Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 2

Capítulo 1: Viaje al País Vecino

Parte 3

La carretera principal de Amande, bordeada de tiendas y posadas, se extendía desde el este hasta el oeste de la ciudad. En su centro, en una plaza que sólo podría describirse como la mejor ubicación de la ciudad, se encontraba la sede principal del Gremio Ricca.

Así que este es la sede principal del Gremio Ricca…

Rio miró hacia el elegante edificio hecho de madera y ladrillo. Con sus cinco pisos de altura, su aura de clase alta era casi impresionante. Al frente del Gremio Ricca había un pequeño mostrador, donde el rumoreado bollo de carne se vendía. Eran moderadamente caros con dos grandes monedas de cobre cada uno, pero se había formado una línea a pesar de todo.

Rio se unió a la línea, decidiendo comprarlos antes de entrar. Entregó las monedas y tomó el panecillo de carne del vendedor; era bastante grande, y su textura caliente y humeante era suave y tierna. Se veía muy similar en apariencia a un panecillo chino al vapor. Rio se trasladó a un rincón de la plaza y se preparó con entusiasmo para probar el panecillo de carne. Se agachó y sintió como la sustancia hirviente y caliente le salpicaba en la lengua, casi quemándose la boca. En cuanto al sabor…

Es bueno, pero…

Estaba desconcertado. El sabor no era nada parecido a lo que Rio esperaba de algo que parecía un bollo chino al vapor. Si tuviera que adivinar, diría que la carne estaba sazonada con sal, pimienta y mucha cebolla. Rio adivinó que el jengibre, la salsa de ostras y el aceite de ajonjolí necesarios para hacer que el sabor característico de los panecillos de carne probablemente no estaba disponible aquí.

Para que conste, mientras que era imposible encontrar alimentos con la pronunciación exacta como las palabras de la Tierra como los men japonés y manju, los productos y el ganado que se comen en la Tierra también existían en este mundo. Por ejemplo, el trigo y otros condimentos como la sal estaban disponibles aquí.

Sin embargo, había algunos ingredientes que no se podían obtener en Strahl por razones climáticas, por lo que era difícil recrear las mismas recetas y sabores de la Tierra. Una vez que Rio lograra atravesar la tierra salvaje y llegara a la región de Yagumo, probablemente podría conseguir algunos ingredientes nuevos que no estaban disponibles en Strahl. Si lo hiciera, podría usar el conocimiento de Amakawa Haruto para recrear algunos platos de la Tierra.

Mientras la imaginación de Río se desbocaba en su cabeza, terminó de comerse el panecillo de carne. “Gracias por la comida”, murmuró en japonés, el sabor de la pasta y del panecillo de carne le hacía sentir un poco nostálgico.

Ahora que había terminado de comer, dirigió su mirada a un rincón de la plaza, donde se encontraba el edificio del Gremio Ricca. La entrada del edificio estaba abierta de par en par, dando la bienvenida a todos los que estaban dentro, como un vendedor ambulante que acababa de entrar. Rio también decidió entrar.

Inmediatamente después de entrar por las puertas, se reunió con varias vendedoras que esperaban para atender a los clientes. También había un guardia de seguridad en espera, colocado donde la mayoría de los clientes no se darían cuenta de su presencia.

“Bienvenido al Gremio Ricca.”

Al darse cuenta de la llegada de Rio, todos los empleados de la tienda hicieron una reverencia cortés al saludarlo. Sus movimientos claramente practicados tomaron a Rio por sorpresa. Entonces, una joven con un cabello hermoso y ondulado se dirigió hacia Rio.

“Señor, le pedimos disculpas por las molestias, pero las armas están prohibidas en la tienda. Si tienes alguno, con gusto lo guardaremos hasta que te vayas.” La hermosa muchacha le dio una sonrisa gentil pero amistosa.

Parecía de la edad de Rio, sino un poco más joven; lo suficientemente joven como para ser empleada de una tienda en formación. Pero había algo extrañamente maduro en la forma en que la chica se sostenía. Llevaba el mismo delantal de uniforme que los demás asistentes, pero rebosaba de la elegancia que rivalizaría con una hija noble.

