Assassins Pride (NL)

Volumen 2

Lección 05: ¿Veneno? ¿Medicina? ¿O Una Trampa Suya?

Parte 1

–¡V-Vaya, que coincidencia~! ¡Buenos días a los dos~!

Kufa quién estaba tomando su desayuno frente a frente con su ama dirigió su rostro hacia la chica de cabello rojo quien los llamó con una pobre actuación, fingiendo que no estaba planeado en absoluto.

–¡V-Vaya, pero si eres tú, Rosetti-san! ¡Y tambien Elise-sama! ¿Van a tomar su desayuno?

–¡Así es! Ooh, veo que las sillas a su lado están vacías, ¿Eh?

–Realmente es una suerte, ¿¡No es así!? Retiraré la silla. ¡Ambas por favor vengan por aquí!

–¡Que caballeroso! ¡Ya que se tomó el esfuerzo, vamos a compartir esta mesa, Elise-sama!

–Cuando hay más personas, la comida se hace más deliciosa. ¿¡Cierto, Ojou-sama!?

–Sensei.

Melida quien respondió con una expresión agria, se levantó de la silla tomando su propia bandeja.

–Comeré en la mesa de allá.

–… Yo también, comeré del otro lado.

Elise, parada a un lado de Rosetti, también giró sus talones, las primas paradas frente a frente como si fueran el reflejo de la otra se dieron la espalda para irse y se alejaron. Dentro del congestionado comedor por la mañana, cada una bajó sus caderas en una silla no demasiado distante ni muy cercana.

Mientras los alrededores eran envueltos por la cacofonía de las estudiantes, Kufa y Rosetti se miraron con una expresión indescriptible. Mientras dejaban caer sus hombros en conjunto, se sentaron en la misma mesa uno frente al otro.

Rosetti, no pudiendo aguantar más, se inclinó hacia adelante.

–¿¡Que pasa con esta atmósfera!?

–Es lo que me gustaría preguntar.

Ambos suspiraron al mismo tiempo; un “ “Haa” ” se mescló sobre la mesa.

Durante una semana hasta ahora, Melida y Elise siempre actuaron de esa manera. ¿Adónde se había ido la buena relación de ambas que casi podría decirse que eran piezas de un conjunto? Recientemente, aunque Kufa y Rosetti lo tomaron en sus manos, ambas ni siquiera cruzaron su mirada.

No había necesidad de decirlo, el detonante fué la discusión en el vestuario que estalló justo después de la primera prueba de la batalla de selección. Kufa más o menos había escuchado las circunstancias desde su ama, pero, aun así, dirigiéndose su rival del otro lado de la mesa, tuvo que preguntar.

–Rosetti-san, no entiendo la causa. La razón por la que Melida Ojou-sama está enojada, bueno, puedo comprenderla, pero, ¿Por qué demonios estás enojada Elise-sama?

Rosetti, sacudió su cabeza a modo de renuncia.

–Eso, ni siquiera a mí me lo ha dicho claramente. De alguna manera, no quiero preguntar demasiado ya que— parece algo delicado.

–Eso es desalentador, ¿Sabes…?

Si no sabían la causa no podrían solucionarlo. Era el instante en que la falta de comunicación de Elise se volvió evidente.

En ese momento, un par de estudiantes de segundo año se unió a Elise quien estaba comiendo su desayuno sola y en silencio. Eran las chicas que se volvieron miembros de su Unidad para la batalla de selección por petición de Osello, Daisy June y Priss Auguste.

–¿Qué ocurre, Elise-sama? ¿Por qué estás aquí sola con un rostro aburrido como ese?

Ellas amistosamente, o desvergonzadamente dependiendo de cómo se viera, tocaron el hombro de Elise. A pesar de que viera como se viera emitía un aura de “No quiero que me hablen”, a ellas no les importó.

Debido a sus sonrisas no podía diferenciarse si realmente estaban preocupadas o si solo lo encontraban interesante.

–Lo hemos pensado, pero si siempre estás malhumorada de esa manera, tu belleza se desperdiciará. ¡Vamos, sonríe más! ¡Saca tu voz desde tu estómago y anímate!

–Es justo como dice Priss. El estar siempre desinteresada es tu marca personal, Elise-sama. Si hay algo que quieras decir, por favor dínoslo a nosotras.

–No digan cosas irresponsables.

Elise dijo con una voz baja y rígida como el hielo.

