Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 7

Capítulo 4: Disculpa

Parte 1

Más tarde esa noche, en una oficina dentro de la finca de Liselotte en Amande…

“…Y eso es lo que pasó. El empleado dentro de la sala y el personal fuera de la sala estuvieron presentes durante toda la experiencia penosa y sus testimonios coinciden entre sí, por lo que es seguro presumir que estos son los hechos “, informó Aria a Liselotte y Duque Huguenot con voz plana. Acababa de terminar de explicar los problemas que Stewart y Alphonse habían causado.

Las sillas de invitados en la sala estaban ocupadas por Liselotte y Duque Huguenot, quienes tenían una expresión de dolor en sus rostros. Un aire incómodo fluyó por toda la habitación.

“… Realmente lo siento por esto”, dijo Duque Huguenot después de una pausa. Estaba sentado frente a Liselotte; él inclinó la cabeza profundamente hacia ella.

“No … Bueno, veamos … Por ahora, aceptaré tus disculpas”, dijo Liselotte, aceptando las disculpas de Duque Huguenot en un tono tartamudo; no tenía otra opción, ya que algo había sucedido, y había otras cosas que priorizar antes de dedicar tiempo a descubrir quién era el responsable en este momento.

“Esos tontos…” murmuró el duque Huguenot en voz baja con una voz terriblemente fría.

“¿Y qué hay de Sir Haruto?” Liselotte suspiró en voz baja antes de girarse para dirigirse a Aria.

“Como ya es tarde en la noche y Haruto fue la víctima obvia en este caso, además de ser nuestro valioso huésped, le he pedido que descanse en la posada. Le ofrecí una disculpa en la escena a toda prisa, pero le informé que se disculparía con él directamente mañana, maestra,” respondió Aria respetuosamente. Ella había sido la que reunió todos los detalles en la posada.

El alboroto de Stewart y Alphonse había sido escuchado no solo por el personal, sino también por algunos de los clientes, por lo que no había forma de que se excusaran.

Además, el empleado dentro de la habitación había dado un testimonio como tercero, y el personal en espera fuera de la habitación también había estado observando la situación en silencio, todos confirmando que ninguna de las fallas recayó en Río. Además de eso, las chicas que habían ido allí con Stewart y Alphonse testificaron que los dos chicos tenían la culpa una vez que habían sido retirados de la habitación. No sentían ninguna razón para salir de su camino para proteger a los dos, especialmente una vez que la persona encargada de supervisar su ciudad apareció en carne y hueso.

En ese momento, Rio regresó cortésmente a su habitación, mientras que Stewart y Alphonse fueron restringidos y enviados a la finca de Liselotte. Para el registro, Celia y Aishia fueron devueltas a sus habitaciones por el juicio de Rio antes de que Aria llegara, dejando a Rio solo para responder las preguntas pero evitando la confrontación con Aria.

“…Ya veo. Entonces iré mañana por la mañana para disculparme,” dijo Liselotte con una cara amarga.

Esta es la peor ocurrencia posible. No quería que pensara en nosotros como nobles arrogantes… pero un incidente como este definitivamente lo haría más cauteloso.

Había muchos plebeyos que consideraban arrogante la noción preconcebida de nobles. Si bien eso se debió al número real de nobles que actuaron con arrogancia hacia la gente común, Liselotte no lo consideró algo bueno. Para un comerciante como Liselotte, llevarse bien con la gente comenzó con confianza, obviamente, nadie entablaría acuerdos comerciales con alguien en quien no pudiera confiar.

“Entendido. Entonces, haré los preparativos apropiados,” dijo Aria respetuosamente.

“Si bien no quisiera nada más que acompañarte…” Duque Huguenot interrumpió con palabras terriblemente angustiadas, que se fueron apagando.

“… Me duele decir esto, pero con tu posición como el padre de Sir Stewart, puede ser mejor si no apareces ante Sir Haruto, para que no lo hagas más cauteloso”, dijo Liselotte con dificultad. Temía que Rio no quisiera ver al padre de un asaltante, sino que prefería que el perpetrador se disculpara directamente con él. Aunque ese puede no ser el caso.

“Me lo imaginé”. Duque Huguenot frunció el ceño con impaciencia.

