Tate no Yuusha no Nariagari (NL)
Volumen 14
Prólogo: Planificando la Invasión a Q’ten Lo
“Comenzaré repasando la situación actual. Primero que nada…”
Era la mañana luego de nuestra celebración de victoria, y había reunido a todos en la mansión de la ciudad portuaria de Q’ten Lo en un intento de decidir qué hacer a continuación.
Nuestro lugar de reunión estaba en un estado general de desorganización. La causa más probable eran las celebraciones de la noche anterior, las cuales habían incluido demasiadas bebidas y música. Tal vez debido a que esta era una nación muy parecida a Japón, me recordaba al caos dejado luego de que los japoneses terminaban con su estúpido “hanami” de primavera. (NT: Hanami, es una tradición japonesa que consiste en observar y disfrutar la belleza de las flores, generalmente de cerezo. Durante esto se hacen picnics, y de eso saca la referencia.)
“Auch… mi cabeza…” Todos a excepción de mis amigos se veían bastante poco entusiastas.
“¿Qué pasa con ustedes? Pensé que ustedes querían esta rebelión. ¡Dijeron que querían a Raphtalia liderando esto! ¿Fueron solo palabras?” La energía mostrada la noche anterior había desaparecido completamente, dejando a las personas con una apariencia pálida y enfermiza.
“¿P-puedo tomar algo de agua?” gruñó uno de los hombres.
“Todo esto es culpa de Sadina. Ella fue quien los desafió a un concurso de bebidas,” dijo Raphtalia.
“¿En serio?” respondió Sadina.
“A-así que los rumores eran… ciertos. Las historias de tantas vidas perdidas… al beber junto a la sacerdotisa de la masacre…” Sus víctimas más recientes apenas podían contar su lado de la historia. En efecto, todos ellos se veían a punto de morir—en cualquier momento. Cuatro de ellos se habían ido a vomitar, y aún no habían regresado. En serio, ¿todos tenían resaca? ¿Acaso estos sujetos realmente iban a ser de ayuda?
Por ahora, parecía una buena idea dejar de lado a aquellos que se nos habían unido aquí y decidir qué hacer junto a las personas que había traído conmigo.
Q’ten Lo estaba sufriendo bajo el cáncer de los políticos corruptos, poniendo una carga terrible sobre la gente. Aquellos que intentaron tomar la vida de Raphtalia aparentemente lo habían hecho bajo la influencia del pus transmitido por los líderes de esta nación. Por lo tanto, nuestro avance dentro de Q’ten Lo sacó a muchos de esos simpatizantes de la revolución desde debajo de las piedras. Sus largos años de sufrimiento tal vez fueron la razón de por qué ellos básicamente hicieron una fiesta en el momento en que capturamos el puerto.
De hecho, la fiesta todavía estaba en marcha, con unos gritos estridentes de celebración escuchándose a través de las paredes del edificio.
“Ella es alguien bendecida por Dionisio, eso es seguro. Pensamos que ella todavía estaba ahí afuera bebiendo.”
“Por supuesto, todo tiene sentido. Después de todo, ella viaja junto un monstruo, uno que come la fuente de un licor tan tranquilamente que incluso el dios del vino huiría despavorido.” ¿Por qué todos me estaban mirando? ¿Realmente era tan impactante para ellos que yo pudiera comer una fruta rucolu?
“Simplemente no entiendo por qué me llamas monstruo. En serio, no sé por qué,” me quejé.
Mi nombre es Naofumi Iwatani. Soy originario de Japón, y actualmente soy el Héroe del Escudo en este mundo paralelo. Bueno, podría ser más preciso decir que fui invocado a este mundo paralelo y me fue forzado el papel del Héroe del Escudo.
Tomando en cuenta todo lo que me había pasado recientemente, en este momento estaba en medio de meditar una vez más la forma tan diferente en la que era tratado el Héroe del Escudo dependiendo del país.
Aunque antes de llegar a eso, probablemente debería describir el mundo al cual había sido invocado. Aquí todos tienen un nivel, igual que en un videojuego, y al derrotar cosas como monstruos puedes ganar experiencia e incrementar ese nivel. El mundo está construido alrededor de la premisa de que cualquiera familiarizado con los juegos japoneses modernos no tendría problemas para entender, incluidos otros elementos tales como las estadísticas. Incluso es posible revisar tales cosas como los detalles de tus habilidades, simplemente concentrándote; en general, no es muy descabellado para alguien pensar que yo básicamente fui invocado en un videojuego.
Sin embargo, tomar eso de forma demasiado literal también puede llevar a malentendidos.
