Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 7

Capítulo 1: El Camino a Amande

Parte 3

 

 

Al final, se consideró que el carro había escapado de cualquier daño irreparable. Al regresar a la carretera principal, Aria informó inmediatamente a Liselotte, que estaba limpiando el área con las otras chicas asistentes.

“Mi señora, se han completado las reparaciones de emergencia en el carruaje de caballos”.

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La expresión de Liselotte se iluminó. “¡¿De verdad?! ¡Espera, e incluso lo trajiste hasta aquí!” Cuando vio a Rio agarrando una soga y remolcando el carruaje detrás de él, quedó un poco asombrada.

“Perdón por la espera”, dijo Rio a Liselotte, tirando del carruaje hacia la carretera.

“… Me disculpo, Sir Haruto, por hacer que transportes el carruaje después de repararlo”. Liselotte inclinó la cabeza hacia Rio en tono de disculpa.

“No, Aria también ayudó a empujar desde atrás la mayor parte del camino. También tomé prestado el poder de mi espada encantada, así que fue mucho más fácil de manejar que el ataque del minotauro”, bromeó Rio, sacudiendo la cabeza.

“Por qué, qué tan confiable eres”, se rio Liselotte. Cosette se acercó de repente y le ofreció cortésmente a Rio una taza de madera para beber.


“Sir Haruto, por favor acepte algo de beber”. Estaba lleno de un dulce jugo de frutas adentro.

“Oh, muchas gracias por la oferta. Erm…” Rio se inclinó, agradeciéndole amablemente pero descubriendo que no sabía su nombre.

“Perdóname. Me llamo Cosette Soy una asistente que sirve a Lady Liselotte”. Cosette pellizcó el dobladillo de su uniforme de asistente e hizo una reverencia elegante.

“Pff…” Liselotte y Aria, que estaban familiarizadas con la verdadera forma de Cosette, apenas pudieron contener la risa al ver su entusiasmo.

“Muchas gracias, señorita Cosette”, dijo Rio alegremente, sin haber notado las expresiones de los otros dos temblando de risa.


“También me gustaría agradecerte por lo que hiciste por nosotros antes. Puede ser imprudente de mi parte hablar así, pero quería expresar mi gratitud. Por favor, perdona mi rudeza” —dijo Cosette, bajando la cabeza profundamente en señal de respeto.

Rio inclinó la cabeza con una mirada preocupada. “No fue nada. Y no soy un noble, así que no necesitas actuar tan formalmente conmigo.”


“No puedo aceptar eso. Mi maestro le debe a Sir Haruto su vida. Ahora, no puedo olvidar lo que hizo aquí… Gracias por tu tiempo.” Cosette sacudió la cabeza con gracia e inclinó la cabeza antes de girarse. Con ese claro mensaje transmitido, se dio la vuelta y se fue con la gracia de un cisne.

“Al ver a Cosette y Aria, parece que todos sus asistentes están muy bien entrenados, Lady Liselotte”, dijo Rio con asombro.

“No, bueno… Gracias.” Liselotte asintió con la cabeza con el ceño fruncido.

***

 

 

Poco después de eso, los caballeros que patrullaban por gemas encantadas y posibles amenazas comenzaron a regresar uno por uno. Una vez que los caballeros se rehidrataron, el duque Huguenot también se acercó; decidieron que intentarían mover la espada minotauro que estaba obstruyendo el paso a través del camino.

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“Ahora, movámoslo a un lado de la carretera”.

“Yo fui quien lo tiró al suelo. Si lo desea, podría hacerlo yo mismo…” sugirió Rio.





“Hmm… ¿No sería un poco demasiado difícil para ti hacerlo solo? Creo que atraparlo en el aire y balancearlo es una carga muy diferente a levantarlo del suelo…” Dijo lógicamente el duque Huguenot.

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“Permíteme intentarlo primero, luego,” dijo Rio, apretando el mango de su espada aún envainada y haciendo alarde de que la balanceaba como para extraer el poder encantado. Se acercó a la gran espada, agarrando la espada de piedra que era varias veces más alta que él.

“… ¡Hah!” Con una pequeña respiración, ejerció su fuerza. La gran espada que fue perforada en el suelo crujió cuando comenzó a levantarse. Después de un momento, fue liberada por completo.

“¡Oooh!” Los vítores se levantaron alrededor de Río.

“Es peligroso, así que por favor retrocedan”. Desafortunadamente, la hoja era bastante larga, por lo que Rio advirtió a los caballeros y a las chicas que estaban cerca que tuvieran cuidado.

Liselotte miraba a Río con los ojos muy abiertos. “… ¿Podrías hacer lo mismo?”, Le preguntó a Aria, que estaba a su lado.

“No lo sabré hasta que lo pruebe por mí misma, pero… creo que debería ser posible”, respondió Aria en voz baja.

“Oi oi, seguro que es ruidoso aquí.” Hiroaki apareció desde el carruaje. Al parecer, todo el ruido le había llamado la atención.

Flora vio a Rio sosteniendo la gran espada de piedra y abrió mucho los ojos mientras murmuraba asombrada. “… Parece que Sir Haruto lleva esa espada”.

