Date A Live (NL)

Volumen 20

Prólogo: Otro Espíritu

Si a Takamiya Mio se le dijera que describiera los eventos que tuvieron una pronunciada impresión duradera en su vida, entonces la mayoría de ellos eran…

Buenos o malos… no había ninguna diferencia en que estuvieran llenos de historias sobre Takamiya Shinji.

El día en que conoció a Shinji.

El día en que Shinji la llevó al océano.

… El día en que Shinji murió ante sus ojos.

Al igual que las raíces de un gran árbol, o posiblemente un eje central afilado, estaba profundamente tallado en los recuerdos de Mio, convirtiéndose en la fuerza impulsora que la empujaba hacia el camino de la ruina y la salvación.

Todo era por el bien de Shinji. Todo para recuperar ese tiempo más brillante con Shinji. Con esos pensamientos en mente, Mio luchó durante un largo período de treinta años sola.

Pero había excepciones en todas las cosas.

Junto con sus recuerdos de Shinji coloreados por la alegría y la tristeza, hubo varios otros eventos que permanecieron fuertes dentro de su corazón.

Por ejemplo, su encuentro con Tokisaki Kurumi. Por ejemplo, sus recuerdos como Murasame Reine. Y también…

***

Ocurrió en la época en que Mio había producido unos pocos Cristales Sephira.

… Cristal Espiritual Sephira. La gema diabólica que transformaba a los humanos en Espíritus.

Mio, por el bien de su objetivo, dividió su poder para crearlos, convirtiendo a los humanos en Espíritus uno por uno.

Sin embargo, el Sephira originalmente no era compatible con los atributos humanos. Un ser humano a quien se le dio un Sephira recién hecho no podría controlar ese poder y correría desenfrenadamente. Para crear un Espíritu perfecto, era necesario usar varios cuerpos humanos para purificar el Sephira.

Pero un día, Mio lo había pensado. Si ella pudiera saltarse esa etapa, ahorraría tiempo y, sobre todo, no habría sacrificios innecesarios… entonces…

Ese día, Mio produjo un Cristal Sephira de una manera ligeramente diferente a la habitual.

―… Fórmate.

Mientras decía tranquilamente eso, ella agudizó su mente.

Ella dividió y condensó una parte del reiryoku que desbordaba de su propio cuerpo. En ese momento, ella se concentró y separó el llamado “veneno” que podría dañar a los humanos, en un lugar dentro del Sephira.

Sin utilizar a los humanos como filtros, ¿es posible crear un Sephira refinado desde el principio?

―…

Como si le diera vida al producto que acababa de crear, ella sopló. Inmediatamente, el Sephira comenzó a temblar y brillar levemente.

Este proceso ritual era el paso final para determinar los atributos del Cristal Sephira. Ella consolidó este poder en una sola masa a través de la imagen de otorgar una parte de sus emociones. Al hacerlo, el Sephira cambiaría a varios colores diferentes.

Si ella ponía ira, sería un rojo feroz.

Si ella ponía tristeza, sería azul deprimido.

Si ella pusiera lamento… sería un negro sin fondo.

La experiencia había demostrado que para el Cristal Sephira era más fácil ejercer un poder fuerte si se incluían emociones negativas. Sin embargo, al mismo tiempo, la cantidad de personas sacrificadas por el proceso de refinación también aumentaría.

Así que esta vez, Mio puso una emoción cálida, pero intensa, en el Cristal Sephira.

Toda la motivación de Mio: la emoción que quemaba este cuerpo: el amor.

Sin embargo…

―… ¿Eh?

Mio abrió sus ojos, levantando su voz con sorpresa.

El Sephira, que acababa de crear en su mano, de repente comenzó a palpitar.

— ¿El Sephira está…? Qué es esto…

A medida que Mio se preocupaba, el latido del corazón del Sephira se hizo más y más fuerte… poco después se alejó de la mano de Mio y flotó en el aire.

Y en medio de ese espacio, el Sephira emitió una luz tremenda, su silueta se hinchó rápidamente.

―Qu…

La intensa luz cegó sus ojos.

Y cuando abrió los ojos… una joven chica había aparecido.

El pelo largo a la sombra de la noche voló por el viento. Detrás de su cabello se alzaba un frío rostro de porcelana blanca.

Una hermosa chica, que emanaba una expresión violenta, vestía un Vestido Astral púrpura azulado.

―…Tú, eres…

―…

Aunque Mio preguntó sorprendida, la niña no respondió, se miró la palma de la mano, abriendo y cerrando la mano varias veces para confirmar su sensación.