“…Entiendo.”

Sorprendido al principio, Rio aceptó de inmediato y comenzó a retirar sus armas: la espada de su cintura, dos puñales escondidos y varios cuchillos para lanzar. Un segundo asistente vino a llevarse las armas de Rio.

Ella le preguntó a Rio su nombre para fines administrativos, a lo que él respondió con confianza: “Es Haruto.”

Rio todavía llevaba puesta su bata con la capucha sobre la cabeza; aunque sabía que no era un buen aspecto tener la cara escondida, era un aspecto típico de los aventureros, y la tienda no parecía tener ninguna queja, siempre y cuando se quitara las armas.

“¿Le importaría si realizamos un chequeo de cuerpo?”

“No, adelante.” Rio levantó los brazos asintiendo con la cabeza.

“Disculpe,” dijo la asistente femenina mientras suavemente comenzó a revisar el cuerpo de
Rio. La investigación terminó en segundos, y la chica consideró que Rio estaba completamente desarmado, asintiendo con la cabeza al otro asistente.

“Gracias por su cooperación, señor. Ahora te llevaré adentro— por favor sígueme.”

Bajo la dirección del dependiente, Rio entró en otra habitación, mirando alrededor de la tienda mientras él caminaba tres pasos diagonalmente detrás de ella. El primer piso era un amplio espacio abierto con varias salas de conferencias seccionadas para que los empleados de la tienda pudieran hablar de negocios con clientes potenciales. Rio fue conducido a una de esas habitaciones. Las habitaciones se seccionaban con tabiques, por lo que las discusiones se mantendrían en privado mientras mantuvieran la voz baja.

“Por favor, siéntese aquí.” La niña le ofreció a Rio un asiento en un sofá blando en la habitación, que él tomó con una palabra de agradecimiento. Luego ella se sentó en el asiento opuesto, de frente a él.

“Una vez más, bienvenidos al Gremio Ricca. Mi nombre es Lotte, y hoy le ayudaré. Encantado de conocerlo, señor.” Lotte inclinó la cabeza educadamente.

Basado en su edad, Rio había asumido que ella era sólo una asistente en entrenamiento y esperaba que alguien más viniera a buscarlo, así que lo cogieron con la guardia un poco baja. Sin embargo, no fue tan tonto como para dejar que su malestar se notara en su cara. Al ver los modales maduros de Lotte, que rivalizaban con los de una hija noble, Rio se aseguró de que ella fuera más que adecuada para atenderlo.

¿Podría ser…? Nah.

Un pensamiento ridículo pasó por la mente de Rio por un instante, pero inmediatamente lo descartó como altamente improbable. A juzgar por la falta de torpeza de Lotte, que era típica de una novata, sus capacidades eran probablemente legítimas. Rio se preparó y la saludó respetuosamente.

“Gracias por su hospitalidad. Mi nombre es Haruto. Estoy viajando solo debido a ciertas circunstancias, así que por favor perdóname por dejar mi capucha así.” El saludo de Rio fue cuidadosamente calculado; Lotte no fue lo suficientemente irrespetuosa como para pedirle a un cliente que se quitara la capucha, pero si lo hiciera de esta manera, ella llegaría a su propia conclusión sobre sus circunstancias. Dicho esto, ella pudo ver la cara de Rio bajo la capucha desde donde ella se sentó justo enfrente de él. Los refinados rasgos de su apariencia, que se asomaban, hicieron que sus ojos se abrieran un poco con sorpresa.

“Eso debería estar bien, señor, ya que no causa inconvenientes en nuestro nombre. Ahora, ¿estaría bien si pasamos a los negocios?”

Las débiles llamas de la curiosidad se encendieron en los ojos de Lotte, pero su sonrisa de servicio al cliente no se desvaneció. No tenía intención de entrometerse en la privacidad de sus clientes, así que fué directo al grano.

“Sí, he venido hoy para preguntar sobre la compra de pasta. Si se pueden conservar para que duren más tiempo en el almacén, me gustaría comprar algunos a granel. También me gustaría tener otros ingredientes y especias.”

