Date A Live (NL)

Volumen 20

Capítulo 4: El Último en Pie es…

Parte 2

— ¿Qué?

En el frondoso bosque, los ojos de Mukuro estaban aturdidos ya que ella no tenía palabras.

Es correcto. Dándose la vuelta después de escuchar repentinamente que su nombre era llamado, era la figura de Shidou, que debería haber estado en su cita con Tohka.

No era solo Mukuro, Nia y María a su lado también tenían expresiones similares de asombro.

Mukuro bajó a <Michael>, que había preparado mientras se giraba hacia Shidou.

―Nushi-sama… ¿por qué estás aquí? ¿No estás en una cita con Tohka actualmente?

Cuando Mukuro preguntó, Shidou dejó escapar un suspiro de alivio antes de responder.

―Aah. La cita con Tohka fue un completo éxito. No hay necesidad de preocuparse.

— ¡! ¿Es eso realmente cierto?

Escuchando la respuesta de Shidou, los ojos de Mukuro se agrandaron. Entonces, Shidou habló con una suave sonrisa.

―He oído todo de Kotori. Todos trabajaron muy duro para mi cita y la de Tohka. Realmente, gracias. Todo gracias a las bendiciones de todos por las que pude persistir hasta ahora.

―Nushi-sama…

―Pero, está bien ahora. Ya no hay necesidad de luchar. Vamos, volvamos con todos.

―… Espera un segundo.

Nia gritó como para bloquear la voz de Shidou. Mientras acaricia la página de <Rasiel> con su dedo derecho, ella le lanzó una mirada aguda a Shidou.

— ¿Nia…? ¿Qué pasó?

Cuando Mukuro preguntó mientras estaba confundida, Nia filtró una extraña risa de “Nnnnn” mientras empujaba su dedo para señalar a Shidou.

―… Ku…

―Como pensé, las cosas iban demasiado bien y sin ningún problema. Me alegro de haber confirmado con <Rasiel> por si acaso… Cambiar a chico para montar un ataque furtivo fue una idea bastante inteligente. ¿No es así, Nattsun?

― ¿¡Qué…!?

Mukuro no pudo evitar parecer estupefacta cuando se giró para mirar a Shidou de nuevo. El rostro era inequívocamente el de Shidou, pero cuando pensaba en lo que Nia había dicho, Mukuro arrugó ligeramente las cejas.

Al ver esto, las esquinas de los labios de Nia formaron lentamente una sonrisa.

―Es una transformación maravillosa como de costumbre. Mukku-chin podría haber sido engañada si estuviera sola, pero conmigo como el oponente, ¿no fue esto un movimiento pobre? Pensé que Nattsun debería haber entendido esto…

Mientras hablaba, Nia frunció el ceño y soltó un sonido de “ah” como si notara alguna cosa.

―Ya veo, así que querías ayudar a Yosshi. Después de todo, si eso continuara, Yosshi y Mikki habrían sido los siguientes objetivos. Como buena amiga, no podías pasar por alto eso. Bueno, no es que sea tan afortunado. He atrapado inadvertidamente un pez grande. ¡Fuhahaha!

Nia soltó una carcajada maliciosa cuando, una vez más, señaló con el dedo a Shidou… más bien a Natsumi.

— ¡Aparecer aquí significa que tu suerte se ha acabado! ¡Mukuro-sensei si quieres!

―Dijiste todo eso, pero al final todavía terminas confiando en Mukuro.

María, que estaba detrás de Nia, habló con un ojo abierto. Sin embargo, Nia ignoró esto (a pesar del sudor que goteaba de su frente) mientras se giraba y daba una mirada de confianza hacia Mukuro.

―Hmm…

Sin embargo, Mukuro no actuó de inmediato.

Sin que hubiera signos de refutación, no había duda de que este Shidou era falso. Por supuesto, no había ira contra Natsumi tratando de usar la apariencia de Shidou para engañar a Mukuro. Pero…

―… Ciertamente.

Por el estado mental de la percepción de Mukuro, Natsumi hablaba con la misma voz que Shidou, con la misma apariencia que él.

