Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 5

Interludio 2: Las Penas de Celia

Algún tiempo antes de que Rio y Aishia se infiltraran en la academia…

En un edificio separado de la casa de huéspedes situada en los terrenos del castillo, Celia estaba cenando en el comedor con su padre, Roland Claire, y su prometido, Charles Arbor.

“…Ha pasado mucho tiempo, Celia. Siento no haber podido verte muy a menudo hasta ahora, incluso con la ceremonia de tu boda que se celebrará mañana.” Sentado frente a Celia, Roland le pidió disculpas a su hija con una mueca. Su mirada se dirigió a Charles Arbor y a los caballeros que estaban de pie en la sala como guardias, su presencia interfirió en el tan esperado momento privado entre padre e hija.

“Lo entiendo, padre. Estoy segura de que estaba ocupado con sus deberes oficiales… Sólo poder verte así es suficiente para mí.” Celia sonrió con cariño y agitó la cabeza.

“Estoy seguro de que era inevitable, después de todo, estos son tiempos muy ajetreados. Yo tampoco he podido ver mucho a mi amada Celia, a pesar de la ceremonia que se aproxima”, dijo Charles cansadamente desde el lado de Celia.

Una vena en la sien de Roland se movió. “…Con la salida de la facción Huguenot de la capital, el estado del reino se ha vuelto bastante caótico. No puedo evitar preocuparme de que seguir adelante con la ceremonia en momentos como éste te causará un estrés excesivo”, les dijo a los dos preocupados, Mostrando una sonrisa en la cara.

“No, no. Es precisamente porque han huido con la cola entre las piernas que tiene sentido celebrar la ceremonia ahora mismo. Es como te dije antes, este matrimonio entre la Casa Arbor y la Casa Claire mostrará a aquellos dentro y fuera del reino que el poder de Beltrum es impecable.”

“Lo entiendo, pero… Es mi deber como padre preocuparme.” Roland asintió con la cabeza, sofocando su malestar.

“Todos los niños crecen un día. Celia lo entiende bien, así que no hay necesidad de preocuparse”, dijo Charles con una carcajada, mirando a Celia.

“…Sí, soy consciente,” estuvo de acuerdo Celia obedientemente. Con un suspiro, Roland intentó parecer convencido.

“Ya veo…”

“Además, la facción Huguenot se llevó una de las piedras sagradas con ellos, así que también deberían tener un héroe de su lado… Lo que significa que definitivamente intentarán justificarse con su héroe. Esta ceremonia de boda también actuará como una forma de control para los miembros de la facción Huguenot. Es por eso que hemos llamado al héroe, Rui Shigekura, para que bendiga oficialmente nuestra boda.” Charles frunció el ceño y habló con odio sobre la facción del duque Hugonote, pero la segunda mitad de sus palabras fueron acompañadas de una sonrisa burlona.

“Pero celebrar la ceremonia de una manera tan grandiosa con el desfile… Espero que cuenten con suficientes medidas de seguridad, en caso de que la facción Huguenot intervenga”, dijo Roland, mirando a Celia con preocupación.

“No hay necesidad de preocuparse por eso. Los recién formados Caballeros de Élite están asignados a nuestra seguridad, después de todo. También hay planes para agregar a la Guardia Real a los detalles de seguridad, bajo las órdenes de Su Majestad”, se jactó Charles.

“…Ya veo… Así que será una formación impenetrable.”

“El Escuadrón de Hechiceros y Caballeros Aéreos también estarán en guardia. Todos ellos son las élites de nuestro reino; si alguien intentara hacer algo después de ver nuestra seguridad, eso sería un movimiento suicida. Sólo los tontos ignorantes con ganas de morir lo intentarían. Espero ver si alguien se atreve.”

“Ya veo…” Roland bajó la mirada y asintió con la cabeza colgada.

Ver a Roland así hizo reír a Charles. “Bueno, déjamelo todo a mí, suegro. No hay necesidad de que cargues con ninguna de las cargas”, dijo con amabilidad.

“Lejos de cargar con algo. No he estado involucrado en ningún aspecto de la ceremonia de la boda hasta ahora… He estado confiando completamente en la familia Arbor, o, mejor dicho, en ti”, dijo Roland con una sonrisa de disculpa.

“Y así es como debería ser. La casa del Conde Claire ya es considerada familia por la casa Arbor en este momento. Mientras confíes en mí, yo cuidaré de Celia y a su familia.”

“Yo todavía soy joven. No puedo simplemente confiar en usted para todo…”

“Por supuesto, espero que el talentoso Conde Claire trabaje en varios asuntos después de la boda, así que puede estar tranquilo allí.”

“Ya veo. Haré lo mejor que pueda.”

