Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NW)

Volumen 6

Capítulo 59: 2do Punto de Inflexión

 

 

Por fin llegamos a la Mandíbula Inferior del Dragón Rojo, un valle con una única carretera atravesándolo, no tan recto como en la Ruta de la Espada Sagrada, pero no deja de ser un camino sin ningún tipo de bifurcación.

Se trata de un espacio entre fronteras de distintas naciones convirtiéndolo en una región que no pertenecía a ningún país en concreto. Y una vez lo atravesemos, estaremos en el reino de Asura.


Caminando con total normalidad vimos venir a un tipo en sentido contrario a nosotros. Su pelo era plateado y sus ojos de un tono dorado, nada de lo que llevaba puesto me llamaba la atención salvo quizás el manto blanco sin ningún tipo de decoración que llevaba por encima hecho de alguna clase de piel.

Era un hombre que ni iba a caballo, ni llevaba un carruaje, sino que tan solo recorría el camino a pie. Y lo que más me llamó la atención era que se trataba de un hombre con una mirada bastante amenazante.

Guau, ese hombre sufre un claro caso de ojos Sanpaku  (NT: OJOS SANPAKU, Término japonés y chino en el que se refieren a personas a las que se le puede ver el globo ocular por debajo o encima del iris).

Más que en el hombre, lo que atrajo la atención de mi mirada fue que a su lado, se encontraba una chica de pelo negro, que por algún motivo sentía que había visto anteriormente, aunque no sé bien donde. Y es que, en este mundo, pocas personas tienen un pelo tan puramente negro; y aun en las personas que parecen tener el pelo así de negro, por lo general cuando lo miras bien, es más un marrón o gris oscuro.

No es que me dedique a recordar a desconocidos en función de su color de pelo, pero tengo un extraño presentimiento de que su pelo negro me recuerda a alguien. Pero por mucho que así sea, no recuerdo de quién se trata.


Pero el mayor motivo por el que esta joven en concreto atrajo mi atención fue por su cara.

Llevaba una máscara cubriendo su rostro, que permitía responder afirmativamente a las preguntas antagónicas de si era característica o si no lo era; ya que era una máscara completamente blanca sin escritos ni decoraciones en ella.

Si tuviera que definirla de alguna forma, me recordaba a una máscara veneciana sin pintar ni decorar, que simplemente resaltaba.

Mushoku Tensei Volumen 6 Capítulo 59 Novela Web

 

En todo lo que he visto de este mundo, es la primera persona a la que he visto llevar puesta una máscara de este tipo, por lo que no creo que sea por estética o moda.

“…¡¡ !!”

No es que me encontraba prendidamente atraído por la chica, pero a estas alturas aún no había comprendido que la cara de Ruijerd mientras conducía se había puesto completamente pálida, al igual que la de Eris.

Cada paso con el que se acercaba el hombre, la expresión de ambos iba a peor. Eris por su parte estaba sujetando el mango de su espada con suficiente fuerza como para blanquear completamente sus nudillos.

Cuando el hombre se dio cuenta de nuestra presencia, nos miró y simplemente inclinó la cabeza dejando escapar un ¿Oh?.

“¿Hmm…? Tú… ¿no eres un Supard?”

El hombre entrecerró sus ojos Sanpaku y al escucharle me vino una duda a la mente.

Teniendo en cuenta que Ruijerd tiene la cabeza rapada y la joya de su frente la tiene oculta… ¿cómo lo habrá sabido? No tengo ni idea, ¿será que tiene como un olor a Supard o algo?

Mientras pensaba en todo esto, Ruijerd se giró hacia Eris y a mí.

“¿Le cono….ces……..?”

Mi pregunta se vio pausada a medio hacer, debido a la expresión tan anormal que me estaba mostrando Ruijerd.

Era la primera vez que le veía tan expresivo, el tono rojizo de su rostro había desaparecido por completo dejando un blanco íntegro, junto al sudor que emanaba de todos sus poros. La mano que sujetaba su lanza estaba apretada en un puño y temblando.

Publicidad M-M4

Esa expresión es una que he visto anteriormente, pero nunca en Ruijerd.

Terror puro.

“Ludeus, no te muevas de donde estés, tú tampoco, Eris.”