―Supongo que hice algo tonto. Mientras exista <Rasiel>, no importa lo buena que sea, mi identidad seguirá estando definitivamente expuesta… Pero, hey.

Natsumi abrió mucho los ojos mientras miraba el rostro de Mukuro.

―No me arrepiento de mis acciones. Incluso si soy derrotada aquí, estoy satisfecha… ¿Qué hay de ti Mukuro? Ser manipulada por Nia y sobrevivir hasta el final, incluso si tienes el derecho de confesarte, ¿podrías estar orgullosa frente a Shidou?

―… Muku…

Al serle dicho esto por Natsumi, Mukuro sintió un dolor agudo saliendo de su pecho.

Era como si sus propias preocupaciones estuvieran hablando justo delante de ella. A pesar de que sabía que era falso, se sorprendió de que esto hubiera tomado la forma de Shidou.

… En realidad, aparte de esto, no fue el caso que Mukuro deseaba confesarse a Shidou. Shidou aceptó a Mukuro y le dijo que eran familia. Para Mukuro, eso era todo lo que ella quería. Ella no tenía otros antojos más allá de eso.

Entonces, ¿por qué Mukuro quería el derecho de confesarse? Eso era porque no quería que nadie más lo utilizara.

Mukuro ama a Shidou y por eso deseaba que él siguiera igual. Ella no quería convertirse en una espectadora que solo podría mirar hacia él.

Pero ¿podría la Mukuro de este momento pararse frente a Shidou?

No tenía intención de negar los métodos de Nia. Era práctica común formar una alianza durante estas batallas. La actitud de intentar lo mejor para sobrevivir también era bastante hermosa.

Pero… esto no coincide con el estilo de Mukuro. No era más que eso.

— ¡Espera…… espera! ¡¿Qué estás haciendo Natssun?! ¿Cuándo se expone a un imitador no debe ser el primer instinto huir o aceptar la derrota? ¿¡Por qué estás tratando de engatusar a Mukku-chin!?

―…Ha, como he dicho. Ya sabía que estaría expuesto. Pero también creo que Mukuro no estaría de acuerdo con las prácticas de Nia. ¡… Mukuro! ¡Sé más honesta contigo misma!

— ¡Deeeeeeja de decir eso con la voz del chico! ¡No te dejes engañar Mukku- chin! ¡Tomemos el mundo juntos!

―… Nia, Nia.

Cuando María tocó los hombros de Nia con los dedos, Nia le devolvió la mirada molesta.

— ¡Qué es María! ¿No ves que estoy ocupada ahora?

―Tal vez, pero es una emergencia.

— ¡No, lo sé! María, ¡ayúdame a persuadir a Mukku-chin!

―No, no es eso. Es otro asunto.

―… ¿Eh?

Nia levantó una ceja al escuchar lo que María había dicho.

―Hey, hey…

Aparentemente consciente de lo que era esto, Natsumi, quien todavía estaba transformada como Shidou, hizo una pequeña sonrisa.

―… Aah, lo siento Mukuro. No te preocupes demasiado Toma lo que acabo de decir con un grano de sal. Eso era justo… ¡para ganar suficiente tiempo!

— ¿Qué…?

―Eh…?

Mukuro inclinó su cabeza en confusión. Como si coincidiera con eso, Nia también levantó una ceja en sospecha.

Entonces, Natsumi señaló lentamente en dirección al cielo.

Guiados por esto, tanto Mukuro como Nia levantaron la vista…

―Mun…

―Ah…

Después de ver esas figuras que aparecieron allí en poco tiempo, las dos abrieron los ojos alarmados.

Pero no era de extrañar. Porque allí estaba…

―Ku, ku, ku… ¡cómo te atreves, cómo te atreves!”

―Indignación. Prepárate… para algo desagradable.

Envueltos en vestidos astrales maltratados, Kaguya y Yuzuru tenían expresiones furiosas que marcaban sus caras.

―Kya…… ¡¿Kaguyan, Yuzurun…?! ¿No fueron golpeadas por el Batallón de María… por qué están aquí?

Nia se detuvo mientras hablaba.