“Por supuesto. Después de todo, todo se pondrá más ajetreado después de la boda. Aunque, tengo una preocupación … pero por favor relájese y descanse por ahora,” dijo Charles, hablando con una extraña implicación.

“… ¿Una preocupación, dices?” preguntó Roland. Sus instintos le decían que el futuro sería más problemático si no pedía más detalles ahora.

“Son los rumores que han estado circulando por la corte real desde hace algún tiempo. Los que sospechan que miembros de la facción del duque Fontaine, incluyéndote a ti, están conspirando secretamente con la facción Huguenot después de su distanciamiento. Como era de esperar, la mayoría de ellos se han calmado después de mi compromiso con Celia, pero todavía hay algunos que se mantienen tercamente ahí fuera. Es bastante preocupante, de hecho”, dijo Charles, moviendo su cabeza dramáticamente.

¿Te atreves a decir eso después de prepararlo todo para que puedas amenazar este compromiso? Roland mostró una espléndida cantidad de control al resistir el impulso de surcar su frente.

“…Me entristece mucho oír eso. Comunicarse con los rebeldes que se desentendieron de sus deberes en la corte real está a la par de traicionar al reino mismo, después de todo. Es una ofensa impensable”, se deshizo de ello con una sonrisa tensa. No podía permitirse estar nervioso aquí. Mientras tanto, la cara de Celia palideció mientras se congelaba en su asiento, mirando a Roland frente a ella.

No debes poner esa cara, mi querida Celia. No… Es mi fracaso lo que te hace ver así. Lo siento mucho. Roland miró a los ojos de Celia durante un breve instante antes de volver a poner su cara de póquer.

“Es exactamente como usted dice. Ahora que estás atado a la Casa Arbor, tenía un temor muy profundo de que los rumores continuaran involucrando a la familia Claire… pero si estás pensando de esa manera, entonces mis preocupaciones eran bastante innecesarias. Al final, los rumores son sólo eso: rumores. Podrás ganarte la confianza con tus acciones y actitud de aquí en adelante”, dijo Charles alegremente, asintiendo de manera exagerada.

“Eso sería muy afortunado si así fuera…” Roland estuvo de acuerdo con Charles cuidadosamente, inseguro de sus intenciones.

“Es simple. A partir de ahora, mantendrás tu relación con los nobles de tu facción con los que te has asociado hasta ahora, mientras trazas una línea de distancia apropiada. Encima de eso, tendrás que vigilarlos cuidadosamente por cualquier agenda oculta”, dijo Charles como si fuera un asunto predeterminado. En otras palabras, quería un espía que se moviera bajo las órdenes de la Casa Arbor.

Una demanda predecible, pensó Roland.

“…Es un deber muy superior a lo que merezco, pero lo entiendo. Haré lo mejor que pueda”, dijo Roland, asintiendo profundamente.

“Tendré grandes expectativas de ti. Si produce los resultados correctos, mi Padre y yo estaremos más que felices de concederle más oportunidades para probarse a sí mismo. Para alguien tan inteligente como usted, ni siquiera necesito decirte que tendrás que lograr algo para ganarte a los que te rodean, ¿estoy en lo cierto?” preguntó Charles, entrecerrando los ojos.

“Sí, tendré cuidado de la forma en que me presento.”

Así que no seré sospechoso de actuar como un agente doble, añadió Roland en su corazón.

“Excelente. En ese caso, la casa del Conde Claire seguirá viviendo en paz, junto con el futuro de mi novia, la mayor genio hechicera que nuestro reino ha visto jamás”, dijo Charles dramáticamente, dirigiendo una sonrisa a Celia.

“…Por favor, cuide de nuestra familia, Sir Charles. Mi padre y yo nos dedicaremos a tu visión.” Celia sonrió lo más que pudo mientras inclinaba la cabeza hacia Charles.

“Yo también. Tus resultados como mi esposa también se reflejarán en mí en el futuro.”

“Entiendo.”

Charles asintió satisfecho. “Una buena respuesta. Espero con ansias nuestra vida juntos… Oh, sí. Hablando de eso. Aún no te he dado la oportunidad de conocer a mis esposas como es debido, ¿verdad?”

“Sí, aunque hay algunas que he conocido en mi tiempo libre…”

“Has estado encerrada aquí desde que se decidió nuestro compromiso, supongo. Ah, bueno. Le daré un tiempo para que hable con ellas antes de la ceremonia de mañana. A partir de ahora vivirás con ellas, así que llévate bien con ellas. Mis esposas también desean conocerte mejor.”

“Entiendo. Lo espero con ansias”, contestó Celia con una sonrisa en la cara.

La incómoda conversación entre los tres continuó durante algún tiempo después de eso.