Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 5

Capítulo 2: Nueva Vida en la Aldea

Parte 3

Esa noche, Río y los demás prepararon una comida extravagante y organizaron una cena para celebrar la capacidad de Masato de superar la prueba práctica. Sin embargo, Masato estaba tan cansado que se durmió de inmediato.

Después, Rio se ofreció a vigilar la casa mientras Masato dormía en su habitación, mientras las chicas, excluyendo Aishia, se dirigían a las aguas termales cerca del ayuntamiento que habían reservado. Con Rio y Masato en la casa, Arslan se fue a casa solo. Aishia pasó de las aguas termales porque quería dormir, ya que los espíritus podían permanecer limpios incluso sin bañarse de todos modos.

Después de despedir a las chicas en la puerta, Rio regresó solo a la sala de estar. Todos habían limpiado después de comer juntos, así que él no tenía nada en particular que hacer.

Aishia parece haberse quedado dormida… Supongo que yo también me daré un baño. Será mejor ir a cambiarse de ropa.

Rio se estiró ligeramente para aliviar su cuerpo rígido antes de dirigirse a su habitación. Encendió la luz con el artefacto en su habitación y entró.

“Haruto”, dijo Aishia, de repente materializándose junto a Rio.

Los ojos de Rio se ensancharon un poco. “…Sigues despierta.”

“Sí. Tengo algo que decirte.” Aishia asintió.

“Oh, claro… ¿sobre el conocimiento requerido de un espíritu del que Dryas te habló?”

“Eso, y sobre ti también.”

“… ¿Yo?” Rio respondió sorprendido.

Aishia asintió, mirando de cerca la cara de Rio. “Sí, porque te sientes un poco triste. ¿Estás bien?”

“Eso no es verdad… ¿Por qué lo preguntas?” Rio contuvo su aliento, mirando a Aishia.

“Porque mostraste a todos un lado de ti mismo que no querías que vieran”, dijo Aishia sin dudarlo en absoluto, como si fuera obvio.

“… ¿Por qué crees eso?” preguntó Rio con nerviosismo.

“Te lo dije al principio: Lo sé todo sobre Haruto”, afirmó Aishia en respuesta. Por “principio”, probablemente se refería a la primera vez que se despertó en la casa de roca. Los ojos de Rio se abrieron de par en par en shock.

“Ya veo… Así que supongo que no hay nada que pueda ocultarte, Aishia…” dijo, decepcionado. Dejó que una amarga sonrisa apareciera a través de fachada.

“Sí.”

“Ahaha, por supuesto que dirías eso. Sólo quiero preguntarte una cosa. ¿Estaba actuando raro después del entrenamiento de combate?”

Aishia agitó la cabeza. “Parecías normal desde fuera… Pero en el fondo de tu corazón, no lo estabas.”

“Está todo bien. Está bien, Aishia.” Rio dijo como si se estuviera convenciendo a sí mismo, moviendo la cabeza lentamente, pero Aishia de repente se adelantó.

“No tienes que actuar con fuerza delante de mí”, dijo ella, abrazando a Rio con suavidad.

“¡¿?!” Rio se congeló con un estremecimiento.

“Aunque esté bien, quiero oírlo. Lo que Haruto está sintiendo, lo que Haruto está pensando”, susurró Aishia al oído de Rio.

La fuerza del cuerpo de Rio se agotó al suspirar. El calor de Aishia era tan reconfortante que su corazón se sentía completamente a gusto.

“…Siento que les mostré algo que no quería que vieran. La verdad es que no quería mostrarles eso. Pero si quieren vivir en este mundo, creo que hay cosas que necesitan ver. El lado violento y cruel de los humanos“, añadió Rio después de un momento con un murmullo al final.

“¿Fue la razón por la que no quisiste mostrarles porque eran Miharu, Aki y Masato?” Preguntó Aishia, viendo a través de él.

“…Así es. Me pregunto qué pensarán de cómo me comporté hoy… Es posible que los haya asustado. Cuando me lo imagino, me duele el pecho.” Rio asintió, expresando un débil quejido que nunca le habría revelado a nadie más. “Pero… está bien”, dijo con una sonrisa de resignación, como si hubiera sentido algo.

Era cierto que Miharu y los demás todavía no habían raspado la superficie de los valores de este mundo, pero Rio creía que era mejor así. Ignorando que creer en la paz los expondría al peligro, así que era necesaria una cierta exposición… pero no había necesidad de sumergirlos en ella. Por eso sólo necesitaban saber lo suficiente para comprender que no siempre podían vagar por el mundo con pensamientos idealistas en sus mentes.

Rio no quería imponer ese papel a nadie más. Por eso pensaba que enseñar esgrima a Masato era la oportunidad perfecta; los humanos revelaban su lado más feo cuando estaban luchando, así que, en todo caso, era un poco mejor hacerles sentir miedo. Sin mencionar…

Los mundos en los que vivimos son diferentes.

Así es, vivían en mundos diferentes. Ya no podía volver atrás, y los visitantes de este mundo aún tenían la posibilidad de regresar a la Tierra. Por eso Río creía que esto era lo mejor.

“Siempre estaré contigo, Haruto. Los aceptaré a todos”, dijo Aishia, abrazando a Río aún más fuerte.

“…Gracias.” Rio abrazó a Aishia suave y torpemente.