Date A Live (NL)

Volumen 20

Capítulo 5: El Dios Benevolente

Parte 3

— ¿Este mundo fue creado… para Tohka…

Mientras Shidou estaba confundido, alternaba entre mirar a Tohka que lo estaba abrazando y a Tenka cuya expresión no había cambiado.

Entonces, Tohka abrió los labios para comenzar a hablar.

―…Umu. Después de hacer que Tenka apareciera en el aula, fluyó un poco de su conciencia, en mi cabeza Era como la sensación del camino del sello.

―…

Shidou sintió que tragaba saliva cuando alcanzó la mano extendida de Tohka para levantarse.

Así que eso era todo, Shidou recordó esa sensación. Al sellar un reiryoku de los Espíritus a través de un beso, parte de esa conciencia o recuerdos de los Espíritus también pueden fluir. Sin mencionar que Tohka y Tenka eran una pareja que compartía el mismo cuerpo. No era impensable imaginar que esto sucediera con las dos viviendo una existencia compartida yuxtapuestas entre sí.

―… Lo siento Shidou. Debería haberte dicho antes. Pero…

―No, está bien… Comparado con eso, gracias por detenerme, Tohka. Si continuara así, podría haber cortado a Tenka.

… Por supuesto, no creía que un solo golpe fuera suficiente para matar a Tenka. Mirando a Tenka mientras pensaba en esto, Tenka resopló de su nariz con disgusto.

―Un acto innecesario. Incluso <Sandalphon> utilizado por ese humano es suficiente para romper este cuerpo temporal… No queda mucho tiempo. Como mínimo, deberías pasar el tiempo restante solo con ese humano.

―Tenka…

La expresión de Tohka cambió bastante tristemente.

Al ver este intercambio entre estos dos, Shidou sintió que su expresión se tensaba aún más.

―Espera un momento, no puedo seguir el ritmo. ¿De qué estás hablando?

―…

―…

Escuchando lo que Shidou estaba preguntando, tanto Tohka como Tenka cerraron la boca.

Pero después de un tiempo, Tohka parecía decidida a levantar la cara.

— ¿Te acuerdas de Shidou? Cuando peleamos contra Mio, antes de que Shidou usara la Sexta Bala. <Vav>… el mundo donde todos los Espíritus fueron asesinados.

— ¡! Eso…

Shidou jadeó por aire en vano. No hacía falta decir que ese evento quedó profundamente grabado en sus recuerdos, pero no esperaba que Tohka recordara el mundo antes de que fuera cambiado.

Sin embargo, era razonable cuando se consideraba una vez más. La Tohka actual había tomado el Cristal Sephira de Mio dentro de su cuerpo. Así que incluso si ella supiera esto, no era increíble.

―Aah… Lo recuerdo. En ese momento… me había rendido cuando Tohka me salvó.

―… Umu. Eso es exactamente.

— ¿Eh?

Cuando Shidou preguntó, Tohka continuó mientras mantenía una mirada distante.

―En ese momento, todos los Espíritus fueron privados de sus Cristales Sefira por Mio y murieron por <Ain Soph Aur>… Pero, solo de alguna manera logré recuperarme dentro de la conciencia de Mio. Fue gracias a Tenka por estar allí.

―… Humph.

Cuando Tohka se volvió hacia ella, Tenka apartó los ojos. Aunque su expresión aún era fría, su comportamiento parecía estar actuando para encubrir su propia vergüenza.

―Solo era una voz que gritaba. Había una razón más fundamental por la que Tohka podía despertarse en el cuerpo de esa mujer… Será mejor que lo recuerdes, humano. Los Espíritus cuya mujer se llevó su Sephira fueron expuestos como cadáveres humanos. Pero solo para Tohka, incluso su cuerpo no permaneció.

―Umu…

De acuerdo con las palabras de Tenka, Tohka se volvió para mirar a Shidou.

―Todos los demás eran ex-humanos que se convirtieron en Espíritus por las manos de Mio. Pero solo yo, he nacido como una personalidad dentro del Cristal Sephira, un Espíritu puro, por así decirlo.

―…

Shidou asintió en silencio. Ya lo sabía. Fue porque él mismo lo había escuchado de Tohka antes de enviar su conciencia al pasado a través de la Sexta Bala <Vav>.