“Ya veo. Tenemos un tipo de pasta seca disponible para la compra. Mientras no se deje en un ambiente cálido y húmedo, podemos garantizar que durará al menos un año en almacenamiento.”

“¿Puedo preguntar cuál es el precio?”

“Por supuesto. Cobramos un cobre grande y cinco cobres pequeños por cada 500 gramos.” “Gracias. ¿Y cuánto cobras por la cebada?” Preguntó Rio, poniendo una mano contra su boca en un pensamiento simulado.

“Un cobre grande por un kilogramo, señor.”

“Entonces… ¿podría pedirle que me prepare quince kilos de pasta y diez kilos de cebada?”

Los ojos de Lotte se abrieron un poco ante las cifras que Rio sacó.

Eso es mucho para un aventurero promedio… ¿esto estará bien?

Mientras que quince kilogramos de pasta y diez kilogramos de cebada era normal para un comerciante que pretendía revender el producto, era una cantidad bastante grande para un aventurero comprar para uso personal. Además, la pasta seguía siendo un producto nuevo, la mayoría del público en general no tenía ni idea de cuánto se necesitaba en una porción. Sólo los comerciantes y la nobleza tenían algún tipo de comprensión de su peso.

Dado que había habido muchos casos en los que los malentendidos habían provocado conflictos en las discusiones relacionadas con los negocios, Lotte comprobó dos veces que las cifras eran correctas.

“500 gramos de pasta alimentarán a cinco o seis personas. Quince kilogramos será una cantidad bastante grande para que una persona la consuma… ¿Está seguro de que le parece bien, señor?”

“Sí. Quince kilogramos alimentarían entre 150 y 180 bocas y costarían cuatro platas pequeñas y cinco grandes monedas de cobre, ¿correcto? Esos son los números que pretendía.” Rio sonrió débilmente, calculando inmediatamente los números en su cabeza.

“Mis disculpas, señor. Le prepararemos 15 kilogramos de pasta y 10 kilogramos de cebada de inmediato.” Lotte inclinó profundamente la cabeza, impresionada por las habilidades aritméticas instantáneas de Rio.

En ese momento, un empleado de la tienda en su adolescencia trajo una bandeja de té.

“Disculpe,” dijo en voz baja, y empezó a servir el té. La suave fragancia de las hojas de té de alta calidad se agitaba en el aire, haciendo cosquillas a los sentidos de Rio y Lotte.

Rio asintió al asistente en gratitud. “Muchas gracias.”

“Por favor, sírvase usted mismo, señor.” Lotte le ofreció el té.

“Gracias. Entonces, si no te importa…” Calculando que sería rudo no tocar el té ofrecido, Rio aceptó la taza.

La mesa estaba bastante alejada del sofá, así que tomó el platillo junto con la taza y admiró primero su color y diseño. Luego, después de apreciar el color y la fragancia, tomó un sorbo del té. Lotte se encontró incapaz de apartar los ojos de los gráciles movimientos de Rio.

“¿Disfruta del té a menudo, Sr. Haruto?”

“Sí. Tengo una conocida que es muy aficionada a beber té, y adquirí muchos conocimientos relevantes bebiendo con ella.” Rio asintió con una cariñosa sonrisa. Recordó las veces que tomaba té y charlaba con Celia casi todos los días. Gracias a esas experiencias, había perfeccionado la etiqueta del té hasta el punto de poder asistir fácilmente a una fiesta de té organizada por una hija noble sin ningún tipo de incomodidad.

“Oh, es maravilloso oír eso, señor. La gente a menudo dice que el té es una bebida para que las mujeres disfruten, así que no hay muchos caballeros interesados en él. ¿Podrías saber qué tipo de hoja hay en este té?” Preguntó Lotte, con su expresión iluminándose como una flor floreciente.

“A juzgar por este olor único y este sabor ligeramente amargo, diría que ¿es una hoja producida en Lis?”

“Eso es correcto.”