Su voz temblaba, y sin saber aún lo que ocurría, simplemente asentí en silencio. Y pude ver la cara de Eris, estaba bastante enrojecida, con todos sus músculos en tensión preparada para atacar en cualquier momento mientras le temblaban tanto los brazos como las piernas.

¿Están los 2 aterrorizados? Realmente no me cabe duda, pero parece que hay algo más, Eris al menos está mostrando una hostilidad clara hacia ese hombre. Pero es alguien a quien no conozco… ¿será que en algún momento sin que yo me enterara se cruzaron con él?

Por el momento, decidí seguir observando la situación.

“¿Hmm? Esa voz… Ruijerd Supardia. Como no te quedaba nada de pelo tardé en reconocerte. Pero, ¿qué haces en este lugar?”

El hombre se acercó a nosotros como si nada, a lo que Ruijerd preparó su arma. Yo, por mi parte, no entiendo por qué Ruijerd se muestra tan cauteloso con este hombre. No lo entiendo, pero viendo a mis 2 acompañantes tan asustados, decidí activar mi ojo místico.

Siendo sincero, no lo hice por ningún motivo en especial.

La figura del hombre se divide en decenas de formas borrosas.

Estaba todo tan borroso que no podía ni averiguar en qué lugar se encontraba cada silueta.

¿Pero qué coño..?

“¿Hmm? La pelirroja de ahí es Eris Boreas Greyrat… Y el otro es……. ¿Quién es? Bueno, no importa. Pero ya lo entiendo, sé de ti, Ruijerd Supardia; siendo alguien a quien le gustan tanto los niños como a ti, habrás llegado hasta aquí acompañando de vuelta a casa a estos 2, quienes acabaron teletransportados en el continente demoníaco por el incidente.”

Eris le gritó sorprendida al hombre que simplemente asintió como si lo supiera todo.

“P-¿Por qué sabes mi nombre?”

Las palabras de Eris me hicieron caer todavía más en la confusión.

¿Es alguien que no conoces? ¿Entonces es la primera vez que le ves? No creo, hablamos de Eris, no me extrañaría que le hubiera olvidado.

Digo esto, pero en realidad, casi nunca he visto a nadie en este mundo con el pelo color plateado, por no hablar de esos característicos ojos Sanpaku, que por algún motivo consiguen que tanto Eris como Ruijerd tengan esta extraña reacción. Por lo que si le hubieran visto alguna vez, lo normal es que recordaras a alguien así.

“¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre?”

Ruijerd apunta su lanza contra el hombre.

Parece que Ruijerd tampoco le conoce… Ni Eris ni Ruijerd parecen conocer al hombre, y yo tampoco; y aunque él desconocido no me conoce, sí que conoce a Eris y Ruijerd… En sí mismo tampoco es extraño, ya que Ruijerd es famoso; puede que en el continente central no sea tan conocido, pero en el continente demoníaco casi todo el mundo conocía su nombre o su cara. Sobre Eris, realmente no sé qué pensar, pero si pensaras en una espadachina pelirroja y preciosa, imagino que podría intuirlo con la fama que hemos ido ganando.

Pero lo extraño en todo esto no es que les conozca, lo más extraño en todo lo que estaba pasando no se quedaba en una mera posible coincidencia de ver quién conoce a quien. Lo extraño era su comportamiento, o quizás el ambiente, si lo podemos llamar eso.

La diferencia en el comportamiento del hombre a mis compañeros y viceversa es demasiado dispar. Su comportamiento es increíblemente amistoso, hasta su tono de voz; si me preguntaran a mí, diría que sonaba como una extraña alegría de encontrarte a un antiguo amigo en un lugar insospechado.

Por el contrario, Ruijerd parece que está a punto de lanzarse al ataque en cualquier momento, aunque no lo hace. Claramente le está mostrando hostilidad, pero no se lanza al ataque, y no comprendo el motivo.

Hasta Eris, que siempre intenta llevar la iniciativa no se mueve ni lo más mínimo, y dudo que sea solo porque Ruijerd nos dijo que no nos moviéramos.

“Es un extraño lugar para encontrarnos aunque… parece que os va bien. En ese caso no hay problema.”

El desconocido miró animado a Ruijerd que le estaba amenazando con su lanza, pero poco después, simplemente se rió y dio un paso atrás.

Al verle actuar así, la chica que llevaba la máscara dejó escapar un leve suspiro.

