Date A Live (NL)

Volumen 19

Capítulo 5: Y Su Elección Es…

Parte 2

… En el cielo, a pesar de que el sol poniente ya se había desvanecido en el horizonte, un brillante resplandor aún permanecía.

Como las estrellas incrustadas en el cielo nocturno, la luz se arremolinó mientras convergía en un solo punto. Era una visión fantasmal, como si proviniera de un sueño. Si uno no supiese nada, seguramente sería descrito como un dios, o quizás un Ángel.

Sin embargo, la expresión de los Espíritus que observaban desde el exterior de <Fraxinus> no era una de asombro o adoración, más bien era una mirada de inquietud e irritación.

Pero tal respuesta no era injustificada. Lo que había en el centro de la luz no se trataba de un dios, sino el enemigo de los Espíritus, el Wizard Isaac Ray Pelham Westcott.

— ¡Fu… hahahahaha! ¡Hahahahahahahaha!

La fuerte risa de Westcott resonó en el cielo nocturno.

— ¡Ku…!

Tohka apretó los dientes mientras apretaba su agarre en <Sandalphon>, moviendo el filo de su espada hacia Westcott.

Con un tremendo rugido, el destello de la espada rasgó el cielo.

Sin embargo, el corte, que podría abrir cualquier fortaleza sólida e impenetrable, se disolvió en el aire al entrar en contacto con la luz que irradiaba Westcott.

Un golpe ejercido con la fuerza de todo su cuerpo no había podido hacer nada. La sensación de impotencia ante eso era como intentar atacar el Vestido Astral de Mio. Tohka distorsionó su rostro de una manera sorprendida mientras dejaba escapar un gemido.

—Es inútil. Mi cuerpo ya está imbuido de reiryoku. A diferencia de tu poder, que es solo un fragmento, el mío tiene el mismo origen que <Deus>.

Westcott extendió sus manos de una manera juguetona mientras su cuerpo volaba hacia el cielo.

—Nadie puede detenerme. Mira obedientemente. Me he convertido en un Espíritu perfecto. ¡Una visión que manchará el cambio en este mundo!

— ¡No… me jodas!

Tohka bajó <Sandalphon> sin abandonar la esperanza. Cada golpe de decapitación destrozó el aire, sosteniendo suficiente poder formidable como para provocar una muerte certera.

Por supuesto, no era solo Tohka. Las hermanas Yamai y Yoshino liberaron la presión del viento y el aire frío hacia Westcott; Mukuro abrió un agujero en el espacio en un intento de sellar directamente su poder; Miku y Natsumi aumentaron el poder de todos con un rendimiento de <Gabriel>, que <Haniel> imitaba.

Sin embargo, incluso con todo eso, Westcott quedó ileso. Con una mirada algo decepcionada, se encogió de hombros.

—Realmente no puedo entender la desobediencia de esta audiencia… Ellen, Artemisia —dijo mientras lentamente levantaba una mano. Una parte de la luz, unida a su cuerpo, bailó en el cielo como un meteoro antes de ser absorbida por los pechos de Ellen y Artemisia, ambas en medio de la lucha contra Origami y Mana.

Al momento siguiente, los cuerpos de Ellen y Artemisa emitieron un resplandor radiante.

— ¡…! Esto es…

—Increíble, este poder…

Los dos ensancharon los ojos con sorpresa. En ese instante, Origami y Mana, quienes estaban en medio de confrontarlas, saltaron hacia atrás como si sintieran algo extraño.

— ¡…!

—Tch…

Sin embargo, el juicio de Origami y Mana no fue incomprensible. Si Tohka y las demás estuvieran en la misma posición, habrían tomado una acción similar.

Claramente, había un aura ominosa que rodeaba tanto a Ellen como a Artemisia. Un poder denso diferente al que ambas tenían previamente… Parecía que Westcott les había cedido una parte de su poder.

Mirando el estado actual de esas dos, Westcott distorsionó el borde de sus labios con satisfacción.

—Solo dejen sus ojos y oídos para que puedan presenciar el fin del mundo. Ya que también son Espíritus, no morirán si les cortan las manos y los pies.

—… Ha.

—Wow, suena doloroso. Pero como se trata de un Espíritu, no se puede evitar.

Habiendo aceptado el comando de Westcott, Ellen y Artemisia se lanzaron a través del cielo.

— ¡¿…?!

— ¡Qué…!

En un instante, Origami y Mana gritaron cuando sus cuerpos fueron rechazados hacia atrás. Un ataque instantáneo más rápido de lo que el ojo podría seguir. A pesar de que las dos ya habían asumido una postura defensiva, su armamento y su brazo blindado respectivamente fueron bellamente derribados.

