Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 3

Capítulo 3: Turbulencias

Parte 3

Esa noche, justo cuando los aldeanos estaban cenando, Gon y sus seguidores estaban tomando unas copas en la cabaña que les habían prestado. Desplegados en el suelo ante ellos estaba su cena, junto con varios platos de acompañamiento conservados; todo era soso, sin condimentos en absoluto.

“Esto es muy aburrido, jefe. Nada interesante en absoluto, como nuestro pueblo”, dijo un hombre de baja estatura mientras le servía la bebida a Gon.

“Bueno, la operación comienza mañana a medianoche. Tenemos que pasar desapercibidos hasta entonces, sobre todo porque ahora tenemos una buena razón para quedarnos dentro.” Gon resopló el alcohol vertido con una sonrisa.

“Jaja. Eres increíble, jefe. Al causar una conmoción al principio y luego pasar desapercibidos, esos idiotas bajarán la guardia. Es francamente perverso”, dijo el hombre pequeño sentado junto a Gon.

“Bueno, después de todo, es todo para que pueda salirme con la mía con Ruri.”

“¡Jaja! Ruri es una belleza, pero creo que la hermanita de Shin también era un buen partido.”

“¡Oi, oi! Veo que eres todo un hedonista, ¿eh? Bueno, su cara no estaba mal, y el hecho de que sea la hermana pequeña de ese bastardo lo hace mucho mejor. Supongo que ella sería una buena segunda prioridad después de Ruri”, Gon esculpió una sonrisa pervertida en su cara.

“Déjame probar un poco de ella también, jefe.”

“Claro, si estás de acuerdo con mis sobras.”

“¡Muy bien!” Tan pronto como Gon dió su permiso, sus seguidores vitorearon vigorosamente.

Todos los hombres presentes fueron considerados cuestionables en la aldea de la que provenían. El grupo consistía en segundos hijos o menos (aquellos que nunca heredarían sus negocios familiares) que se habían unido para seguir el ritmo de sus propios tambores. A la cabeza del grupo estaba su líder, Gon.

Gon era el hijo del jefe de su aldea, pero como los otros, era un segundo hijo y había sido criado como un repuesto desde la infancia. Sin embargo, Gon era incapaz de sentarse tranquilamente y aceptar su papel como un humano secundario como los otros.

Tal vez se debió a su educación, o tal vez porque todavía fue criado con cierto amor como hijo de un jefe de aldea, pero su personalidad se convirtió en una personalidad inteligente y malcriada a medida que crecía.

El cuerpo de Gon era bien construido, él tenía una cantidad considerable de fuerza física, y tenía el talento para los artes del alcohol. Su especialidad eran las artes espirituales para la capacidad física y la mejora del cuerpo físico, la peor combinación posible. Desde que tenía diez años, ninguno de los aldeanos adultos podía hacerle frente, lo que hizo que otros trataran a Gon como un marginado.

Ahora, tenía dieciocho años. En algún momento del camino, Gon comenzó a reunir a segundos hijos como él en su lado, estableciendo su propio poder en la aldea. Últimamente, su influencia en la aldea había crecido tanto que ni siquiera el jefe de la aldea podía tocarlo. Incluso cuando causaba problemas, era difícil castigarlo.

En circunstancias normales, no había manera de que un grupo de gamberros como Gon fueran seleccionados para el escuadrón comercial que iba a la capital; sin embargo, los aldeanos no pudieron rechazar las demandas de la banda de Gon, permitiéndoles en última instancia el papel de escoltar la mercancía. Ni siquiera se habían dado cuenta de lo que la banda había estado tramando secretamente a sus espaldas…

Recientemente, los aldeanos habían estado tratando de persuadir a la pandilla de Gon para que se uniera al ejército del reino, pero Gon sabía que sólo estaban tratando de echarlos de la aldea con tacto. Debido a eso, Gon ideó un plan para que se fueran en sus propios términos.

Sin embargo, el mundo no era tan fácil de vivir en el que podían dejar espontáneamente su aldea sin nada más que su grupo. Necesitaban asegurar por adelantado su destino de reubicación, junto con alimentos, ropa y refugio.

Fue entonces cuando el pueblo de Yuba llamó la atención de Gon. Si se convertía en el marido de Ruri, entonces se convertiría en un jefe legítimo de la aldea.

El pueblo vecino de Yuba era el pueblo de Gon, lo que les permitía interactuar con bastante frecuencia, por lo que Gon sabía que Ruri era el único heredero de Yuba. Era realmente una oportunidad única en la vida que había caído en su regazo.

Lo más importante, la apariencia de Ruri era del tipo de Gon.

