Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 2

Capítulo 5: Malentendido

Parte 1

Sara y las otras personas espirituales trajeron el inconsciente Rio y Latifa de vuelta a su pueblo con ellos. Rio fue amarrado con un artefacto mágico y escoltado a la raramente usada celda de la cárcel en el ayuntamiento del pueblo, mientras que el grupo de Sara llevó a Latifa a una habitación de huéspedes dentro del mismo edificio.

Una anciana hombre zorro les esperaba en la sala para recibir su informe del incidente. Como representante de su grupo, Sara explicó las circunstancias primero al anciano.

“…Hmm. ¿No crees que fuiste un poco duro, querida Uzuma?” La anciana miró fríamente a Uzuma después de escuchar el informe.

“Pero era una situación de emergencia…”

“Bueno, eso puede ser cierto… sin embargo, esta niña… Nunca la había visto por aquí antes. Y definitivamente recordaría a una niña tan linda.”

“Sí. En cuanto a eso, descubrimos suministros en su campamento que creemos que son equipos de viaje pertenecientes a esta chica. Es posible que no sea una de los aldeanos…” Sara clarificó de lado con una cara ligeramente pálida.

“Orphia. Alma. Traigan al niño capturado aquí inmediatamente.” La expresión de la cara de la anciana cambió instantáneamente, y ella dió su orden en un tono algo frío.

Orphia y Alma aceptaron tartamudeando a la anciana y salieron corriendo de la habitación. Latifa abrió los ojos poco después.

***

Latifa abrió los ojos y se encontró en una habitación desconocida. Estaba en una cama suave y cómoda, bajo una manta cálida y cómoda. En comparación con acampar al aire libre, era mucho más cómodo y agradable para dormir. Y aún así,

“… ¿Onii-chan?” Latifa murmuró, mirando alocadamente por la habitación.

Su preciosa persona no estaba aquí, donde él debería estar. En cambio, ella estaba rodeada de extraños: la mujer loba plateada Sara, la bestia alada Uzuma y la anciana hombre zorro, como Latifa. Los tres se sentaron en sillas uno frente al otro, conversando con expresiones conflictivas en sus rostros que se detuvieron inmediatamente cuando se dieron cuenta de que Latifa estaba despierta.

“Hmm, parece que estás despierta ahora. Buenos días, hermana mía. ¿Cómo te sientes?” La anciana hombre zorro sonrió, hablando en el lenguaje de la gente espiritual. Sin embargo, Latifa no podía entender ni una sola palabra.

“…¿Qué estás diciendo? Onii-chan… ¿Dónde está Onii-chan?” Inclinó la cabeza y habló en el idioma común de la región de Strahl. Una mirada abatida se posó sobre los rostros de Sara y de la anciana.

“Lenguaje humano. Anciana Ursula, esta chica realmente…”

“Eso parece. Esta niña no es de la aldea,” Sara y el anciano se dijeron el uno al otro de manera concluyente.

Latifa, por otro lado, no podía entender lo que ambos decían, y miró con cautela a su alrededor. Ella movió la nariz, olfateando en secreto el olor de Rio para localizarlo.

De repente, la nariz de Latifa se enganchó a su tenue olor.

No hay duda de ello. Es Onii-chan, incapaz de soportarlo más, Latifa saltó de la cama y corrió.

“¡Ah, hey! ¡Deténgase ahí mismo!” El repentino giro de los acontecimientos retrasó la reacción de Sara, permitiendo que Latifa se deslice y se metiera en el pasillo.

“¡[Augendae Corporis]!”

Después de llegar con éxito al pasillo, cantó el único hechizo mágico que podía usar. Su cuerpo se aligeró instantáneamente, la fuerza fluyó a través de ella mientras corría en dirección al olor de Rio. Sara y Uzuma la persiguieron.

“Humm. Esto parece estar empeorando,” se murmuró Ursula, con su expresión oscureciendo.

***

Unos momentos antes de que Latifa abriera los ojos…

Rio recuperó el conocimiento en una cama destartalada en una habitación desconocida. Con la cabeza borrosa, se preguntaba dónde estaba; su cuerpo se sentía perezoso, como si hubiera cogido un resfriado. En un intento por evaluar la situación, se sentó en la cama, cuando un dolor agudo le atravesó repentinamente la zona del estómago.

Aceptando su derrota, se rindió y volvió a caer.

Movió la mano hacia su estómago para tratarse a sí mismo con magia, cuando se dio cuenta de que había grilletes que sujetaban sus manos.

Estos son… Esposas de Sellado Encantado, ¿eh? Incluso fueron lo suficientemente cuidadosos como para atarme el cuello y los pies, también.