“Entonces estás usando té de buena calidad. Y veo que el juego de té también es de una calidad maravillosa. Perdóname por decir esto, pero por lo que puedo ver del sofá, así como de la mesa… ¿No son los muebles demasiado de alta calidad para ser usados para saludar a pequeños clientes comerciales?” preguntó Rio, tratando de sacar más información sobre el tema de Lotte.

El espacio en el que estaban sentados estaba preparado con particiones para imitar una habitación privada. El diván y el sofá colocados allí eran de una calidad tan alta que podían utilizarse fácilmente en una sala de conferencias para invitados de alto perfil.

La cara de Lotte se iluminó con una sonrisa feliz mientras respondía a Rio con orgullo. “Fufu, ¡la mejor transacción comercial comienza con el entorno empresarial perfecto! Ese es nuestro lema, señor. Y no cambia dependiendo de la escala de la transacción.”

“…Ya veo. Ese debe ser uno de los secretos del repentino crecimiento del Gremio Ricca. Con asistentes tan jóvenes y bellas como tú entiendo por qué la gente se siente inclinada a vaciar sus billeteras.”

“Oh, me halagas.” Lotte se cubrió la boca con una mano en refinada timidez.

“No, de verdad lo creo. Tengo otros artículos que necesito, que también estoy pensando en comprar aquí.”

“Fufu. En ese caso, ¿qué tal si reanudamos nuestras conversaciones de negocios? Después de todo, el trabajo de un comerciante es satisfacer las demandas del cliente. Con gusto prepararemos todos los artículos que necesite para su viaje.”

Así, Rio y Lotte reanudaron su charla.

Rio todavía necesitaba alimentos en conserva y varios ingredientes, así como los utensilios para prepararlos, y pudo comprar todos los artículos que necesitaba a través del servicio del Gremio Ricca. Algunos de los artículos eran un poco caros, pero otros no los habría podido encontrar en otra parte, como muchas de las especias cultivadas e importadas de las islas del sur. Y con su principal propósito de comprar pasta realizada, Rio quedó muy satisfecho con el resultado de su visita.

“¿Necesita algo más?”

“No, es todo lo que necesito. Pero si su gremio también ofrece servicios de entrega de correo, me gustaría pedirlo también…” Rio hizo una última investigación una vez que todas sus discusiones de negocios habían terminado.

Él no podía salir de la región de Strahl sin enviar una carta a Celia.

“Tenemos ese servicio disponible, pero no lo entregamos en ciertas regiones. ¿Dónde desea entregar su correo?”

“La capital del reino de Beltrum.” Su respuesta favorable hizo que Rio le dijera el destino de su carta.

“Eso no será un problema. Sus artículos se tomarán un momento para prepararse, así que, ¿le gustaría escribir su carta durante ese tiempo?”

“Sí, por favor.”

Rio pagó sus compras con monedas y Lotte salió de la sala de reuniones para hacer algunos preparativos. Poco después, apareció una asistente con pergamino, pluma y tinta para que Rio escribiera su carta. Rio aceptó el equipo y, después de un momento de vacilación, se encorvó sobre la mesa y mojó la pluma en la tinta. Su mano se movió firmemente sobre el pergamino y rasgar los ordenados caracteres.

La carta hablaba de su viaje hasta ahora: que estaba en Galarc en ese momento, y de otras pequeñas cosas que sucedieron en el camino. Lo firmó como “Haruto” al final. Cuando terminó de escribir, esperó un rato a que la tinta se secara, y luego enrolló el pergamino en un pergamino. Usó la vela de la mesa para derretir el lacre y gotear sobre el pergamino antes de sellarlo. Con el sello del Gremio Ricca en el pergamino, la carta estaba finalmente completa.

El hecho de que el gremio de comerciantes dirigido por la hija de un duque fuera responsable de entregar la carta era mucho más tranquilizador que preguntar a cualquier organización o individuo al azar, ya que había un riesgo mucho menor de perder la carta o de romper la confidencialidad.

Rio llamó a un asistente cercano y le informó que había terminado de escribir. El ayudante se retiró un momento a la parte de atrás antes de regresar con Lotte y la asistente que servía el té de antes. Todas las compras de Rio habían sido preparadas y dejadas fuera del espacio de reunión.

