Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NW)

Volumen 5

Capítulo 49.1: Capítulo Especial, Eris en su Supresión de Goblins

 

 

— Desde el punto de vista de Cliff —

Puede parecer un tanto repentino, pero quiero presentarme. Soy Cliff Grimoire, actualmente tengo 13 años, y voy a contaros un poco de mí.

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Cuando tuve suficiente uso de razón, comprendí que estaba en un orfanato de Milis-Sion. Ese orfanato era como un símbolo de la autoridad de la Santa Iglesia Milis; en el que todo, desde los gastos hasta el mantenimiento estaban perfectamente controlados y permitía que los niños crecieran sin problema alguno mientras se buscaban padres adoptivos con los que llevarles.

Cuando cumplí los 5 años, el que se convertiría en mi padre adoptivo me acogió, se trataba de Harry Grimoire; que al tiempo descubrí que se trataba de una persona que ostentaba un alto cargo en la Santa Iglesia Milis.

Aunque he de decir, que incluso antes de ser adoptado, yo había recibido una educación especial para niños prodigio, permitiéndome alcanzar el nivel Avanzado tanto en magia de Curación, como Restituyente y Exorcismo, además de nivel Intermedio en todos los elementos de magia ofensiva, siendo Fuego la escuela con la que poseía más soltura de estas, que había llevado hasta el nivel Avanzado.

Básicamente, soy lo que podríais llamar un genio. Y como es natural, todo el mundo halagaba mi habilidad, comprendiendo que me convertiría en una persona excelente de mayor.

Pero en cualquier caso, ninguno de mis compañeros poseía tal cantidad de magias en su repertorio como yo. Es cierto que tenía compañeros que habían alcanzado el nivel Santo en magia Curativa, y otros en Restituyente; pero ninguno había conseguido llevar las 3 escuelas hasta el nivel Avanzado. Esta diversidad había hecho que varios de los maestros llegaran a llamarme incluso el Futuro Sabio.

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Pero muchos de los profesores intentaban detener mi avance, mi educación para poder aspirar a más, decían que no debía tener prisa, y asentar mis bases, pero yo lo veía como si querían que de mayor fuera uno más; mediocre. Por lo que poco a poco dejé de hacerles caso, ya que tenía claro lo qué necesitaba y cómo hacerlo.

Desde hacía algún tiempo, mi padre adoptivo ya tenía claro que yo le sucedería en el cargo, como era de esperar. Pero personalmente, quería ser un aventurero.

¿Que por qué un aventurero? No estoy seguro, pero creo que me caló ver a mis compañeros del orfanato que acabaron siendo aventureros.

El sistema que poseía el orfanato era que si no te llegaba a adoptar ninguna familia para cuando cumplieras los 10 años, ingresabas en una escuela controlada por la Santa Iglesia Milis, donde se estudiaba y entrenaba durante 5 años. Las áreas más recurrentes eran entrenamiento para el combate, ya fuera con la espada o con magia; pero básicamente, entrenaban en los ámbitos que estuvieran más acorde con el talento de cada estudiante.

Los que sobresalieran no solo en sus estudios, sino también en espada y/o magia acababan siendo reclutados como caballeros; pero la gran mayoría acababan como aventureros, por lo que un gran número de antiguos alumnos del orfanato lo eran.

Esas personas de vez en cuando aparecían por el orfanato, a veces simplemente para saludar a profesores, y otras aprovechaban para contar sus historias sobre las aventuras vividas. Escuchándoles, los huérfanos querían seguir sus pasos para vivir aventuras similares y propias, como es mi caso.

Pero como era de esperar, por mucho que soñara con convertirme en aventurero, comprendía que mis circunstancias me lo impedían; he sido huérfano, sé que no puedo pedir demasiado ni ser demasiado egoísta. Por este motivo, soporté mis ansias tanto como pude, pero por mi estilo de vida, la presión me hizo explotar un día.

Soy el Futuro Sabio, puedo hacer algo tan sencillo como ser aventurero…

Y un día concreto, me escapé de casa con la intención de registrarme como aventurero para ponerme a prueba. Varios de mis profesores me han hablado de sus días de juventud viviendo como aventureros contándome sus historias con orgullo, añadiendo frases como Como era joven, quería ganar toda la experiencia que me fuera posible, y por eso me convertí en aventurero.

Por eso mismo, decidí ganar esa experiencia de la que hablan, por lo que me preparé para el gran reto. Cogí el báculo que mi padre adoptivo me regaló en mi 10º cumpleaños y salí del Distrito Sagrado en dirección al Distrito de Aventureros, comprando de camino un manto de color azul parecido al que los magos aventureros llevaban para darse a conocer como magos; tras lo que entré en el gremio de aventureros.

Si me registrara como mago sanador, es muy probable que la Santa Iglesia Milis me encontrara de inmediato, por lo que mejor me registro simplemente como mago genérico.

Poco después, conseguir registrarme con éxito, por lo que ahora por fin era el aventurero que siempre quise ser y del que tan bien me habían hablado.

Hay una aventura esperándome en este mundo al que acabo de llegar.

Con eso en mente, le eché un vistazo al resto de aventureros en el gremio, presa de la excitación, y me di cuenta de que todos eran personas musculosas, por lo que seguramente todos fueran algo así como guerreros o espadachines.

Los senpais del orfanato siempre comentaron que era difícil encontrar magos habilidosos, por lo que habiéndome registrado como mago y vistiendo como mago, no me costará encontrar un grupo.

Me acerqué a varios grupos para intentar unirme a ellos, pero todos me rechazaron una y otra vez; rápidamente, y sin darme explicaciones, de forma brusca. El 4º grupo que me rechazó me hizo perder la paciencia.

“¡Explícate! ¡¿Por qué motivo no me dejáis entrar en vuestro grupo?!”

“Ya te lo he dicho, tu rango es demasiado bajo.”

“¡¿Qué importa mi rango?! ¡Pero si tengo la habilidad de un aventurero de rango A! ¡¿Encima que me rebajo para unirme a vuestro grupo me rechazáis?!”