Luego, Tenka suspiró suavemente mientras retomaba el tema.

―Los Espíritus son esa mujer… Takamiya Mio y a los que le han otorgado los Cristales Sephira. Incluso al rastrear la fuente de ese poder, todo eso aún pertenece a Takamiya Mio.

―Dime, ¿qué significa eso?

… Thump.

Shidou sintió que su corazón latía violentamente.

―Entonces, ¿qué pasará con los Espíritus ahora que la mujer ha desaparecido? ¿Qué pasa con el Cristal Sephira dentro de nuestro cuerpo?

… Thump, thump.

El latido de su corazón se hizo aún más feroz.

Era como si reportara un peligro para Shidou.

Las palabras que dijo a continuación… como si le suplicara que no escuchara eso.

Pero la verdad fue dicha sin piedad.

―Con la eliminación de Takamiya Mio, los poderes de todos los Espíritus desaparecerán. Todo volverá a la normalidad. Los humanos serán restaurados de nuevo a humanos, pero aquellos que carecen de un recipiente… volverán a la nada.

―…

… Un mareo feroz atacó todo su cuerpo.

Su corazón sonó como campanas, su respiración se volvió más superficial y más rápida, el sudor brotó de sus poros cuando su espalda estaba empapada.

… Justo ahora, ¿qué dijo Tenka?

Por un momento, sospechó que sus orejas y su cabeza estaban fuera de orden. No… esto no era una sospecha sino un deseo. Cada célula que compone su cuerpo intentaba rechazar la información que se acaba de proporcionar. ¿Cómo puede negar esto? No importaba si esta era una broma mala que Tenka hizo. Esperaba desesperadamente que ella resoplara con frialdad en su forma habitual y le informara que era una mentira.

Con movimientos como una máquina oxidada, Shidou se dirigió a Tohka para su salvación final.

―…

Pero la triste sonrisa de Tohka destrozó todas sus últimas esperanzas.

―Hey… por favor espere. Esto… qué, ah…

Una voz ronca emergió de su garganta.

Tohka alcanzó suavemente para cubrir las temblorosas manos de Shidou.

―Si el Cristal Sephira de Mio desaparece, yo también desapareceré. Tenka, quien se dio cuenta de esto, absorbió ese Cristal Sephira para crear este mundo… Todo para que pueda pasar un poco más de tiempo con todos antes de que todo termine.

―…

Al escuchar las palabras de Tohka, Tenka miró hacia otro lado en silencio mientras se cruzaba de brazos.

Pero ese silencio era más elocuente al expresar su amabilidad que las meras palabras.

―Toh, ka…

Shidou estaba atrapado en un lío de pensamientos, sin saber qué decir, aparte de decir en silencio su nombre.

―…

Pero entonces se dio cuenta.

La mano de Tohka, que estaba agarrando la suya, también temblaba ligeramente.

―…

En un instante, la confusión de Shidou se encontró con la sensación de agua fría que salpicaba en su cara.

Quizás porque la condición de Tohka era extremadamente tranquila, no había podido notar tal cosa hasta ahora.

La información desesperada había provocado un repentino shock. Era natural estar confundido y desesperado, estremecerse y sentirse impotente.

Sin embargo, la que más temía, sin duda, era Tohka.

Sin embargo, Tohka aún tenía una expresión amable mientras le decía la verdad a Shidou en voz baja.

¿Por qué?… Ella lo había decidido. Para evitar que Shidou se asuste. Para no pasar el último de su limitado tiempo llorando y lleno de pena.

Por lo tanto, no podía permanecer así. Shidou reprimió emociones violentas que bullían dentro de su corazón mientras apretaba fuertemente las manos de Tohka.

— ¡! Shidou…

―… Tohka, ¡yo…!

Pero, justo cuando Shidou estaba tratando de transmitir su decisión a Tohka.

― ¿¡…!? Qu…

Como si el mundo estuviera pulsando, hubo un terremoto.

Luego, el cielo perdió su color como si hubiera sido blanqueado, desde el horizonte emergió una grieta.