Rio rechinó los dientes. Esposas de Sellado Encantado era un artefacto que podía contener la esencia mágica del portador. Normalmente, bastaba con colocar uno solo, pero se podían romper dependiendo de la capacidad del usuario. Debido a esto, los hechiceros de alta clase se verían obligados a usar múltiples esposas.

Incluso manejar mi esencia es demasiado difícil, y mucho menos sanarme a mí mismo. Maldita sea…

Rio frunció el ceño mientras miraba al techo que tenía sobre él. La luz tenue de la luna y una brisa fría entraron por la ventana de hierro en la esquina de la habitación. En algún momento, ellos tuvieron que despojarlo de su equipo y de su ropa; Rio sólo estaba vestido con una fina capa inferior. La temperatura de la habitación era de menos de diez grados… Estaba casi garantizado que cogería un resfriado como este.

Él hubiera preferido moverse un poco y calentarse lo más posible, pero ahora no era el momento para eso. Rio soportó los dolores punzantes de su estómago y se concentró en recuperarse naturalmente.

Luego, un poco más tarde…

El escalofrío contra su piel ya había sobrepasado sus límites, haciendo que una desagradable sensación le atravesara. Eventualmente, su mente comenzó a dormirse en la oscuridad. Sabía que era malo dormir, pero no podía encontrar la fuerza para mantener los ojos abiertos.

Luego, varios minutos después de que Rio perdiera completamente el conocimiento, se encontró en un espacio blanco puro. No tenía ni idea de dónde estaba, ni de lo que estaba pasando.

“Haruto…” Una clara y hermosa voz resonó.

Rio miró a su alrededor sorprendido. Antes de que se diera cuenta, una chica desconocida estaba ante él.

Su largo cabello dorado rosa revoloteaba detrás de ella mientras miraba la cara de Rio con los ojos como rubíes. No había emoción en su expresión, pero sus rasgos eran increíblemente refinados.

“Tú eres…” Rio murmuró.

Sentía que había visto su rostro en alguna parte, pero ¿realmente olvidaría el rostro de alguien tan abrumadoramente bella, un rostro que emitía un aura tan divina?

“¿Quién eres tú?”

“¿Yo? Quién soy… Me pregunto.” La chica inclinó la cabeza hacia un lado.

“¿No lo sabes?” preguntó Rio.

“Sí…” la chica asintió con tristeza.

“Pero sabes quién soy, ¿verdad?”

“¿Haruto? Haruto… Haruto es… sólo Haruto.”

“Esa no es una gran respuesta. Bien, ¿entonces por qué me conoces?”

Su respuesta un tanto filosófica pero redundante hizo que Rio diera una sonrisa tensa y cambiara su línea de interrogatorio. Ella alargó la mano para tocar suavemente la mejilla de Rio y, después de un rato, le apretó la mano. Se sentía tan natural para ella hacerlo… Rio simplemente se quedó ahí parado y extendió la mano como ella quería. Su mano se sentía tan irreal, que estaba casi artificialmente vacía de vida, pero al mismo tiempo, estaba extrañamente caliente.

“Estoy… conectada a Haruto.”

“¿Conectada conmigo?” Rio no entendía realmente lo que estaba diciendo.

“Sí. Pero ahora no es el momento… Haruto, sólo te pertenezco a ti, y siempre estaré a tu lado. Tus debilidades, tus fortalezas, tu todo, las acepto todas. Así que no te rindas. No tengas miedo. Y cree un poco en ti mismo.”

“¿P… Por qué…?”

Una expresión de estupefacción superó la cara de Rio; apenas pudo encontrar su voz. La chica sonrió como si hubiera recuperado parte de la emoción perdida.

“¿Porque eres lo único que me queda… por… por eso?” dijo ella, parpadeando con una expresión algo confusa y mistificada. Entonces, la chica abrió los ojos de par en par con un grito ahogado cuando su figura comenzó a desvanecerse repentinamente.

“…Lo siento. Parece que… se acabó el tiempo.”

“¿Tiempo?” Rio le preguntó a la chica, pero ella no le respondió.

“Lo siento. Sólo puedo… hacer esto… por ti. Dulces… sueños…”

Ella abrazó suavemente a Rio. Sus ojos se esforzaron perezosamente por permanecer abiertos, como si su conciencia se estuviera desvaneciendo. Rio también la siguió a esa oscuridad poco después.

Luego, no mucho después, otra voz,

“Haru-kun.”