“¿Qué has dicho…? ¡Ten cuidado con lo que dices, niñato! ¡A esta distancia no tendrás nada que hacer si me da por darte una paliza!”

“¡Lo único que sabes hacer es menear una espada, ¿qué te has creído?!”

“Puto mocoso…”

El hombre musculoso me levantó del suelo agarrándome por el cuello del manto, yo aun estaba tranquilo mientras pensaba que si no me contenía con mi magia sería capaz de quitármelos de encima.

“Dejaos de tonterías, parecéis críos.”

Y una chica de más o menos mi edad con un pelo rojo intenso interrumpió nuestra discusión.

***

 

 

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La infancia de Cliff fue bastante similar a la de Ludeus, pero a diferencia de este, Cliff no había mantenido los recuerdos de una vida anterior, y ya con 5 años empezó a sentirse superior y volverse bastante insolente.

Quizás la falta de personas mejores que él le habían llevado a volverse engreído.

Y con el tiempo, esa insolencia solo fue en aumento, hasta el punto que dejó de hacerle caso a sus profesores y a actuar por su cuenta. Hasta el punto de que ni siquiera les hizo caso cuando le hablaron de los rangos y como esto limita las misiones y los grupos.

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En su cabeza, los rangos eran simplemente medallas que no importaban a la hora de trabajar como aventurero, lo que le llevó a su situación actual.

***

 

 

Un poco antes de lo ocurrido en el gremio, Eris Boreas Greyrat se dirigía al gremio de aventureros.

Todas las personas que se cruzaban con ella, podían ver a una jovencita sonriendo alegremente y con paso animado recorriendo las calles.

Vestía su atuendo típico de aventurera, ropa un poco gruesa sobre la que se encontraban protectores de piel, unas botas finas pero resistentes sobre unos pantalones de cuero, y en su cinto llevaba colgada su espada. Era fácil saber a simple vista que era una espadachina.

Aunque hoy no llevaba la capucha que le regaló Ludeus, lo cual era extraño; pero Eris sabía que si llevaba esa capucha al gremio estando sola la confundirían con una maga y la molestarían varios desconocidos. Es algo que ha vivido en varias ocasiones aun cuando iba con Ludeus y Ruijerd en su viaje por el continente demoníaco.

Eris finalmente llegó a la sede del gremio de aventureros de Milis-Sions, que se encontraba al final de la calle principal en el Distrito de Aventureros; era el edificio de mayor tamaño de todo este distrito.

Sin sentirse cohibida de ninguna forma por la impresionante y enorme puerta del gremio, Eris entró en este; aunque al echarle un vistazo al enorme salón inconscientemente se cruzó de brazos casi como un acto defensivo.

Pero básicamente, era una habitación de mayor tamaño hasta que el salón de banquetes de su antigua casa en Roa; y por supuesto, era el salón de gremio más grande que había visto hasta la fecha. Si hubiera sido la misma que cuando se registró por primera vez como aventurera, es posible que esta habitación tan espaciosa y llena de bullicio la hubiera amedrentado.

Pero hablamos de Eris, una aventurera de rango A, con muchos combates de experiencia; ni dudó en seguir adelante, en dirección a su objetivo, el tablón de anuncios.

Comparado con los tablones de otros gremios, este tenía una cantidad de tareas y misiones desbordantes. Ante semejante cantidad, Eris se cruzó de brazos echándole un vistazo a todas.

Hoy no estaba buscando misiones de rango B, sino las tareas que había por la zona de rango E, que es donde suelen colgar las misiones libres que no tienen limitación de rango. Estas misiones las solicita el propio imperio o reino periódicamente, y aunque la paga es algo inferior a una misión de rango B, la urgencia por cumplirlas permitía que cualquier aventurero pudiera aceptarlas.

Eris no había sabido de estas misiones debido a que no existían imperios ni reinos en el continente demoníaco.

Pero entre todas estas misiones, Eris consiguió encontrar aquella que andaba buscando.

Rango:LIBRE
Nombre de Tarea:Supresión de Goblins
Recompensa:10 Milis de cobre por oreja traída
Información Adicional:Mermar poblaciones de Goblins
Lugar:Al este de Milis-Sion
Duración:Sin duración límite
Fecha límite:Sin fecha límite
Nombre del Patrón:Orden de Caballeros Sagrados
Notas:Los aventureros primerizos deben prestar especial atención a los Hobgoblins que aparecen de vez en cuando.
No arranquéis esta hoja de misión. Simplemente traed los objetos requeridos al mostrador para recibir la recompensa.

 

Los Goblins son monstruos que aparecen únicamente en bosques y praderas, y aunque son humanoides y utilizan utensilios y herramientas básicos, son incapaz de comprender el idioma humano.

Por lo general, no hay problemas con dejarles tranquilos, pero llega un momento en el que si deja de tenérseles en cuenta, su población aumenta considerablemente y se dedican a atacar aldeas y pueblos cercanos. Por lo que básicamente, se les consideraba un tipo de plaga.

Pero aunque este fuera el caso, debido a que suelen habitar los bosques y alrededores, cumplían la misión de controlar la cantidad de monstruos que aparecían en los bosques, y por este motivo no se buscaba suprimirlos completamente, sino simplemente reducirlos en número de forma periódica.

Otro aspecto importante era que por lo general, los Goblins son monstruos débiles que hasta un joven inexperto con una espada sería capaz de acabar con uno; debido a esto, el gremio de aventureros los utilizaba como una misión de introducción para los recién llegados para que fueran ganando experiencia mientras ganaban algo de dinero y de paso controlaban la población de estos.

Y, aunque Eris no supiera esto, a los Goblins también se les usaba como instrumento de tortura para espías de naciones enemigas.

Pero básicamente, por todas estas razones, la población de Goblins en Milis se mantenía en cantidades moderadas.

Pero volviendo al tema principal, ¿qué motivo puede tener Eris para querer hacer una misión de tan bajo nivel, siendo una aventurera de rango A y con la habilidad para vencer a aventureros de rango C por su cuenta, y cuya destreza ha sido hasta aprobada por el mismísimo Ruijerd?

Pues en este caso, 2 motivos.

