Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 7

Capítulo 7: Otro Ataque

Parte 4

Mientras tanto, dentro de la mansión de Liselotte, Hiroaki, Flora, Roanna y el Duque Huguenot habían sido evacuados a una sala de invitados. Dentro había cuatro caballeros como guardias, incluidos Stewart Huguenot y el comandante de escuadrón de élite, Raymond Brandt.

La pierna de Hiroaki se sacudió nerviosamente mientras se sentaba en el sofá. “Ah… ¿Es normal que los monstruos ataquen ciudades de esta manera regularmente?”

“Si bien no es una ocurrencia regular, tampoco es desconocida. Ha habido ciudades y pueblos que han sido aniquilados por monstruos en el pasado”, respondió el duque Huguenot con calma.

“Ya veo…” Hiroaki lanzó un suspiro dramático.

Parece estar bastante nervioso. El miedo de la pelea anterior debe estar teniendo efecto. El duque Huguenot entrecerró los ojos. Normalmente, Hiroaki se jactaba de fingir confianza.

“Hmph”. Stewart resopló por la nariz despectivamente mientras miraba a Hiroaki. Él debe haber notado, mientras miraba a Stewart.

Al darse cuenta de su error, Stewart se aclaró la garganta con exageración. “…Perdóneme. Tenía la garganta seca por los nervios.”

El duque Huguenot fulminó con la mirada a Stewart, y él desvió la mirada de su padre en pánico. Un aire tenso flotaba sobre la habitación.

***

En otra parte, en la plaza justo antes de la puerta oeste de Amande, Aria dirige agresivamente a sus subordinados, soldados experimentados y aventureros contra la plaza llena de monstruos.

“Hay demasiados”.

No importa cuántos derrotaran, los monstruos seguían llegando desde fuera de la puerta. Simplemente había demasiados. Aria gruñó mientras decapitaba tranquilamente al orco que tenía delante.

Claramente hay más que cuando los monstruos atacaron en el bosque. Me encantaría aclararlos todos a la vez con magia a gran escala, pero tengo que tener cuidado de no quedarme sin esencia mágica. Esas cosas están esperando en la parte de atrás, después de todo. Miró a los tres minotauros que estaban fuera de la puerta.

“Guheehee”. Los minotauros estaban disfrutando de la vista desde lejos con sonrisas desagradables.

Pero es desconcertante por qué no están invadiendo la ciudad. Aria frunció el ceño con sospecha. Al igual que Río, tenía dudas sobre las acciones que los minotauros estaban tomando. Sin embargo, aunque Aria tenía los mismos pensamientos, no podía darse el lujo de moverse tan libremente como Río. Al menos, no hasta que ella derrotara a los tres minotauros.

Es un poco arriesgado, pero tendré que avanzar un poco más, decidió Aria audazmente.

“Capitán Mattias”, llamó a un hombre guapo que luchaba cerca. Tenía poco más de veinte años y vestía ropa de combate de mayor calidad que los otros soldados, empuñando una espada con un diseño único en sus manos. Era la espada encantada que Liselotte le había prestado temporalmente.

“¿Qué pasa, señorita Aria?” El hombre llamado Mattias cortó fácilmente a un monstruo que se acercaba antes de responder en un tono coqueto inadecuado para un campo de batalla.

“Es desconcertante cómo los minotauros no han mostrado movimiento. ¿Dejamos este lugar a los demás y nos dirigimos fuera de la puerta para encargarnos de ellos?”

“… ¿Solo tú y yo?”, Preguntó Mattias, aparentemente desconcertado.

“Sí”, Aria asintió solemnemente.

“¿Hablas en serio?”

“Este no es el momento de hacer bromas”.

“Lo supuse. Bueno, si es una invitación tuya, supongo que sí. Vamos a hacerlo. No quisiera agotarme aquí antes de enfrentar esas cosas al final, de todos modos “, dijo Mattias alegremente, encogiéndose de hombros.

Aria estaba a punto de responder, cuando…

“¡Kshaaa!” Los revenantes de piel oscura que habían estado esperando fuera de la puerta de repente soltaron un chillido.

“¡Shaah!” Los otros revenantes siguieron, todos chillando uno tras otro.

Aria se preparó con el ceño fruncido por la sospecha. “… ¿Qué está pasando?”

“¡MROOOOOH!” El minotauro dejó escapar un rugido tremendo, lo suficientemente fuerte como para hacer eco a través de todas las áreas de Amande.

“¿Qué? ¿Qué es?” Mattias preguntó confundido.

“¡Kshaa!” Los más o menos veinte revenantes de repente comenzaron a correr hacia la puerta de repente.