Le pareció oír una voz familiar. Una chica. Rio conocía la voz de esta chica… No, Amakawa Haruto conocía la voz de esta chica. Los recuerdos que había intentado desesperadamente sellar hacía tanto tiempo volvieron a él claramente, como si hubiesen ocurrido ayer mismo.

“¡Despierta, Haru-kun!”

La amiga de la infancia de Haruto, Ayase Miharu, estaba sacudiendo su hombro.

“…Estoy despierto.”

“¡Ah! ¡Haru-kun se ha levantado!”

Haruto parpadeó con los ojos abiertos contra la deslumbrante luz para ver a Miharu radiante. La sonrisa de Miharu… Sólo verlo hacía feliz a Haruto, llenando su corazón de calidez.

“¿Qué pasa…? Yo también estaba durmiendo tan bien.”

Miró el reloj. Aún era temprano por la mañana.

“¡No me vengas con eso! ¡Hoy es el día de la excursión! ¡Tú tienes que levantarte temprano!”

¿Excursión? ¿Por qué vamos de excursión a esta edad? ¡Espera, así es! Hoy fue la primera excursión de primer grado, Haruto abrió los ojos de par en par al recordar eso. Pero después de unos momentos de vacilación…

“Humm. Buenas noches, Mii-chan,” dijo Haruto, tapándose de nuevo en sus mantas, a pesar de estar más que despierto ahora.

Él tenía muchas ganas de ir a la excursión, por eso no había podido dormir la noche anterior. Pero por alguna razón, realmente quería pasar el día sólo con Miharu. Sin embargo, ella había estado esperando con ansias la excursión, así que se quejó como una niña a la que le estaban quitando un objeto precioso.

“¡T-Tú no puedes hacer eso! ¡Acordamos sentarnos uno al lado del otro en el autobús e ir juntos!”

Oh, eso también suena tentador, pensó Haruto ante las palabras de Miharu, pero no hizo ningún movimiento para dejar las mantas. Queriendo ver su reacción, no pudo evitar burlarse un poco de ella.

“Vamos, Haru-kun, levántate. ¿por favor bien?” Miharu agitó suavemente a Haruto.

“Mmph…” Haruto refunfuñó en respuesta. Entonces, en algún lugar junto a la cama, Miharu empezó a moverse con algo.

Supongo que debería levantarme ahora, pensó Haruto, pero justo como él lo hizo,

“¡Cielos! ¡Definitivamente te levantaré!” Dijo Miharu, saltando sobre sus mantas.

“Whoa, ¿¡huh!? ¡Espera! ¡Espera, Mii-chan! ¡Me rindo! ¡Me levantaré!”

Haruto resurgió de sus mantas a toda prisa para encontrar a Miharu sonriéndole con suficiencia.

“¡Fufu! Buenos días, Haru-kun.”

Honestamente, esa lindura era injusta…. Pero Haruto tampoco estaba dispuesto a aceptarlo sin rechistar.

“¡Allí!” Haruto travieso arrastró a Miharu a las mantas con él.

“¡W-Wah! ¡Haru-kun!” Miharu se sonrojó furiosamente al ser abrazado tan fuertemente por él bajo las mantas.

“¿Quieres que te suelte?” Preguntó Haruto descaradamente.

Miharu estaba delante de él. Eso fue suficiente para hacerlo muy feliz.

“Uugh… ¿Qué pasa, Haru-kun? Estás terriblemente atrevido hoy.”

“Es porque amo a Mii-chan. ¿Y bien? ¿Quieres que te suelte?”

Él Realmente estaba siendo audaz hoy, pensó impasiblemente Haruto mientras hablaba.

“E-Estás siendo malo, Haru-kun. No hay forma de que quiera que lo dejes ir.” Miharu se sonrojó en una escarlata aún más profunda mientras murmuraba.

“De verdad… ¿entonces está bien si nos quedamos así un poco más?”

Solo por ahora, al menos, pensó Haruto mientras abrazaba a Miharu.

Por un instante, pareció como si Miharu fuera a ir a la deriva a algún lugar lejano… Haruto continuó molestando a Miharu para distraerse de sus preocupaciones.

“Sí,” asintió Miharu con una pequeña sonrisa.

Haruto limpió suavemente las hebras del pelo de Miharu, y luego acarició suavemente su mejilla.

…Pero de repente sus manos se negaron a moverse, como si algo las hubiera sujetado. Antes de que se diera cuenta, el calor de Miharu desapareció.

“Por favor, levántate.”

Haruto, no, Rio, regresó a la realidad, convocado despierto por la voz de alguien. Era una voz desconocida; la de una chica joven, pero definitivamente no la de Miharu.

