Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 2

Capítulo 1: Viaje al País Vecino

Parte 1

La mañana después de su despedida con Celia en la Academia Real, Rio estaba caminando alrededor del mercado fuera de las murallas de la ciudad para reunir el equipo para su viaje.

Necesitaba comida, agua, utensilios de cocina, ropa, ropa de cama, medicinas, armas… los humanos necesitaban claramente una gran cantidad de recursos para vivir. Pero como había un límite de lo que podía llevar cuando viajaba solo, Rio tuvo que examinar cuidadosamente sus necesidades y comprar sólo el mínimo necesario. Sólo se llevaría esos objetos en su viaje.

Ahora mismo, sólo tenía su ropa casual, típica de un noble, y una sola espada. Era un arma demasiado ligera para que se sintiera cómodo viajando con ella.

Dicho esto, desde que Rio se inscribió en la Academia, había pasado toda su vida dentro de las murallas de la ciudad. Mientras que Celia lo había llevado a los mercados dentro de las murallas de la ciudad para ir de compras antes, esta era su primera vez aventurándose en los mercados que estaban fuera de la ciudad.

Ahora estaba un poco perdido.

No tengo ni idea de a qué tienda ir…

Ya había recorrido varias tiendas, pero eran muchas. Unos pocos entre ellos habían vendido productos tan toscos, haciéndole fruncir el ceño en muchas ocasiones. Debido a que quería comprar artículos de calidad que le duraran un tiempo, no quería elegir al azar una tienda para comprar. Después de vagar entre las multitudes pensando en esto y en lo otro, se cansó, y se metió en el callejón para tomar un descanso.

Fué entonces cuando un delicioso aroma le invadió, despertando inmediatamente su apetito. Venía de un puesto callejero en el callejón.

No había muchos clientes en ese momento, posiblemente porque era ese tranquilo período de tiempo entre el desayuno y el almuerzo, o tal vez debido a su ubicación desfavorable, pero el olor que se desprendía de él olía realmente delicioso.

Ahora que lo pienso, aún no he desayunado. Compraré algo en ese puesto y les pediré recomendaciones.

Estimulado por su hambre, los pies de Rio lo llevaron hacia el puesto. Una niña pequeña estaba detrás del mostrador de la tienda y parecía algo aburrida por la falta de clientes. Detrás de ella, una mujer que parecía ser su madre estaba muy ocupada cocinando.

“¡Ah, bienvenido!”

Cuando Rio se acercó al puesto, la niña lo saludó de oreja a oreja. Debía de tener unos siete u ocho años. Era una niña linda, aunque un poco delgada.

Sin embargo, en el momento en que vió las nobles ropas de Rio, su expresión se endureció. Seguramente lo había confundido con un hijo de la nobleza.

En el Reino de Beltrum, donde la sociedad se basa en el estatus social, es muy común que los nobles actúen violentamente contra los plebeyos. Por eso los plebeyos temían a la nobleza. Esta niña probablemente había aprendido ese sentimiento de su madre.

“Ah, erm, quiero decir…” Al darse cuenta de que no podía actuar de manera grosera, la niña forzó una sonrisa incómoda en su rostro.

“No tienes que estar tan nerviosa. Huele muy bien aquí… ¿Estás vendiendo algo?” Rio le habló con suavidad en un intento de tranquilizarla.

“Umm, es pan con salsa y verduras y frituras de carne dentro, señor.” La chica hizo todo lo posible para hablarle cortésmente a Rio.

“Ya veo. Entonces, creo que tomaré un poco.” Rio sonrió suavemente, expresando con entusiasmo su deseo de comprar su producto.

“Oh Dios, ¿es un noble? … ¿Eh? Ah, umm…” La madre notó la presencia de Rio y se apresuró a saludarlo, pero sus ojos se abrieron de par en par cuando vió la cara de Rio.

“¿Pasa algo?” Rio le preguntó con curiosidad.

“Ah, no… No es nada. P-Por favor, disculpe mis acciones.” La mujer se disculpó temerosamente por su extraño comportamiento, pero continuó mirando a Rio con ojos atentos.