En cualquier caso, estaba claro que, si seguía adelante con su plan, Ruri le rechazaría. El hecho de que Gon decidiera intentar un enfoque más sutil sin vacilar demostró lo retorcido que era realmente.

“Nos tomamos la molestia de destrozar el carruaje también. Será mejor que nos tomemos nuestro tiempo para repararlo mañana.” Gon sonrió con alegría al pensar en el mañana por la noche.

***

A la mañana siguiente llegó sin incidentes, a pesar de que el día anterior había llegado un visitante no invitado. Hasta ahora, Gon y su banda habían cumplido su promesa, evitando el contacto con los aldeanos y centrándose en la reparación de su carruaje de caballos. Puesto que ése era el caso, los aldeanos echaron a Gon del primer plano de sus mentes.

A pesar de que habían pasado el pico de la temporada de cosecha, todavía quedaba mucho trabajo por hacer para todos los aldeanos; tenían que empezar a preparar grandes cantidades de alimentos para ser preservados para el invierno, y también había que preparar los productos para llevarlos a la capital. Debido a esto, los aldeanos habían estado muy ocupados desde temprano en la mañana. Para cuando pasó el mediodía, habían olvidado completamente su desconfianza por el grupo de Gon. A medida que el sol comenzaba a ocultarse, envolvieron su trabajo del día y se dirigieron a casa.

Rio también terminó el trabajo que se le asignó hoy bastante temprano, por lo que se dirigió de vuelta a casa antes que nadie. Yuba ya estaba en casa, así que los dos decidieron descansar un rato antes de ir a preparar la cena. Entonces, justo cuando se servía el té, alguien llamó a la puerta principal.

“¿Está presente Lady Yuba?”, llamaron.

“Veré quién es.”

“Gracias.”

Rio se puso de pie apresuradamente después de instar a Yuba a permanecer sentada y se dirigió hacia la puerta principal. Abrió la puerta para ver a Ume parada allí.

“Buenas noches, Ume. ¿Puedo ayudarte?”

“Rio. Sir Hayate ha llegado, así que estoy aquí para informar a Lady Yuba.” Ume debe haber venido corriendo, ya que estaba un poco sin aliento.

“He oído. Iré a verlo ahora mismo. ¿Ya está en el almacén?” Preguntó Yuba.

“Sí, junto con sus subordinados. Le he dicho que se sienta como en casa en las cabañas de invitados.”

“Ya veo. Buen trabajo, Ume.” Yuba asintió, contenta. Se puso sus zapatos de exterior en el suelo de arcilla y se fue de la casa, pero se detuvo y se volteó hacia Rio.

“Ah, es cierto. Rio, lamento pedirle esto, pero ¿podrías agregar cinco o seis porciones más a la cena de esta noche? Probablemente tendremos a algunas personas que se unan a nosotros para una comida esta noche. Puede que llame a una de las chicas de la aldea para que me ayude”, solicitó Yuba.

“Entiendo… Déjamelo a mí. ¿Sería mejor si la comida fuera un poco más extravagante? Si es así, podría ir a cazar algo ahora mismo…”

“Ooh, ¿puedo pedirte eso? Eso sería genial, gracias. Y puedes ayudarte a ti mismo con la huerta si te quedas sin ingredientes.” Yuba sonrió alegremente, agradeciendo a Rio por su disposición a ayudar.

Luego, cuando Rio la despidió, se marchó a un ritmo rápido, mientras que Rio limpiaba rápidamente el juego de té y se dirigía a la montaña para cazar. Como no disponía de mucho tiempo, decidió usar las artes espirituales que normalmente se abstenía de usar cuando cazaba.

Rio se levantó del suelo al pie de la montaña y se elevó en el aire con sus artes espirituales de viento, llegando a los cotos de caza en un abrir y cerrar de ojos. Si los aldeanos hubieran sido testigos de eso, sus ojos habrían crecido al tamaño de platillos, y sus mandíbulas habrían caído al suelo.

Después de ver a un pájaro Lenou volando por el aire con su visión mejorada, Rio se acercó a él desde arriba y lo decapitó con un golpe de su espada. Atrapando su cuerpo por las piernas, se dedicó a drenar la sangre mientras flotaba en el aire.

Uno menos.

Los pájaros Lenou eran criaturas cautelosas que no se reunían típicamente, pero eran mucho más fáciles de cazar en el aire cuando su guardia estaba baja. Con eso en mente, Rio inmediatamente vió a su siguiente presa volando un poco lejos de su ubicación actual, y rápidamente se puso en camino después de ella.

Su cacería continuó progresando sin problemas después de eso, y fué capaz de terminarlo todo, incluyendo la limpieza, antes de que el sol se pusiera por completo.

