Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 2

Capítulo 8: Bonos

Parte 1

Al día siguiente, Latifa llevó a Rio a la plaza donde se habían separado el día anterior.

“U-Umm… ¡Siento haberme escapado ayer!” Lo primero que salió de la boca de Latifa después de que volvieron el uno al otro fue una disculpa.

“…yo debería ser el que se disculpara, Latifa. Yo fui el culpable. Debería habértelo dicho de una manera mejor…. Fui demasiado torpe al respecto. Lo siento.” Rio se quedó un poco sorprendido, pero después de un rato, se disculpó incómodamente.

“¡E-Eso no es verdad! ¡Sólo era yo siendo malcriada! Yo… yo lo sabía desde el principio, algo así como… Sabía que Onii-chan dejaría el pueblo algún día…. Por eso estaba asustada. No tener a Onii-chan allí ni por un momento me preocupa tanto.” Latifa rechazó las palabras de Rio y reveló sus propios pensamientos, como para apelar a él.

“P… Pero ayer, cuando te oí decir que te ibas, me volví un poco loca. Hice que Onii-chan se preocupara, y causé problemas a las otras chicas…. Así que pensé en ello. Lo pensé toda la noche. Quería hablar con Onii-chan una vez que reuniera mis pensamientos…”

Al ver a Latifa cada vez más ansiosa mientras hablaba, la expresión de Rio se oscureció un poco.

“Sí, yo también quería hablar contigo,” asintió Rio, haciendo que Latifa suspirara aliviada.

“Gracias a Dios…” dijo mientras la fuerza se drenaba del cuerpo de Latifa.

“Yo debería decir eso. Me preocupaba que me odiaras ahora.” Rio agitó la cabeza con una tensa sonrisa.

“¡N-Nunca! ¡Me encanta Onii-chan! Me preocupaba que me odiaras después de todo. Me preocupaba que te fueras del pueblo porque siempre estoy causando problemas. Sabía que no era el caso, pero… La idea de ser una molestia para Onii-chan me asustó mucho,” dijo Latifa, con lágrimas fluyendo en grandes gotas.

“No eres una molestia,” le informó Rio.

“¿Eh?” Latifa le miró inexpresivamente.

“No causas problemas, y no eres una molestia. No estoy seguro de si está bien o no que una persona tan egoísta como yo sea tu hermano, pero tú eres mi hermana. No… Sería un honor que me aceptaras como tu hermano. De verdad,” dijo Rio titubeando, pareciendo un poco culpable.

“… Soy tu hermana pequeña, Onii-chan. ¡Quiero ser tu hermanita! ¡Onii-chan no es para nada egoísta! ¿Está todo bien? ¿¡Está bien que yo sea tu hermana!?” El cuerpo de Latifa tembló, las lágrimas cayendo mientras hablaba.

“¿Estás de acuerdo conmigo como tu hermano?” Rio preguntó con cierta vacilación, pero Latifa asintió enfáticamente y lo abrazó.

“¡Sí! ¡Onii-chan es mi hermano! El que me salvó. ¡El que es amable conmigo! ¡El que me salvó, incluso cuando Onii-chan pudo haberme matado!”

“No, yo… Te lo dije, ¿verdad? Que simplemente no quería matar a nadie. Para evitar ensuciarme las manos, te mostré una falsa amabilidad. No soy nada amable, en realidad. Sólo soy egoísta,” dijo Rio con pesar, frunciendo el ceño. Sus manos no se movieron para envolver a Latifa, sino que se movieron sin rumbo.

“¡Es real! Es una verdadera amabilidad. Antes era una esclava, así que soy muy sensible a las intenciones maliciosas de la gente. He vivido mi vida arrastrándome a los pies de los demás, observando sus estados de ánimo y siempre disculpándome, para que no me hicieran cosas horribles…. Pero no podía sentir ninguna malicia en Onii-chan en absoluto. ¡Por eso la amabilidad de Onii-chan es real!” Latifa trató de apelar desesperadamente a él mientras ella se aferraba a él.

“Latifa…”

“¡De todas formas, yo también soy egoísta! Ya sabes… Incluso cuando no tenía una razón para vivir, no quería morir. No quería sentir dolor, así que hice todo lo que me dijeron que hiciera. Con esta misma boca, dije que mi amo era el mejor. Yo era lo más preciado para mí mismo. No… Eso sigue siendo cierto ahora. ¡Aunque Onii-chan es tan importante para mí, sigo haciendo demandas y causando problemas!”