“Oh, ¿se trata de mi color de pelo?” Rio adivinó la razón por la que la mujer reaccionó con asombro, tocando su cabello con una mano. El cabello negro era raro en Beltrum; había sido ridiculizado en numerosas ocasiones por los estudiantes de la academia debido a este cabello.

“Umm, eso es… Sí. Conocí a alguien hace mucho tiempo, un chico con cabello negro. Así que pensé que tal vez… Pero no había manera de que ese niño fuera noble, así que fue mi error. No sé cómo puedo disculparme lo suficiente contigo por esto…”

“… ¿Puedo preguntar cómo se llamaba ese chico?” Rio interrogó a la mujer temblorosa. Ella agachó la cabeza por miedo. Tal vez era alguien que él conocía de cuando vivía en los barrios bajos.

“Creo que era Rio…”

Bingo— aparentemente, Rio había conocido a esta hermosa mujer antes.

Desafortunadamente, Rio estaba huyendo ahora mismo, y no podía permitirse confirmar sus sospechas tan fácilmente. Si ella lo había confundido con el hijo de un noble, entonces era a su favor.

“Lo siento, no recuerdo ese nombre.”

“Es eso… así…”

Rio decidió fingir ignorancia, y la mujer mostró su clara decepción.

“¿Has estado buscando a ese chico?” preguntó Rio. No podía recordar ninguna situación en la que hubiera conocido a esta mujer antes.

Si tuviera que adivinar, asumiría que fue a través de la banda de matones con la que había vivido en los barrios bajos. Si ese fuera el caso, entonces el número de posibilidades se reduciría significativamente. Si era alguien que lo conocía lo suficientemente bien como para recordar su nombre, entonces lo más probable es que fuera una de las personas que frecuentaba la pequeña choza en la que Rio vivía entonces. La mayoría de las mujeres que frecuentaban la choza eran prostitutas a las que los matones llamaban. Los que más favorecían habían sido Gigi, que había sido asesinada en la choza, y su hermanita Angela. Había varios otros que también les habían gustado, y Rio adivinó que esta mujer tenía que ser una de ellas.

Dicho esto, habían pasado más de cinco años desde la última vez que los vió. La mujer frente a él no llevaba maquillaje, así que no tenía el aire de una prostituta, lo que le dificultaba colocarla.

“Es sólo que puede haber sido testigo de los últimos momentos de mi hermana mayor.” La expresión de la mujer se nubló mientras hablaba. La niña miró confusa su conversación.

Una hermana mayor… ¿Podría ser la hermana pequeña de Gigi, Angela?

Gracias a sus palabras, Rio pudo finalmente colocar a la mujer frente a él. Arregló su expresión para que su sorpresa no se notara, y luego se tragó un respiro en su coincidencia con la reunión. Ella solía usar maquillaje grueso en el pasado, pero él podía ver rastros de su antiguo yo ahora que sabía quién era ella.

Llegando a pensarlo, Gigi había mencionado cómo quería abrir una tienda con Angela un día… Pero él no quiso alargar más la conversación, así que cambió de tema.

“…Lo siento, te pedí algo muy intrusivo.”

“N-No, es porque actué de forma grosera al principio. Es mi culpa…. ¡Por favor, acepta mis disculpas!” Angela inclinó la cabeza reflexivamente ante la disculpa de Rio.

“De hecho, estoy hambriento ahora mismo. ¿Puedo tomar dos?” Encontrando improductivo continuar con su ida y vuelta, Rio fué al grano.

“N-No estoy segura de que nuestros productos sean del gusto de un noble como usted, señor…” Ángela respondió avergonzada. Le preocupaba que Rio cambiara de opinión en el momento en que le diera un mordisco a la comida. No era extraño conocer nobles así.

“No hay problema. Estoy acostumbrado a las comidas de un puesto como éste”, explicó Rio con una sonrisa tensa. Sus palabras hicieron que Angela bajara un poco la guardia.

“Entonces…. serán ocho monedas pequeñas por dos.”

“En ese caso, puedes llevarte esto. No necesito cambio,” dijo Rio, ofreciendo una plata pequeña.

