Tsuujou Kougeki ga Zentai Kougeki de Ni-kai Kougeki no Okaa-san wa Suki desu ka?

Volumen 2

Capítulo 4: El Equipaje De Mamá Tenía Un Cuaderno De Higiene Alimentaria. No Hay Señales De Una Licencia De Chef

Parte 2

La escuela proporcionó el equipo principal necesario para los puestos, pero sólo había un número limitado de ellos por orden de llegada.

La velocidad era vital, pero habían perdido un montón de tiempo tratando con una vieja bruja y habían presentado su solicitud con retraso. El resultado….

El montaje que recibió el grupo de Masato fue un puesto diseñado para que pareciera un restaurante en un pueblo rústico.

“Es como… una tienda que cerró hace años.”

“Más bien uno que técnicamente sigue operando, pero nunca has visto a nadie entrar.”

“Um… ¡Se ve un poco viejo!”

“A mamá le parece acogedor y relajante”.

Sus descripciones variaban, pero todos estaban de acuerdo en que estaba destartalado. Una tienda que había visto claramente días mejores.

Sacar cosas de una tienda como esta era deprimente… Pero espera, no todo eran malas noticias.

El edificio en sí era desafortunado, pero la única gracia salvadora era la ubicación. La tienda del grupo se construyó a lo largo de la carretera principal que va desde la puerta de la escuela hasta el edificio de la escuela. Todos los que visitaban el festival pasaban por delante de ellos. Habían marcado un área de mucho tráfico, y eso valía la pena celebrarlo….

O tal vez no, dado su entorno.

“Vaya, vaya, vaya. ¡Qué choza más asquerosa! Pobrecitos”.

Una risa odiosa llenó el aire. La dueña del puesto justo enfrente de ellos, Medhimama, había venido a verles, Medhi a remolque.

Tenían el tipo de café elegante que se encuentra en el corazón de cualquier gran metrópoli. Un diseño de ingeniería artística equipado con plantas falsas de aspecto natural, todas ellas excesivamente pulidas y con un patio de madera bañado por el sol en la parte delantera.

“Ugh… ¿Cómo es que el suyo es mucho mejor…?”

“¡Ohhh-ho-ho-ho-ho! Parece que nuestra victoria está garantizada antes de que hayamos empezado. ¡Los clientes acudirán en masa a nuestro puesto! Te quedarás girando los pulgares, mirándolos con desesperación. ¡Ohhh-ho-ho-ho-ho-ho-ho!”

Después de dar este golpe final, Medhimama se retiró a su tienda.

Pero en el momento en que les dio la espalda, Medhi se acercó, inclinando la cabeza disculpándose.

“Lo siento, Masato. Puede ser tan grosera…”

“No te preocupes por eso”, dijo Masato. “No necesitas disculparte por ella. Estamos bien.”

Tranquila, giró para irse.

“Oh, espera… Oye, Medhi”, dijo Masato, deteniéndola. Había algo que le molestaba.

“¿Sí? ¿Qué pasa?”

“Sobre lo de ayer. Afuera, después de la clase de piscina… ¿te volviste loca? Eso es lo que me pareció de todos modos… ¿Eso es…?”

Masato no estaba seguro de cómo preguntar esto.

Medhi se estremeció. Por el más mínimo instante, vio una mirada tensa en su rostro.

Luego: “No sé a qué te refieres”.

Ella le dio una adorable inclinación de cabeza. Como si ella no tuviera idea de lo que él estaba hablando. “Pero necesito regresar. ¡Buena suerte!” “Oh, um…” Pero Medhi ya se había ido.

¿Acaba de huir? Seguro que lo parecía… pero bueno, ninguno de los dos se sentía cómodo discutiendo el tema abiertamente, así que tal vez él debería dejarla en paz por ahora. Realmente le molestaba, pero tal vez sea mejor no presionar las cosas.

Tenían que preparar la tienda de todos modos.

Masato dejó todo eso atrás y miró fijamente a su lamentable puesto.

“¿Qué hacemos con esto…?”, preguntó.