“No, no tuve ningún inconveniente. No eres egoísta, me hace muy feliz oírte pedir cosas,” dijo Rio sin rodeos, moviendo la cabeza ante el auto-desprecio de ella.

“…E-Ehe. Ehehe. Gracias… Yo también soy feliz.” Latifa miró sorprendida durante un segundo, antes de sonreír tímidamente desde lo más profundo de su corazón. Eso hizo que Rio sonriera también, y le acarició torpemente la espalda a Latifa.

“…Hey, Onii-chan. ¿De verdad… serás mi hermano?” preguntó Latifa una vez más, tímidamente, mientras miraba a la cara de Rio.

“Sí. Si te parece bien.”

“¡Sí, estoy bien! ¡Quiero a Onii-chan!”

“¿En serio? Gracias,” dijo Rio con una expresión conflictiva que estaba a medio camino entre la felicidad y la preocupación.

“Sí. Ehehe.” Latifa asintió con una sonrisa. Ella continuó aferrándose a Rio por un tiempo; él simplemente la dejaba hacer lo que ella deseaba. Luego, después de un tiempo, “Hey, Latifa. ¿Quieres que me quede en el pueblo?” preguntó Rio, agarrando a Latifa por los hombros y mirándola a los ojos.

“U-Umm… si-si Onii-chan quiere dejar el pueblo, yo… puedo manejarlo. Porque sé que nos volveremos a ver. Es por eso que… ni siquiera seré malcriada y pediré ir también. Haré lo mejor que pueda,” contestó ella, dando una sonrisa más madura de lo habitual.

“…La razón por la que me dirijo a Yagumo… Creo que aún no te lo he dicho, Latifa. Es la ciudad natal de mis padres muertos. Por eso quiero ir a la región de Yagumo. Es como visitar una especie… de tumba”

Antes de que se diera cuenta, Rio quedó expuesto tan fácilmente que le sorprendió incluso a él. Esta era una parte de sí mismo que nunca había considerado confiar a nadie, al menos por su propia voluntad,

“Así que… por eso… yo… Supongo que no sabía nada de Onii-chan. Sin embargo, todavía…” Latifa murmuró avergonzada, aparentemente sorprendida.

“Lo mismo va para mí, también. Hay tantas cosas que yo tampoco sé de ti.”

“…supongo…que es verdad. No le he dicho a Onii-chan muchas cosas. Cosas que necesito decir correctamente…. Cosas que quiero que Onii-chan sepa de mí. ¿Está bien eso?” La cara de Latifa tomó una expresión seria, y Rio asintió suavemente con la cabeza.

“…Sí. ¿Me contarás tu historia, Latifa?”

Rio sabía que tenía que oírlo, porque ahora mismo, Latifa estaba tratando de dar un gran paso adelante. Si la rechazara aquí, su progreso se detendría.

“Entonces, voy a contarle a Onii-chan mi secreto. Aunque puede ser difícil de creer…” Latifa enfatizó como prefacio. “La verdad es que morí una vez. Solía ser un humano. Entonces, renací en quien soy actualmente. Erm…. No sé cómo decirlo para que Onii-chan me crea, pero no fue en este mundo. Vivía en un país llamado Japón. Pero antes de darme cuenta, estaba en este mundo…” Ella lo explicó con seriedad, aunque de manera desordenada.

“Ya veo. Te creo,” Rio aceptó fácilmente. Latifa le dirigió una mirada indagativa.

“… ¿En serio? Onii-chan me cree?”

“…Lo siento. En lugar de decir que te creo… es más como si ya lo supiera. Porque… Soy igual que tú.” Rio se corrigió, lamentablemente sacudiendo la cabeza.

“¿Eh?… ¿Eh? ¿Qué significa eso?”

“Tú eras una japonésa. Yo también lo era.”

“… ¿T-Tú también?” Latifa estaba tan conmocionada que apenas pudo expresar su pregunta con palabras.

“Yo era japonés, También,” respondió Rio con seriedad, usando un japonés torpe.

Había mantenido su uso de la lengua hasta ahora pensando en japonés cuando estaba solo, lo que le dejaba un poco fluido a pesar de no haber tenido un compañero de conversación durante todos estos años.

“Japonés… Ja…. pon…. Onii-chan también era japonés?” preguntó Latifa de forma inestable también en japonés.

“Así es,” asintió con fuerza.

“Entonces, ¿Onii-chan… sabía de mí… y no dijo nada…?” Preguntó Latifa en blanco. Había llegado a un punto más allá de la sorpresa, y la emoción se le había caído completamente de la cara. Ella había vuelto a usar el lenguaje que le era familiar a este mundo.