Tal vez ella lo había notado al igual que Mukuro… La parte superior de un árbol cercano se había transformado en un letrero que marcaba “Nia está aquí →”.

Solo había un Espíritu que podía hacer esto. La cara de Nia se puso pálida mientras miraba a Natsumi.

―Na… ¡Nattsuuuun!

―Ahaha… Investigué que Kaguya y Yuzuru no se han retirado todavía. Si hago esto de antemano, por supuesto que vendrían en venganza.

Cuando Natsumi dijo esto, un Ángel parecido a un libro apareció en su mano… Una imitación de <Rasiel> a través de <Haniel>. Aparentemente, ella había usado esto para confirmar que las hermanas Yamai todavía estaban a salvo.

— ¡Q-que deshonesta, Nattsun! ¡No tienes el valor para luchar con tu propia fuerza!

— ¡Qué tontería, no lo digas!

―Represalias. No seré misericordiosa. Es una ofensa grave obstaculizar nuestro duelo, paga con tu cuerpo.

Kaguya y Yuzuru soltaron un grito de ira cuando patearon contra el cielo para atacar a Nia.

— ¡Kya…! ¡Ayúdame, María.

Mientras soltaba un grito triste, Nia huyó a la brecha entre los árboles.

Poco después, se escucharon sonidos de tristeza y enojo que venían del bosque y seguidos por el sonido de los árboles que fueron cortados por la fuerte presión del viento; un momento después, finalmente se calmó. No estaba claro si Nia había sido castigada o si había escapado, pero no había ninguna señal de que las hermanas Yamai regresaran.

―… Mun.

Mukuro dejó escapar un pequeño suspiro mientras caminaba hacia Natsumi, quien todavía estaba transformada en Shidou.

― ¡…!

Los hombros de Natsumi temblaban mientras hacía una postura como si renunciara a la derrota.

―… Bueno, resultó así… Bien. Después de todo, fui yo quien instigó esto primero. Incluso si soy derrotada, igual haré todo lo posible por agotar todo mi reiryoku.

Natsumi habló mientras al mismo tiempo se rendía. Mukuro miró a Natsumi, extendiendo sus manos para abrazar su cuerpo.

— ¿Qué…? ¿Eh? ¿Espera…?

Del acto inesperado, la voz que Natsumi soltó estaba llena de confusión. Mukuro suspiró suavemente antes de susurrar.

―… Es cierto que estabas hablando para ganar tiempo, hizo que Muku se despertara. Eso ciertamente no es falso. Muku te lo agradece. Muku quiere obtener una victoria que se pueda sentir con orgullo desde el fondo del corazón.

Mukuro habló mientras liberaba a Natsumi.

―… Aunque sea un impostor, Muku no puede girar su espada hacia Nushi- sama otra vez… Si se ve una vez más, sería prudente aparecer con otro rostro. En ese momento, Muku hará todo lo posible.

Mukuro sonrió mientras pateaba contra el suelo y saltaba al cielo… Buscando un campo de batalla que igualara su fuerza completa.

―…, …, …

Quedándose sola, Natsumi ni siquiera podía respirar por un tiempo. Su corazón latía tan violentamente que parecía que podría romperle las costillas. Las yemas de sus dedos estaban entumecidas e incluso su visión estaba borrosa.

―…Haaaaaaaah…

Hasta que la figura de Mukuro no se pudo ver más, Natsumi finalmente dejó escapar un gran suspiro. Al mismo tiempo, el cuerpo de Natsumi emitió un débil resplandor, cambiando de nuevo su disfraz de Shidou a su apariencia original.

―… Algo un poco raro hoy. ¿Cuántas veces he evitado por poco la muerte hasta ahora…? En serio, pensé que esta vez seguro que tendría que retirarme…

Mientras decía eso, Natsumi examinó de cerca y palmeó su cuerpo… Pensando sobre el postgusto de ser abrazada por Mukuro.

―… Esas tetas son demasiado grandes.

Natsumi murmuró mientras escapaba rápidamente a los arbustos para no ser descubierta por los otros Espíritus.