— ¡Origami! ¡Mana!

—… Es solo cuestión de tiempo, no hay necesidad de preocuparse por los demás ahora.

Mientras Tohka gritaba sus nombres, la sombra de Artemisia se estaba acercando hacia ella.

— ¡¿Ku…?!

Tohka levantó apresuradamente <Sandalphon> para detener el golpe de la cuchilla láser. Sin embargo, a pesar de esta defensa, el fuerte impacto aún golpeó el cuerpo de Tohka. Su postura fue destruida cuando comenzó a rodar fuera de la superficie del exterior.

—Fu…

Artemisia, naturalmente, nunca perdería una oportunidad así. Ella comenzó a patear el cielo mientras avanzaba en su búsqueda contra Tohka.

— ¡Ku…!

Tohka se preparó para el próximo impacto y dolor.

La diferencia de poder era clara de un vistazo. Pero de alguna manera tenían que detener a Westcott. Si no era detenido, el mundo donde ella conocía a Shidou y los demás se convertiría en una forma que él deseaba. Tal cosa era absolutamente inaceptable. Afortunadamente, parecía que su oponente no estaba concentrada en matarla. Entonces, incluso si perdía sus manos o sus pies, ¡aún podría contraatacar…!

— ¡…!

Pero en el momento en que Tohka se preparaba para lo inevitable, Artemisia, que había estado cerca, frunció el ceño y saltó hacia atrás.

— ¡¿Mu…?!

Tohka levantó una ceja ante el acto inesperado…, pero pronto se dio cuenta del motivo.

Una grieta apareció en la superficie del capullo gigante flotando junto a <Fraxinus>, cuando una luz deslumbrante comenzó a filtrarse desde el interior.

Tal vez, Artemisia se había retirado para tener cuidado respecto a eso.

—Esto es…

Justo cuando Tohka dijo eso, el capullo se abrió repentinamente, y dos figuras salieron volando desde adentro.

… Shidou y Mio.

— ¡Shidou

— ¡Shidou-san…!

— ¡Oh! ¡Estás a salvo!

Las expresiones de los Espíritus se iluminaron cuando gritaron su nombre.

—Ah…, las he hecho esperar, a todas.

Shidou sonrió un poco incómodo, y luego manifestó el Ángel <Sandalphon> en su mano mientras señalaba a Westcott.

—Oye, Isaac Westcott. Parece que has estado haciendo lo que querías mientras estábamos lejos.

Habiendo saltado desde el interior del capullo de <Ain Soph>, Shidou agudizó su mirada mientras dirigía la punta de <Sandalphon> hacia Westcott.

Con este cuerpo en el centro, estaba claro que había un reiryoku denso girando alrededor. La abrumadora presión lo recibió como cuando se enfrentó a Mio. Con solo recordar esa sensación, la ilusión de su piel se rompió en polvo.

Westcott sonrió silenciosamente con una mirada pausada, respondiendo a ellos mientras extendía sus manos.

—… Gracias por tu ayuda. Te estoy agradecido, Itsuka Shidou. Gracias al hecho de que mantuviste fuera a <Deus> hasta que comencé la fórmula. Valió la pena proporcionar ese valioso Cristal Sephira.

— ¿Qué dijiste…?

Ciertamente, el Cristal Sephira de Nia, que Westcott poseía, estaba actualmente en manos de Kurumi y ahora también existía dentro del cuerpo de Shidou. Pero por la forma en que lo dijo, tal vez todo formaba parte de su estrategia que Westcott anticipaba para el futuro.

Por supuesto, podría haber sido una finta realizada para establecer una ventaja psicológica. Pero Shidou juzgó que era parte de su plan. A pesar de la base de este juicio, no había arrepentimientos, solo una determinación de hacer todo lo posible para salir de esta situación.

Habiendo adivinado esto, probablemente por la expresión y actitud de Shidou, Westcott sonrió sombríamente como si obtuviera placer desde las profundidades de su corazón.

—Ese vigor imponente…. Bueno, ya que tienes los diez Cristales Sephira en tu cuerpo y <Deus> te acompaña, esto debería esperarse. Sin embargo…

En ese momento, Westcott levantó suavemente la barbilla. El fuerte resplandor que le dio su cuerpo fue transformado gradualmente en una oscuridad negro azabache.

—Es…un poco tarde.

— ¡Qué…!

Incluso con su guardia en alerta, Shidou sintió que su respiración empezaba a atascarse. Flotando detrás de Westcott, había aparecido un enorme ‘árbol’.