Parecía como si hubiera una existencia enorme tratando de aplastar al mundo mismo. Enfrentado por este fenómeno anormal, Shidou no pudo evitar agrandar sus ojos.

―Esto, es…

―… Humph.

Como para interrumpir la voz de Shidou, Tenka entrecerró los ojos mientras miraba hacia el cielo.

―Debido a que eras tan lento, ya está llegando.

―Ya viene… ¿¡Qué estás diciendo!?

Mientras Shidou preguntaba mientras gritaba, Tenka seguía mirando al cielo.

―… El fin de este mundo.

***

―…Kurumi, ¿nos explicarías esto?

Levantando su mirada de Mana en el suelo, Kotori dejó escapar una voz marcada por la duda.

Sin embargo, Kurumi, quien estaba bajo el escrutinio de Kotori, simplemente le dio una sonrisa juguetona mientras se encogía de hombros.

Ciertamente, Kurumi le había disparado a Mana. Sin embargo, no había una sola herida en Mana, que había recibido la bala. A pesar de perder la conciencia, su pulso seguía estable. Kurumi, al final ella…

Mientras Kotori estaba considerando esto, Origami vino por detrás y se agachó para observar la condición de Mana. Abrió la tapa en la parte posterior de la unidad CR y frunció el ceño ligeramente.

―… Esto es.

―Qué, qué pasó, Origami.

Cuando Kotori preguntó, Origami señaló la luz roja parpadeante en la parte posterior del dispositivo.

―El Realizador de <Vánargandr> ha fallado. Los comandos del transmisor no han sido recibidos. Para ser más precisos, la respuesta en sí misma se ha ido.

— ¡…! Eso significa que…

―Sí. Es como una persona promedio que no es un Wizard usando el dispositivo.

Origami bajó los ojos para enfocarse en lo que parecía ser un botón en la parte posterior del dispositivo.

Al siguiente momento, el cuerpo de Mana brilló débilmente cuando la Unidad CR volvió a ser el dispositivo de preparación de emergencia. Origami llevaba a Mana, que ahora estaba en su ropa de civil, para que pudiera acostarse en una manta puesta por uno de los miembros del personal de <Ratatoskr>.

Después de mirar esta escena, Kotori dirigió su atención hacia Kurumi.

―… Kurumi, de ninguna manera tu…

―… Khihihi, hihi.

Kurumi se rio juguetonamente mientras se encogía de hombros.

Entonces, como si coincidiera con eso, el arma en sus manos, su Vestido Astral, incluso su clon, se derritieron en las sombras.

―Eso es una cuarta bala <Dalet> con todos los reiryoku que quedan dentro de mí. ¿Son los colmillos y las garras realmente necesarios para un lobo que ha perdido su intención de matar?

―…

Después de escuchar a Kurumi decir eso, Kotori se quedó sin palabras. Entonces, las voces de los Espíritus desconcertados hicieron eco desde atrás.

―Um … ¿Qué significa eso?

―Mana-san… ¿ella estará bien?

Kotori miró hacia ellos, asintiendo con un “sí” con sudor goteando por su cara.

―… Como todos saben, aquí es un mundo ideal creado por Tohka. Todo es conveniente, todo va bien. Incluso el tratamiento mágico de DEM que erosionó el cuerpo de Mana se ha vuelto “inexistente”. Sin embargo, si la cita de Shidou se realiza sin problemas, el mundo volverá a su estado original… Eso, por supuesto, significa el cuerpo de Mana también.

— ¿Eh? Entonces estás diciendo…

―Asombro. No puedo creerlo todo de una vez.

Al escuchar a Kotori, los Espíritus se volvieron hacia Kurumi con los ojos muy abiertos.

Probablemente todos entendieron… Kurumi había usado la capacidad de rebobinado de la Cuarta Bala <Dalet> para restaurar el cuerpo de Mana a un estado anterior al tratamiento mágico de DEM.

―… Ara, ara. Me avergonzaré si todos miran tanto.

Con la atención de todos en ella, Kurumi retorció su cuerpo desnudo. Kotori suspiró ante este gesto mientras sacaba una muda de ropa de una bolsa que un miembro del personal había traído y se la tiró a Kurumi.

―Cámbiate de ropa. ¿Podrías no ser siempre así?