El primero y más importante, hacer una misión de supresión de Goblins siempre fue el sueño de Eris. Ya que durante el poco tiempo que Eris asistió a la escuela de nobles; había escuchado a sus compañeros de clase hablar de qué harían si se convirtieran en aventureros. Y lo que hablaron fue que lo primero sería cazar Goblins, ahorrar dinero haciéndolo y dirigirse poco a poco a la zona sur del continente central para ponerse a prueba con los Laberintos de esa zona y misiones de mayor rango.

Eris, que les había estado escuchando, poco a poco se hizo ilusiones de que haría algo similar si se volviera aventurera; y estas ilusiones comenzaron a crecer y crecer hasta el punto que les pidió al grupo de niños que la dejaran unirse a la conversación, que acabó en una pelea entre ellos hasta que les dio una paliza a 3 de ellos.

Poco después dejó la escuela y conoció a Ghyslaine, y cada una de las veces que la oía hablar de su vida como aventurera, esta ilusión que se había hecho en la cabeza crecía y se reforzaba.

Tras conocer a Ludeus, estas ilusiones se convirtieron en algo así como un sueño de ir de aventuras a su lado; ella como espadachina, él como mago, y los 2 solos conquistarían Laberintos.

Pero cuando por fin se vieron en medio de una aventura real, sus sueños difirieron de la realidad; principalmente porque Ludeus era mucho más impasivo y pragmático de lo que se había imaginado, por lo que, para evitar un peligro innecesario según sus palabras, nunca se acercaron a un solo Laberinto.

Es más, cuando Eris le dijo que quería ir a suprimir Goblins, puso una cara de confusión como preguntándole ¿Por qué motivo?. Esta pregunta era normal, ya que Eris era una aventurera que había empezado en el continente demoníaco, por lo que no había un claro motivo para ponerse a suprimir Goblins ahora.

Pero dejando eso a un lado, básicamente… Cazar Goblins era el primer apartado en la lista de Eris de Cosas que voy a hacer si me convierto en aventurera; por lo que aunque no hubiera un motivo concreto, era algo que quería hacer.

Y la segunda razón… es secreta…

“¿Me dará tiempo a volver antes de que se ponga el sol…?”

Echándole un vistazo a la misión, Eris se preguntaba el tiempo que le tomaría ir y volver de la zona de caza, porque en esta ocasión tendría que desplazarse a pie.

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Por mucho que aun sea de día, prefiero que me sobre tiempo a que me falte.

“¿…Hm?”

En el borde del tablón de anuncios, cerca las misiones de rango F, había una nota.

Desaparecidos de la provincia de Fedora, poneos en contanto con…

Sin prestarle más atención al resto, Eris siguió observando las misiones del tablón; el motivo de este desinterés es porque ya había visto una nota igual en Puerto Santo.

Ludy no ha hablado de lo que ocurrió en Fedora, seguro que por no querer agobiarme con el tema, no me cabe duda. Seguro que hasta el hecho de que nos hayamos dividido hoy es para encargarse del asunto por su cuenta, porque es probable que no comprendiera las cosas más complicadas. Estoy segura de que aunque yo no le haya prestado demasiada atención al asunto, Ludeus sí, y que cuando lo crea oportuno lo discutirá conmigo directamente.

Esos eran los pensamientos de Eris sobre este asunto y jamás de los jamases se le ocurriría pensar que Ludeus simplemente se había olvidado del asunto y que no sabía nada de las notas sobre los desaparecidos.

“¡Bueno, es hora!”

Habiendo confirmado todo sobre la misión de supresión, Eris se dirigía a la salida del gremio llena de entusiasmo.

Todo lo que tengo que hacer es salir por la puerta este, llegar a donde están los Goblins y destrozarlos. No me extrañaría que pudiera acabar con 1 o 2 nidos enteros.

No había nada más que la separara de su destino y comenzaba a sonar un requiem en honor a los futuros Goblins caídos.

“¡Explícate!”

O eso parecía, pero de improvisó escuchó voces y Eris se detuvo girándose hacia ellas por acto reflejo. El origen de estos gritos era un joven rodeado por un grupo de hombres el doble de altos que él.

“¡¿Por qué motivo no me dejáis entrar a vuestro grupo?!”

El joven que gritaba iba vestido con un manto de tonalidad azulada, algo más pequeño que Ludeus y con un pelo también más oscuro que el del compañero de Eris. Sus ojos estaban ocultos por un flequillo bastante largo y su váculo tampoco parecía tan impresionante como Arrogancia del Rey Dragón de Agua (Aqua Heartia); aunque a juzgar por el tamaño del cristal mágico que llevaba, daba la impresión de ser un báculo hecho con materiales caros.

Veo que mi familia tiene mayor estatus que la suya…

Este pensamiento lo tuvo Eris de manera natural, entre otras por la educación recibida durante varios años.

“¡¿Qué importa mi rango?! ¡Pero si tengo la habilidad de un aventurero de rango A! ¡¿Encima que me rebajo para unirme a vuestro grupo me rechazáis?!

Como es natural al escuchar una forma de expresarse tan arrogante, el joven hizo que los hombres que le rodeaban se enfadaran; hasta Eris le destrozaría si le hubiera dicho algo así a ella.

“¿Qué has dicho…? ¡Ten cuidado con lo que dices, niñato! ¡A esta distancia no tendrás nada que hacer si me da por darte una paliza!”

“¡Lo único que sabes hacer es menear una espada, ¿quién te has creído?!”

“Puto mocoso…”

Aun cuando uno de los hombres le levantó del suelo agarrándole por el cuello de su camisa, el joven siguió manteniendo una expresión solemne y tranquila; aunque a Eris no se le escapó que sus piernas temblaban ligeramente.

Sin darle mucha importancia, Eris se acercó hasta ellas y se interpuso ligeramente entre el joven y el resto de hombres.

“Dejaos de tonterías, parecéis críos.”

Si Ludeus hubiera estado presente, se habría quedado patidifuso al oír a Eris decir una expresión como esa; algo que nunca esperarías venir de alguien como ella. Y es que esas palabras se debieron a que Eris se había dejado llevar por la situación.