Un árbol negro azabache con ramas que sombreaban el cielo y raíces que dragaban hacia la tierra. La epidermis se parecía a la madera podrida en descomposición ya que llenaba el aire con una ominosa sensación de asfixia.

El Rey Demonio de las pesadillas surgió como si extendiera la desesperación a todos los que lo miraban.

— ¡Esto es…!

— ¿<Ain Soph>? No…

—Rey, Demonio…

Los Espíritus miraron al cielo con un tono de asombro.

Como un conductor, Westcott agitó sus manos mientras declaraba con una expresión intoxicada:

— ¡Ven, vamos a crear el mundo, <Belial> (Prisión eterna)!

En ese instante, el árbol negro azabache comenzó a retorcerse como los movimientos de un feto en desarrollo. Sus ramas comenzaron a expandirse hacia el horizonte a medida que sus raíces giraban y apuntaban al suelo. Al mismo tiempo, otro paisaje comenzó a formarse en el cielo alrededor del enorme árbol.

— ¡…!

Todos reconocieron esta vista. Se sentía igual que el espacio monocromo creado por <Ain Soph>… la sensación del ‘mundo vecino’ erosionaba gradualmente este mundo.

… No dejes ‘eso’ solo. Esta intuición cruzó las mentes de Shidou, Mana y todos los Espíritus.

Entonces, en ese momento, un solo grito hizo eco como para responder a eso.

—… <Ain Soph>.

En ese momento, el capullo que flotaba detrás de Mio se desplegó y se transformó en el árbol de la luz, <Ain Soph>.

<Ain Soph> extendió sus ramas y raíces para enredar a <Belial> con el fin de anclarlo.

<Ain Soph> y <Belial> se entrelazaron intrincadamente, envolviendo el área circundante como una enorme jaula de pájaros. Los dos mundos que competían por el desarrollo chocaron entre sí, manchando el escenario circundante con ruido.

— ¡…! ¡Mio!

—Utilicé <Ain Soph> para suprimir a <Belial>…, pero esto no durará mucho. Todos, por favor, préstenme su fuerza. Con el fin de proteger este mundo… donde me encontré con Shin.

— ¡…!

Mientras Mio hablaba, todos los Espíritus abrieron sus ojos con asombro.

Pero eso era de esperarse. Desde hace un momento, ella era una adversaria contra la que todos arriesgaban sus vidas para luchar.

Pero incluso antes de eso, ella también era la gentil oficial analítica que había estado cuidando a los Espíritus. Estos últimos no intentaron derrotarla, pero en cambio esperaban enamorarla.

Después de sorprenderse por un segundo, los Espíritus asintieron alegremente con su consentimiento mientras re-preparaban a sus respectivos Ángeles.

— ¡Umu… …! ¡Estoy feliz de poder luchar juntas, Mio!

—Sí. ¡Pediré más detalles sobre lo que sucedió allí más tarde!

—Hmm…, todavía no estoy convencida.

A pesar de ser la única que dejó escapar un sonido “¡Humph!” de su nariz, Kurumi parecía no tener objeciones en detener a Westcott. Mientras hacía una expresión descarada, ella cambió a <Rastel> por <Zafkiel>.

En ese momento, entre todas las personas que estaban vigorizadas, con sudor que goteaba por sus mejillas, Natsumi susurró:

—…Pero, ¿cómo podemos prestar nuestra fuerza? Nuestros ataques no harán nada en absoluto…

Mientras bajaba la cabeza, Mio apretó las manos como si hiciera una oración devota.

—… Eso no es verdad, ya que, sus ángeles no están en plena fuerza…

En ese momento, innumerables bandas de luz surgieron del Vestido Astral de Mio, cada una de ellas atravesando los pechos de los Espíritus, así como de Shidou y Mana.

— ¿Qué…?

Era lo mismo que había ocurrido en el mundo futuro, y todos no pudieron evitar quedarse sin aliento.

Pero… era diferente. En lugar de desplomarse, los Espíritus que fueron perforados en el pecho por Mio estaban llenos de reiryoku mientras una luz deslumbrante cubría sus cuerpos.

— ¡Ohhh…!

—Esto es…

A medida que las voces expresaban su sorpresa, la luz ganaba sustancia gradualmente.

Es correcto. Vestido de la armadura absoluta de los espíritus… un vestido astral completo se había manifestado aquí.

Aunque no manifestaron un Vestido Astral, tanto Mana como Shidou estaban llenos de poder tremendo, al igual que Artemisia y Ellen.

—… ¡¿Wow?! ¿En serio, Miochi?

Una voz así hizo eco desde atrás. Por su aspecto, Nia, que había estado agazapada en el exterior de <Fraxinus> en un plan para volver al puente, había manifestado un Vestido Astral parecido a una monja.