―Mis disculpas por imponer tu cuidado.

Kurumi dijo mientras se cambiaba de ropa. La voz de Miku se escuchó gritando: “¡Ah! ¡Solo un poco más!” desde atrás. Sin embargo, Kotori optó por ignorar esto por el momento mientras giraba para hablar con Kurumi.

―…Gracias. En comparación con eso, ¿ella está bien ahora? Esa niña es casi como mi hermanita… Pero, qué sorpresa. Pensé que tú y Mana se han estado tratando mutuamente de matarse desde hace un tiempo.

―Ufufu.

Mientras Kotori hablaba, Kurumi se encogió de hombros ligeramente.

―Ciertamente, muchos de nosotros hemos sido asesinados por Mana-san… pero al final eso fue todo obra de DEM. Y…

― ¿Y?

―En realidad, no lo odio. Un “aliado de la justicia” como Mana-san.

Después de decir frívolamente esas palabras, Kurumi sonrió.

— ¿… Hmm?

Aunque era difícil juzgar si esto era intencionalmente una broma, pero sintiendo que esas palabras eran demasiado desiguales para Kurumi, Kotori no pudo evitar sonreír también.

Entonces… fue justo en este momento.

El aire circundante temblaba como un terremoto mientras el cielo se blanqueaba.

— ¿¡Ha…!? ¿Q-qué es esto…

— ¿¡Kya…!? ¿Un cataclismo?

Inmediatamente, las voces de los Espíritus circundantes se llenaron de confusión y pánico.

Durante ese tiempo, Kurumi miró al cielo en silencio y murmuró.

―Ara, ara. Finalmente, ¿es hora?

―Kurumi, ¿sabes lo que está pasando?

―Sí. Para expresarlo simplemente… este mundo está a punto de llegar a su fin.

Kurumi suspiró un poco mientras hablaba. A su vez, Kotori dejó escapar un “¡qu…!” mientras sus ojos se ensanchaban.

―No puede ser, ¿estás diciendo que Shidou no logró llegar a tiempo?

Entonces, otro Espíritu vino de atrás para consolar a Kotori… Era Nia.

―… Está bien, cálmate, imoto-chan. Aún no ha terminado. Probablemente no.

Parecía que justo como Kurumi, Nia había esperado que esto ocurriera. Ella continuó hablando de una manera extremadamente tranquila.

―Hemos hecho todo lo que podemos hacer. Lo que suceda a continuación depende del chico. Tenemos que creer en él y esperar.

―Pero…

Mientras Kotori fruncía el ceño con ansiedad, Nia colocó un dedo frente a los labios de Kotori para evitar que hablara. Luego, ella continuó hablando mientras guiñaba un ojo.

―Deberías saber que el chico está en su mejor momento en estos momentos,  ¿verdad?

―…

Escuchando a Nia, Kotori suspiró suavemente.

Entonces, de la misma manera, los Espíritus que todos parecían incómodos también se dieron cuenta de esto. Luego se giraron y asintieron.

―Sí… si es Shidou-san, estoy segura de que estará bien.

―Mun… Tengo fe en Nushi-sama.

―Kaka, ya hemos llegado hasta aquí. No es el tipo de hombre que perdería en vano.

―Confianza. No importa qué tipo de oponente, Shidou definitivamente prevalecerá.

―Eso es correcto… ¡Incluso Tohka Inversa-san seguramente será derrotada!

―Sí. Uno tendría que ser ciertamente débil para perder ante una mujer como ella.

— ¿… Está bien ya que Tohka parece ser la gobernante de este mundo? ¿No puede ella oírte decir eso?

De esa manera, todos se expresaron a su vez. Al escuchar sus voces, Kotori exhaló suavemente mientras se rascaba la cabeza.

―… Está bien, todos se atreven a echarme y alardear como lo haría una hermana pequeña… En eso caso, también es imposible para mí no creer en él.

Mientras Kotori hablaba, los Espíritus asintieron fuertemente en acuerdo.

Kurumi los miró con satisfacción antes de volverse hacia el cielo.

―Ahora Shidou-san. El siguiente paso es tu momento… Vamos lentamente, por favor no te arrepientas.