“No sé si hay algo que podamos hacer”, dijo Wise. “Vamos a operar desde un sitio realmente bajo tierra. No podemos hacer nada al respecto, así que debemos aprovecharlo al máximo”.

“¡Sí! ¡Tenemos que hacer que esta sea la mejor inmersión que podamos! …¡No importa la edad de la tienda! ¡Lo que importa es cómo tratamos a los clientes!”

“Porta, tienes razón. El servicio al cliente lo es todo. Así que, Ma-kun…”

“Sí, lo entiendo. Sólo hay que sacarle el máximo provecho. Todos nosotros, juntos”.

Juntos.

La misma idea amenazaba con hundirlo en la desesperación. Luchó por mantener la cabeza en alto.

…Pero mamá está involucrada…

Ese pensamiento seguía regresando para golpearlo de nuevo, pero hizo lo mejor que pudo para sacarlo de su cerebro. Para vaciar su mente.

El grupo entró para empezar a prepararse.

El interior estaba tan destartalado como el exterior. Mesas y sillas baratas, una cocina sucia y desordenada detrás del mostrador. Todo estaba débilmente iluminado y destartalado. Esto era con lo que tenían que trabajar.

“No tenemos mucho tiempo, así que dividamos las tareas. En cuanto a la comida que vamos a servir, mamá es la mejor cocinera, así que te lo dejamos todo a ti. Háganos saber lo que necesita”.

“Lo tengo. ¡Déjaselo a mami!”

“Y si necesitamos algo, que lo haga Porta. Platos y cualquier otra cosa. ¿Te parece bien, Porta?”

“¡Sí! ¡Te tengo cubierto!”

“Así que Wise y yo tendremos que limpiar el lugar. No hay nada que podamos hacer sobre lo mal que está, pero al menos hagámoslo higiénico”.

“Sí, sí, me lo imaginaba. Es una tarea, pero hay que hacerla. No sé si la limpieza de este desastre hará una gran diferencia…”

“Justo…. Sólo pensé que me gustaría tratar de alegrar el lugar de alguna manera. Si al menos podemos hacer que parezca un poco menos sombrío…”

La tienda era francamente claustrofóbica. Masato miró a su alrededor, buscando inspiración.

“¡Oh, ya sé! ¡Tengo una idea!” Dijo Mamako.

Todo el mundo lo miró. “Wise, préstame tu oreja.” “¿Mm? ¿Qué?” Le susurró a Wise por un minuto. Masato no entendía lo que decía.

Wise sacó su tomo mágico y comenzó a cantar un hechizo.

“…Spara la magia per mirare…Bomba Sfera! ¡Y! ¡Bomba Sfera!”

Sabio lanzamiento de la cadena activada. Aparecieron dos esferas explosivas.

Cada una chocó contra una pared. Ka-booooooom. Las paredes quedaron totalmente destruidas.

Mucho mejor. Gran vista del exterior…. Espera.

“¿¡Qué!? Wise, ¿qué demonios?”

“Sólo hice lo que Mamako me dijo que hiciera.”

“¿Ella te dijo que…? ¡Mamá! ¿¡En qué estabas pensando!?”

“Ahora tenemos algo de luz exterior entrando, ¡y hay una brisa encantadora!”

“Sí, claro, pero… ¡Argh! ¡Estamos atrayendo a una multitud! ¡Y todo el mundo puede ver el interior!”

Varios estudiantes se reunían fuera de la tienda, atraídos por el sonido de la explosión. ¿Quién podría culparlos? Estaban espiando en la tienda, haciendo que Masato se sintiera como si estuviera en un zoológico….

Y entonces Mamako lo hizo de nuevo.

“¡Oh, ya sé! ¡Mamá tiene otra idea!”

“No. Ya hemos tenido suficientes ideas de ti. Por favor, no hagas nada más”.

“Oh, no digas eso. Escúchame primero, ¿de acuerdo? Verás…” Mamako cogió el brazo de Masato, inclinándose, y le susurró al oído.

Cuando escuchó su idea, Masato….

“………….¿Eh?”

…estaba tan aturdido que era todo lo que podía hacer para guiñarle el ojo.

Él genuinamente, desde el fondo de su corazón no tenía idea de qué decir.