En lo profundo de sus frías palabras, Kufa sintió que sin duda había un calor encerrado. Eso era peligroso, estaba olvidando completamente que su oponente era una senpai. Para decirlo francamente, había perdido los estribos.

–No puedo reír si no es gracioso, no puedo animarme si estoy deprimida. Dejen de empujarme su imagen arbitrariamente. No soy una muñeca, estoy viva.

–¡E-Eso lo sabemos!

–¿¡A qué viene eso!? ¡Nos hace parecer como si nosotras fuéramos las malas!

Viendo que las cosas comenzaban a volverse complicadas, Rosetti se levantó de su asiento, exasperada. Intentando mover su asiento con su bandeja en la mano, se giró hacia Kufa como disculpándose.

–Lo noté recientemente, pero, parece que esa chica necesita un intérprete. Yo, ya me voy.

–Si. Nos vemos en un rato.

Mirándola marcharse, Kufa suspiró resignado y también se levantó, dirigiéndose hacia Melida.

Cuando se movió de mesa y se sentó justo enfrente de ella nuevamente, su ama de cabello dorado quien fingía que no miraba enojada hacia esa dirección, le preguntó.

–… ¿Elly, está bien?

–¿Eh?

–N-No es nada.

Sacudiendo la cabeza nerviosamente, cubrió su boca con su cuchara.

Si te sientes ansiosa porque están separadas, deberían detener esta pelea—sin embargo, es difícil decirle eso. Parece que la disputa de esta vez no podrá solucionarse tan fácilmente, ¿Eh?

Kufa dejó escapar un suspiro sin que nadie se diera cuenta.

–Melida-sama, Kufa-sama, ¿Está bien que nos unamos?

En ese momento, un grupo de compañeras de clase se acercaron pidiendo sentarse con ellos. Cuando Kufa se levantó y retiró sus sillas, las chicas soltaron un “Kyaa” y se ruborizaron al ser tratadas como princesas.

–Ojou-samas, ¿Ya se aburrieron de jugar a excluir a Melida Ojou-sama?

–Mou, Kufa-sama, por favor no digas esas cosas.

Una de las chicas que se sentó al lado de Melida, infló sus mejillas. Las otras chicas también acordaron con un “Así es, así es”.

–Ninguna de nosotras pensó que Melida-sama era el <criminal>.

–Además, ambas eran la que estaban más desconcertadas, ¿No?

–Si lo miras bien, lo sabrías inmediatamente.

–Además… la presidenta Christa lo dijo.

Kufa dirigió su mirada hacia la chica que dijo eso.

–¿Qué fue lo que dijo la presidenta Christa?

–“Ya que el consejo estudiantil está investigando la verdad sobre el vitral, no estén haciendo alboroto inútilmente. Ahora estamos en medio de un intercambio con Saint D’Autriche, mantengan eso en su corazón.”—Es justo como dijo la presidenta, ¿No es así? La batalla de selección en parte también es para profundizar la relación de amistad con D’Autriche, ¿Cierto? Sin querer perdimos de vista ese objetivo.

–¡Como se esperaba de la presidenta!

Ante las chicas que iluminaban su expresión, Kufa también aflojó sus labios naturalmente.

–La presidenta Christa hizo algo como eso…

–Pero, como era de esperar, hay algo más preocupante.

Una de las chicas dijo y todas las otras inclinaron su cuerpo sobre la mesa. Mientras le lanzaban una mirada a los cientos de estudiantes que se agolpaban en el comedor, bajaron su voz como si se tratara de una charla secreta.

–¿Quién diablos fué? ¿Y con qué objetivo cambió el vitral?

–¿Qué gana ese <criminal> al promover a Melida-sama y Elise-sama como candidatas?

–Por más que lo pienso, no puedo encontrar una respuesta~

–Es un enigma~

En ese ambiente aparentemente pacifico, ellas continuaron torciendo su cabeza.

–Quien… ¿Eh?

Rumiando sin que nadie se diera cuenta, Kufa también miró alrededor del interior del comedor. Allí, aquella delicada silueta vestida completamente de negro no debería poder encontrarla.

En su remplazo. Pudo ver las figuras del par de estudiantes de segundo año marchándose del comedor con rápidos pasos.

¿Rosetti completó su arbitraje? ¿O no pudo evitar su separación? Desde esa distancia, no podía saberlo.