“¡¿Qué?!” Incluso Aria se sorprendió por eso. Los revenantes usaron sus habilidades físicas inherentes para correr dentro de la puerta.

“¡Derríbalos sin importar qué!” Aria ordenó con determinación. Y todavía…

“¡MROOH!”

De repente, los minotauros también se movieron. Con movimientos ágiles inadecuados para su tamaño gigante, saltaron corriendo sobre la puerta y directamente hacia el centro de la plaza.

A pesar del pánico en su rostro, Aria expresó sus órdenes con calma. “¡Asistentes, saquen a los revenantes! ¡Todos los demás, continúen concentrándose en los duendes y orcos! ¡Capitán Mattias!”

“Entendido. ¡Hagamos algo con esos tipos grandes!” Mattias respondió resueltamente.

***

Al mismo tiempo, en las murallas del norte de Amande, Lucius y Reiss se escondían en un callejón.

“Esa es la señal. No podía escuchar ninguna voz del este, así que supongo que fueron sacadas “, murmuró Reiss en voz baja.

“Finalmente es nuestro turno. Mi cuerpo está rígido hasta el infierno ahora”, dijo Lucius, estirándose perezosamente.

“Démonos prisa. Parece que los monstruos señuelo serán eliminados más rápido de lo esperado. El verdadero espectáculo comienza contigo. Cuento contigo, Alphonse.” Reiss instó a que se fueran, mirando al revenant negro que estaba cerca de ellos.

“Sí. Déjalo. Para mí” —dijo Alphonse, asintiendo con una sonrisa de alegría.

***

Al mismo tiempo, Rio se dirigía hacia la posada en la que se había quedado antes. El ataque de los monstruos había comenzado cuando los alrededores aún estaban oscuros, pero ahora, el sol estaba saliendo y todo era mucho más brillante. Los ciudadanos seguían evacuando por la plaza antes de la posada, pero había mucha menos gente que antes. La gran cantidad de soldados que dirigían la evacuación también se habían ido; Parecía que la evacuación se había llevado a cabo sin problemas. Luego, justo cuando Río aterrizaba frente a la posada mientras inspeccionaba el área, el rugido del minotauro en la puerta oeste resonó por la ciudad.

“¡MOOOOOOH!”

… La voz del minotauro en la puerta oeste, Rio adivinó correctamente. La situación estaba cambiando por el momento, y era posible que el rugido en este momento fuera un signo de algo peor por venir.

Mejor me apuro. Rio pensó, dirigiéndose a la posada y hacia su habitación con prisa. Pero la puerta se abrió desde el otro lado primero, Aishia salió a saludar a Rio.

“Bienvenido a casa.”

“Regresé, Aishia”, respondió Rio con una sonrisa; Celia asomó la cabeza por detrás de Aishia.

“¡Bienvenido de nuevo!”, Dijo con una suave sonrisa de alivio.

“He regresado, perdón por hacerte esperar tanto”.

“No, está bien… ¿Pero cómo está afuera? Vi a Aria dirigiéndose hacia la puerta oeste desde la ventana, pero ¿qué era ese rugido en este momento…?”

“La cantidad de monstruos en la puerta este ha disminuido mucho, por lo que debería estar bien ahora. Creo que el rugido era un minotauro en la puerta oeste, pero si Aria está allí, entonces creo que estarán bien combinados”.

Si bien Aria podía manejar múltiples minotauros y revenantes en un nivel de combate igual o superior para ellos, había demasiados monstruos en la puerta oeste. Entonces no pudo decir nada demasiado optimista.

“¿Qué hacemos ahora?” Preguntó Aishia.

“Estoy pensando en ayudar a la defensa de la ciudad y hacer que la profesora y Aishia evacuen a las afueras de la ciudad”. No queriendo causar una preocupación innecesaria, Rio ocultó la extraña sensación que tenía sobre los monstruos y les dijo su próximo comportamiento.

“Entendido,” Aishia asintió inmediatamente sin dudarlo. Celia observó la expresión de Rio y asintió ansiosamente.

“…Bueno.”

“Con la profesora en un lugar seguro, también podré pelear a gusto. ¿Puedo pedirte esto?” Rio se dirigió a Celia con una mirada preocupada. Tenerlo así lo hizo difícil para Celia negarse.

“… Está bien”. A pesar de la expresión de preocupación en su rostro, Celia todavía asintió obedientemente.

“Gracias. Por favor evacue fuera de la puerta sur. Conduce a tierras de cultivo abiertas, y no hay monstruos allí. Te acompañaré hasta la mitad: si las calles están vacías, podemos volar por el aire en el camino”.

“Sí, lo tengo”.

“Vamos a salir de aquí.”