Date A Live (NL)

Volumen 19

Capítulo 3: Un Campo de Batalla que Debería ser Llamado Imposible

Parte 4

En obras como manga, a menudo hay una escena inesperada donde los personajes pellizcan sus mejillas, preguntándose si todo era solo un sueño. En teoría, se dice que en un sueño… uno no debería sentir dolor.

Cada vez que miraba esta escena, el trío Ai, Mai, Mii se reía y preguntaba: “¿Quién haría una broma como esta? Debieron haber pensado que era el escenario perfecto de manga”. Ciertamente, el acto solo debe servir adecuadamente para probar la atónita respuesta de un personaje.

Sin embargo, parecía necesario corregir este punto de vista en el futuro.

Después de todo, el misterioso robot había entrado repentinamente a través de una ventana y ya era hora de pellizcar sus mejillas para descubrir si todo era un sueño.

—H-hey… ¿Qué es esto…? —preguntó Ai, aturdida, mientras pellizcaba sus mejillas con su mano derecha de una manera cómica.

Por cierto, a pesar de la fuerza atrapada entre las puntas de sus dedos, no sintió mucho dolor. No, era obvio que esto no era un sueño. Pero tal vez su sensación de dolor fue disminuida debido a que su cerebro secretaba dopamina, endorfina y betacaroteno en respuesta a esta situación inesperada.

El número de robots era de cinco. No, ese número solo contaba aquellos dentro del aula, pero muchos más flotaban afuera. Cada uno tenía un cuerpo que era un poco más grande que un ser humano y todos estaban equipados con brazos gruesos y garras afiladas. No importa cómo se mirara, parecían ser del tipo eficiente en pelear, reprimir y matar.

Sólo había cinco personas en el aula en este momento. Ai, sus amigos cercanos Hazakura Mai, Fujibakama Mii, su maestra de salón Okamine Tamae y su compañero de clase Tonomachi Hiroto. Por lo menos, contra este misterioso robot de batalla, no había nadie aquí capaz de combatirlo.

— ¡Y-Yamabuki-san, Hazakura-san, Fujibakama-san! ¡Y también Tonomachi- san! ¡Es peligroso aquí! ¡Por favor, apúrense y huyan! —dijo su maestra Okamine, también conocida como Tama-chan sensei, mientras su delgado cuerpo temblaba.

Sin embargo, los robots se desplegaron para encerrar a Ai y los demás, con la línea frontal colocada en la entrada al corredor. Cada uno tenía una mirada de ataque inmediato si alguien intentaba escapar.

— ¿Qué está pasando con estos robots? En términos de diseño, ¿no debería ser esto para un héroe de la justicia? ¡¿Qué camino tiene el cuerpo del ejército malvado?!

— ¡¿En un futuro donde hay guerra entre las máquinas y la humanidad, estos robots han venido a matar al futuro líder de la humanidad?! ¡¿En serio iba a convertirme en una gran persona?!

— ¡Yaaaaah! ¡Ayuda! ¡Una vez, justo antes de morir, quiero tratar de enterrar mi cabeza en los muslos de una chica!

Mai, Mii y Tonomachi gritaron mientras se aferraban al brazo derecho, los brazos izquierdos y los muslos de Ai, respectivamente. Por ahora, Ai le dio una patada a Tonomachi.

Entonces, en ese momento, el robot que miraba delante de ellos comenzó a moverse como si hubiera recibido sus instrucciones. A paso rápido, comenzaron a caminar hacia Ai y los demás.

— ¡Qué…!

— ¡Qué…!

— ¡Gu…!

Una voz ronca fue escurrida de cada una de las gargantas del trío Ai-Mai-Mii.

Pero eso era todo lo que podían hacer. Debido al miedo, sus cuerpos no se movieron. Incluso si se movían, aún no sabían cómo escapar.

Mientras lo hacía, el robot comenzó a acercarse, su ojo mecánico de cámara se contrajo cuando se fijó en Ai y los demás, retrocediendo las garras para revelar un cuchillo a gran escala.