***

Después de terminar de reparar el carruaje temprano y arrojar el resto sobre sus subordinados y los aldeanos que los habían acompañado, la pandilla de Gon estaba bebiendo en la cabaña que les habían prestado antes incluso de que se pusiera el sol.

De repente, la puerta de la cabaña se abrió de golpe. Todas las miradas en la habitación se movieron hacia la puerta para ver a un chico en su adolescencia parado allí, respirando con dificultad.

“Hah… Hah…”

“Oh, ¿qué pasa? ¿Ya se ha reparado el carruaje?” Un borracho Gon preguntó de todo corazón.

El muchacho era un subordinado de la pandilla de Gon y a menudo era usado para hacer recados para ellos, ya que era el más joven del grupo. Se le había encomendado la supervisión de los aldeanos que reparaban el carruaje y ayudaban en nombre de Gon.

“¡Ah, jefe! ¡Esto es malo! ¡El funcionario de impuestos está aquí en el pueblo!” El chico gritó, haciendo que los hombres alrededor de Gon se agitaran ruidosamente.

Los funcionarios de impuestos eran funcionarios gubernamentales especiales. La capital los enviaba durante la temporada de cosecha a todas las aldeas para recaudar impuestos basados en la cantidad de cosechas que se cosechaban. Era una posición oficial que se daba sólo a las personas de mayor confianza en el reino, y los que asumían el cargo eran maestros tanto en literatura como en artes militares. Se requerían cálculos para llevar a cabo las inspecciones de cosecha, y los oficiales tenían que tener la fuerza para proteger el impuesto recaudado de diversos peligros en la carretera. Pero, lo más importante, tenían que ser personas que no abusaran de sus privilegios.

“… ¿Y qué?” Preguntó Gon en voz sobria. Parecía estar molesto porque se había arruinado el ambiente de la fiesta.

“N-No, es sólo que, ¿no se quedará el oficial de impuestos en casa del jefe del pueblo? Ni siquiera nosotros podemos enfrentarnos a un oficial del reino. Tal vez deberíamos posponer el plan del jefe…”, contestó el chico con voz chillona.

“Eso no importa”, Gon contestó infelizmente y trajo una taza llena de alcohol a su boca.

Los otros hombres intercambiaron miradas.

“Pero, jefe. Se rumorea que los oficiales de impuestos son muy fuertes, ¿no? Hubo una vez un tipo que reprimió el levantamiento de todo un pueblo sin ayuda de nadie”, dijo uno de los hombres con dudas.

“¿Oh? ¿Me estás llamando débil?” Gon miró con desprecio.

“¡No, por supuesto que no!” El hombre agitó la cabeza con nerviosismo.

“Además, nos iremos cuando todos estén dormidos. Ya que estamos hablando de la anciana Yuba, probablemente habrá alcohol de por medio. Incluso si es un oficial de impuestos, un guerrero o un simple campesino, una vez que estén borrachos y dormidos, estarán indefensos.”

“Bueno, eso es cierto… S-Supongo que tienes razón.” Dominados por la desbordante confianza en sí mismos de Gon, los hombres recuperaron los nervios.

“Obviamente. No es diferente a lo que hemos hecho antes. Una vez que nuestro intento de arrastrarnos por la noche tenga éxito, Ruri se rendirá y aceptará su destino. Si protesta, la amenazaremos. En realidad, si quisiéramos asegurarnos de que todo salga bien, podríamos secuestrarla y traerla con nosotros. Eso también podría hacer las cosas más fáciles, ¿no?” Dijo Gon con una sonrisa lasciva.

Llevados por sus palabras, los otros hombres se rieron con una risa siniestra.

***

Rio se apresuró a regresar a casa después de su cacería, pero nadie más había regresado todavía, así que decidió lavar primero el olor de la sangre de su cuerpo.

El plato principal esta noche sería Lenou; después de lavar y reflexionar sobre varias combinaciones de platos para el menú, Rio se dirigió hacia la cocina y finalmente se puso a trabajar preparando los ingredientes. En poco tiempo, un aroma tentador se extendió por la sala de estar.

Fué entonces cuando Yuba volvió a casa, acompañado por un grupo de hombres, Ruri y Sayo. La entrada principal se volvió inmediatamente más animada.

“Bienvenido a casa”, dijo Rio a Yuba y a los demás desde la cocina, que estaba ubicada en el lado derecho del piso de arcilla.

“Estamos de vuelta. Hoy huele especialmente bien.” Yuba sonrió ampliamente a Rio, devolviéndole el saludo.

“¡Sí, huele genial! ¿Qué estás cocinando, Rio?”

“¡Déjeme ayudarle, Sir Rio!”

Ruri y Sayo se apresuraron a entrar en la cocina para ayudar.