Déjame quedarme dormido, quiero ver este sueño un poco más… Rio lo deseaba profundamente desde el fondo de su corazón. Sin embargo, su conciencia no lo permitía ahora que estaba despierto.

“Um, por favor, levántate.”

Rio fue sacudido y despertado con un parpadeo. Entonces, su expresión se transformó inmediatamente en una de devastación. Por supuesto, no fue Miharu ante él, sino la niña elfa Orphia y la niña enana Alma.

¿Fue… un sueño? Rio pensó nebulosamente a través de su ardiente fiebre y fatiga.

Una indescriptible sensación de pérdida lo invadió, haciendo caer repentinamente lágrimas de sus ojos.

Amakawa Haruto estaba muerto, y nunca volvería a ver a Miharu. Por eso hizo todo lo que pudo para dejar de recordar a Miharu. Los pensamientos y sentimientos que había sellado hasta ahora fluían de él junto a sus lágrimas.

Rio todavía tenía sentimientos de pesar hacia Miharu dentro de él; su sueño acababa de enfatizarlo. Sin embargo, incluso con esa conciencia, Miharu no existía en este mundo.

La realidad era cruel.

“Erm…. Buenos días.” dijo Orphia con vacilación mientras Rio derramaba tristemente sus lágrimas.

“Buenos… días,” respondió Rio por reflejo, a pesar de no ver a Orphia y a Alma en absoluto. Se mordió el labio en un intento de sofocar sus emociones.

De repente, sintió que alguien le envolvía una manta sobre su cuerpo. Probablemente no podían soportar ver a un niño de la misma edad en ropa interior, incluso de una raza diferente. Bueno, a quién le importa eso, Rio pensó sin más.

Un silencio incómodo cayó sobre la habitación, sobre Orphia y Alma, para ser precisos. Fue entonces cuando la puerta se abrió de golpe.

“¡Onii-chan!”

Latifa apareció en la puerta. Unos momentos después, Sara y Uzuma también entraron. En cuanto Latifa entró en la habitación, se echó a llorar y se aferró a la forma horizontal de Rio en la cama.

“… ¿Por qué lloras, Latifa?”

“Porque te habías ido, Onii-chan. No quiero que eso… Por favor, no me dejes. Quédate a mi lado, ¿por favor?”

“Estoy aquí, ¿no?” Dijo suavemente Rio con una sonrisa tensa. Al ver a Latifa llorar, de alguna manera se había calmado instantáneamente; su disposición emocional había desaparecido.

“Entonces, ¿estarás siempre conmigo? Nunca te irás, ¿verdad?” preguntó Latifa, apretando aún más el cuerpo de Rio.

“Oh, querida. ¿Podrías abrazarme un poco más suave? Duele,” dijo Rio con cara de preocupación, evadiendo la pregunta.

No pudo responder que sí. Si lo hiciera, probablemente sería una mentira. Se sintió algo vergonzoso mentirle directamente a la cara a una joven que lo admiraba.

“¿Eh, estás herido? Por qué— ¿Qué es esto?” Latifa finalmente notó las esposas alrededor de las manos y los pies de Rio. Ella trató de abrirlo por la fuerza, pero fue inútil.

“No te preocupes por mí. ¿Te hicieron algo malo, Latifa?”

“Sí. Hirieron a mi Onii-chan,” contestó Latifa inmediatamente, haciendo que Rio parpadeara con una expresión en blanco.

“Entonces todo está bien.” Dijo, divertido.

“¡Nuh-uh! Eso no es verdad. ¿Quién te hizo esto?”

Latifa agitó la cabeza con furia y lágrimas en los ojos. Luego, miró alrededor de la habitación y vio a Sara, Orphia, Alma y Uzuma, las cuatro que parecían estar al tanto. Los miró con desconfianza, exigiéndoles en silencio que explicaran lo que había pasado.

“U-Umm…”

Sin saber por dónde empezar, la cara de Sara palideció al abrir la boca. Las otras tres llevaban expresiones similares. De repente,

“Por Dios, ¿por qué no pueden caminar un poco más despacio? Estoy aquí ahora.”

Tarde, llegó Ursula. Una vez que vio a Latifa aferrada a Rio, inclinó la cabeza y suspiró. “Lo imaginaba. Chico humano, por favor, acepta mis disculpas. Me gustaría hacerte algunas preguntas sobre esa chica. ¿Sería tan amable de cooperar con nosotros? Escogeremos un lugar mejor para hablar, por supuesto.”

“¡A quién le importa eso! ¿Son ustedes los que le hicieron esto a Onii-chan? Respóndeme.” Antes de que Rio pudiera responder a la pregunta de Ursula, Latifa intervino e hizo una demanda abiertamente hostil.