“¿Me permitirías explicarle la situación en su nombre a Sir Haruto? Después de eso, prepararé una oportunidad adecuada para que te disculpes “, sugirió Liselotte por el bien del duque Huguenot.

“Por supuesto. Dígale que no tengo nada más que buena fe hacia él y que tengo la intención de resolver los fracasos de mi hijo tonto de manera apropiada “, acordó Duque Huguenot de inmediato. Era extremadamente raro que alguien en la posición de un duque se disculpara con un plebeyo, lo que tal vez era una señal de cuán valoradas eran las habilidades de la persona llamada Haruto.

“Entendido”. Al igual que Huguenot, Liselotte también valoraba mucho a Río y no quería que su relación se arruinara por un asunto tan trivial. Por eso necesitaba abordar esto con el mayor cuidado y respeto.

Mañana va a ser un día largo. Liselotte suspiró en voz baja para expulsar su agotamiento.

***

Después de que el Duque Huguenot terminó su discusión con Liselotte, convocó a Stewart y Alphonse a la habitación de invitados en la que se hospedaba. Tan pronto como vio sus caras, Duque Huguenot escupió palabras despectivas llenas de ira.

“Ustedes completos tontos…”

“…..” Stewart y Alphonse temblaron de miedo absoluto. Ya se habían vuelto completamente sobrios, sus rostros pálidos como fantasmas.

“P-Padre, yo…” Stewart comenzó a decir algo, pero el duque Huguenot lo calló sin dudarlo.

“Silencio. Apenas me quedaban expectativas, pero este incidente me ha dejado totalmente decepcionado. Creo que te dije antes… que no habría próxima vez “, le dijo el Duque Huguenot a Stewart, sus palabras llenas de ira fría.

“P-Pero…”

“Dije – silencio”.

“…..” Stewart no tuvo más remedio que permanecer en silencio.

“Arruinar mi relación con un espadachín de esa habilidad, manchar de tierra mi nombre e incluso causarle a Liselotte un gran inconveniente. Alégrate, muchacho. Como lo deseas con tanto cariño, te desheredaré”, disparó el Duque Huguenot con una sonrisa burlona.

“¡¿D-Desheredar?! Duque Huguenot, ¡eso va demasiado lejos!” Alphonse se opuso al Duque Huguenot en estado de shock.

La desheredación era un sistema que permitía al jefe de familia revocar el derecho de herencia a quienes tenían derecho a él. En términos de castigos privados, fue la segunda pena más severa después de la desautorización. En el momento en que se anunciara públicamente la desheredación, Stewart perdería su puesto para convertirse en el próximo duque Huguenot, por lo que era comprensible que Alphonse hiciera un escándalo.

“No recuerdo haberte permitido hablar, tampoco, Alphonse”, dijo el duque Huguenot fríamente, mirándolo.

“¡P-Pero esto es demasiado por una simple disputa con un simple plebeyo, un espadachín!” Alphonse se encendió, tomando a la luz de Río.

“¿Un simple plebeyo? ¿Él? ¿No fuiste testigo de sus habilidades con la espada con tus propios ojos? ”, Dijo el Duque Huguenot, mirando a Alphonse con desprecio.

“… ¡Habilidades de espada a un lado, un plebeyo es un plebeyo!” Al sentir que estaba siendo menospreciado, Alphonse respondió sin desanimarse.

“¿Y qué hay de eso? ¿Te ves siendo mucho más hábil que él?” El Duque Huguenot respondió con frialdad.

“¡¿Qué dijiste?!” Por un momento, Alphonse olvidó que el duque Huguenot estaba clasificado por encima de él.

“Seguro que eres una persona emocional. Ya veo… Tal vez te convenga más el ejército que la política. Aunque serías terriblemente incompetente de cualquier manera “, dijo el Duque Huguenot rotundamente.

Alphonse alcanzó su límite.  “¡C-Cómo te atreves! No me importa si eres duque.  ¡Retira esas palabras en este instante! “

“No siento la necesidad de hacerlo. Eres incompetente.”

“Entonces, ¡entonces me gustaría escuchar la razón por la que crees que soy incompetente!”, Dijo Alphonse, respirando con dificultad por la nariz.