Yo fui invocado en este mundo para luchar contra un desastre que amenaza con destruirlo, llamado las Olas, y para proteger este mundo. Como alguien tal vez demasiado familiar con palabras como “héroe elegido” y ser “invocado a otro mundo”, todo esto comenzó como una situación bastante perfecta para mí, ¿pero adivinen cuánto duró eso? Al final, el país que hizo la invocación, Melromarc, también tenía razones religiosas para pensar que el Héroe del Escudo básicamente es el demonio encarnado. Eso hizo que me viera envuelto en todo tipo de maquinaciones y conspiraciones. Y a pesar de que esto puede sonar extraño viniendo de la persona a quien le ocurrió, terminé convirtiéndome en un individuo más amargado y retorcido.
Vamos a tomarnos un momento para considerar lo que habría pasado si en vez de eso hubiera sido invocado en Siltvelt, una nación que adoraba al Héroe del Escudo. Siltvelt es una nación habitada por razas llamadas semi-humanos y teriántropos. Si yo hubiera sido invocado ahí, bueno, definitivamente habría sido tratado como un dios, recibiendo todo el debido respeto. ¿Pero cómo podría olvidar a todos los nobles de ese lugar trayendo mujeres para formar mi propio harem, cada una más desesperada que la anterior por ser bendecida con un hijo de un dios?
Díganme la verdad. ¿Qué elegirían? ¿Ser inculpados por un crimen que no cometieron y echados a la calle, solo y sin un centavo, o ser básicamente un semental por el resto de sus tranquilos días?
A mí, bueno, no me gusta ninguna de ellas. Para nada. Y realmente estoy comenzando a odiar el tipo de historia en la que ahora tengo que vivir.
De todas formas, había atravesado un buen número de maquinaciones y peligros, y aquí estoy.
“Qué deplorable,” comentó Atla.
“Esta vez, estamos de acuerdo,” esa fue la respuesta de Fohl. Los dos todavía estaban observando la aniquilación producida por el alcohol.
Estos dos eran esclavos que yo había comprado y ambos eran parte de una raza llamada “hakuko”, la cual aparentemente pertenecía a la élite en Siltvelt. De un vistazo, Atla se veía como una niña. Aunque, en su interior, latía el corazón de una guerrera. Por ejemplo, su paliza bastante persuasiva sobre algunos de los pesos pesados en Siltvelt todavía estaba fresca en mi memoria. Había querido regañarla por ese incidente, pero todo había salido bien, así que por el momento me quedaría en silencio.
De acuerdo al líder de Siltvelt, su personalidad era la epitome misma del espíritu de esa nación. Considerando la lealtad extrema que ella mostraba hacia mí—y estamos hablando de algo súper extremo—yo personalmente consideraba eso algo difícil de creer.
Fohl simplemente fue incluido cuando compré a Atla. No, esperen. Eso no está bien.
Él comenzó desempeñando el papel de un buen hermano mayor, cuidando de Atla debido a su enfermedad, pero luego de su recuperación ella comenzó a llevarlo hasta el límite. En un principio, pensé que sacaría más provecho de él, así que pagué por Atla para adquirirlo. Pero al final, ella terminó siendo la más fuerte de los dos, a pesar de que tenía que darle crédito— él estaba esforzándose para acortar esa brecha.
Él ahora podía utilizar una forma de teriántropo de tigre blanco, y saben qué, él también se había hecho un poco más alto. A pesar de que las condiciones seguían siendo un misterio, parecía que él incluso podía lograr una transformación en bestia completa. Eso definitivamente sonaba digno de ser investigado.
Tuvimos que ir hacia Siltvelt para llegar a Q’ten Lo, y el par había sido de gran ayuda durante ese viaje. Yo no lo veía muy bien, pero ellos habían estado increíbles en Siltvelt. Ellos definitivamente tendrían trabajo ahí liderando la nación incluso cuando mis obligaciones estuvieran terminadas y estuviera “felizmente” de regreso en Japón.
“Ustedes dos todavía son menores. Si alguien les ofrece alcohol, le daría a conocer lo que pienso al respecto,” les dije.
“¡Naofumi-sama me podría ordenar beber veneno, y yo me terminaría hasta la última gota!” Atla sonaba como alguien de algún culto.
“¡Qué!” Fohl se dio la vuelta hacia mí. “¿Planeas hacerla beber veneno?”
“¡Piensa lo que dices! ¡Por supuesto que no!” Cielos, que incluso tuviera que decirlo. Así eran siempre las cosas con estos dos. “Como sea. ¿Dónde están Itsuki y los demás?”