“Así es… ¿¡Hm!? Esto es… un intento de asesinato feroz.” En el momento en que Ursula confirmó la acusación de Latifa, Latifa adoptó una postura protectora sobre Rio. Sus ojos eran tan agudos como el de un perro guardián, mirando a los ocupantes de la habitación.

“Fuiste malo con Onii-chan. No te perdonaré.”

Antes de que se dieran cuenta, un espeso e intimidante aire invadió la tenue habitación. Estaba dirigido a todos los presentes en la sala. Todos menos Rio, claro. Todo el grupo de Sara se pusieron rígido de inmediato, sudando nerviosamente. La hombre bestia alada, Uzuma, se adelantó y tomó todo el efecto de la mirada penetrante de Latifa.

“Basta, Uzuma.”

“Tú también, Latifa. Me alegra que te sientas así, pero para. Estoy bien, así que escuchemos lo que tienen que decir.”

Ursula y Rio intervinieron, no queriendo que la situación se descontrolara.

“Si Onii-chan lo dice, entonces…” Latifa se echó atrás a regañadientes.

“Gracias a los dos. Antes de trasladarnos, permítame quitarle las esposas. ¿Dónde está la llave, Uzuma?”

“… Se lo di a Lady Sara,” Uzuma contestó a Ursula con voz zancuda.

“Entonces, Sara. Quítale las esposas inmediatamente.”

“¡S-Sí, señora!… Disculpe.” Sara asintió con la cabeza, corriendo hacia Rio a toda prisa. Las esposas alrededor de su cuello, manos y pies fueron desatadas una por una.

“Muchas gracias.”

“¡N-No! ¡Nosotras somos los que deberíamos disculparnos contigo! ¡Por favor, acepta nuestras más sinceras disculpas!” Sara inclinó la cabeza con la cabeza inquieta después de que Rio le diera las gracias.

“Entonces reubiquémonos inmediatamente. Sígueme.”

“Por supuesto… pero, ¿podrías darme un momento primero? Me gustaría curarme un poco.”

Justo cuando Rio intentaba ponerse de pie y seguir a Ursula, un fuerte dolor le apuñaló en el estómago. Su cara se retorció en agonía mientras pedía permiso para tratarse a sí mismo.

“¿Hm? ¿Te han hecho daño? Eso es imperdonable. Déjeme tratarlo inmediatamente.” Ursula contestó, echando una fría mirada hacia Sara y las demás.

“No, yo puedo hacerlo. Por favor, no te molestes.” Rio rechazó su oferta y comenzó a curarse a sí mismo.

“Eso es…. arte espiritual. Ya veo, así que eres un humano de Yagumo. Qué inusual…”

“¿Así que esto es arte espiritual después de todo?” Ursula murmuró para entenderse, haciendo que Rio la preguntara.

Él era más que consciente de que estaba usando una habilidad inusual que era similar a la de la magia, pero a diferencia de ésta. Había intentado investigar su identidad en la biblioteca de la Academia Real, y como resultado, había descubierto un libro que hablaba de una técnica imitativa llamada “arte espiritual”. Sin embargo, no contenía más detalles que el nombre, y su investigación terminó sin que recibiera más claridad de su habilidad.

“Por lo que parece, no entiendes muy bien las artes espirituales. ¿Cómo llegaste a aprenderlo?”

“De repente, un día pude usarlo.”

“… ¿Qué?”

La franca verdad de Rio hizo que los ojos de Ursula se abrieran de par en par.

“¿Es eso inusual?”

“Hum. Los humanos tienen mucha menos aptitud hacia las artes espirituales que los espíritus populares para empezar… Aprenderlo en un solo día debería ser imposible. Al menos en circunstancias normales. No me digas…” Ursula dijo, antes de darle a Rio una mirada significativa.

“¿Hay algún problema?”

“No, no es un problema… no debería serlo, de todos modos. Me gustaría oír más sobre eso también, si es posible. Prometo responder cualquier pregunta que tengas sobre nosotros también.”

“Por favor, hazlo. Además, le agradecería que me prestara algo para ponerme,” dijo Rio, vislumbrando su figura vestida con ropa interior debajo de la manta. Ursula suspiró profundamente.

“… Me disculpo de nuevo. Se los traerán inmediatamente. Junto con algún medicamento, ya que es posible que ya esté enfermo. Orphia, Alma. Ve a prepararlos, ahora.”

“¡Sí, señora!”

Orphia y Alma asintieron al unísono y se apresuraron a salir del cuarto.