Como soy una aventurera de rango A, debo de comportarme con más estilo que esos hombres que se enfadan con facilidad. Vamos, un hombretón enfadándose con un novato y yo interponiéndome; he quedado genial…

O algo similar debía estar pensando Eris en ese momento.

“…Tsk… tienes razón, esto es una estupidez.”

El hombre no tardó en soltar al joven, y eso que Eris había asumido que tendría que pelear contra él, este gesto la decepcionó un poco.

“Chicos, vayámonos de aquí.”

Los hombres se marcharon y en el lugar solo quedó el joven junto a Eris, ya que esta se quedó esperando a que el joven le agradeciera la ayuda con la siguiente escena en mente.

Joven: Gracias por salvarme, pero, ¿quién eres?

Eris: No soy nadie especial.

Joven: Al menos dime como te llamas.

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Eris: Está bien, digamos que soy Ruijerd de Dead End.

Hay que decir que esto es algo que Ludeus ha hecho de vez en cuando, y era lo que Eris imaginó que ocurriría.

“¡Que sepas que no necesitaba tu ayuda!”

El joven le soltó esas palabras y Eris quedó algo petrificada.

“¡Con mi habilidad en magia habría podido resolver un conflicto tan trivial como ese! ¡La próxima vez métete en tus asuntos, adefesio!”

El chico tuvo suerte; cayó inconsciente de un único golpe y por si fuera poco, los hombres que acababan de alejarse seguían suficiente cerca como para poder detener a la enfurecida Eris. No llega a ser por ellos, y sin lugar a dudas el joven habría perdido su carnet de padre.

***

 

 

Aun habiendo perdido parte del ánimo que tenía al salir de la posada esa mañana, Eris se dirigió a la puerta este de Milis-Sion con la intención de ponerse en acción. Pero seguía molesta.

El motivo…

“¡Espera! ¡Espérame, por favor!”

El joven al que había dejado inconsciente se había despertado y venía siguiéndola.

“Siento lo que dije antes, seguía un poco confundido por la situación…”

El joven le dijo esas palabras e inclinó la cabeza; el gesto mejoró el humor de Eris, pero seguía estando un poco molesta.

El joven no comprendía lo cerca que estuvo de morir. No llega a caer inconsciente del primer golpe, y da por seguro de que no hubiera sido capaz ni de venir corriendo tras Eris para disculparse.

“Me llamo Cliff. ¡Cliff Grimoire!”

“…Yo Eris.”

Eris prefirió no presentarse ante esta persona como Dead End, prefería no vender el nombre de Ruijerd como el de una persona que le da una paliza a una persona por un simple insulto y malas palabras.

“¡Así que Eris-san! ¡Qué nombre tan magnífico! ¡Pero dime, Eris-san, por tu atuendo diría que eres una espadachina, ¿me equivoco?! ¡En ese caso, me gustaría hacer equipo contigo!”

Bloqueándole el paso en mitad de la calle, Cliff no dejaba de hablar y hablar; lo que hizo que a Eris le entraran ganas de dejarle inconsciente nuevamente, pero por el momento, prefirió soportarlo.

“No quiero.”

Eris dio media vuelta resoplando y le dio la espalda alejándose.

En serio, qué chico tan raro, mira que seguir intentando acercárseme después de que le diera una paliza… el único de los que conozco que haría algo así es Ludeus.

“¡Entiendo, en ese caso, te pido que al menos me dejes cubrirte la espalda! ¡Me llaman el Futuro Sabio, así que ten por seguro que te seré de ayuda!”

Si Ludeus hubiera estado aquí, seguro que le diría al chaval ¿Qué dices de Futuro Sabio? ¡En todo caso serías un Esperma de Sabio, puto pajero!….. o al menos lo pensaría.

Pero Eris nunca diría palabras tan vulgares como esas, sino que más bien le diría Si de verdad eres un Futuro Sabio, pienso destrozarte aquí mismo y comerme ese futuro del que hablas acompañado de huevos fritos…

“Dudo que hayas conocido nunca a un mago de mi nivel, Eris-San. Pero puedo asegurarte soy mejor que el mago más poderoso de rango A.”

Al escuchar estas palabras, el mal humor de Eris aumentó considerablemente.

Para ella, el ‘mago más poderoso era sin lugar a dudas, Ludeus.

Ludeus es tan buen mago, que hasta Ruijerd había aceptado esa fuerza. No me cabe duda que es el mago más poderoso de ese rango, en lugar del niñato este.

“¡Me gustaría que lo confirmaras con tus propios ojos, Eris-san!”

Dejándose llevar por su afán competitivo, Eris acabó pensando ¡Pues echémosle un vistazo a su nivel!.

“De acuerdo, pues sígueme.”

“¡Claro!”

Y de esa forma fue como Eris y Cliff acabaron yendo juntos a cazar Goblins.

***

 

 

7 Goblins acabaron calcinados en un instante.

“¡¿Qué te ha parecido, Eris-san?! ¡¿A que es impresionante?! ¡Ten en cuenta que un mago normal sería incapaz de hacer semejante proeza!”

Con una expresión llena de orgullo, Cliff le echaba un ojo a los Goblins que acababa de aniquilar; estaban tan carbonizados que era imposible ni recolectar las orejas.

“¿De veras? No es para tanto.”

Las palabras de Eris no eran para molestar a Cliff, sino que eso era lo que realmente pensaba. El hechizo que había usado Cliff era de nivel Avanzado de la escuela de Fuego, conocido como 『IGNI-EXODUS』 o Sendero de Fuego. Y Eris había visto a Ludeus usarlo anteriormente.

Ludeus no tuvo que ponerse a pronunciar el conjuro y el suyo tuvo más potencia; encima, jamás lo habría usado con enemigos tan débiles como estos, porque nunca cometería el error de cargarse los objetos a recolectar.

Por si fuera poco, mientras estuvo entonando el conjuro, Eris estuvo peleando contra esos Goblins; y como Cliff no hizo ningún gesto que dejara claro que había terminado de conjurar, casi acaba atrapada por el hechizo.

