Assassins Pride (NL)

Volumen 2

Lección 06: Si Aquí Es El Cielo, Eres La Luna

Parte 3

Frente a Elise Angel quien reinaba como la poseedora de una fuerza absoluta—

–¡Deténganse!

Repentinamente, una voz rota regresó la conciencia de Melida a la realidad. Al mismo tiempo que el brazo de Shenfa era levantado agudamente frente a sus ojos, numerosos disparos llegaron desde el espacio de enfrente.

Melida y las demás se ocultaron en la esquina del pasillo. Las balas intermitentes rebotaron, dañando las paredes de cristal. Al parecer en la Unidad oponente había <Artillera> la cual era una Clase que atacaba a larga distancia.

–Bingo… ¡Es Priss-san! Parece que también Elise-san y Daisy-san están de ese lado.

Shenfa asomó cuidadosamente su rostro desde el borde de la pared y comprobó la Unidad enemiga.

En ese momento. Nerva quien estaba al lado de Melida, apresuradamente se dió la vuelta hacia atrás.

–——

La <Cuarta> que estaba en la espalda del grupo, endureció su cuerpo. En algún momento se había acercado. El enemigo había aparecido desde la ruta por la que Melida y las demás vinieron, pasando por una esquina diferente. La estudiante de segundo año de Frideswide, Deisy June levantó su báculo.

–¡Kuh!

Mientras reconocía que su ataque sorpresa falló, osciló hacia abajo su báculo con gran ímpetu. Justo antes, Nerva levantó su mazo, y contratacó. El ruido metálico y las chispas se dispersaron.

Shenfa, como una actriz. Mostró un rostro sorprendido.

–¿¡Un ataque de pinzas!? ¡Entonces Elise-san…!

En el momento en que contuvo la respiración, Melida lo notó.

En la encrucijada de enfrente, la tormenta de balas cruzaba desde la izquierda a la derecha, y más allá de eso, desde la parte superior de la gran escalera de enfrente, una mirada fría como la nieve se vertía hacia ellas.

Elise Angel quien emitía un <Mana> blanco plateado, miraba hacia abajo a Melida como una reina de hielo.

–… ¡Elly!

Sin darse cuenta, Melida apretó con fuerza la empuñadura en su mano. Observando a Nerva y Daisy que continuaban su contención mutua en la parte de atrás, hacia el otro lado de la esquina iluminada por los destellos suprimiendo su avance constantemente, y entonces la figura de Elise posicionada en la gran escalera de enfrente, mordió su labio.

–Melida-san, si continuamos la batalla aquí estaremos en una abrumadora desventaja. ¡Tú adelántate!

–¿Eh? Pero…

–¡Presta atención! Déjanos a Daisy-san y las demás a mí y a Nerva-san. También detendremos aquí a Salacha- san y Kira-san. ¡Tú resuelve las cosas con Elise-san!

Soltando esas palabras con una fuerte mirada, Shenfa saltó desde la esquina. Numerosos proyectiles cruzaron por el pasillo y repentinamente se detuvieron. Algunas veces, podían escucharse los violentos choques de armas.

Melida volteó hacia atrás pareciendo perdida. La estudiante de segundo año Daysi y Nerva continuaban su contención mutua. La expresión de Nerva no podía verse desde su posición.

En su remplazo, Daisy, quien empujaba su báculo levantó las esquinas de su boca sarcásticamente.

–No interferiremos. Una batalla uno a uno también es el deseo de Elise-sama.

–…

Melida mordió su labio. Como era de esperar, aun dándole la espalda, Nerva no dijo nada. Seguramente no tenía la libertad para hacerlo. Quería ayudarle, sin embargo, justo como había dicho Shenfa, antes de enfrentar a Elise, Melida no debía gastar su HP y MP.

Después de varios segundos de vacilación, Melida giró bruscamente sus talones y se dirigió hacia la gran escalera. En ese caso solo debía derrotar rápidamente a Elize y completar su objetivo. ¿Hasta cuándo Nerva podría hacerle frente a Daisy quién era de segundo año? Ese era el tiempo límite impuesto a Melida.

–¡Elly! ¡Tengamos un duelo!

–…

Melida, mientras apretaba su katana, subió corriendo la escalera. Sin embargo, por alguna razón Elise repentinamente se dió la vuelta y se fué corriendo hacia el lado opuesto del pasillo.

¿Intenta mover el campo de batalla hacia un espacio más amplio?