“¿Lo dejas?”

“En este momento no hay otro remedio.”


No pude comprender su conversación, pero poco después de ese intercambio dejaron el tema.

“No molesto más.”


Y el hombre lentamente comenzó a pasar por nuestro lado continuando su camino mientras la joven de pelo negro le seguía.

Ruijerd no le quitó ojo en ningún momento, al igual que Eris.

“Quien soy…… lo entenderán a su debido tiempo.”

Esto fue todo lo que suavemente dijo al pasar, y pude comprender el profundo significado que poseían.

Este hombre sabe algo, por algún motivo lo sé. Tiene una atmósfera similar a Hitogami.

“¡Espere un momento, por favor!”

Antes de darme cuenta, ya le había llamado; y el hombre se dio la vuelta mostrándose sorprendido. Tras lo que Eris y Ruijerd también me miraron sorprendidos.

“¿A qué se debe? ¿Y quién eres tú?”

“Ah, discúlpeme. Soy Ludeus Greyrat.”

“Nunca antes lo había escuchado.”

Normal, es la primera vez que nos vemos.

“Aunque… Greyrat… ¿El nombre de tus progenitor?”

“Antes que eso, ¿no podría presentarse usted antes?”

“Fhum… Bueno, no importa. Yo soy Orsted.”

Orsted… es un nombre que no recuerdo haber escuchado. Y no creo que tenga que ver con ese caballero que mandó a tantísimas personas al otro mundo cuando todo le fue mal.

Publicidad G-M3



Tras mirar a Ruijerd de reojo, parece que él tampoco lo ha oído antes.

“Esto… ¿conoce usted de antes a estos 2?”

“No, aun no nos conocemos.”

“¿Aun? ¿A qué se refiere?”

“No es algo que debas comprender. ¿Y bien? ¿Tu progenitor?”

Sus palabras rechazaron duramente mi pregunta.

Si quieres que responda a tus preguntas, deberías responder a las mías. Aunque, ¿qué más da? No me voy a molestar por esa nimiedad.

“Paul Greyrat, señor.”

“…¿Hmm? Paul no debería tener un hijo, tan solo 2 hijas.”

Qué grosero… pues lo tiene, y encima el hijo es igualito que su padre; un hijo estúpido que se fue al continente demoníaco después de irse a trabajar fuera.

“…¿Hnnn?”

Y en ese momento Orsted se sorprendió al darse cuenta de algo, tras lo que lentamente avanzó hacia mí.

“¡No te acerques ni un paso más!”

“Sí, de acuerdo.”

Pero tras recibir la amenaza de Ruijerd se quedó manteniendo la distancia, sin acercarse más, se me quedó mirando fijamente rodeándome hasta ponerse frente a mí, y nuestras miradas se cruzaron.

“Tú… no evitas mirarme a los ojos…”

“Puede, pero su mirada me da algo de pánico, y me cuesta mirarle tan directamente.”

“Fhum, en otras palabras, no sientes miedo.”

El hombre frunció ligeramente el ceño.

“Fhum.. qué extraño, no tengo recuerdos de haberte conocido.”

Yo tampoco, puedo asegurarte que es la primera vez que nos vemos, ya que no conozco a nadie llamado Orsted y tampoco me suena nadie con tu aspecto físico. Sin mencionar que no deja de decir cosas que no comprendo en absoluto.

Pero lo siguiente que dijo fue algo que pude comprender.

“Tú, podría ser… ¿que hayas escuchado o te suene la palabra Hitogami?”

Como no, por fin… por fin escuché de otro ese nombre, por no hablar que fue lo primero que dijo que pude entender.

Lo diré claramente, estaba bajando mucho la guardia porque se trataba de una palabra que nadie había dicho hasta este momento; pero al escucharla de otra persona, este hombre en concreto que no dejaba de decir y actuar de forma incomprensible pensé mira un punto en común con el que podemos comunicarnos y entendernos.

Y a sus palabras respondí:

“Así es, Hitogami se me aparece en sueños-”

Y repentinamente me llegó una visión a través de mi ojo místico.

El brazo de Orsted atraviesa mi pecho.

El movimiento era tan acelerado que parecía casi como si se hubiera teletransportado apareciendo instantáneamente con el brazo atravesándome el pecho. Una acción que yo era incapaz de esquivar teniendo solo 1 segundo antes de que ocurriera; demasiado rápido.