Itsuki Kawasumi, el Héroe del Arco, fue invocado aquí desde un Japón diferente al mío. Al igual que yo, el pobre tipo también había sufrido—otra de las víctimas de Bruja. De hecho, gracias a sus maquinaciones, la cabeza de Itsuki todavía era un verdadero desastre. Él definitivamente necesitaba algo de tratamiento, pero de esta forma aún podía luchar. Yo todavía estaba haciendo buen uso de él.
“Ellos fueron con Rishia a revisar algunos escritos acerca de Q’ten Lo. Pronto deberían estar de regreso,” explicó Raphtalia. Me parece bien. Probablemente no era un problema que no estuvieran aquí. Rishia era lo suficientemente seria como para no dejar que a nadie a su cargo se les pasaran los tragos. Ahora mismo, eso también incluía a Itsuki, pero en el pasado ese mismo Itsuki había tratado a Rishia de una forma bastante horrible.
Luego de eso, con sus habilidades de batalla alcanzando su completo potencial, Rishia derrotó a un Itsuki corrompido luego de que él sucumbiera en la oscuridad y lo persuadió para que volviera al camino correcto. Si, lo sé. Ella suena más como el héroe en todo esto, ¿no? Ella había estado un poco al margen recientemente, pero originalmente ella era más del tipo intelectual que del tipo luchador. En cuanto a mí, yo he llegado a confiar considerablemente en ella en cuanto a su personalidad y sus habilidades.
“De todas formas, primero tienen que hacer que estos hombres con resaca puedan ponerse de pie. No tenemos tiempo para estarlo desperdiciando. ¿Acaso entienden la situación?” En serio, ¿por qué creían que todo esto estaba pasando?
Raphtalia. Mi conexión con ella fue el comienzo de todo esto.
Raphtalia era como mi mano derecha, alguien digna de luchar a mi lado. Cuando nos conocimos, nuestra relación era un poco diferente—la de una esclava y su maestro. Ahora yo soy más como una figura paterna. De todos modos, la causa de todo esto fue algo más reciente que eso, cuando le ordené a Raphtalia usar un traje de sacerdotisa en la aldea que yo gobierno. Ella usó uno así en el mundo de Kizuna, y le quedaba tan bien que hice que lo usara de nuevo.
El problema fue que, irónicamente, ese era un atuendo con un significado especial dentro de Q’ten Lo, la tierra natal de los padres de Raphtalia. Para colmo, también resultó que Q’ten Lo había mantenido vigilada a Raphtalia toda su vida, con agentes de la nación observando tranquilamente desde las sombras, haciendo nada más que observar incluso durante las peores desgracias que ella había enfrentado. De todas formas, verla vestida así los instó a hacer una declaración totalmente descabellada de que ellos continuarían enviando asesinos hasta que Raphtalia fuera asesinada.
No soy de mente tan abierta como para dejar pasar algo así. Raphtalia había llegado a tener una prioridad bastante alta en mi vida. Después de todo, cuando yo estaba por el suelo, ella fue la única persona que había ido en mi ayuda.
Por lo tanto, decidí hacer pagar a esos bastardos de Q’ten Lo—darle su merecido a los sujetos que dieron la orden de matar a Raphtalia. Una acción directa había parecido lo mejor, y es por eso que estábamos aquí invadiendo el país.
No es como si llegar aquí hubiera sido fácil. Q’ten Lo no solo estaba rodeado por el océano, sino que también por una poderosa barrera. Durante nuestro intento de obtener el acceso a un barco de comercio desde Siltvelt, los asesinos nos habían atacado en mar abierto. Logramos ahuyentarlos, pero salimos de la sartén para caer en las brasas—Raphtalia, Sadina, Gaelion, y yo repentinamente fuimos succionados hacia el agua por el Dragón de Agua protegiendo las aguas de la isla. Aunque el dragón terminó ayudándonos, y logramos llegar primeros a Q’ten Lo.
Eso nos llevó a encontrarnos con Raluva, el alcalde del puerto y representante de una resistencia en contra del Emperador Celestial, una especie de rey de esta tierra, y al final derrotamos a unos oficiales corruptos que estaban utilizando el puerto como su propia gallina de los huevos de oro.
Otras cosas pasaron a lo largo del camino, tales como encontrarnos con el maestro del viejo de la tienda de armas, pero ahora no hablaré de eso. Todavía estábamos en medio de sacar del camino a los imbéciles detrás de este desastre y teníamos muchas cosas mejores que hacer.
El problema principal era la existencia de este gobernante, el Emperador Celestial, quien era un pariente de Raphtalia. Aparentemente, la única forma de detener esta lluvia de asesinos molestos era derrotar a este engreído y probar que Raphtalia es quien debería estar a cargo.
Por lo tanto, ahora estábamos planificando el avance de nuestras fuerzas desde nuestra recientemente adquirida base de operaciones, esta ciudad portuaria.