“De hecho, este es un aroma maravilloso… Lady Yuba, ¿ese chico siempre fué miembro de este pueblo?” Preguntó un joven caballero, mirando a la cocina desde el suelo de arcilla y mirando a Rio mientras hablaba.

“Ese es Rio, el hijo de un viejo conocido mío. Ahora mismo se está quedando en nuestra aldea”, dijo Yuba. Rio dejó la estufa a Ruri y Sayo por el momento mientras se agachaba en el suelo de arcilla para saludar a su invitado.

“Buenas noches. Mi nombre es Rio, encantado de conocerte.”

“Hola. Mi nombre es Saga Hayate, y soy el oficial de impuestos que visita esta aldea. Detrás de mí están mis ayudantes. Encantado de conocerte.”

“Lo mismo digo.”

Rio y el caballero llamado Hayate intercambiaron sus saludos. A pesar de los rasgos rígidos de Hayate, era un joven agradable con un aura refrescante. Tenía una espléndida espada recta de un solo filo en la cintura y llevaba un traje similar a un traje de samurái finamente diseñado.

En cuanto a su edad, parecía ser un poco mayor que Rio.

Para que conste, era costumbre en la región de Yagumo que te pusieras el nombre de tu familia primero, haciendo de Saga su apellido y de Hayate su nombre.

Rio y Hayate se inclinaron el uno ante el otro, examinando cada uno el centro de gravedad y la postura del otro joven. En secreto determinaron que el otro no era una persona común.

“Ahora, no nos quedemos parados todo el día. Todos, por favor, suban a la sala y siéntense. La cena estará lista pronto.” Yuba dió un paso dentro la sala e instó al grupo de Hayate a que lo siguiera.

“Gracias. Aceptaremos con gratitud su oferta.” Hayate se inclinó profundamente y se quitó el calzado antes de entrar en la sala de estar.

“Volveré a la cocina por ahora. Por favor, discúlpame, Yuba.”

“Sí, por favor, hazlo.” Yuba reconoció a Rio cuando regresó a la cocina. Al mismo tiempo, Ruri salió de la cocina y entró en la sala de estar.

“Aquí tienen, todos. Gracias por su arduo trabajo de hoy.” Ruri sonrió amistosamente mientras servía té a Hayate y a los demás.

“D-De acuerdo. Muchas gracias, Lady Ruri.” La rígida actitud de Hayate de antes cambió completamente al darle las gracias a Ruri; tenía una extraña torpeza en sus movimientos. Ni siquiera intentó hacer contacto visual con Ruri, aparentemente sintiéndose tímido. Rio observó, el cambio en Hayate tomándolo por sorpresa.

“Ruri, puedes quedarte aquí y hacer compañía a todos”, ordenó Yuba, poniendo a Ruri a cargo de dar una cálida recepción a los visitantes. Ruri tenía una personalidad brillante y amistosa, así que era perfecta para el trabajo. Yuba también tuvo que quedarse con los visitantes, que naturalmente dejaron la cocina a Rio y Sayo.

Rio regresó a la cocina para reanudar la cocina, y se volvió hacia Sayo. “Siento haberte hecho ayudar tanto, Sayo. ¿Shin estará bien para su comida de hoy?” preguntó con una mirada culpable.

“Sí. Mi hermano cenará en casa de Dola y Ume esta noche. Sucede muy a menudo cuando vienen visitantes importantes, así que por favor no dejes que te moleste”, dijo Sayo felizmente, moviendo la cabeza.

“¿Pasó algo bueno?” Rio preguntó sobre el buen humor de Sayo.

“¿Eh? ¿Por qué lo preguntas?”

“Es sólo que pareces feliz.”

Sayo ladeó la cabeza confundida por un momento antes de darse cuenta.

“…Ah”, sonrió tímidamente, antes de que con vacilación preguntara a Rio: “… ¿Es tan obvio?”

“Sí.” Rio asintió, haciendo que Sayo se sonrojara.

“Umm, es un secreto.”

“Ya veo… Entonces no me entrometeré más.” Los labios de Rio se inclinaron hacia arriba con una sonrisa brillante. Mientras Sayo fuera feliz, se alegraba.

“…Bien.” Una expresión conflictiva pasó sobre la cara de Sayo durante un momento, pero ella asintió con la cabeza.

“Estoy seguro de que todos ya tienen hambre, así que apurémonos con los preparativos.”

Sayo asintió a la sugerencia de Rio. “Bien. Pero… Yo también quiero tomarme un tiempo para disfrutar de cocinar juntos”, murmuró en voz baja.

Rio ya se había alejado, así que la segunda mitad de su sentencia no le llegó.