Incluso mientras se sentía ansiosa, Melida persiguió su cabello plateado. Mientras cruzaban por un largo pasillo, corrían a través de las puertas y pasaban varias veces por escaleras, desde el piso superior del amplio palacio hasta el piso inferior y entonces otra vez al piso superior—

–¡Espera Elly, ya basta! ¿¡Hasta donde piensas escapar!?

–…

La persecución de las primas las llevó hasta la parte más profunda del palacio. Al abrir de golpe las gigantescas puertas de cristal, lo que les esperaba era la habitación del trono del <Castillo Mundo de Cristal>.

En el gran espacio construido de cristal, varios gruesos pilares apoyaban el alto techo. Un piso de cristal rojizo se extendía en línea recta, y a la mitad de este, la chica de cabello plateado estaba parada dándole la espalda.

Más allá de ese lugar ya no había lugar donde escapar.

Melida bajó su katana y cerró la distancia cautelosamente.

–Entonces, ya no tienes donde huir. ¡Enfréntate a mí!

–…

Elise giró lentamente y con una mirada fría como el hielo, fulminó a Melida.

Después de varios segundos de silencio

—

Llamas brillantes brotaron desde todo el cuerpo de Melida y justo después bajo sus pies, el cristal explotó.

–¡¡HAAAH!!

Mientras soltaba un grito valeroso, Melida arremetió como una flecha levantando la punta de su espada desde abajo. Sin embargo, justo antes de que golpeara su cuello, el brazo izquierdo de Elise se movió como la niebla.

Su espada larga que desenfundó con una fluidez que podría robar el aliento, contraatacó la katana. Frente a los ojos de ambas, las chispas se dispersaron desde las hojas chocando. La presión de <Mana> de ambas, hizo crujir el espacio.

Melida cuyo primer movimiento fué obstruido, atacó secuencialmente con su brazo izquierdo que había retraído hacia atrás. La funda de la katana que sujetaba en su mano cortó el aire. Elise instantáneamente giró todo su cuerpo y pateó lejos la espada y la vaina junto con el cuerpo de Melida.

–¡Todavía… no!

Melida pisó hacia adelante resueltamente y comenzó un incesante ataque continuado. La katana en su mano derecha, la vaina en la izquierda. Oscilando alternativamente cada una, se dirigió a golpear a Elise. Ante la caótica danza de espadas que no se detenía ni por un instante, parecía que incluso una <Paladin> fué forzada a una batalla defensiva.

Todo el cuerpo de Melida giraba como si danzara y las trayectorias de su espada seguían esos movimientos. Destellando instantáneamente, como estrellas fugaces precipitándose hacia su enemigo.

Las llamas doradas que se esparcían con retraso, brutal y sublimemente, tiñeron el espacio.

Los brazos de Elise se movían violentamente como la bruma. Todos los destellos de la espada que trataban de cortarla ininterrumpidamente, los repelió uno después del otro. En los alrededores de ambas, chispas que podrían quemar los ojos se dispersaron. Melida oscilaba su katana. Elise la repelía. Melida atacaba con su vaina. Elise la derribaba. Ambas retrajeron su brazo derecho al mismo tiempo y lo lanzaron como si estuvieran frente a un espejo.

La katana y la espada larga chocaron violentamente, al mismo tiempo que una terrible presión del viento se esparcía, el cristal bajo sus pies se quebró radialmente.

*¡¡Bishiiiii!!*

Un sonido de rotura, como si el mismo espacio fuese rasgado, resonó.

–…

Cruzando sus armas de esa forma, Elise, inexpresivamente como siempre, se mantuvo en silencio. En contraste, Melida quien estaba poniendo sus sentimientos en su katana, gruñía desde esa corta distancia.

–¡Elly! ¡Si hay algo que quieres decir, dilo claramente!

Empujando aún más su katana. Elise sin oponer resistencia retrocedió un paso y a continuación—

–Haa…

Soltó un suspiro como si hubiera perdido la esperanza.

–Lita, eres débil, ¿No es así?

–¿Eh…?

Justo después, desde todo el cuerpo de Elise brotó una llama pura que no podía comparase con la que tenía hasta ahora.

Arrastrándose por la cuchilla desde su mano con gran ímpetu, cuando entró en contacto con la katana, *¡¡Bachii!!*, emanó un violento destello. Con solo esa presión, Melida fue arrojada enormemente hacia atrás.

–¿¡Qué…!?

Melida corrigió su postura de alguna manera y aterrizó, sin embargo, se vió horrorizada ante la presión del <Mana> de su prima que rugía desde en frente. Incomparable al momento del torneo público del semestre anterior.

No puede ser… en el encuentro anterior, e incluso ahora, ¿No estaba siendo seria?

–¿Por qué crees que yo, en el torneo público del primer semestre, evité luchar contra ti, Lita?

Repentinamente, Elise preguntó.

–¿E-Eh…?

–¿Por qué crees que ahora, sin luchar contra ti, escapé hasta este lugar?

Lentamente, Elise levantó su espada.

Y mientras daba un paso, la osciló hacia abajo.

Un majestuoso sonido de corte sonó, cortando en linea recta el piso de cristal bajo sus pies. El extremo de la grieta alcanzó los pies de Melida quien estaba a varios metros de distancia y la onda residual sacudió violentamente su cabello dorado.

Frente a Melida quien se quedó sin palabras, Elise dijo.

–Eso fue porque yo—¡¡No quiero reconocer que eres más débil que yo!!

El suelo de cristal explotó. Fragmentos grandes y pequeños danzaron por el aire majestuosamente y sin darle el tiempo libre para ser maravillada por eso, un cabello plateado apareció frente a sus ojos. Melida por reflejo esquivó hacia la derecha. Justo después, la espada larga que fue balanceada hacia abajo, cortando la basta del vestido de combate de Melida perforó el piso.

No, no lo perforó.

Rompió, atravesó, y con solo la presión de <Mana> que puso en la espada, hizo explotar el piso. Nuevamente las grietas se dispersaron hacia todas las direcciones por varios metros, y Melida quien escapó de un golpe directo por los pelos, miró esa escena aturdida.

¡¡Nuestro <Estado> es demasiado diferente…!!

Elise puso aún más fuerza en la espada que perforó el piso. Destrozándolo todo mientras la extraía. Melida al instante cruzó su katana y su vaina, presionando su <Mana> hacia su arma hasta el límite que podía controlar.

El destello blanco plateado y el cruce amarillo dorado chocaron violentamente y un trueno que podía perforar los oídos atravesó los alrededores.

–¡¡Kuh, uu…!!

Mientras mantenían su choque, quien parecía que sería empujada lejos incluso ahora, naturalmente era Melida. Por otro lado, Elise solo parecía estar empujando su brazo casualmente. Ella, viendo la figura de su prima quien intentaba mantener su posición desesperadamente, torció su expresión como si intentara contener sus lágrimas.

–… No quiero ser una igual contigo, Lita. Estoy bien con estar <debajo> de ti.

–¿¡Eh…!? ¿¡Eso, que significa…!?

–¿Sabes, Lita? ¡Odio estar <más adelante>, lo odio muchísimo!

Poniendo fuerza en su espada junto con el final de sus palabras, envió a volar a Melida hacia atrás. Elise se acercó caminando casualmente hacia Melida quien recuperó el equilibrio. Sin siquiera usar su esgrima, como un niño sosteniendo una espada de juguete, lanzaba ataques de inmenso poder.

–¡Odio destacar, odio ser el centro de atención, y odio profundamente tener que actuar así! ¡¡Estoy bien con ser la <segunda>!! Estar detrás de alguien que brilla—¡Quiero apegarme a tu espalda y ser yo quien es deslumbrada por ti! ¡¡Como antes!!

Desde las cuchillas que chocaban brotaron terribles llamas puras, derrumbando completamente la postura de Melida. Ella ya estaba dándolo todo para no ser derribada con un ataque. Viendo esa figura que parecía un guerrero insignificante, Elise bajó su mirada con un rostro que ya parecía haber comenzado a llorar.

Melida, mientras observaba a su prima, le habló de vuelta.

–… ¡Si eso es lo que deseas! ¡Está bien si lo hacemos!

–Pero Lita, eres más débil que yo, ¿¡No es así!!?

Elise barrió su espada a izquierda a derecha. Melida retrocedió de un salto inconscientemente. Escogiendo ese momento, Elise levantó la punta de su espada hacia el piso superior.

–<Ascenso Divino>.

Más llamas brotaron y los ojos de Melida quien vió eso se ampliaron con sorpresa. Instantáneamente bajó su centro de gravedad y la katana que regresó a su vaina, *riin*, sonó.

–Shiden—

Sin embargo, no lo hizo a tiempo. La Habilidad de Asalto de Elise dejó escapar antes un rugido, abatiendo por la fuerza el piso de cristal. No fue un golpe directo, pero, junto con los pedazos de cristal destrozado, la figura de la hermosa chica de cabello dorado voló por el aire.

— —¡Kyauh!

Sin poder tomar bien su caída, Melida se estrelló contra el piso y rodó hacia lo profundo del trono.