“Sí,” respondió con honestidad Rio, colgando un poco la cabeza mientras miraba directamente a los ojos de Latifa.

Al dar una afirmación con sus palabras, los recuerdos que había sellado en lo más profundo de su corazón de cuando era un japonés cobraron vida vívidamente. Apretó su mano en un puño, esos recuerdos le hacían sentir avergonzado.

“Onii-chan…” Latifa pareció sentir algo en el gesto de Rio, y mansamente se quedó en silencio.

“Lo siento. Debería haberme abierto a ti antes.”

“…No, está bien. Pero ¿cuándo…. te diste cuenta?” Latifa preguntó tímidamente.

“Cuando hice pasta para ti por primera vez. Lo llamaste espagueti,” respondió Rio con una sonrisa tensa.

“Eso fue hace mucho tiempo… Pero… Ya veo… eso tiene sentido.”

“En ese entonces, aún eras un poco… mentalmente inestable. Así que yo no creí que fuera algo que necesitara decirte. Pero, en realidad, no quería decírtelo, porque no quería desarrollar ningún arrepentimiento extraño por mi vida en Japón…” Rio dijo que con una sonrisa auto- despreciativa.

“…Ya veo. Estuve protegida por Onii-chan todo este tiempo.”

“No, sólo me estaba dando prioridad a mí mismo,” dijo Rio con los dientes apretados, pero Latifa agitó la cabeza.

“No. ¿Onii-chan todavía tiene remordimientos de cuando estabas en Japón?”

“Si dijera que no tengo ninguna…. eso sería mentira. Definitivamente me arrepentí cuando morí. ¿Tienes algo, Latifa?”

“Lo hice, pero… Estoy bien, ahora. Porque tengo a Onii-chan.” Latifa contestó, radiante con todo lo que tenía. Los ojos de Rio se abrieron de par en par.

“Seguro que eres fuerte…”

“Eso es porque te tengo a ti. Porque Onii-chan está aquí, puedo ser fuerte. Por eso…. umm. Sé que es exigente de mí que pregunte, pero quiero saber más sobre Onii-chan. Así no estaré tan sola en este pueblo mientras no estés. Así que… si es posible, me gustaría escuchar historias sobre tu vida antes de que renacieras. ¿Está bien…?”

“…Sí, de acuerdo. Si es para ti, puedo decirlo. Eres mi hermana pequeña, después de todo, y me gustaría saber más de ti también. Hablemos, despacio. Todavía tenemos tiempo de sobra.” Rio dudó un poco, pero finalmente se mostró de acuerdo con una sonrisa suave.

“¡Está bien! Espera, ¿no te vas ahora mismo? ¿Aún hay tiempo?” Dijo Latifa, asintiendo con una sonrisa al principio, antes de quedar sorprendida.

“Sí. Todavía hay mucho que quiero aprender de la aldea, y todavía quiero quedarme contigo por un tiempo…. Así que será otro año, por lo menos.”

“¿E-Eeeeh? Yo… pensé que te irías enseguida…” Sabiendo que su despedida aún estaba lejos en el futuro, todas sus fuerzas se agotaron.

Y entonces, ese día, los dos intercambiaron historias de antes de renacer. Aunque Rio se abstuvo de elaborar sobre la base de su experiencia, todavía hablaban de muchas cosas.

La mayor conmoción fue el hecho de que se conocían a distancia y viajaron en el mismo autobús justo antes de morir. Cuando descubrió esa verdad, Latifa comenzó a sonrojarse un poco. Y antes de que se dieran cuenta, habían estado hablando entre ellos hasta la noche.

A partir de ese día, los dos se convirtieron en hermanos en el verdadero sentido de la palabra.

Entonces, una vez que llegaron a casa,

“Oh, Dios. Ustedes dos se ven más de cerca que antes… Supongo que ha ido bien.” preguntó Ursula. Ella había estado esperando frente a la casa.

“Sí, gracias por la preocupación. Nos hemos acercado un poco más,” informó Rio contimidez.

“Incluso si Onii-chan decide irse, ¡he decidido esperarle en el pueblo!” Latifa dijo con una sonrisa despreocupada, mientras una lágrima rodaba repentinamente por la mejilla de Ursula.

“Oho… Veo que me he vuelto más susceptible a las lágrimas en mi vejez… Señor Rio, gracias por salvar a esta niña.” Ursula agarró su mano, como si estuviera rezando.