“Por favor, entréguele esto a la profesora Celia Claire de la facultad de la Academia Real de Beltrum.” Rio entregó la importante carta a Lotte.

“Entendido. La dirección es la Academia Real de Beltrum, para la profesora Celia Claire. Nos aseguraremos de entregarlo, señor. Sus artículos de pedido también han sido recogidos, así que por favor confirme que todo está presente”. Los ojos de Lotte se abrieron de par en par débilmente cuando escuchó que la destinataria era Celia, pero sólo alguien que estuviera a su lado reconocería el cambio en su expresión, y sólo después de una observación cercana.

Rio empacó los artículos en su mochila mientras los revisaba. Era un número bastante grande de artículos, pero su mochila era lo suficientemente grande para acomodar todo. Una vez que la mochila estaba llena, Rio la balanceó fácilmente por encima de su hombro, haciendo que los ojos de Lotte se abrieran de par en par conmoción.

“Veo que tienes mucha fuerza. Adecuado para un aventurero.”

“Viajar puede ser duro, después de todo…. Me aseguré de prepararme para ello. Ahora, me despido.” Dijo Rio, las palabras de Lotte lo hacían sonreír. Con esas palabras de despedida, se inclinó una vez y se volvió sobre su talón.

“Gracias por su patrocinio, señor. Si vuelves a pasar por Amande, nuestras puertas siempre estarán abiertas para usted.” Lotte le dio unas palabras de despedida, y luego se inclinó junto al ayudante que estaba a su lado. Los dos mantuvieron la cabeza baja hasta que Rio abandonó el edificio.

Entonces, una vez que Rio estaba fuera de las instalaciones… “Celia Claire… La hija prodigiosa del conde Claire, de la famosa familia de hechiceros. La genial hechicera que se graduó temprano en la Academia Real,” levantó la cabeza y murmuró Lotte.

Ella era consciente de la reputación de Celia como la genial hechicera de Beltrum, a pesar de haber vivido aquí en el Reino de Galar toda su vida. Debido al hecho de que simplemente tener buenas calificaciones no era suficiente para graduarse temprano, una cantidad abrumadora de excelencia y talento tenía que ser exhibida en un área específica. Esa fue la razón por la que los primeros graduados eran raros, ocurriendo una vez cada diez años si la Academia tenía suerte, para que cualquier persona educada en un círculo noble supiera el nombre de Celia.

Además, Celia fue la graduada más joven en la historia de la Academia Real de Beltrum, dándole fama mucho más de lo que ella pensaba.

“Qué chico tan misterioso, Lady Liselotte.” La asistente al lado de Lotte, o, mejor dicho, Liselotte, habló.

“Me pregunto si es un hijo noble que se escabulle para hacer un viaje. Y yo soy ‘Lotte’ ahora mismo, Cosette”. Liselotte entrecerró los ojos y miró a la chica llamada Cosette.

“Por cierto, el tiempo de inspección ha terminado. Aria y Natalie enviaron un mensaje para volver rápidamente a la hacienda y terminar el resto del papeleo acumulado,” reportó Cosette con los hombros caídos.

“Oh Dios, entonces debemos darnos prisa.” Las comisuras de la boca de Liselotte se volvieron con una sonrisa agradable, haciendo que Cosette la mirara con curiosidad.

“Pareces estar de buen humor hoy.”

“Fue un buen cambio de ritmo… Las charlas de negocios fueron muy divertidas.”

“Hmm. Ah, ahora lo entiendo. Ese chico era guapo, ¿verdad?”

“Tú… no estás equivocada, pero eso no tiene nada que ver con esto.” Liselotte lo negó reflexivamente por exasperación, pero los recuerdos de los rasgos faciales de Rio resurgieron en su mente, haciéndola responder de una manera desconcertante.

Ver la fascinante reacción de su maestra hizo que Cosette sonriera descaradamente.

“¿Ves? Ese debe ser el caso.”

“Ya es suficiente. ¡Ya me voy!”

Con un ligero rubor en las mejillas, Liselotte se alejó enérgicamente. Cosette se rió un poco antes de seguir de cerca.