— ¡Ah…!
Un grito aturdido salió de su garganta. Su proceso de pensamiento se comprimió, extendiendo el tiempo. Una sensación extraña, realmente como una linterna giratoria: el recuerdo de su vida hasta el momento brilló ante sus propios ojos.

… Oh, realmente voy a morir. A pesar de vivir una vida ordinaria hasta ahora, voy a morir por la repentina aparición de un robot. ¿Un robot? No, ¿por qué es un robot? A pesar de que la gente dice eso nadie sabe lo que uno encontraría en la vida, esto es demasiado escandaloso. ¿Wow, en serio? ¿En serio? Ah, si hubiera sabido de esto antes, habría decidido confesarme a Kishiwada-kun…

Las afiladas garras se movieron hacia abajo, destrozando los pensamientos de Ai que se concentraron hasta el límite máximo.

La guarnición de fuerza de defensa personal era uno de los principales puntos defensivos japoneses, donde el personal vive y trabaja.

Por supuesto, varias tropas estaban estacionadas aquí en preparación para emergencias, entre las cuales, debido a los temblores espaciales, se encontraba la fuerza secreta AST que se especializa en desastres espirituales.

Esta unidad, que se componía de Wizards especiales capaces de usar el dispositivo de manifestación Realizer, era la más fuerte entre las fuerzas armadas públicas nacionales. En lugar de atacar aquí, es mejor atacar el Departamento de Policía Metropolitana o la capital, los cuales tendrían un nivel de dificultad más bajo.

Pero, justo ahora… algo imposible estaba ocurriendo frente a los ojos del mencionado capitán de la AST, Kusakabe Ryouko.

— ¿Qué…?

Una serie de máquinas humanoides aparecieron repentinamente en el espacio del salón en una esquina del edificio, donde estaba hablando con la miembro de AST Mikie Okamine y el mecánico Mildred F · Fujimura.

Ryouko reconoció esos modelos. Arma no tripulada de DEM, <Bandersnatch>.

Sin embargo, incluso después de darse cuenta de esto, Ryouko no podía entender lo que les estaba sucediendo.

Aunque no podía decir que no había absolutamente ningún conflicto, DEM todavía proporcionaba tecnología a AST, por lo que eran vistos desde el punto de vista de un partidario. Bajo consideración normal, era poco probable que esas armas apuntaran a Ryouko y los demás.

Sin embargo, ahora estaba claro que el <Bandersnatch> había asumido una formación de batalla hacia ellos, cerrando el ojo electrónico y balanceando vigorosamente con sus garras.

—Tch… —Ryouko frunció el ceño mientras evitaba el ataque. Luego, sacó la pistola de calibre 9 Mm. que llevaba encima y apretó el gatillo.

Sin embargo, tales tácticas eran inútiles contra el <Bandersnatch> que estaba protegido por el Territorio Voluntario. La bala que Ryouko lanzó se detuvo en el aire antes de llegar al <Bandersnatch> y cayó al suelo. Luego, paso a paso, las muñecas mecánicas acortaron gradualmente la distancia para encerrarlos.

—C-capitán… ¿esto está relacionado con lo que dijo Origami-san?

Justo a su lado, Mikie mencionó lo que recordaba.

Es correcto. Ayer, su excolega Origami visitó la base y les emitió una misteriosa advertencia. Ryouko, Mikie y Milly discutieron juntos lo que ella había dicho.

DEM era una organización que intentaba tomar el poder de los Espíritus. Origami había dicho que el 20 de febrero, DEM podría emitir una solicitud de guerra, pero deberían rechazarlo.

Si ese fuera el caso, ciertamente no era irrelevante para la situación actual. No, sería mejor decir que sus vidas podrían ser un objetivo debido a que escucharon lo que había dicho Origami.

Si bien era imposible juzgar si eso era cierto, ahora no era el momento de pensar en esto.

— ¡Ku…!

Ryouko apretó los dientes mientras veía brillar el poder mágico comenzar a concentrarse en las palmas abiertas del <Bandersnatch>.

— ¿Eh… eh…?

En un completo estado de consternación y desconcierto, Asakura Hiyori miró frenéticamente a su alrededor.