El festival estaba a punto de comenzar. No tuvo tiempo de pensarlo.

***

La voz del locutor resonó por los terrenos de la escuela.

“¡Atención, por favor! El primer festival anual de la escuela de la Academia Gioco comienza… ¡ahora!”

Esto marcó tanto la apertura del festival como el inicio de la lucha.

Cuando oyó el anuncio, una sonrisa engreída se extendió por los labios de Medhimama.

“Comienza”, dijo ella.

Estaba en la oficina del dueño en el segundo piso de su elegante café.

Sentada en un sofá, limando elegantemente sus uñas, pasando el tiempo cómodamente. Y total confianza.

Naturalmente. Ella ya había hecho todo lo que había que hacer. Sus planes eran impecables.

“La tienda en sí es perfecta. Nuestra ubicación es ideal. Los dulces y bebidas que servimos son artículos de primera clase comprados en la mejor tienda de la ciudad. Y más que nada, la alumna más guapa de la clase, mi hija, es nuestra camarera. ¡No seremos superados en nada!”

Ciertamente. No perderían. La victoria era el único resultado. Esta era una batalla que estaban destinados a ganar. Quizás eso fue un poco aburrido, pero sin embargo, se sintió fantástica.

“Ahora, entonces, debería ir a echar un vistazo. Como propietaria, debo saludar de vez en cuando. Ohhh-ho-ho-ho-ho. Me imagino que seré colmada de cumplidos”.

El festival acababa de empezar, pero estaba segura de que la tienda estaría repleta de clientes. ¿Cómo podría no serlo?

Ella esperaba tener suficiente espacio para caminar entre la multitud.

Medhimama bajó las escaleras y encontró….

“…¿Huh?”

…la tienda estaba completamente vacía. Las lujosas sillas y mesas estaban alineadas sin nadie sentado en ellas. “¿Cómo? ¿Cómo? ¿¡Cómo!?” Ella miraba una y otra vez, pero no había ningún cliente allí.

“Esto no es…”

La impactante visión la mareó y se balanceó, pero se las arregló para mantenerse de pie.

¿Qué estaba pasando aquí? Quería empezar a gritar pero se controló.

“Cierto. El festival acaba de empezar. Tal vez es demasiado pronto para empezar a enfadarse”.

Sí. Debe ser eso. Había venido a comprobar las cosas demasiado rápido. Las puertas acababan de abrirse y los invitados no habían llegado tan lejos. ¿Qué más?

Medhimama se contó todo esto y se sentó a la mesa. Haciendo parecer que era una cliente… En realidad, no, no realmente. Simplemente deseaba observar.

Entonces la puerta de la tienda se abrió. ¡El primer cliente de la tienda! Medhimama se puso de pie… No, no era eso.

“Estoy de vuelta.”

En la puerta estaba Medhi, vestido de camarera. Vestida bellamente, con un atuendo que seguramente derrotaría a toda la competencia, se movió con elegancia, inclinándose cortésmente hacia el interior de la tienda.

Se dio cuenta de que su madre estaba sentada allí.

“Oh, madre. ¿Qué te trae por aquí?”

“O-oh, solo comprobando. ¿Adónde fuiste?”

“Fui a ver la tienda de Masato.”

“Oh, ¿en serio? Parece que el festival aún no ha atraído a mucha gente, y aunque lo hiciera, casi nadie visitaría esa tienda. No veo que tan bueno sería explorarlos…”

“No, eso no es cierto en absoluto. Todavía es temprano, pero su tienda está llena”.

“…¿Huh?”

Medhimama no podía creer lo que oía. ¿llena?

No. No, no, no, no, no. Eso no puede ser. No tenía sentido. ¿Cómo puede ser eso?

Pero… pero si fuera verdad…

“¡No seas ridícula! No hay forma de que ellos…” Dijo Medhimama, saliendo volando por la puerta. “¿Qué…?” Respiró con dificultad, incapaz de creer lo que veía.

Al otro lado de la calle… había cientos de personas en fila para comer en un restaurante. Encima de la puerta había un letrero que decía “Mother’s Back”.