“¡Ludeus!”

En un pestañeo, esa visión desapareció debido a que Ruijerd se había interpuesto frente a mí, y el ataque del desconocido se detuvo gracias a este, aunque me hizo caer de espaldas.

Aun desde el suelo, pude ver como el hombre me clavaba la mirada por encima del hombro de Ruijerd con ojos fríos.

“Ya veo, así que trabajas para Hitogami.”

¡Eso es una difamación!

***

 

 

Ruijerd se puso a gritar.

“¡Ludeus, huye!”

“Ruijerd, estás en mi camino.”

Tras lo que atacó al desconocido con su lanza. Yo por mi parte era incapaz de moverme, porque para empezar, no tenía tiempo suficiente como para huir; en apenas unos segundos ya había sido vencido, acabando en el suelo durmiendo como un bebé.

Por mi parte, tan solo pude observar la escena en silencio.

Puedo asegurar que Ruijerd es fuerte, y supuestamente es hasta más fuerte que lo que pueda imaginar de él. En todo nuestro viaje, Eris ha sido incapaz de impactarle correctamente ni una sola vez. Con 500 años de experiencia en combate le deberían haber convertido en un ser invencible, y por lo que sé, aunque no practique ninguno de los estilos principales, debe de poseer un rango por encima del Real o hasta Imperial en cuanto habilidad.

El hecho de que un Ruijerd de ese calibre iba a perder era algo que podía saber a simple vista mientras observaba el combate con mi ojo místico. La duración del mismo fue, como mucho, de 10 segundos.

Bajo ningún concepto Orsted era más veloz que Ruijerd, tan solo, cada vez que Ruijerd hacía cualquier movimiento, él mismo perdía una mínima cantidad de ventaja en el combate; repitiendo este hecho 2, 3, 4 veces, y así todo el combate.

Cada paso que daba aceleraba más el proceso de cavar su propia tumba, arrinconándole poco a poco a cada movimiento. Cada vez que Orsted atacaba, la postura de Ruijerd se descordinaba, y cada vez que Ruijerd atacaba, Orsted conseguía contraatacar.

La ejecución era una indescriptible muestra de la habilidad del atacante; hasta el punto de que podía ver con claridad que Orsted estaba destrozando a Ruijerd, superándole en todos los aspectos, permitiéndome ver claramente con mi ojo místico la forma en la que jugaba de forma brillante con Ruijerd.

Haciéndolo todo con el menor movimiento posible, y aun así llevando a Ruijerd contra las cuerdas, incapacitándole incluso con su insuperable velocidad. Comprendiendo esto, lo más probable es que el combate fuera a acabar en pocos movimientos más, y eso que Orsted se había situado a la distancia perfecta de ataque de la lanza de Ruijerd.

Ruijerd se encontraba usando la combinación de golpes que había perfeccionado en esa distancia que era su especialidad; y aun así, esa misma coordinación perfeccionada estaba siendo contrarrestada casi ridiculizándola a base de quitarle estabilidad, creando puntos ciegos y permitiéndole protegerse de una serie de golpes imposibles de esquivar.

Y al final, Ruijerd acabó incapaz de hacer nada, habiéndosele negado toda acción ofensiva, llevándole a un jaque mate..

No me extrañaría que ese tipo pudiera matar a Ruijerd como quisiera, pero esto es algo que no hizo,sino que simplemente le dejó inconsciente; dejando claro que no estaba peleando en serio teniendo a Ruijerd de oponente.

Publicidad G-M1



Para inutilizar a Ruijerd, primero le golpeó potentemente en el plexo solar, tras lo que a continuación lanzó un segundo puñetazo que rozó por encima su barbilla, alterando su equilibrio hasta que un tercer golpe dejó inconsciente a Ruijerd al golpear su sien.  (NT: PLEXO SOLAR, Zona situada entre el esternón y el estómago, alrededor de la arteria aorta que posee una gran cantidad de terminaciones nerviosas centradas en ese punto. Muy recurrente en anime, es una zona en la que por lo general, en este medio, cuando es golpeada, deja a la persona sin aire y ligeramente paralizada de dolor).

Ruijerd dio 2 vueltas sobre sí mismo antes de caer al suelo quedándose totalmente inmóvil. No muerto, sino inmóvil.