Ludeus jamás me pondría en peligro con sus conjuros.

“Eris-san, por tu comentario, veo que no sabes mucho sobre magia… escucha, en primer lugar, la magia es algo que…”

Cliff se puso a darle una larga y cansina explicación de los niveles de los hechizos desde elemental hasta avanzado, y de como, el nivel Avanzado que acababa de usar era demasiado para que ninguno de los hombres de antes fuera capaz de usarlo.

Toda esa explicación era algo que Eris ya sabía; porque Ludeus se lo había enseñado en clase.

Encima las explicaciones de Ludeus son más fáciles de comprender.

“¿Comprendes ahora mi genialidad?”

¿Le pego?

Cuando por fin pudo ir a suprimir Goblins como siempre había soñado, debido al molesto joven que la acompañaba, le estaba quitando las ganas. Y por ese motivo, Eris se giro al joven y se puso autoritaria con los brazos cruzados, las piernas separadas, diciéndole sin miramientos.

“Ya basta. No me sirves para nada, así que vete.”

Eris estaba acostumbrada de que si le hablaba así a Ludeus, este la dejaría tranquila, al menos durante un tiempo. Pero parece que Cliff no sabe leer entre líneas.

“¡¿Pero qué diantres dices?! ¡Pero si has tenido problemas peleando con ese puñado de Goblins, ¿cómo vas a poder ir sola?!”

Antes de que pudiera reaccionar, ya tenía un puñetazo incrustado en su cara; a lo que Cliff se llevó las manos a la cara mientras sangraba por la nariz. Rápidamente conjuró un hechizo curativo y detuvo el sangrado.

“¡¿Qué te crees que haces?!”

“Tsk.”

Eris chasqueó con la lengua, porque como no estaba bien dejar a alguien inconsciente en medio del camino, decidió contenerse. Pero el resultado fue que el chico se envalentonó más.

“Por supuesto comprendo que eres fuerte, Eris-san, es algo que tengo muuuuyyy claro. Así que adentrémonos en el bosque y te enseñaré de lo que soy capaz de hacer con esos Goblins.”

No había maldad en sus palabras, sino que su única motivación es enseñarle a Eris lo especial que era. Aunque, que quede claro, no era que un chico quisiera chulear delante de la chica que le gustaba lo bueno que era, sino que simplemente quería dejar sorprendida a Eris con su poder.

“Al bosque no.”

Eris apenas pronunció palabras, pero evitar el bosque es algo que Ludeus siempre decía y con lo que Ruijerd solía estar de acuerdo; por lo que Eris lo seguía a rajatabla.

“Jamás esperé oír algo así de ti, Eris-san, ¿acaso tienes miedo?”

“¡Yo no le temo a nada!”

Por mucho que Eris apoyara la idea de no entrar en el bosque, era una chica bastante fácil de convencer con frases como la que Cliff le lanzó.

Eris pensaba en su interior que es inaceptable permitir que un aventurero novato se atreviera a ridiculizar a un Boreas.

“¡¿Quieres ir al bosque?! ¡Pues vale! ¡Vayamos!”

Y así fue como los 2 acabaron adentrándose en el denso bosque.

***

 

 

“Aquí en Milis parece que no cambia mucho la cosa ni aunque nos metamos en el bosque, ¿eh?”

Mientras Eris cortaba con su espada a otro monstruo con forma de mono llamado Utan. Eran monstruos de rango D, por lo que no son rivales para Eris.

“Tienes razón, no son rivales para mi magia.”

Cliff decía esto mientras mataba nuevamente a un Utan con magia de Viento de nivel Intermedio.

De esta forma, los 2 se adentraron rápidamente en las profundidades del bosque, a lo que de improviso y repentinamente se pudo escuchar a Eris.

“Ah-”

“¡¿Qué ocurre, Eris-san?!”

Cliff se acercó a Eris mostrando una expresión alegre, mientras que Eris parecía bastante molesta o preocupada por algo. Cuando le vio acercarse, Eris se cruzó de brazos, separó las piernas y le lanzó una mirada a Cliff con la barbilla algo prominente.

“Eh, tú, ¿sabes el camino de vuelta a la ciudad?”

“No.”

Como es natural en esta situación, Cliff tampoco tenía idea de cómo regresar a la ciudad, ya que ninguno de los 2 se esperaba adentrarse en el bosque, y lo hicieron por una sugerencia de última hora. Por este motivo, no venían preparados correctamente para adentrarse en el bosque, ni habían estado atentos al camino de vuelta.

“Entiendo, en ese caso, nos hemos perdido…”

Eris declaró esto sin perder la calma; Cliff mientras tanto escuchó estas palabras y permaneció en silencio durante unos instantes. Al poco su cara se puso blanca como la cal.

“¿Y q-qué hacemos ahora?”

Al ver a Eris tranquila, Cliff se imaginó que tendría alguna idea de como salir.

Mierda, esto va mal… como esos 2 se enteren de que me he perdido en un bosque van a reírse de mí; me preguntaran por qué demonios me metí en un bosque si tan solo iba a cazar Goblins….

Pero estos pensamientos no se reflejaban en su rostro, ya que una dama de la familia Greyrat siempre debe mostrarse resuelta.

“Cliff, elévate en el aire y mira en qué dirección está la ciudad.”

“¿Qué dices? Es imposible que pueda hacer algo así, ¿no te parece?”

“Ludeus es capaz de hacerlo.”

“¿Ludeus? ¿Quién es ese?”

“Mi sensei.”

“¡¿Ehh!?”

Eris dejó escapar un suspiro.

Por mucho que discuta con él, no me valdrá de nada… pero ¿qué es lo que debería de hacer ahora?

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Y en ese momento recordó lo que Ghyslaine le había enseñado en las ocasiones en las que acabara perdida.

Si no lo recuerdo mal, tenía que hacer un fuego con unas cuantas ramas, así podría verse el humo en la distancia. Pero… ¿quién lo vería? Ruijerd tenía cosas que hacer, igual que Ludeus… Nadie vería el humo.