“… Liselotte y yo estábamos discutiendo formas de reclutarlo de nuestro lado. Sin embargo, tú, al juzgar mal su valor, arruinaste esa posibilidad. Si eso no es incompetencia, ¿cómo lo llamaré? Es capaz de acabar a tres minotauros. ¿Podrías hacer lo mismo?” Exasperado, el duque Huguenot hizo sus preguntas para provocar al hombre más joven.

Tres minotauros. Como había estado allí para presenciarlos con sus propios ojos, Alphonse sabía qué amenaza habían sido. Es por eso que Alphonse se calmó por un momento… Y, sin embargo, no pudo retroceder.

“… Si yo también tuviera una espada encantada, entonces sí”.

“¿Espada encantada? Jajaja. Entonces, vas por la espada a continuación. Usar una espada encantada también requiere una cantidad adecuada de talento. No veo que poseas tanto talento para eso.” Dijo el duque Huguenot, sin siquiera molestarse en darle humor.

Habiendo hecho una declaración audaz, Alphonse tampoco pudo retroceder fácilmente. “¡E-Eso no es cierto!”

“¿A pesar de que ustedes dos trataron de atacarlo, dos contra uno, y en cambio las cosas se volvieron hacia ustedes?”, Dijo el Duque Huguenot con una carcajada.

“Guh…” La cara de Alphonse se arrugó en humillación, pero de repente, la dirección de la conversación comenzó a cambiar.

“Pero, bueno… Ya que estás dispuesto a llegar tan lejos, puedo darte la oportunidad de limpiar tu nombre. De lo contrario, no podría mirar a tu padre a la cara “, dijo de repente el duque Huguenot.

“¡Lo haré! ¡Permíteme hacerlo!” Ofreció Alphonse sin escuchar los detalles. Esa era otra parte de él que Duque Huguenot encontró incompetente, pero no lo señaló.

El duque Huguenot calmó a Alphonse rotundamente antes de llegar al punto. “Muy bien, solo escucha primero. Considerando la cantidad de monstruos que nos atacaron, Liselotte quiere investigar el bosque al oeste de Amande… “

“Entonces, ¿quieres que te ayude en esa investigación?”, Preguntó Alphonse enojado.

“Bueno, ¿no eres rápido en la aceptación? Puede haber sobrevivientes de los monstruos que acechan en el bosque… Si te va bien como grupo avanzado, puedo decirle algo a tu padre. Por supuesto, si fallas, serás enviado de regreso a Rodania y puesto en arresto domiciliario”.

“¡Por favor, déjame hacer esto!”

“Muy bien. Sin embargo, la condición es que te disculpes con Haruto con sinceridad”.

“¡Qué…!” Alphonse, que había estado listo y con muchas ganas de irse, se resistió ante la condición que el duque Huguenot le atribuía.

“¿Algo pasa? Si usted es una persona competente o no, es un problema diferente pedir disculpas por causar problemas. Naturalmente, debe liquidar esas deudas. Planeo negociar con Liselotte para obtener esa oportunidad para que lo haga. Ah, y asegúrate de disculparte también con ella”, dijo el Duque Huguenot, acorralando a Alphonse con su lógica bien razonada.

“Yo… entiendo”. Alphonse apretó los dientes ante la humillación y asintió con la cabeza al final. Antes de darse cuenta, no le quedaban otras opciones.

“Es bueno oír eso. Entonces, ¿practicaremos? Disculpe por causarme inconvenientes con este incidente. Pon tu corazón en ello. Eso también va para ti, Stewart” —exigió el Duque Huguenot con indiferencia.

“¿Qué…?” La repentina demanda causó que Stewart y Alphonse se congelaran inadvertidamente.

“¿Qué pasa? Te dije que te disculparas.” El duque Huguenot ordenó fríamente.

Ante eso, su hijo se estremeció. “P-Por favor, perdóname, padre”, dijo Stewart reflexivamente.

“Guh… lo siento, duque Huguenot”. Sin otra opción, Alphonse también se disculpó en voz baja.

“Sin valor. ¿Quieres decir “acepta mis disculpas”, no? “, Dijo el Duque Huguenot a los dos con gran exasperación.

“Kuh…” Stewart y Alphonse hicieron una mueca, pero el duque Huguenot estaba completamente serio. No tenía la intención de mostrarles misericordia.

“… Por favor, acepta mis disculpas”, dijeron los dos con extrema incomodidad, sus voces casi desaparecieron mientras hablaban.