Dejándome claro que Orsted podría haberle golpeado casi en cualquier momento de forma fatal, pero viéndose obligado a dar un segundo golpe de extrema precisión para desestabilizarlo y un tercero para dejarlo solamente inconsciente sin matarlo. Todo eso fueron requisitos obligatorios para simplemente deshabilitar a Ruijerd que era el más rápido de los 2.

“Y ahora…”

“¡Uuuuaaa!”

El grito, por extraño que parezca, no provino de mí, sino de Eris, que se colocó frente a mí para combatir contra Orsted, desenvainando su espada en un destello de luz en el que lanzó su ataque.

“…Técnica secreta, Caudal Retornante.”

Contra Eris, Orsted no tuvo ninguna dificultad; tan solo dio un suave toque con la palma de su mano en el lateral de la espada de Eris, o al menos eso fue lo que vieron mis ojos.

Y solo con esa acción, el cuerpo de Eris comenzó a dar vueltas como en un remolino hacia atrás tras salir disparada, como si hubiera recibido la onda expansiva de un avión supersónico pasando a su lado.

Y eso que Eris se lanzó contra Orsted desde fuera de su rango de visión, aprovechando el instante en el que Ruijerd cayó para lanzar su ataque desde un punto ciego. El ataque por cierto, al menos para mí, dio la impresión de ser un ataque perfecto, certero y sin ningún error en su ejecución, olvidándose totalmente de su protección para centrarse únicamente en impactar con su golpe de espada.

Por su parte, el tipo cambió las tornas con una única técnica, y aunque no sé bien lo que hizo concretamente, lo que pude observar fue que simplemente apoyó su mano en uno de los laterales de la espada de Eris, y al momento siguiente, Eris había salido dando vueltas como un trompo.

Aunque he visto algo similar antes… ah, recuerdo que Paul me la enseñó en su día.

Era una técnica del estilo del Cauce Celestial, aunque en este caso, el movimiento parecía muchísimo más entrenado y perfeccionado, ya que toda la energía del golpe que Eris trataba de dar fue devuelta.

“¡Gagh..!”

Eris acabó chocando con una de las paredes de piedra del valle, haciendo saltar piedras por todo su alrededor. Debido a que tiene un físico muy entrenado, quiero pensar que no ha muerto, pero es más que probable que varios huesos de su cuerpo hayan acabado fracturados.

“Eris Boreas Greyrat. Parece que tu habilidad con la espada ha crecido enormemente. Recuerdo pensar que tenías potencial, aunque… aun es pronto.”

“Uu…uu..”

Eris estaba intentando ponerse en pie entre quejidos; si fuera un encuentro normal, habría ido corriendo a curarla. Pero tengo otras cosas de las que preocuparme.

Sus ojos estaban clavados en mí.

***

 

 

Apenas parpadeé un par de veces y, en ese tiempo, mis 2 compañeros fueron derrotados.

En todo momento mantuve activo mi ojo místico mirando 1 segundo en el futuro, y lo que veía solo conseguía asustarme más, ya que no importaba lo que hiciera, todo era puesto en mi contra.

El Ludeus de 1 segundo en el futuro acababa con todos los puntos vitales destrozados, la cabeza, la garganta, el corazón, los pulmones… En mi ojo místico, veía como cada uno de ellos era aplastado, por no hablar que Orsted atacaba todos estos puntos al mismo tiempo desde distintos cuerpos.

No comprendía bien esto, porque si era cierto, quiere decir que dentro de 1 segundo no habría 1 Orsted, sino 5 Orsted atacándome en distintos puntos vitales de mi cuerpo; de ahí que no pudiera moverme, comprendiendo que cualquier cosa que hiciera sería inútil.

Incapaz de hacer nada, ese segundo pasó y Orsted se posicionó delante mía a pocos centímetros mientras yo permanecía inmóvil. Su movimiento parecía como si se hubiera desplazado ignorando toda ley física, apareciendo frente a mí casi como si hubiera tenido un movimiento instantáneo y de forma abrupta, como cuando en animes antiguos faltaba algún frame intermedio para hacer el movimiento fluido.

Pero para entonces, cuando ya se encontraba frente a mí, había terminado de introducir los movimientos para su ataque en el mando. Por algún motivo me vino esta idea a la cabeza, pero me recordó a los movimientos de ese viejo juego de lucha que salía cada año donde cada personaje poseía un combo de golpes infinitivo que era conocido como combo de la muerte.