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Mientras tanto, los ojos de Hiroaki se posaron en la misma escena. Miró a Rio reuniendo la atención con una mirada bastante indiferente en sus ojos. “Hah, ya veo…”

Todavía llevando la gran espada, Rio caminó lentamente hacia el bosque al costado del camino. Los caballeros y los asistentes murmuraron para sí mismos mientras lo veían hacerlo.

Oh, genial… Ahora están todos alborotados. Seguro debe ser agradable, ser atractivo. Es como vivir la vida en modo fácil, que la gente te adule solo por llevar algo pesado … pensó Hiroaki con cara de desconcierto mientras miraba a las chicas asistentes que se quejaban cerca. Incluso Liselotte estaba mirando a Río con una expresión de asombro en su rostro. Hiroaki encontró ese hecho el más desagradable de todos. En ese momento, Río llegó al bosque con la espada de piedra en la mano y suavemente la dejó de lado en el bosque.

Hiroaki suspiró exasperadamente. Supongo que es hora de mostrarles el poder de un verdadero héroe. Partió, caminando hacia Río casualmente.

Cuando Liselotte notó que Hiroaki se había bajado del carruaje, ella lo llamó. “… ¿Héroe?”

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“Solo mira esto,” dijo Hiroaki con una mirada engreída, dirigiéndose hacia el lado de la carretera donde estaba Rio. Rio acababa de levantarse después de terminar su trabajo y estaba girando sobre sus talones para regresar. Notó que Hiroaki se acercaba e inclinó la cabeza.

“Oh. Hola héroe ¿Pasa algo?”

“Me preguntaba qué tan pesada era esa espada de piedra. Solo préstamela por un segundo.” Hiroaki sonrió con un resoplido, agarrando la espada que Rio había puesto en el suelo con ambas manos. Con un gruñido audible, intentó levantarla. Luego, aunque se balanceó inquieto por un momento, Hiroaki logró sostener la gran espada de piedra perfectamente.

“¡Ooh!” Los caballeros alzaron sus voces en una ovación.

Roanna también se acercó de inmediato. “Eso es espléndido, Sir Hiroaki”.

“Ah, es un poco difícil de transportar debido a su tamaño, pero supongo que esto debería hacerlo. No es gran cosa”. Hiroaki sonrió con aire de suficiencia, lleno de confianza en sí mismo.

La forma en que sostiene su cuerpo es completamente amateur, pero sus habilidades mejoradas son prometedoras. Si tiene tanta fuerza, entonces probablemente sea más fuerte que el caballero promedio, por lo que tiene sentido que tenga confianza en su fuerza. Pero… ¿esto es arte espiritual? Rio analizó para sí mismo, con los ojos muy abiertos.

“Eso es muy impresionante, héroe”, elogió a Hiroaki mientras reflexionaba.

“Hahaha. Bueno, tampoco eres tan malo. Volvamos.” Hiroaki bajó la gran espada de piedra hasta donde estaba y le dio unas palmaditas en el hombro a Rio antes de regresar al carruaje a paso ligero. Roanna lo acompañó. Su pecho estaba hinchado con orgullo ante toda la atención reunida en Hiroaki. Los labios de Rio se arquearon en una sonrisa mientras los seguía a los dos desde atrás.

Hiroaki fue directo a Liselotte y la llamó, obviamente de buen humor. “Vamos Liselotte, vámonos. Sube al carruaje. Tú también, Flora.” Él incluyó a Flora como una ocurrencia inmediata.

“Ah, sí”. Flora respondió primero. Liselotte asintió respetuosamente, mirando a Rio.

“Entendido. Entonces, ¿puede Sir Haruto acompañarnos? Nos dirigiremos hacia Amande… “

“También tengo negocios en Amande, así que no tengo ninguna razón para objetar… ¿Pero estás segura de que quieres dejarme en el carruaje contigo?”, Preguntó Rio, observando la expresión de su grupo observadoramente. Su posición social no era apropiada para viajar con un héroe, una princesa, un duque y dos damas nobles. Normalmente, ni siquiera se le permitiría viajar con nobles regulares.

“No hay necesidad de sentir ningún tipo de reserva. Salvaste todas nuestras vidas antes, después de todo”, dijo Duque Huguenot, sonriendo alegremente.

“Así es, Sir Haruto. También queríamos dar nuestro agradecimiento formal, así que por favor, son más que bienvenidos a unirse a nosotros”, dijo Liselotte, inclinando la cabeza profundamente.

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Rio trató de detener a Liselotte de la confusión. “No, no, por favor levante la cabeza, Lady Liselotte”.

“Sí, tiene razón. Alguien tan importante como tú no debería inclinar la cabeza tan fácilmente “, acordó Hiroaki.

“… Entonces discúlpeme por mi comportamiento”, dijo Liselotte con el ceño fruncido, mirando a Rio.

“Ahora, empecemos ya. Vamos,” dijo Hiroaki, dirigiéndose primero hacia el carruaje.

Por lo tanto, Rio siguió a Liselotte y los demás a Amande.

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