“Creo que te dije que te disculpes con sinceridad. ¿Qué tal si al menos bajas la cabeza? Las frentes van contra el suelo. ¿Ni siquiera puedes hacer eso?” el Duque Huguenot escupió con severa decepción, sin molestarse en ocultar la exasperación en su voz.

“P-Por favor, acepta mis disculpas…” Stewart se postró en el suelo, nervioso, muy conmocionado.

“¡Guh! ¡S-Stewart! ” Alphonse casi estalló de rabia, pero al ver a Stewart arrojar a un lado su orgullo lo hizo detenerse justo antes de hacerlo.

“¿Pasa algo, Alphonse? Si se niega a hacer esto, puede olvidar lo que acabamos de discutir. De lo contrario, discúlpate ahora”, instó duque Huguenot a Alphonse con frialdad.

“…..” El cuerpo de Alphonse estaba temblando de ira, pero cayó de rodillas después de un momento.

En este día, experimentó la mayor humillación de su vida.

***

A la mañana siguiente, Rio y las chicas estaban desayunando juntas, completamente en desacuerdo con la noche anterior.

“A fin de cuentas, anoche fue terrible por un momento allí. Mi corazón todavía late con fuerza. Estás seguro de que está bien ahora, ¿verdad? ¿No nos veremos involucrados en algo extraño? “, Preguntó Celia con Rio preocupada.

“Si. Aria ha jurado firmemente que nada malo saldrá de esto por nosotros. Quería que confiáramos en Liselotte.” Rio sonrió con un movimiento de cabeza para tranquilizar a Celia.

“Ya veo…” Aun así, Celia asintió con preocupación.

“… lo siento, te he causado mucha preocupación al acompañarme. ¿Qué tal si tú y Aishia se quedan en la casa de piedra desde hoy en adelante? ”, Sugirió. Celia ya había estado teniendo mucho cuidado de no encontrarse con su vieja amiga Aria, y ahora había sido arrastrada a un incidente con sus antiguos alumnos de una manera imprevista. Había sido un problema tras otro desde ayer.

“¡No! ¡Estoy bien, de verdad!” Celia sacudió la cabeza nerviosa.

“Pero…” Rio frunció el ceño.

“Estoy bien, dije. No es que sucedan problemas como ese todos los días, ¿verdad? “, Dijo Celia con una sonrisa forzada.

“Pero no podrás descansar adecuadamente de esta manera”.

“Está bien. No quiero separarme de ti, de todos modos”. La voluntad de Celia era firme, esos eran sus verdaderos sentimientos.

“…..” Inseguro de qué decir, Rio simplemente parecía perdido por las palabras.

“¡Ah, e-eso es solo porque estoy preocupada, sin embargo!” Celia debe haber encontrado sus palabras vergonzosas, ya que sus palabras salieron nerviosas.

Rio se rió y sonrió alegremente. “Bueno. Gracias.”

“S-Sí. D-De todos modos, ¿no es peligroso fuera de Amande en este momento? Con tantos monstruos al acecho y todo…” Celia dijo rápidamente, tratando de ocultar su vergüenza. Sin embargo, tenía un punto: las afueras de Amande eran ciertamente peligrosas en este momento. Dicho esto, las afueras de Amande estando fuera de los límites no impidieron que se mantuvieran más lejos de la ciudad, y con Aishia allí, cualquier cosa que pudiera pasar se resolvería fácilmente.

“… Sí, tienes razón”, dijo Rio, respetando la decisión de Celia. “Entonces, continuaremos quedándonos en esta posada. Gracias de todos modos, Aishia.”

Aishia se había estado metiendo comida en la boca en silencio, pero cuando Rio se dirigió a ella, aceptó en voz baja. “Sin preocupaciones. Si lo peor llega a ser peor, podemos simplemente correr”.

Rio se aturdió por un segundo, antes de reírse. “…Solo corre. Corre, ¿eh? Ajaja, bueno, supongo.”

“Oye, no es cosa de risa. ¿Qué haremos si realmente se trata de eso?” Celia se quejó, pero estaba sonriendo suavemente.

“Déjamelo a mí. Huir de la opresión del poder es mi especialidad”, dijo Rio en broma encogiéndose de hombros.

“Caray”, murmuró Celia, sonriendo en una muestra de exasperación.