propio equipaje, que había arrojado a la esquina de la habitación. En poco tiempo, sacó una lata de aspecto sencillo.

“¿Hmm?”

Mientras Latina miraba confundida, Sylvia la abrió y un aroma particular flotaba en el aire.

“Está bien… sigue siendo bueno. Esto es todo lo que tengo ahora, pero ¿lo quieres?”

Latina entendió qué era lo que estaba en la lata, por lo que las palabras de su amiga hicieron que se sintiera abrumada por la emoción. Mantuvo sus manos juntas en oración y miró a Sylvia con ojos llorosos.

“Sylvia… eres como una diosa…”

Ese tipo de comentario ciertamente no era el tipo de cosa que debería decir un señor demonio, un dios de rango inferior.

Como resultado de todo eso, Latina terminó caminando por el pasillo mientras tarareaba. Su salto tenía una sensación bastante única, gracias a su peculiar sentido del ritmo.

“Estoy tan, muy feliz, es mantequilla ♪ Es realmente salada, así que solo un poco ♪ “

Mientras improvisaba esas letras únicas, Latina se metió en la cocina. Como resultado de sus caminatas diarias por el templo, había confirmado su ubicación.

Cuando descubrió la cocina en la que miraba, tristemente perdida en sus pensamientos, y finalmente terminó puliendo ollas, aunque no se arrepintió de eso. Después de todo, desde el punto de vista de Latina, fue increíblemente divertido hacerlo. Cuanto más esfuerzo hacía, más brillaban, mostrando visiblemente los frutos de su esfuerzo. El comienzo de las cosas fue que Latina encontró una olla quemada en la esquina de la cocina, y luego terminó puliendo cada olla que vio a fondo.

Este lugar era un templo, por lo que casi no había nada para divertirse. Y a pesar de que Latina podía hablar el idioma de los demonios, ella no sabía leer ni escribir, así que los libros tampoco estaban disponibles. Fue exiliada cuando era joven, por lo que no tuvo la oportunidad de aprender el idioma escrito. No importa cuán inteligente haya sido, no había nada que pudiera hacer al respecto.

Como resultado, Latina tenía demasiado tiempo libre en sus manos. Ella simplemente no tenía nada que hacer.

Chrysos todavía no entendía que conseguir que una adicta al trabajo como Latina se lo tomara con calma, darle el trabajo moderado era el método más efectivo.

Por otro lado, cuando Dale vio a Chrysos arrojándose tan duro en su trabajo como gobernante para superarlo y poder pasar tiempo con Latina, pensó que las dos hermanas realmente eran bastante similares.

Latina había encontrado algo que hacer por primera vez en mucho tiempo. Se había derrumbado ante los deseos unidos de la comida y una forma de matar el tiempo.

La dama de compañía que la acompañaba no sabía cómo lidiar con las acciones de Latina y la siguió nerviosamente tras ella, pero en su estado actual, Latina ni siquiera se dio cuenta de la mujer. Desde el punto de vista de la dama de honor, las acciones de Latina fueron una “excentricidad repentina de la Princesa Platino”.

Con ligeros pasos, entró en un área que era parte del templo, pero que era un lugar que la élite nunca visitaría, donde los sirvientes llevaban a cabo diversos asuntos. La misteriosa melodía que tarareaba para sí misma era una que la mujer nunca antes había escuchado en la cultura del diablo. Quizás vino de la cultura humana. Sin embargo, ¿para qué propósito habían creado los humanos tal melodía?

No fue una sorpresa que la dama de compañía se quedara confundida. Las acciones de Latina desafiaron su comprensión, después de todo. Y lo más confuso fue el hecho de que el Rey Dorado, que era amable con su hermana, ordenó a la mujer que cumpliera con la voluntad de Latina lo mejor que pudiera. Pero dicho esto, desde el punto de vista de Chrysos, era natural que la atendieran, y ella nunca consideraría hacer ningún trabajo del tipo destinado a los sirvientes. Y así, ni Chrysos ni las damas de honor habían considerado que Latina disfrutaría de ese trabajo y desearía hacerlo.

Las diferencias en la forma en que fueron criadas se mostraron en eso.

Como resultado, la dama de honor quedó incapaz de comprender las intenciones de Latina, y mucho menos detenerla. Fue una situación bastante preocupante para la mujer.

Latina estaba de muy buen humor porque en una mano sostenía la lata con la mantequilla, mientras que en la otra tenía una botella pequeña.

“Sylvia es realmente amable, incluso para darme miel ♪ ”

Incluso su monólogo entonces era parte de su canción.

Latina había estado tan feliz que Sylvia no pudo evitar ofrecerle su preciada botella de miel. Latina estaba demasiado emocionada por una sola lata de mantequilla parcialmente usada, lo que hizo que Sylvia se sintiera casi culpable de alguna manera. Y tampoco pudo evitar sentir un poco de simpatía por Latina, al ver cómo la habían obligado a arrinconar.

Con la lata de mantequilla en una mano y la botella de miel en la otra, Latina dejó a un lado su habitual vacilación de tener que entrometerse en el lugar de trabajo de los demás. En otras palabras, cargó directamente a la cocina.

Lo primero que hizo Latina después de entrar a la cocina fue peinarse. Esa fue una enseñanza de su maestro, y ella lo vio como una de sus responsabilidades. En verdad, ella también quería ponerse un delantal, pero no pudo preparar tal cosa.

Luego, se puso un poco de mantequilla en la boca para comprobarlo. Era mucho más salado que la mantequilla que normalmente se usaba en Kreuz. Sin embargo, Kenneth le había enseñado que así eran los artículos en latas para que duraran más, así que no se sorprendió.

“Efectivamente, el sabor ha disminuido en comparación con la mantequilla fresca…”

Aun así, ese primer sabor en algún tiempo hizo que su corazón bailara.

“Con solo esto, probablemente sería difícil hacer un pastel… y esta es toda la miel que tengo también”, murmuró para sí misma, comenzando a hurgar en la cocina mientras lo hacía.

Latina había decidido no hacer mal uso de la autoridad de Chrysos como gobernante, pero durante este tiempo sola, estaba lista para usar lo que fuera necesario. Y así, ella terminó robando alimentos de la cocina, un poco de malversación increíblemente insignificante. Era una cantidad tan ligera que sería incómodo intentar culparla por hacerlo.

“Este grano… no tiene mucho sabor, así que… ¿tal vez debería intentar hornearlo?”

Latina había tomado el polvo de grano que se usaba para hacer el plato básico de gachas y agregó una cantidad adecuada de agua e intentó mezclarlo. Ella realmente había querido usar algo como leche, pero desafortunadamente no pudo encontrar nada que se ajustara a esa descripción.

La masa tenía una textura más pegajosa de lo que hubiera sido si hubiera sido hecha con harina de trigo, y era evidente a simple vista que no había sido molida de manera uniforme.

“Podría funcionar un poco mejor con un poco de cribado…”

Sus pensamientos se apresuraron sobre cómo podría prepararlo y cocinarlo.