Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 7

Capítulo 2: Llegada a Amande

Parte 1

Rio, el grupo de Liselotte y los demás llegaron a Amande. El carruaje entró en la ciudad desde la puerta oeste y se dirigió por la calle principal hacia el centro de la ciudad, dirigiéndose al distrito norte donde se encontraba la finca de Liselotte.

“Gracias por acompañarme hasta aquí, Lady Liselotte”. Rio fue dejado en la plaza en el centro de la ciudad para dirigirse al alojamiento que estaba preparado para él.

“No fue un problema en absoluto. Enviaré un mensajero mañana por la mañana, así que diviértete por el resto de hoy. Aria, asegúrate de cuidar a Sir Haruto”, dijo Liselotte desde donde estaba viendo a Río fuera del carruaje.

“Entendido”, respondió Aria, asintiendo con la cabeza respetuosamente. Liselotte subió al carruaje una vez más y se dirigió a su propiedad, y Aria comenzó su tarea de liderar Río.

“Permítame mostrarle el camino, Sir Haruto. Por favor sígame.”

“Por supuesto”. Rio comenzó a caminar tras Aria. Un momento después, llegaron a la posada.

“Está por aquí”. La posada estaba ubicada justo en la plaza donde el carruaje los había dejado. Al estar en la plaza en el centro de la ciudad, estaba relativamente cerca de la finca de Liselotte y era un lugar muy deseable.

“Vaya, esta es una posada más espectacular”. Rio miró hacia la posada a la que lo condujeron con los ojos muy abiertos. El edificio de tres pisos estaba hecho de piedra elegante y parecía ser de nueva construcción, ya que todavía parecía como tal. No había duda de que era de una clase superior en comparación con las otras posadas de lujo en el área.

“Gracias por el cumplido. Por favor, entra.” Aria inclinó la cabeza respetuosamente y se acercó a la entrada del edificio. Varios empleados esperaban antes de la posada. Parecían reconocer la cara de Aria, ya que les dieron la bienvenida sin interrupción.

“Por favor tome asiento aquí y espere un momento, Sir Haruto”. Aria hizo que Rio se sentara en un sofá en el vestíbulo antes de dirigirse sola a la recepción. Entonces, una empleada que llevaba un traje de camarera se le acercó.

“Aquí tiene, señor Haruto”, dijo la empleada, colocando una taza de té frente al sofá. Ella debe haber escuchado su nombre de Aria. Entonces, ni siquiera un minuto después, Aria regresó.

“Sir Haruto, los preparativos de su habitación se han completado. Te llevaré a eso ahora, así que por favor, sígueme.”

“Muéstreme el camino”. Rio se levantó y se inclinó brevemente antes de comenzar a moverse. Lo llevaron a una habitación en el último piso del edificio.

“¿Esta habitación se adapta a tu gusto? Tiene varias habitaciones, por lo que sus compañeras pueden quedarse en habitaciones separadas si así lo desean”, explicó Aria una vez que llegaron.

Rio miró alrededor de la espaciosa habitación con asombro. “Naturalmente, nunca encontraría una falla en una habitación tan maravillosa como esta…”

El espacio asignado a la sala de estar superó fácilmente los quince metros cuadrados, y había varias habitaciones además de eso. Era una pizca más pequeña que la casa de piedra que poseía Río, pero sin duda era la habitación de la suite.

“Si está satisfecho con este espacio, entonces puede quedarse aquí todo el tiempo que desee. Se ha reservado para su uso sin límite. Y no habrá necesidad de preocuparse por los honorarios.” Aria se inclinó y habló con reverencia. Todo fue bastante lujoso.

“… estoy muy agradecido”, dijo Rio disculpándose, aceptando la buena voluntad de Liselotte.

***

Después de que Aria salió de la habitación, Rio se sentó en el sofá de la sala y llamó a Aishia a través de su conexión telepática. Aishia, ¿puedes oírme? Para espíritus contratados como Aishia, era posible comunicarse entre sí dentro de un radio de medio kilómetro.

Sí, te escucho, Aishia respondió de inmediato, haciendo sonreír a Rio.

Gracias a dios. ¿Dónde estás ahora mismo? Como todo había sucedido tan rápido, apenas habían podido comunicarse antes de separarse, por lo que Rio temía que pudiera haber causado preocupación a las dos.

Tomando un té con Celia en una cafetería cercana.

Ajaja, me alegra escuchar eso. Parecían estar pasando un momento más relajante de lo que él esperaba, llenándolo de una sensación de alivio. Sin embargo, ese no parecía ser el caso.

Celia está preocupada, así que ven aquí rápidamente.

…Entendido. Hay cosas que quiero contarles a las dos, así que estaré allí. Rio se levantó en silencio del sofá.