“…”

Sin darse cuenta, Eris se había cruzado fuertemente de brazos con su pose imponente y dejando que en su boca se dibujara el símbolo へ. En esta situación, cerró los ojos y pensó con atención las palabras de Ghyslaine.

Cuando empieces a preocuparte más y más, es el momento en el que debes de relajarte y no dejarte llevar por el pánico.

Estas palabras son las que conseguían que, sin importar la situación en la que encontrara, nunca fuera presa del pánico.

“Esto…. ¿Eris-san? ¿Qué deberíamos hacer?”

“Debería haber más aventureros por el bosque.”

“E-entiendo… podemos pedirles ayuda… vamos a buscarles.”

Cliff se puso a correr de inmediato y nerviosamente, mientras que Eris se quedó totalmente inmóvil.

Ruijerd le enseñó que hacer en momentos como este, y lo mejor era detenerse y buscar la presencia de otras personas a su alrededor. Aunque Eris no poseyera un tercer ojo como el Supard, Ruijerd le enseñó como buscarlas siguiendo sonidos, el entorno además de las fluctuaciones en el maná.

A Eris todavía le falta práctica en estos campos, pero era algo que practicaba a diario.

“Eris-san…¿?”

“¡Silencio!”

Eris respiró profundamente y con los ojos aun cerrados, fue afilando sus sentidos.

Escuchando los sonidos del bosque.

Sintiendo como las hojas se rozaban entre ellas por el viento.

Notando las pisadas de animales en movimiento.

Oyendo a los insectos agitándose por el bosque.

Y finalmente, en la distancia y con un tono bastante ahogado, el sonido de armas.

“Los encontré. Por aquí.”

Sin dudarlo, Eris se puso en marcha, tomando decisiones y acciones inmediatas.

“¿Qué dices? ¡¿Qué encontraste?!”

“A gente, están por aquí.”

“¡¿Cómo?!”

“Busqué su presencia.”

“¡¿Eso también te lo enseñó tu sensei?!”

Ante esta pregunta, Eris dudo un instante.

¿Ruijerd es también mi sensei? Sí….¿no? No le aprecio tanto como Ghyslaine, pero me ha enseñado muchísimas cosas. Así que sí, es mi sensei… bueno no, más que sensei, diría que es mi Shishou.

“Así es.”

“Vaya, veo que es bastante sorprendente ese tal Ludeus del que hablas…”

“¿Hm?….Sí, Ludeus es fantástico.”

¿Por qué habrá mencionado a Ludeus si hablábamos de Ruijerd? Bah, ¿qué importa…?

Y Eris siguió el sonido de espadas sin darle más importancia.

***

 

 


Siguiendo el sonido, consiguieron salir del bosque.

En el borde del bosque, pudieron observar un carruaje volcado en medio del camino con marcas de ruedas señalando su salida del camino.

“¡Al suelo!”

“¡Gueh!”

Sin pensárselo 2 veces, Eris agarró de la cabeza a Cliff y lo tiró contra el suelo, tumbándole mientras ella se mantenía agachada y confirmando la situación.

“…”

En el lugar encontró a 6 personas; 1 de ellas era un caballero armado con una armadura completa con la espalda contra un árbol sosteniendo su espada defensivamente; y a su alrededor 5 hombres vestidos completamente de negro rodeando al caballero.

Por el resto de la zona, había 3 cadáveres, todos ellos con armadura casi igual a la que llevaba el caballero que estaba rodeado y al que lentamente, el resto de hombres iban estrechando el cerco.

La diferencia de fuerzas es abismal, pero entonces, ¿por qué el caballero no huye?

El caballero tenía la espalda contra un árbol, que al observar más atentamente, pudo verse a una niña agazapada en la base de este; tenía una cara llena de terror y desesperación, con lágrimas corriendo por sus mejillas.

“¡Eris-san, esa armadura es de los caballeros de la Orden del Templo!”

Cliff informó de este hecho a Eris susurrándole cerca, a lo que el corazón de Eris se aceleró.

Erís había escuchado sobre las distintas órdenes de caballeros en Milis. La Orden Eclesiástica es un grupo de élite encargado de la protección en todo el pais; la Orden de Instrucción es la encargada de extender las enseñanzas de Milis alrededor del mundo, demostrando su poder mientras realizan trabajos de mercenarios en algunas ocasiones; y la Orden del Templo es la rama encargada de los enjuiciar a los herejes inquisitorialmente.

Los colores que les distinguen son, blanco para la Orden Eclesiástica, plata para la Orden de Instrucción y azul para la Orden del Templo. Incluso a esta distancia, la armadura pintada de color azul cielo que llevaba el caballero era fácilmente distinguible.

No había lugar a dudas, era un caballero perteneciente a esa orden.

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“¡Desgraciados! ¡¿Sabéis quién es la dama que protejo?!”

Al levantar la voz, se supo instantáneamente que el caballero que estaba acorralado era una mujer. Al escucharlo, los hombres que la tenían rodeada se pusieron a reírse.

“Obviamente.”

“¡¿Entonces por qué lo hacéis?!”

“¿Hace falta que lo diga?”

“¡Bastardos, así que sois parte de la facción del Papado!”

La conversación no tenía mucho sentido para Eris; lo que ella comprendía de la situación es que los hombres vestidos de negro eran malhechores que querían matar a la niña que el caballero protegía.

Eris llevó la mano a la empuñadura de su espada, lo que alarmó a Cliff.

“¿Q-Qué piensas hacer, Eris-san? Lo mires como lo mires, esta situación es bastante mala; esa chica de ahí es la Sacerdotisa del Templo y es una de las candidatas para siguiente Papa. Básicamente, esos hombres de negro han sido contratados por el papa para asesinarla. Hablamos de asesinos con mucha experiencia, ni nosotros tenemos nada que hacer contra ellos…”

Eris ni se preguntó el motivo por el que Cliff sabía tanto de lo que estaba ocurriendo; lo único que le importaba es que si no salvaba a la niña, moriría asesinada.

Y Eris era un miembro de Dead End, si abandonaba a un niño, no sabría como presentarse ante Ruijerd; y hasta Ludeus siempre hacía lo posible por ayudar a gente en apuros.