Cuando volví en mí y pude reaccionar, ya había recibido un impacto de la palma de su mano en mi pecho sin protegerme de ninguna forma. Pude sentir el impacto, y unas 8 costillas se partieron simultáneamente.

Aunque mi cuerpo no salió disparado hacia atrás como pensaba, sino que pude notar una presión en mi espalda casi como si me hubiera aplastado con las 2 manos. En realidad solo me impactó con una de ellas, pero el impacto recorrió mi cuerpo y se concentró en mi interior, haciendo que mis pulmones fueran destrozados por el aplastamiento.

“¡¡Goha!!”

Un instante después de recibir el impacto, regurgité sangre proveniente de ellos.

“Un mago con los pulmones destrozados queda inservible…”

Me dijo esto como si nada mientras yo soportaba el dolor y caía de rodillas. Me quedé prendido con la sangre que se extendía por todo el suelo a mi alrededor, aunque en alguna parte de mi cabeza pensé.

Comprendo, tiene sentido destrozarle los pulmones a un mago, porque así no podrá recitar los conjuros.

Pensamiento que me hizo comprender el hecho de que mi magia curativa había sido sellada con ese ataque.

Aunque claro está, los conjuros no son lo único que no podré utilizar habiéndome destrozado los pulmones, por ejemplo, tampoco podré mantenerme con vida. En otras palabras, voy a morir.

“Cuando mueras, espero que veas a Hitogami y le digas que el Dios Dragón Orsted no parará hasta matarle.”

¿El Dios Dragón? ¿El número 2 de los 7 Campeones Mundiales?

Orsted me miró de reojo, observándome de rodillas en el suelo sujetándome el pecho y dio media vuelta marchándose. Este gesto, personalmente no pude verlo más que como una negligencia por su parte.

Habiendo recibido ya una herida mortal, ya no es que vaya a perder, sino que mi muerte es inminente. Y aun en ese estado, ¿por qué se me ocurriría pensar en atacarle? Porque realmente ni yo mismo comprendo el motivo. Quizás tuviera que ver el hecho de observar a Eris intentando ponerse en pie a través del rabillo del ojo.

Mira a este tipo que hizo todo lo posible por detener sin matar a mis 2 compañeros aun habiéndose dirigido hacia mí con el claro propósito de matarme…

Pero en cualquier caso, le lancé una Bala Rocosa.

¿Por qué no usé un hechizo más poderoso? Porque conocía magia más avanzada y poderosa que podía haberle lanzado… Aun al día de hoy, sigo sin comprender el motivo que me llevó a ello.

Lo único que se me ocurre es que se trataba de la magia que estaba más acostumbrado a lanzar.

Pero lancé una Bala Rocosa tan dura como me fue posible generar con mi magia, dándole la mayor velocidad de lanzamiento así como toda la velocidad rotatoria que me fue posible añadirle; y hasta a mí me sorprendió la potencia del hechizo resultante.

La distancia que me separaba de Orsted era casi inexistente y la Bala Rocosa salió disparada a una velocidad vertiginosa.

Orsted dio media vuelta y de un puñetazo pulverizó la Bala Rocosa.

Y cuando llegó el momento, en efecto fue destrozada, el sonido que ocasionó el impacto fue un ruido metálico como el de una piedra impactando contra una pared de metal. Tras el que Orsted examinó su propia mano.

“Eso de ahora fue una Bala Rocosa… su poder era absurdo. Y pensar que un hechizo como ese sería capaz de herir mi cuerpo…”

La piel de la parte posterior en la mano de Orsted se había despellejado ligeramente, aunque solo fue un simple rasguño.

Publicidad M-M2

Esa Bala Rocosa no sirvió de nada, todo es inútil. No soy capaz de causarle daño a este hombre.

“Pero tus pulmones deberían estar destrozados… ¿Conjuración en silencio? ¿Ese poder lo obtuviste de Hitogami? ¿Qué otras habilidades obtuviste?”

Orsted me echó un vistazo de arriba a abajo como si me estuviera analizando.

¿Podrías dejar de hacer eso, por favor? Me siento como un saltamontes al que le han arrancado las piernas y al que unos gamberros observan agonizar. Duele…

“¡Geha…!”