—Después de todo, a pesar de ser un rastro, todavía hay un Cristal Sephira en el cuerpo de Nia. Usando eso como medio, pude derramar mi reiryoku en ti.

— ¡Hya! ¡Buen servicio! ¡Muy bien, DEM! ¡Déjame ser tu oponente! —declaró rápidamente Nia, que había estado haciendo progresos tratando de escapar, poniéndose de pie con rapidez.

Al ver esa mirada excesivamente orgullosa de ella, Shidou no pudo evitar sonreír. Sin embargo, Mio siguió pidiendo la atención de todos.

—A pesar de esto, el enemigo también es un Espíritu. Para derrotar completamente a este oponente, tendremos que reunir a todos los Ángeles para un solo golpe.

— ¿Todos los ángeles… juntos?

—Eh… en presencia de Ellen y los demás, ¿no sería imposible unir todos nuestros ataques?

Cuando Natsumi preguntó, Mio miró hacia Shidou.
—No, me gustaría que todos ayuden a allanar el camino hacia Westcott… ¿No lo tenemos aquí? Una persona que puede manejar el poder de todos los Ángeles él solo.

Como si fueran guiados por la voz de Mio, los ojos de todos convergieron en Shidou.

— ¿Eh…?

Shidou se sorprendió momentáneamente, pero pronto entendió el significado detrás de esas palabras cuando asintió en respuesta a la mirada de todos.

Si hubiera sido el viejo Shidou, habría sido capturado por el miedo y la consternación. Pero ahora él estaba blandiendo un Ángel. Y por encima de todo, estaban los Espíritus. Y representaban más que un aliado confiable para Shidou.

… Eso es correcto. Un hombre no puede mostrar una respuesta indigna a una mujer.

Era una razón y motivo frívolo para enfrentar a un enemigo formidable, pero parecía una manera perfectamente adecuada para Shidou.

Shidou sonrió mientras levantaba la voz para hacer una declaración.

—Todas, ¡…salvemos este mundo!

— ¡Sí!

Todos los Espíritus respondieron a la orden de Shidou, y cada una arrancó el exterior de <Fraxinus> y corrió hacia Westcott.

Su apariencia era como una estrella fugaz. Varias sombras bailaban en el cielo nocturno, dejando un rastro brillante.

Sin embargo, Westcott no solo esperaría en silencio. Las ramas retorcidas de <Belial> intentaron derribar a los Espíritus a una velocidad tremenda.

Además de eso…

— ¿Realmente pensaste… que te dejaría ir?

— ¡No imagines que puedes escaparte…!

Artemisia y Ellen interceptaron a los Espíritus. Sus espadas láser estaban tejidas de una densa magia mientras avanzaban a una velocidad más rápida de lo que el ojo humano podía seguir.

A pesar de esto, los Espíritus que habían recuperado toda su fuerza no serían asesinados tan fácilmente. Origami y Mana suprimieron a los Wizards de DEM ya que el resto de los Espíritus aprovecharon esa oportunidad para evitar las ramas de <Belial>.

— ¡Ha…!

Fortalecida por la primera bala de <Zafkiel>, <Aleph>, y la música de <Gabriel>, Tohka ya había lanzado <Halvanhelev> de <Sandalphon>. Mientras tanto, Yoshino, que viajaba en <Zadkiel> junto a <Natsumi>, había ampliado a su Ángel a través de <Haniel> mientras lideraba un asalto cargado con el viento de <Raphael>.

Kotori, a quien se le liberó su poder <Shifuru> de <Michael>, transformó <Camael> en <Megiddo> y disparó con todas sus fuerzas mientras el cielo nocturno se tornaba de un rojo brillante. Varios ángeles se combinaron para lanzar un violento asalto.

Aunque Westcott se defendió con un muro de reiryoku de <Belial>, se pudo ver que el daño comenzaba a acumularse gradualmente a pesar de que aún no había sufrido daños.

Sin embargo, Westcott sonrió agradablemente sin revelar ninguna frustración o consternación.

—Hmm. Si eso es lo que estás tratando de hacer… Entonces…, ¿qué tal esto? Mientras hablaba, levantó una sola mano.

Como respondiendo a eso, una gran esfera apareció en el cielo sobre la cabeza de Westcott.

—… Esto es…

Mirando ese objeto, Shidou sintió que su garganta se apretaba instintivamente.

Pero eso era de esperarse. Lo que apareció allí era una figura que se parecía al ángel de la muerte de Mio, <Ain Soph Aur>.

—… <Athiel> (Altar Extremo de la Muerte).