“Quedémonos aquí callados y quietos sin llamar la atención. No nos entrometamos.”

“Demasiado tarde, ya saben que estamos aquí.”

Uno de ellos nos descubrió cuando empujé a este al suelo, aunque no comprendo por qué no ha dicho ni hecho nada al respecto…

Pero pasara lo que pasara, la intención de Eris era tomar la iniciativa.

“¡Quedate ahí, Cliff!”

“E-¡Eris-san!”

Eris desenvainó su espada al mismo tiempo que se lanzaba contra ellos, y nada más notarla, todos los hombres de negro se desperdigaron.

Aunque…

“¡Demasiado lentos!”

La agilidad de Eris era muy superior a la que los hombres se pensaron en un principio. Y es que el nivel con la espada de Eris había llegado a un nivel impresionante gracias a las enseñanzas tanto de Ghyslaine como de Ruijerd.

Técnica del Filo Celestial de nivel Avanzado: Corte Mudo

Mushoku Tensei Volumen 5 Capítulo 49.1 Novela Web

 

Era una técnica de nivel inferior a la Hoja de Luz, pero seguía siendo una técnica de espada cuyo corte no producía sonido alguno.

La espada entró por uno de los hombres, partió sin dificultad sus costillas y lo seccionó en 2 mitades diagonalmente.

Eris no dejó que la sensación de matar por primera vez a una persona nublara sus sentido y se giró hacia su siguiente oponente; pero los hombres restantes la rodearon. Aunque la agilidad y velocidad de Eris aumentó aun más.

Esto se debió a las lecciones de Ruijerd sobre cómo combatir contra múltiples enemigos, ya que muchos de los monstruos atacaban en manadas. Básicamente, se trataba de un estilo que implicaba matarles antes de que pudieran rodearte correctamente.

“¡Haaaa!”

En un simple parpadeo, otro de los hombres de negro había caído.

Cierto temor comenzó a extenderse por esos hombres, ya que el ritmo irregular de Eris y los movimientos tan difíciles de comprender que hacía, junto a los cortes precisos y rápidos imposibles de esquivar aun cuando hicieron lo posible por evitar la muerte con ellos.

Pero estos hombres eran profesionales, hasta el punto de que sacrificaron a uno de ellos para conseguir rodear a la mujer; una vez lo hicieron, 2 de los supervivientes se lanzaron contra ella a diferentes ritmos para desconcentrarla y dificultarle la defensa o el ataque.

Son rápidos….. aunque no tanto como Ruijerd; tampoco están tan coordinados como los Coyotes Jauría del continente demoníaco…. son simplemente mediocres.

“¡Ten cuidado! ¡Sus dagas están impregnadas con veneno!”

La caballero que estuvo protegiendo a la pequeña le gritó mientras aprovechaba la falta de atención de sus atacantes para atacarles, consiguiendo matar a uno de los hombres que tenían rodeada a Eris.

Al ver a la mujer moverse, los hombres reaccionaron, y Eris, que había predecido los movimientos de estos, vio como uno de los flancos de los atacantes que la rodeaban quedaba descubierto.

Puedo vencer.

Eris se veía victoriosa, y consiguió acabar con otro de los hombres de negro, dejando solo a 2.

“¡Retirada!”

Uno de los supervivientes gritó esto, y sin dar tiempo a reaccionar, los 2 dieron media vuelta y escaparon.

Eris no bajó la guardia en ningún momento, no era tan inocente; y en un pestañeo, les había dado caza e impactó a uno de ellos por la espalda, separándolo en 2 mitades, una superior y otra inferior, esparciendo sus entrañas mientras salía volando su mitad superior.

El otro había desaparecido y no era capaz de notar su presencia.

“¡Hmph!”

Eris resopló, y de un rápido movimiento de muñeca, lanzó la sangre que había manchado la hoja de su espada al suelo.

Su aspecto parecía relajado, pero en realidad, su corazón latía con fuerza. Era su primera vez peleando armada contra otras personas, y también la primera que mataba a una de ellas; por si fuera poco, sus enemigos llevaban armas envenenadas, un corte podría haber sido fatal; y no estaba ni Ludeus ni Ruijerd para apoyarla; se lanzó contra ellos sin pensárselo 2 veces, pero si la mujer caballero no llega a avisarla del veneno, podría haber muerto.

Aunque ninguna de estas cosas se podía entender viéndola; sino que Eris simplemente enfundó su espada y se dirigió tranquilamente al caballero.

“Lo siento, uno de ellos escapó.”

Esas palabras parecieron hacer mella en la mujer caballero. Y por si fuera poco, una joven que no parecía tener ni 15 años acababa de salir de un combate de vida o muerte totalmente relajada.

Sin quitarse el casco que cubría su cara, la caballero colocó un puño en su abdomen y le dio las gracias siguiendo la etiqueta de los caballeros de Milis.

“Le agradezco humildemente su ayuda.”

“Con que esa niña esté a salvo me conformo.”

Sin devolverle la cortesía, Eris actuó como siempre y le habló de una forma bastante brusca.

“Soy Therese Latreia de la Orden del Templo. Asumo que es usted una aventurera, ¿pero podría conocer su nombre?”

“Yo soy E-..”

A punto de dar su verdadero nombre, Eris se detuvo.

Así no, eso no es lo que haría Ludeus.

“Ruijerd de Dead End. Aunque tenga esta apariencia, en realidad soy un Supard.”

La palabra Supard hizo que la expresión de Therese se endureciera; porque aunque Eris no lo supiera, la Orden del Templo eran los que solicitaban la expulsión de todas las razas demoníacas de Milis.

Aunque claro, como Eris no tenía la apariencia de un Supard, Therese se relajó ligeramente.

Lo que Therese comprendió con la actitud de Eris, que fue no dar su verdadero nombre sino el de una raza demoníaca con las que la Orden del Templo no tenía buen trato; fue que Eris quería implicar que no quería verse manchada por este incidente más de la que ya había hecho, y que por mucho que hubiera salvado a alguien importante, no quería ningún agradecimiento.

Esta actitud le gustó especialmente a Therese.

“¿De verás? Comprendo….”