Sentí que iba a hacer una tontería, pero aún así la hice; utilicé magia de Viento para forzar aire en mi organismo a través de mis destrozados pulmones, lo que hizo que tosiera violentamente. Y cuando acumulé suficiente aire usando todas mis fuerzas, aguanté la respiración para evitar que la sangre me entorpeciera.

“Oh. Esa aplicación de la magia fue interesante, ¿pero tiene alguna utilidad en tu estado? ¿Por qué no mejor usaste magia curativa en silencio para curar tus pulmones?”

Orsted se llevó la mano a su barbilla y me observó como si mi sufrimiento fuera de gran interés.

Publicidad M-M5

Y en mi estado de casi inconsciencia, generé una bola de fuego en mi mano derecha, aprovechando que en la magia de Fuego, cuanto más maná se utilice para el conjuro mayor es la temperatura generada a la vez que el tamaño resultante.

Si el aumento en la dureza y velocidad de la Bala Rocosa no sirvieron de mucho, ¿funcionará un aumento de calor y poder explosivo?

“Eso ya no te servirá. ¡Ran Ma (Distorsión Mágica)!”

Mi ataque sin sentido fue contrarrestado sin contemplaciones. En cuanto apunté a Orsted con mi mano derecha, la magia condensada en ese punto estaba siendo distorsionada e inutilizada; haciendo que, aunque mi poder mágico seguía saliendo de mi cuerpo, cuando llegaba a ese punto perdía la forma, dispersándose.

Aun en mi febril estado actual fui capaz de comprender el principio; lo que Orsted estaba haciendo era interferir en el maná que salía de mi mano, alterándolo hasta conseguir cancelar mi hechizo.

No me extrañaría que pudiera hacerlo yo también. Pero aunque mi mano derecha haya sido bloqueada, aun tengo mi mano izquierda.

Comencé a ejecutar un hechizo en mi otra mano, lanzándole una onda de choque a Orsted en el pecho. El sonido resultante fue casi un fuerte sonido de un campanazo que lanzó a Orsted hacia atrás y, por la cercanía a este, a mí también en sentido contrario, alejándome aun más de él.

“Hmm… ¿A cancelado Ran Ma? No, no es eso… es un tipo de hechizo simultáneo. Eres un chico bastante habilidoso si eres capaz de conjurar en silencio hechizos de esta forma….. ¿Y qué tal esto?”

Con su mano izquierda, el hombre chasqueó sus dedos y a sus pies apareció una pequeño cuadrado frente a él de unos 50 centímetros cuadrados. Se trataba de una ventana preciosamente adornada con tonos plateados y llamativas decoraciones de dragones.

“Oh, tu determinación es sorprendente.”

Olvidándome de todo lo demás, preparé el hechizo de Fuego más poderoso que era capaz de ejecutar hacia Orsted. En mi mente se reflejaba una enorme explosión ardiente de la que emanara una nube con forma de hongo; quería imitar una explosión nuclear.

Fui acumulando el poder mágico que podía con la intención de centrar la explosión en él, ya que no podía hacer otra cosa en esa situación. Además que no se me ocurrió que Eris y Ruijerd acabarían viéndose envueltos en la explosión, mi estado había hecho que perdiera la cabeza.

“Ábrete, Puerta Frontal del Dragón.”

Tras casi susurrar sus palabras, la pequeña ventana a sus pies se abrió, y en ese instante, el poder mágico que le lancé con mi mano izquierda fue absorbido por esta, tras lo que el marco de la ventana se rajó con un fuerte sonido dejando ver algunas grietas.

Al mismo tiempo que esto ocurría, la explosión que había lanzado detonó cerca de Orsted. Pero el tamaño era increíblemente menor del que tenía en mente y simplemente la esquivó.

“Menuda cantidad tan aterradora de poder mágico. Ni mi Puerta Frontal del Dragón pudo contenerla completamente. Ese poder es similar al de Laplace…. supongo que por ese motivo Hitogami te convirtió en su apóstol. Pero dime, ¿Por qué no has curado aun tu pulmón con magia curativa? ¿Acaso intentas que baje la guardia?”

Llegados a este punto, mi mente empezaba a nublarse, y no podía pensar con claridad. Hacia tiempo que me faltaba oxígeno.