Pero eso era de esperarse. Después de todo, mientras cantaban en un concierto en vivo, extrañas muñecas mecánicas que nunca había visto aparecieron en el escenario en lugar de las bailarinas de respaldo.

— ¡Heeeeeeeeeeeeey! ¡Hiyori-saaaaaaaaaaaan!

—Eh, ¿qué es esto? ¿Un ataque? ¿No estás preocupado?

—Estúpido, ¿no es parte del espectáculo?

— ¿Pero la música dejó de sonar?

— ¡Heeeeeeeeeey!

Alrededor de la mitad de la audiencia estaba confundida por la repentina situación, mientras que la otra mitad de los espectadores pensaron que era parte del espectáculo y gritaron aún más fuerte. Pero al menos, Hiyori nunca escuchó esto como parte del guión.

Hiyori comenzó a tener dudas sobre estos robots. El director dijo una vez: “En un concierto en vivo, si todos los bailarines de respaldo fueran robots, ¿qué debería hacer Asakura Hiyori?”.

Sin embargo, si se piensa con más calma, hay muchos factores que inhiben los movimientos para una persona completa con este plan. Además, los movimientos de estos robots mecánicos eran tan suaves como el CG, la inviabilidad hizo que la mente de Hiyori se confundiera aún más. …Obviamente no eran personas, pero ¿podrían los robots modernos tener un control de movimiento tan fluido?

Mientras Hiyori pensaba en tales cosas, las garras en ambas manos de los robots mecánicos comenzaron a parpadear mientras se alzaban para rodearla.

— ¡Kya…!

Enfrentada por esa mirada espeluznante, Hiyori no pudo evitar sentir su voz ahogarse. Sin embargo, detrás de ella, se acercaban aún más robots.

— ¡M-Miku-san…!

Hiyori cerró los ojos mientras llamaba a Izayoi Miku, el nombre de un compañero ídolo y sempai que ella anhelaba.

No hace falta decir que era imposible pedir ayuda. Con su vista metálica enfocada en Hiyori, apuntaron el extremo delantero de sus garras como si quisieran ensartarla por todos lados.

Sin embargo, en el momento siguiente.

— ¡Ohhhhhhhhhhhhhhhhh…!

Cuando el grito de pelea resonó en el aula, el robot frente a Ai estaba hermosamente dividido por la mitad.

— ¿Eh…?

Por el repentino evento que ocurrió, Ai no pudo evitar quedar atónita.

Entonces, una sola chica apareció desde la sombra del robot chirriante dividido por la mitad.

—Huh…

Después de reconocer esa postura, Ai se quedó aturdida una vez más.

Pero eso era de esperarse. Porque la que estaba allí era…

—… Ahora están a salvo, Ai, Mai, Mii. ¡Y también Tonomachi y Tama-chan sensei!

Ya que era Yatogami Tohka, su compañera de clase, quien vestía una prenda ligeramente brillante y sostenía una enorme espada en su mano.

—Fu…

Se escuchó una suave exhalación en sus oídos, y luego, como si fuera un eco de eso, un rayo de luz pasó por el brazo del <Bandersnatch>, disparándolo lejos de Ryouko y los demás.

— ¡¿Qué…?!

Ryouko instintivamente contuvo la respiración. Luego, como si notara algo, Mikie levantó la voz.

— ¡¿O-Origami-san?!

Como si fuera guiado por esa voz, Ryouko siguió la dirección en la que miraban los ojos de Mikie.

Entonces, justo como Mikie había dicho, Origami estaba allí usando un vestido blanco puro sobre una unidad CR de color plateado.

— ¿Me llamaste, Hiyori-san?

— ¿Eh…?

Al oír esa voz resonar en lo alto, Hiyori abrió los ojos.

Los robots que la rodeaban ahora yacían de espaldas en el suelo.

Hiyori levantó la cara para buscar la dirección de esa voz, por allí…

— ¡M-Miku-san…!

Miku, mientras llevaba un vestido fantasmal que irradiaba una luz tenue, flotaba en el aire.