“No podría aceptar eso…” Angela se apresuró a sacar su cambio. Para ella, una sola moneda de plata pequeña era más de la mitad de sus ingresos diarios habituales.

“Es para disculparme por asustar a tu hija. Por favor, llévala a comer algo delicioso.” Rio agitó la cabeza, sonriendo a la pequeña niña que estaba de pie en silencio.

“Pero…”

“¿Qué tal si, a cambio, me cuentas de alguna tienda buena y confiable que tenga equipo para viajar? En realidad, no estoy muy familiarizado con las tiendas de esta zona…” Rio se arañó tímidamente la parte de atrás de su cabeza, avergonzado. Por un breve momento, Ángela le miró fijamente con la mirada entrecortada— antes de que se echara a reír.

“En ese caso…”

Ella procedió a contarle a Rio sobre varias tiendas que ella recomendó. Él guardaba los nombres de las tiendas y sus especialidades en su cabeza mientras veía a Angela preparar la comida.

Justo cuando terminó su explicación, la comida estaba lista.

“Aquí tienes.” Ángela le ofreció el sándwich. Los ingredientes estaban envueltos en una crujiente baguette, la carne bien cocida y la salsa especial salada se mezclaban espesamente para producir un aroma sabroso. Fue suficiente para que Rio babeara.

“Gracias,” dijo mientras aceptaba el primer sándwich.

Al tomarlo en sus manos, le dio un fuerte mordisco— los plebeyos parecían estar a favor de este tipo de pan duro. El sabor de la carne jugosa y la salsa salada se extendió por toda la boca. No pudo evitar convertir sus labios en una sonrisa.

“Es delicioso,” dijo Rio con gran satisfacción, haciendo que Angela suspirara aliviada.

Así de fácil, Rio se acabó los dos sándwiches. La niña que trabajaba en el puesto le miró, observando la forma en que comía con temor.

“¡Vuelve cuando quieras, hermano mayor!”

“¡C-Corta eso, Sophie!”

Al marcharse, la niña —Sophie— llamó a Rio con una gran sonrisa. Su actitud había cambiado completamente desde antes, ya que su cautela hacia él se suavizó, y luego desapareció. Ángela trató rápidamente de callarla, preocupada de que le resultara demasiado familiar.

“Gracias. Me voy a un lugar lejano por un tiempo, pero volveré a visitarte pronto. Adiós,” dijo Rio sonriendo a Sophie. Con una pequeña reverencia a Ángela, se alejó del puesto mientras Sophie lo despedía con entusiasmo. Dejó el callejón trasero y regresó a la calle principal para dirigirse a la tienda de la que Angela le había hablado.

… ¿Hm?

Después de caminar un rato, se dió cuenta de que alguien lo estaba observando. Rio se detuvo en su camino y miró a su alrededor, pero había tanta gente a su alrededor que no pudo identificar la fuente de la mirada.

¿Fue sólo mi imaginación?

A pesar de sentirse incómodo, Rio continuó caminando.

***

Después de eso, Rio completó sus compras rápidamente. Con la falsa acusación de lo que había ocurrido en el bosque que actualmente tenía sobre su cabeza, quiso evitar quedarse más tiempo del necesario. Si era posible, quería salir de Beltrum al mediodía.

Acababa de terminar de comprar armas, ropa y una mochila para guardar sus artículos. Había vendido la ropa de nobleza casual que había estado usando para sus fondos de viaje. Eran de alta calidad, y el precio por el que se vendían lo reflejaba.

Rio había terminado de cambiarse con su ropa nueva: una túnica negra que le permitía parecer como un aventurero novato contratado con fondos modestos. Todo lo que le quedaba era comprar alimentos, cuando…

“Oye.”

Alguien llamó a Rio desde atrás. Se volvió para ver a un hombre vestido como un matón tratando de mirar bajo su capucha con una mirada. Rio lo miró con escepticismo. Tal vez esta era la persona que había sentido que le estaba mirando antes…

“¿Qué?”

“¿No eres ese chico Rio?”