El hombre por su parte simplemente siguió observándome con detenimiento, y nuestras miradas se cruzaron.

“¿Se acabó…?”

Tras sus palabras, Orsted volvió a acercarse hacia mí, haciéndome entrar en pánico, ya que no había nada más que pudiera hacer.

“¿No puedes hacer nada a parte de magia?”

Mi magia había sido sellada y mis piernas no me respondían, dejándome totalmente inmóvil. Y frente a mí, una increíble emanación de instinto asesino.

No puedo hacer nada.

Pude ver por el rabillo del ojo como la ventana que apareció antes a sus pies desaparecía, pero este hecho no me servía de nada.

“¡¡GAH!!”

Lo único que hice fue dejar escapar una pequeña imitación en forma de rugido del aullido mágico que aprendí en la aldea Dordia.

“¡Mu…!”

Viendo mi acción, Orsted se puso a la defensiva. Aunque, como era de esperar, lo único que hice fue dejar salir sangre de mi boca sin ningún otro efecto.

“…¿Solo maná? ¿Qué pretendías?”

Ya no me queda nada que pueda hacer; habiendo sellado mi magia, no tengo posibilidad de ganar si tengo que combatir cuerpo a cuerpo.

Lo único que podría hacer en esta situación es postrarme ante él.

“Ya no importa, muere.”

Pero Orsted no me dio tiempo ni a suplicar por mi vida.

“Ga fu…”

Su brazo vino hacia mí volando a una increíble velocidad y sin dificultad atravesó mi cuerpo, pudiendo notar como su puño atravesaba mi corazón, hiriéndome claramente de muerte. Con una herida que no podría curar ni con magia curativa.

“Qué decepción… Maldito Hitogami, ¿por qué convertiste en apóstol a alguien que ni puede revestirse en Touki? ¿Qué pretendías?”

Sacó su puño de mi pecho, permitiéndome verlo completamente bañado en mi sangre.

Por mi parte, intenté mantenerme en pie, pero mi cuerpo no me hacía caso y en contra de mi voluntad, caí al suelo como marioneta a la que le cortan los agarres.

En el borde de mi visión, pude ver a Eris mirándome desde el suelo con una mirada vacía.

Nuestros ojos se cruzaron.

“Ahhh…ah…Lu…Lud….¡Ludeusss…!”

Mientras mi consciencia iba desvaneciéndose, tuve un pensamiento extremadamente calmado.

Ah, mierda… no quiero morir… Aun no he cumplido la promesa que le hice a Eris. Podrías esperarte al menos un par de años antes de matarme, al menos de esa forma me iría sin ningún tipo de remordimiento… Cúrate… Cúrate… Solo hay una herida… reune maná en ella. Puede que no pueda pronunciar el conjuro porque mi pulmón está destrozado, pero no hay prisa, cúralo lentamente con el maná… Arreglalo.. no, lo arreglaré. No puedo permitirme morir aun.

“¡UwaaaaahhhhhaaaAAA!”

Eris dejó escapar un fuerte grito de frustración ante la escena.

“¿Era alguien importante para ti? Lo lamento, Eris Boreas Greyrat; pero puedo asegurarte que a todos nos llega la hora. Sigamos, Nanahoshi.”

“S-Sí…”

Orsted tranquilamente continuó su marcha guiando a la joven que le acompañaba.

Eris era incapaz de ponerse en pie y atacarle, posiblemente por el daño recibido o quizás por el miedo o la impresión; pero en su estado, lo único que pudo hacer no fue alzar su espada, sino su voz en un grito ahogado entre lágrimas.

“¡Ruijerd! ¡Ghyslaine! ¡Abuelo! ¡Padre! ¡Madre! ¡Therese! ¡Paul! ¡No me importa quien lo haga, quien sea! ¡Pero que salve a Ludeus o morirá!”

Maldita sea, no puedo ni mantener los ojos abiertos……. ¿de verdad acabó? ¿Hasta aquí llegué?……. No quiero…………..morir….

.



…..

…….

“Eh, Orsted, hay algo en todo esto que no acaba de encajar… ¿Te importaría dejar con vida a ese tipo?”

Mientras mi mente se apagaba, pude escuchar estas palabras.

Me dio la impresión de que había escuchado esa voz antes.

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

10 Comentarios
Mas Votados
Mas Recientes Mas Antiguos
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios