Assassins Pride (NL)

Volumen 2

Lección 06: Si Aquí Es El Cielo, Eres La Luna

Parte 2

Ese día, el <Castillo Mundo de Cristal> de cierta manera estaba envuelto en un ambiente extraño.

En el brillante palacio de cristal no había ninguna figura humana. No obstante, sobre las altas murallas del <Edificio sellado> que rodeaban el palacio, se habían instalado asientos para espectadores y las chicas que esperaban con impaciencia el instante en que comenzara el ultimo y mayor evento de la batalla de selección se apretujaban allí esta noche.

En una esquina. En la parte de los cimientos de los transitados asientos para espectadores, Kufa colgaba su katana negra favorita en la cadera de su uniforme militar. Sus nervios, tensados ante una batalla a muerte con un poderoso enemigo, presionaban el aire de los alrededores. Sin embargo, afortunadamente en ese oscuro lugar no había ninguna estudiante.

La única chica que lo acompañaba sacudió su cabello rojo con insatisfacción.

–Como esperaba, no puedo aceptarlo.

–¿A qué viene eso? De cualquier manera, por favor protege este lugar, Rosetti-san.

Frente a Kufa quien se dirigía a la batalla, Rosetti infló sus mejillas.

–¿Por qué tú, siempre, siempre intentas ir solo? ¿Realmente podrás resolver las cosas con esa Black Madia?
¿Encontraste el paradero de esa tipa? Si es así, también te acompañaré. ¡Esta vez no seré un estorbo!

–Tengo confianza en tu verdadera fuerza, pero, no es por eso…

Diciendo hasta ahí, Kufa cerró su boca.

Descubrí la verdadera identidad de Black Madia, eso es seguro. En este mes, la persona que hizo contacto antinaturalmente con Melida Ojou-sama, no fue otra más que <ella>. Y en el caso de que no sea así, entonces,
¿Quien es esa chica y cuál es su objetivo—?

Aunque se decía eso a si mismo muchas veces, aun así, la sensación de incongruencia como una espina que no desaparecía no importa que, embotaba el juicio de Kufa.

–… Después de todo, confío en ti, Rosetti-san. Pero de alguna manera no puedo quitarme este desagradable presentimiento.

En el momento en que Rosetti inclinó su cabeza ante sus ambiguas palabras, desde los asientos para espectadores sobre su cabeza, se escuchó la voz como violín de la directora Bramanger.

–¡Todas, cálmense! ¡Cálmense! La 50va Batalla de Selección de la <Luna Lumiere> que se ha extendido por un mes, finalmente ha llegado a su última prueba. ¡Esta es la apertura de la tercera prueba <Castillo Milagroso>!

Las ovaciones de las estudiantes atravesaron el cielo. Los cimientos de los alrededores, se sacudieron.

La directora levantó su dedo tranquilamente. Como siempre, las gradas retomaron la calma.

–Justo como se expuso antes, la tercera prueba será una Batalla Campal de robar puntos por medio de toda la Unidad. Corroboraremos el resumen de la prueba nuevamente.

La directora chasqueó sus dedos y el exterior del <Castillo Mundo de Cristal> cambió. Su color azulado se perdió y su grado de transparencia aumentó en un instante. Ya que la situación dentro del palacio se hizo visible, también se podía captar la conducta de las <Mascotas de Cristal> que deambulaban por aquí y por allá.

Junto con las voces de sorpresa de las estudiantes, la explicación de la Directora continuó.

–De esta forma, a mitad de la tercera prueba, el <Castillo Mundo de Cristal> se volverá así. Desde el exterior podremos ver los que ocurre en el interior, pero desde el interior justo como siempre, no sabrán que hay del otro lado de las paredes. Mientras avanzan imparcialmente el encuentro, desde el exterior—nosotras podremos tener una comprensión detallada de la manera de luchar de las candidatas.

En ese momento, se transmitió la señal de que la directora estaba buscando a Kufa y Rosetti quienes no podían verse. Quizás este sistema en conjunto con ser por el bien de las estudiantes espectadoras, también era en consideración para que Kufa y Rosetti supervisaran la seguridad de Melida y Elise.

Después de mirar alrededor de las gradas, la directora nuevamente alzó su voz.

–El encuentro será una Batalla Campal en la que las cuatro Unidades entrarán en batalla. Arrebatándose entre si las medallas que cada uno de sus miembros lleva en el pecho, la victoria será para la Unidad que obtenga el mayor número de puntos dentro del tiempo límite. En esta tercera prueba pueden usar cualquier método— ataques directos o interferencias indirectas—para obtener las medallas. ¡Las estudiantes de corazón débil tengan cuidado!

El calor llenó su voz y de modo teatral la directora abrió sus brazos.

–Además, dentro del palacio, la interferencia de las <Mascotas de Cristal> obstaculizará el avance de las candidatas. En la batalla de selección de esta ocasión, será la prueba más severa. El punto de partida de la Unidad de Melida-san será la puerta frontal, el de Elise-san será la puerta trasera, el de Kira-san será el almacén subterráneo y el de Salacha-san será desde el vestuario en el piso más alto. ¡Cuando los miembros de todas las Unidades estén en posición, la prueba comenzará!

Nuevamente, las gradas hirvieron con la tensión de justo antes del encuentro. Mientras sentía ese alboroto sobre su cabeza, Kufa le dió la espalda a su compañera.

–Entonces Rosetti-san, por favor vigila el futuro de la riña entre ambas primas. Si llega a ocurrir algo anormal, te encargo a ambas.

–Está bien, pero… también ten cuidado, ¿Okay? En serio.

Levantando su mano hacia la voz que se camuflaba en su rápida forma de hablar, Kufa desapareció en lo profundo de la oscuridad.

***

En el momento en el que ambos tutores realizaban su intercambio secreto, la figura de Melida vistiendo su vestido de combate estaba en frente de la puerta frontal del <Castillo Mundo de Cristal>. Prácticamente sin moverse y llevando una katana para la batalla, estaba observando la gran puerta en la entrada frontal.

O posiblemente, lo que estaba más allá de eso—probablemente estaba imaginando la figura de su prima de cabello plateado que debería estar a la espera del otro lado del Palacio.

A su lado, también estaba la anterior <Luna Lumiere> de tercer año, Shenfa Tsubetok. Ya que hasta ahora siempre se había dedicado exclusivamente a un rol de apoyo, la gran cantidad de sus fans en los asientos para espectadores se entusiasmaron enormemente ahora que finalmente podían adorar directamente su figura valerosa. Cuando Shenfa agitó su mano hacia el grupo que llevaba una pancarta de un guante, una ruidosa aclamación estalló en respuesta.

Una estudiante de primer año con una expresión rígida y una refinada estudiante de tercer año. Junto a las dos contrastantes chicas, se acercó una estudiante más de primer año. Con su ondulado cabello castaño atado en coletas, era Nerva Martillo.

–Lo siento, las hice esperar, ¿No?

–Llegas tarde, Nerva.

Mélida dijo sin quitar su mirada de la puerta. Nerva miró su rostro.

–… ¿Estas nerviosa?

Los hombros de Melida saltaron y miró de vuelta a Nerva.

–D-De ningún modo.

–Si es así, está bien.

–*Kohon*

Shenfa se aclaró la garganta y reunió la atención de las estudiantes menores.

–Finalmente nos reunimos, ¿No? Entonces, vamos a repasar la estrategia una última vez.

Nerva claramente y Melida incómodamente, asintieron. Shenfa también les regresó un sentimiento y continuó.

–Nuestro objetivo es—reunir puntos y dirigir todo a un duelo uno a uno entre Melida-san y Elise-san. Esta estrategia no es para obtener la victoria en el encuentro, sino para mostrarle a las estudiantes tu calificación como <Luna Lumiere>, ¿Entiendes? Para eso, el distanciar a las otras candidatas y a las <Mascotas de Cristal>, además de establecer un escenario de lucha para ambas será nuestro rol, Nerva-san.

Después de poner su mirada en Nerva, Shenfa a continuación, miró a Melida quien aún tenía una expresión rígida.

–… Vi la ficha de <Estado> y Elise-san ciertamente es una oponente poderosa. Sinceramente, no sé para qué lado fluirá la batalla. Pero para ti—para Kufa-sensei, existe una posibilidad de victoria, ¿Cierto?

Solo ante esa pregunta, Melida asintió claramente.

Shenfa cerró sus ojos y lentamente le devolvió el asentimiento.

–Si es así, seguiré tu voluntad.

En ese momento, desde los asientos de espectadores resonó la voz de la directora Bramanger. Al parecer todas las Unidades estaban en posición y las preparaciones para el comienzo de la prueba terminaron.

–¡Muy bien! Candidatas presten atención, todas las observadoras miren con cuidado. ¡La tercera prueba, <Castillo Milagroso>, en este momento dará inicio! Melida-san, Elise-san, Kira-san, Salacha-san, está todo en orden, ¿Verdad?—¡¡Entonces, que el encuentro comience!!

Una tremenda ovación inundó el suelo, sacudiendo el <Castillo Mundo de Cristal>, junto con los pies de Melida.

Shenfa giró su mano hacia su cadera y desenfundo su espada larga de la Clase <Espadachín>.

–¡Vamos, Elise-san nos está esperando!

–¡Si!

–¡Si!

Nerva sacó su mazo de la Clase <Gladiador> y entonces Melida su Katana de la Clase <Samurái>. Las tres con sus armas en mano, corrieron hacia el brillante palacio.

Tras dar varios pasos por el vestíbulo, y avanzar prudentemente por la escalera, desde su espalda se escuchó un solemne sonido.

Cuando voltearon inconscientemente, la gran entrada principal se había cerrado. Las dos Valquirias tomaron posición frente a la puerta, cruzando sus espadas de cristal. Como si se arrastrara por las junturas de la puerta, algunas luces brotaron.

《¡¡Solo por esta noche, excluyendo a las participantes, no se permitirá el ingreso de nadie más!!》

《¡Y la retirada tampoco será aceptada! Todas las rutas de escape están cerradas. ¡¡Avancen, doncellas!!》

Melida recordó lo que escuchó en el momento en que visitó este palacio por primera vez, la historia que decía que ellas serian la <llave> de la puerta principal. En sus hombros que se habían tensado sin darse cuenta, se posó una ligera mano.

–No pensamos retirarnos.

Dándole una mirada sin miedo a las Valquirias, Shenfa se dio la vuelta. Guiada por su fuerte mano, Melida también se miró nuevamente hacia lo profundo del palacio, reanudando su caminar.

–O-Onee-sama, ¿Por cual ruta crees que vendrán Elly y las demás?

–Déjamelo a mí, ya sondeé algunos planes junto con Kufa-sensei. Conserva tu HP y MP lo más posible. Nerva- san, te encargo la protección de Melida-san.

Mientras daba la señal, Shenfa puso un pie en las escaleras que continuaba hacia el segundo piso. Ante su caminar sin ninguna vacilación, Melida y Nerva se miraron entre si y después de asentir, siguieron detrás de ella.

Extrañamente, en el instante en que pusieron un pie dentro del palacio, las voces de ánimo desde los asientos de espectadores, desaparecieron completamente. También se volvieron incapaces de percibir completamente la situación desde el otro lado de la pared, incluso cuando todo estaba hecho de cristal. Ese sistema era justo como la directora había dicho.

Aun así, desde el exterior deberían poder comprender claramente cada una de las acciones de las candidatas. Los ojos de más de 300 personas estaban vigilando el transcurso del encuentro de todas las Unidades.

Y dentro de esas miradas—también estaba mezclada la mirada de ese joven tutor privado a quien Melida amaba. No podía mostrar una batalla que lo avergüence.

“Por el bien de mi honor. Quiero que le haga saber a todos los que están en este lugar, que no hay error en mi guía.”

Melida recordó las palabras que le dijo ese día del torneo público en la sala de espera del coliseo. En ese momento, estrujando hasta la última gota su fuerza física y <Mana>, y usando hasta el límite los conocimientos y habilidades que recibió de Kufa, le arrebató la victoria a Nerva con todo lo que tenía.

El mismo día, Elise superó desde una gran altura el punto de control de Melida y reunió grandes elogios desde sus compañeras y desde todos los invitados al Coliseo. En el momento en que compitió contra su Unidad en el tercer encuentro, Melida ni siquiera pudo cruzar espadas directamente con ella.

Lo que sintió profundamente en ese momento, fue la abrumadora brecha de poder con su prima—

De ninguna manera pensó que el día en que debería cubrir esa diferencia llegaría así de rápido. La situación era diferente con ese momento. Sin embargo, el significado como una batalla que no podía perder era el mismo. Melida, por el bien del honor del tutor privado al que respetaba y amaba, y por el bien de su propio orgullo, debía salir victoriosa.