Y cuando miraba a su alrededor para observar la situación…, finalmente, miró a Mio.

―… ¿Quién diablos eres tú?

― ¡…!

Ante esas palabras, Mio contuvo la respiración involuntariamente.

Aunque era imposible de imaginar, esta chica tenía su propia voluntad.

Una irregularidad más allá de la anticipación. En un abrir y cerrar de ojos, la mente de Mio se llenó de pensamientos. ¿Quién es ella? ¿Qué debo hacer con ella? ¿Es posible utilizar el diálogo para convertirla en una aliada? Sin embargo, de lo que realmente se trataba era de una existencia que podría alterar drásticamente los planes. Para lograr el mayor objetivo de convertir a Shinji en un Espíritu, ¿debería deshacerse de las cosas que podrían alterar el plan?

De todos modos, pensaría en ello más tarde. En primer lugar, tenía que recuperar el Sephira de ella.

―… Qu…

Entonces, desde allí, Mio se atragantó.

En el momento en que Mio llegó a una conclusión y tenía la intención de atarla, la expresión de la chica que estaba parada frente a sus ojos cambió. Era como si ella estuviera reflejando la propia hostilidad de Mio.

De hecho, su figura no cambió en absoluto. Sin embargo, el color de la luz ardiente en esos ojos era claramente diferente.

¿Qué diablos era esto…?

―… <Nahemah>

Por un momento, cuando la chica susurró eso, la oscuridad se reunió detrás de ella, formando un trono gigante.

Y la chica pisó suavemente el reposabrazos y voló, desde detrás del trono sacó una espada…

Y así, ella apuntó a Mio.

― ¡…!

Increíbles habilidades de espada. Su ataque causó que las ondas de choque se precipitaran hacia Mio. Mio agudizó su mirada, cancelando ese ataque justo cuando estaba a punto de alcanzar su cuerpo.

―… ¿Qué estás haciendo de repente?

―Hmph… esa es mi línea. No escondas tu hostilidad.

La chica gritó. Una vez más ella agitó su espada, cortando continuamente hacia Mio. El denso reiryoku trazado desde la trayectoria de la espada desgarró el espacio alrededor de Mio.

Mio lidió con esos ataques, mientras los eliminaba, ella abrió su boca suavemente.

―… <Ain Soph>.

En el momento en que llamó ese nombre, con Mio como epicentro, el espacio se volvió monocromo, suprimiendo el cuerpo del Espíritu que acababa de nacer del Sephira.

Aunque solo observaba la cantidad de reiryoku que estaba acorralado en un ataque, Mio sabía que era un Espíritu extremadamente poderoso. Sin embargo, no importa cuán poderoso sea el Espíritu, es imposible resistirse al Ángel de la ley <Ain Soph>.

―Guh…

El Espíritu gimió de dolor, liberando reiryoku de su cuerpo como si tratara de escapar de la restricción.

Pero, al momento siguiente, las tiras de luz se extendieron desde el Vestido Astral de Mio, perforando su pecho.

―Bastarda.

El Espíritu dijo eso mientras miraba ferozmente a Mio, y su cuerpo se convirtió en partículas de luz.

Después de unos segundos, en el lugar donde ella estaba había un Sephira brillante rodeado de tiras de luz.

―… Estoy sorprendida. Por primera vez, algo como esto sucedió.

Mio murmuró para sí misma, recuperó las tiras de luz para poner al Sephira a su lado.

Y, ella puso el Sephira en su mano, mirándolo.

Si ella apretaba el puño y reunía reiryoku, esta Sephira se rompería sin dejar rastro. Eliminando un factor peligroso, lo irregular ya no existirá. Si estaba considerando el plan, definitivamente era la elección correcta.

―…

… Sin embargo, Mio no rompió el Sephira.

Crear un Sephira requiere una gran cantidad de reiryoku; Mio no podía crearlos continuamente de todos modos. Además, tenía dudas cuando borraba ociosamente un Espíritu raro que simplemente aparecía.

―No…

Contemplándolo, Mio sacudió ligeramente la cabeza.

Ella debe haber estado tratando de encontrar una razón en su cabeza… después de todo; la razón más obvia no cambió.

Nacido del Cristal Sephira… se le podría llamar un espíritu puro.

Ciertamente, Mio no podía matar sin piedad una existencia como ella.

―… Bienvenida, hija mía… A este peor mundo.

Dijo Mio como si murmurara, acariciando amorosamente al Sephira.