Therese miró durante unos largos segundos a Eris, que se había cruzado de brazos con una postura bastante intensa, y se grabó sus facciones en la memoria.

Tras este intercambio silencioso, Therese silbó, y pasado unos segundos, un caballo en solitario salió al trote del bosque. Era el caballo que seguramente había huido cuando el carruaje volcó, pero estaba enseñado para volver ante esas llamadas.

La mujer caballero colocó a la niña a lomos del caballo y después se subió también a este.

“¡Si alguna vez te ves en problemas… soy Therese de la Orden del Templo!”

Con esas palabras, Therese se marchó a galope mientras Eris la despedía en silencio viéndola marchar.

Como en una escena de cuento de hadas, un caballero montado a caballo se alejaba en el horizonte mientras una intrépida espadachina pelirroja la despedía en silencio.

El joven que observaba esta escena, incapaz de ponerse en pie en su escondite, se quedó inmóvil durante un tiempo.

***

 

 

Esto es historia, pero cierto sacerdote de la Santa Iglesia Milis se enamoró de una mujer de la raza cuerpo de niño (Hobbit); de su amor nació un niño que creció y acabó casado con una mujer. De esta unión nació Cliff.

Cuando Cliff nació, ese mismo sacerdote se encontraba en medio de un conflicto político de intereses, que llevó a que los padres de Cliff murieran; y para mantener a su nieto Cliff a salvo de ese conflicto, decidió dejarle durante un tiempo en un orfanato.

El sacerdote consiguió triunfar en el conflicto y consiguió instituirse como Papa, y en ese momento, pudo dar cobijo a Cliff bajo su tutela.

En otras palabras, Cliff Grimoire era el nieto del Papa de Milis, aunque aun siendo miembro de esta institución, pocos conocían esta relación.

Por todo esto, Cliff sabía a ciencia cierta quién era la niña a la que intentaron asesinar; se trataba de la Sacerdotisa del Templo, el as bajo la manga del arzobispo que se encontraba compitiendo con su abuelo en una lucha por el poder.

Es más, Cliff había llegado hasta a hablar con ella, aunque desconocía el motivo que la había llevado a ese bosque. Pero lo que sí sabía era quienes eran esos hombres vestidos de negro, se trataba de varios de los maestros que le educaban en varios ámbitos aunque Cliff sabía que también se dedicaban a este tipo de tareas.

Lo que también conocía era su habilidad; eran hombres con lo que había entrenado un gran número de ocasiones, de las cuales, ninguna consiguió vencerles. Y esos mismos hombres no habían sido un problema para Eris.

La realidad era que la espadachina había vencido por poco, pero a ojos de Cliff, lo que observó fue a oponentes que jamás pudo derrotar cayendo ante la tremenda habilidad de Eris; y antes de que se diera cuenta, la mirada con la que la observaba fue tornándose de asombro a cierto deseo.

Iba junto a la chica en dirección a la ciudad, y podía ver el cansancio en su rostro.

No me cabe duda de que el futuro de esta persona será brillante.

Con este pensamiento, unas palabras se escaparon de sus labios.

“Eris-san, ¡Cásate conmigo!”

“Ew… ¡Ni lo sueñes!”

Reaccionando inmediatamente a sus palabras con una expresión asqueada, Eris rechazó la proposición de Cliff, quien jamás pensó que nadie podría rechazar una propuesta de matrimonio que viniera de alguien tan importante y especial como él.

Por este motivo, se preguntó por el motivo que pudo llevar ese rechazo, pensando en la conversación que había tenido con ella ese día. Y le llegó a la mente el nombre de la persona que Eris había llamado su sensei, y que había mencionado en una y otra vez.

Creo que se llamaba Lu….Lu…

“Ludeus…”

Cuando consiguió recordar el nombre, lo dijo en alto y Eris se giró inmediatamente hacia él.

“¿Qué clase de hombre es ese Ludeus que mencionaste?”

Unos minutos más tarde, Cliff se odió a sí mismo por haberle hecho esa pregunta.

Al principio pensó que Eris era una persona poco habladora, pero comprendió que se equivocaba; porque se puso a contarle historias de Ludeus, de como no había nadie igual y siguió alardeando de él.

Estuvo hablando de él desde las afueras del bosque hasta que llegaron al gremio de aventureros; además que la cara que Eris puso mientras hablaba de él, reflejaba claramente la de una joven enamorada. Sin mencionar que lo que contaba de él eran elogios exagerados.

Todo eso fue más que suficiente para poner celoso a Cliff.

“…Es hora de que vuelva a casa.”

Sabiendo la expresión tan descorazonada que tendría en ese momento, decidió despedirse de Eris. Y aunque parecía que esta todavía quería seguir hablando un rato más sobre Ludeus, al oír a Cliff despedirse, Eris simplemente levantó la mano y se despidió de él sin darle apenas importancia.

“Pues nos vemos.”

Esa actitud brusca no tenía nada que ver con la charla pasional que le había estado dando hasta ese instante, y Eris se marchó sin más. Cliff se quedó observándola hasta que la pelirroja desapareció entre la multitud.

El hombre al que llaman Ludeus ha sido capaz de reblandecer el poderoso, bello y perfecto corazón de Eris hasta semejante punto…

Mientras volvía a su casa, imágenes y pensamientos del aun desconocido Ludeus aparecieron en la mente de Cliff.

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Tras ese evento, recibió una fuerte reprimenda por las personas que, al no encontrarle, se preocuparon por él y fueron en su búsqueda.

Pero tras todo este incidente, los conflictos por el poder dentro de la Santa Iglesia Milis se intensificaron y llegó un punto en el que el Papa consideró que Milis-Sion era una ciudad demasiado peligrosa para que Cliff siguiera en ella. Por este motivo, decidió mandar a su nieto a otro pais pero… todo eso traía sin cuidado a Eris.

Y por cierto, hablando de Eris…

En cuanto volvió a la posada y vio al deprimido Ludeus, los recuerdos de los eventos de ese día fueron guardados en lo más profundo de su mente hasta olvidarlos completamente.

Y lo demás ya es historia.

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