“…No, no lo soy. Si tienes a la persona equivocada, tengo que ir a un lugar.” Rio estuvo a punto de tambalearse por un segundo antes de tratar de ignorar el tema. Pero el hombre se le acercó audazmente, bloqueando su camino.

“Ahora…. espera un poco. Hace un momento había un cartel de búsqueda y captura en el tablón de anuncios de un mocoso llamado Rio. Como agente de información, me di cuenta antes que nadie.”

Mientras hablaba, el hombre se inclinó hacia adelante con los ojos abiertos para mirar sin vergüenza la cara de Rio. Río borró cualquier rastro de emoción de su cara y miró fijamente al hombre.

“Oye. ¿El gato te comió la lengua? ¿Por qué no dices algo?”

“Disculpe. Sentí que tu tonta charla no era digna de mi tiempo. ¿Exactamente qué tiene que ver eso conmigo?” Preguntó Rio, su voz atenuada por contener su furia hirviendo a fuego lento. El hombre sonrió malvadamente.

“Bueno, para decirlo sin rodeos, la descripción del mocoso en el póster de “Se busca” concuerda exactamente con sus características. Al principio llevabas ropas nobles, así que no podía hablarte tan fácilmente, pero ahora te has convertido en una capucha que evita llamar la atención de la gente. Así que, como agente de información, todo encajó en su sitio. Por eso te lo dije.”

“Tienes a la persona equivocada.” Rio inmediatamente rechazó la conjetura del hombre.

“No intentes fingir. No hay muchos mocosos de pelo negro por aquí. Eres Rio, ¿no?”

“No lo soy,” negó Rio, y luego comenzó a alejarse. Pero el hombre se apresuró a detenerlo.

“¡Oye, espera!”

“Suéltame.” Rio miró con frialdad al hombre que le agarró del hombro con familiaridad.

“Eres un testarudo, ¿no?”

“Porque te equivocas.”

“…Tch, mocoso astuto. Bueno, lo que sea. Pero oye, parece que lo estás haciendo muy bien por ti mismo. ¿Cuánto dinero llevas encima?”

Era una pregunta tras otra. El hombre siguió agitando la lengua sin parar, pero Rio descubrió su motivo con esas últimas palabras.

Su objetivo era el chantaje.

Él Debería haber informado de Rio de inmediato, pero dejó que su avaricia lo llevara por mal camino.

Bueno, eso lo hace mucho mejor para mí, pensó fríamente Rio.

“Ya he tenido suficiente de esto. No me opongo a usar mi derecho a atacarte, ¿entendido?” Dijo Rio, cogiendo el cuchillo que tenía escondido en la cintura, amenazadoramente.

El derecho de atacar se refiere a una ley en la que la nobleza tiene el poder de cortar a cualquier plebeyo que los ofenda, sobre el terreno, sin necesidad de un juicio. Por supuesto, Rio no era un noble, pero debido a que había estado vestido como tal hasta justo antes, pensó que podría usar el malentendido del hombre para amenazarlo de nuevo.

Tal y como predijo, el miedo apareció en los ojos del hombre.

“H-Heh, eso es un farol. ¿Qué tal si hago un escándalo y grito a los soldados aquí y ahora? Puede que estemos fuera de las murallas de la ciudad, pero la seguridad aquí es bastante decente. No hay muchos, pero siguen patrullando esta zona. No me importará si vienen soldados, pero estarías en problemas, ¿no?” El hombre preguntó con voz aguda, como si estuviera tratando de convencerse a sí mismo.

“No particularmente. ¿Te gustaría intentarlo?” Rio respondió con indiferencia.

“¿E-Estás seguro de eso?”

“No necesitas consultarme antes de gritar. Ya veremos quién se mete en problemas una vez que lo hagas,” contestó con agrado Rio, haciendo que el hombre se mordiera el labio. Ante un pez tan grande, el hombre se sintió en conflicto.

“…Si has terminado aquí, me iré ahora.” Con un gélido asentimiento a la expresión frustrada del hombre, Rio se fue, escondiéndose entre la multitud de gente y dirigiéndose hacia la salida de la capital.

No se dio cuenta de que la pequeña figura lo observaba desde lejos.