Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 6

Interludio 3: Mii-Chan

Parte 1

Mientras tanto, en la aldea de los espíritus…

Era temprano en la tarde, y Masato estaba trabajando duro entrenando junto con Arslan y los demás mientras Miharu y Aki recibían una lección de artes espirituales de Orphia. No había pasado mucho tiempo desde que Miharu, Aki y Masato se habían mudado a la aldea, habían pasado aproximadamente dos meses desde que Masato comenzó a recibir lecciones de espada de Río.

Las artes espirituales eran una habilidad que cualquier humano podía aprender, pero no era algo que pudiera lograrse en un día. La compatibilidad varía según la especie, así como el tiempo de aprendizaje. Para poder utilizar la más simple de las artes espirituales, un humano de la región de Yagumo tomaría aproximadamente un año y medio o dos años, mientras que un niño de espíritu espiritual generalmente tomaría medio año para el mismo resultado. Aunque, en casos raros, hubo excepciones…

“… ¡Ah, lo hice!”

Miharu y los otros niños de la Tierra habían mostrado un progreso notable en estos últimos dos meses. Miharu, que había estado mirando fijamente el aire vacío en su mano extendida, dejó escapar un grito feliz cuando una pequeña burbuja de aproximadamente un centímetro de diámetro apareció en su palma.

“¡Sí, lo hiciste! ¡Tu tiempo de activación se ha vuelto cada vez más corto cada día!” Orphia, que había estado parada a un lado como su instructora, dijo en alabanza. Estaba tan encantada como Miharu.

“Eso es increíble, Miharu. Acabo de empezar a detectar la oda…” Aki, que había estado sosteniendo su mano extendida cerca, murmuró algo envidiosa. A diferencia de Miharu, Aki aún no había alcanzado un nivel en el que pudiera activar un arte espiritual.

Alcanzar el punto de activación del arte espiritual requería primero adquirir tres habilidades: detectar oda, visualizar oda y detectar maná (de estos tres, solo la detección de oda era necesaria para usar magia). Además, requería la manipulación de la oda y la transmisión de la voluntad de uno hacia el maná, lo que normalmente requeriría un humano normal durante más de un año de entrenamiento.

Miharu fue un caso especial para poder activar un arte espiritual en solo dos meses, aunque Aki también estaba aprendiendo artes espirituales a un ritmo excepcional para un humano. A su ritmo de aprendizaje, podría alcanzar a Miharu en unos meses más.

“Miharu puede ser increíble, pero Aki tampoco está perdiendo para la mayoría de los espíritus en términos de progreso, ¿sabes? No sé por qué, pero ustedes tres tienen una cantidad extraordinaria de esencia mágica”. Orphia debió haber escuchado los murmullos de Aki, mientras hablaba con algunas palabras de aliento.

“… Dejando a un lado la cantidad de esencia, mi crecimiento es apenas diferente en comparación con Masato, aunque…” Aki hizo un puchero.

“Hmm. Eso es porque Masato es igual de asombroso, pero supongo que es difícil sentir eso cuando no hay otros humanos con los que compararse”, dijo Orphia con una risa agridulce.

“Hablando de eso, ¿cuánto tiempo le tomó a Haruto aprender artes espirituales?” Preguntó Aki, la pregunta repentinamente apareció en su mente.

“Ahh, umm… Rio tiene un contrato con Lady Aishia, así que es un caso un poco especial, por así decirlo…” Orphia respondió con cierta dificultad.

“¿Fue rápido?” Aki preguntó nerviosamente. Miharu los escuchó, curiosa por la respuesta también.

“Creo que dijo que era un niño cuando de repente pudo usarlo un día…” Orphia cedió y respondió.

“Wow…” Aki abrió mucho los ojos.

“Sí…” Miharu también se sorprendió por la sorpresa.

“Pero el caso de Río es realmente único, así que ustedes dos no deben compararse con él, ¿de acuerdo? Todos ustedes son únicos… No hay necesidad de apresurarse “, dijo Orphia a los dos, alentando a Aki a no perder la confianza.

“…Bueno. ¡Pero al menos quiero aprender más rápido que Masato!” Aki asintió con entusiasmo, animándose.

“Hmm. Bueno, ustedes son hermanos. ¿Supongo que tener una rivalidad es algo bueno?” Orphia inclinó la cabeza y miró a Miharu a su lado.

“Sip. Son cercanos, después de todo.” Miharu asintió con una sonrisa.

“¡E-Eso no es cierto!” Aki sacudió la cabeza furiosamente por vergüenza.

“¿Oho? ¿Qué está pasando aquí?”

“¡La cara de Aki está roja!”

Latifa y Vera tomaron un descanso de su entrenamiento cercano y se acercaron, notando la cara sonrojada de Aki.

“Estábamos hablando de cómo Aki y Masato son hermanos muy cercanos”, respondió Miharu con una risita.

“¡N-No, Miharu!” Aki se enrojeció aún más y se quejó.

“Ya veo, ya veo”, dijo Vera con una sonrisa, mirando la cara de Aki.

“¡N-No lo somos! ¡Tal vez con Onii-chan, pero definitivamente no con Masato!” Aki se giró para ocultar su vergüenza e hinchó las mejillas. Si Masato hubiera estado presente, ella habría estado aún más avergonzada.

“Fufufu. Lo sabemos, Aki. ¿Verdad, Latifa?” Vera asintió, luego miró a Latifa.

Latifa sonrió ampliamente. “Sí es cierto.”

“Esa mirada me dice que ustedes dos definitivamente no lo entienden…” Aki miró a Vera y Latifa con reproche.

“Ajaja, está bien. También estoy muy cerca de mi Onii-chan. ¡Somos lo mismo!” Dijo Latifa con una sonrisa despreocupada. Vera también hinchó su pecho con orgullo.

“Amo mucho a mi hermana Sara, ¡así que yo también soy igual!”

“… Hmph. Está bien, lo que sea. Es cierto que estoy cerca de mi Onii-chan”, murmuró Aki por lo bajo, ocultando su timidez.

“Fufu”. Miharu y Orphia intercambiaron miradas antes de soltar una risita. Alma y Sara también se acercaron desde donde habían estado entrenando cerca.

“Miharu, Orphia, ¿nos prepararemos para la clase de cocina pronto?”, Preguntó Alma.

“Ah, eso es correcto. Vamos, Miharu “, sugirió Orphia.

“Está bien”, Miharu estuvo de acuerdo alegremente. Había estado tratando de aprovechar al máximo sus habilidades para ayudar a la aldea tanto como fuera posible. Para hacer eso, se había hecho cargo de la clase de cocina que Rio había impartido a veces para las mujeres de la aldea. También había tomado clases de manualidades. Orphia era su asistente.

“Estoy seguro de que necesitas tantas manos como puedas. También ayudaremos, así que vamos juntas “, ofreció Sara.

Latifa y Vera intercambiaron miradas antes de saltar de inmediato. “¡Nosotros también queremos ir!”