Afortunadamente para nosotros, el actual Emperador Celestial de Q’ten Lo había implementado una ley ridícula en contra de dañar seres vivos, castigando a cualquiera que matara a un monstruo. Esto significaba que él había perdido la fe de las personas y el país estaba listo para una revolución. La oportunidad perfecta para implementar un pequeño cambio de régimen.
La explosión de la insatisfacción de las personas era clara, eso era evidente solo a partir de que las intensas celebraciones de nuestra victoria todavía no terminaban.
“¡Kwaaa!”
“Parece que las festividades aún continúan. ¡Tal vez pueda ir y divertirme un pocooo!” gritó Filo.
“¡Kwaa, kwaa, kwaaaa!”
“¡Bleh! ¡El Maestro me prefiere a mí!” continuó Filo.
Este intercambio venía desde el jardín, donde Filo y Gaelion se estaban mirando intensamente. Filo era un monstruo de tipo ave llamado Filorial, el cual se desarrollaba de una forma especial cuando era criado por un héroe. Su forma actual era la de una niña de cabello rubio y ojos azules con alas en su espalda, pero esa no era su verdadera forma. Ella en realidad se veía como… Digamos las cosas como son: una especie de avestruz gorda y redonda con piernas poderosas. Algo así.
Todo eso salió de un premio que gané en una lotería de huevos en la que participé por capricho.
Ella últimamente había estado teniendo mala suerte, pero habiéndose reunido hace poco con Fitoria, la reina de los Filoriales, ella al final había recibido varias bendiciones. Parecía que había recibido una mejora considerable en su poder de combate.
Gaelion, mientras tanto, era un dragón—una raza que nunca se había llevado bien con los Filoriales.
Él normalmente pasaba la mayoría de su tiempo en su forma de dragón bebé recién nacido. Pero en tiempos difíciles, él se transformaba en un gran dragón para luchar. “Personalidades múltiples” no encajaba muy bien en esta situación, pero él tenía dos conciencias diferentes dentro de su cuerpo.
Una era el bebé Gaelion, el verdadero dueño del cuerpo y el que estaba actualmente controlándolo. La otra personalidad oculta, el Gaelion padre, podía salir cuando fuera necesario y una vez fue un dragón zombi con el cual luché. En fin, Gaelion tenía a ambos en el interior de su cuerpo.
Yo soy su dueño, pero él está siendo criado por una de las esclavas de mi aldea, una niña llamada Wyndia. Aunque, en este momento, Wyndia estaba en Siltvelt dándolo todo en una investigación biológica junto a Rat, una alquimista de Faubrey, la cual era la razón de que Gaelion actualmente estuviera conmigo.
Este par bestial, Filo y Gaelion, eran realmente útiles si algo necesitaba ser aplastado, pero no se llevaban muy bien y siempre estaban discutiendo y luchando, lo cual significa que era algo habitual y que debería estar bien dejar las cosas a su discreción.
“Mi punto es que, si no decidimos rápidamente nuestro próximo movimiento, nuestra oportunidad podría escapársenos de las manos,” dije.
“No está equivocado en eso,” estuvo de acuerdo Raphtalia.
Luego, con un gruñido de dolor y todavía sacudiendo su cabeza para pasar la resaca, Raluva, el alcalde del puerto de Q’ten Lo, también se unió a la discusión. Yo continué. “Así que esto es lo que necesito saber. ¿En qué parte de Q’ten Lo se encuentra este Emperador Celestial? Si es posible, quiero encargarme de él realmente rápido y así ponerle fin a todo esto.” Extendí un mapa de Q’ten Lo y le di un buen vistazo. No era tan grande como Melromarc o Siltvelt, pero tenía una densidad que me recordaba a Japón.
Nuestra ubicación actual era el puerto en el lado oeste.
“El actual Emperador Celestial está aquí, en la ciudad que además es nuestra capital.” Este enunciado interesante fue acompañado por un dedo apuntando hacia el este de Q’ten Lo. Las masas de tierra realmente no eran para nada iguales, y por lo tanto esto es algo forzado, pero tomando como referencia a Japón, si actualmente estábamos en Kagoshima, entonces Raluva estaba apuntando hacia Tokio—o quizás Chiba.
Sí, olviden toda la comparación con Japón. De todas formas, doy lástima en geografía.
Esta revelación de nuestro destino también hizo que Sadina inclinara su cabeza.
“Espera. La capital no estaba ahí cuando yo vivía aquí.” Sadina también era originaria de Q’ten Lo, llegando a Melromarc junto a los padres de Raphtalia. Ella se había convertido en la “hermana mayor” de todos en la aldea, alguien en quien todos podían confiar, y en particular desempeñaba el papel de hermana mayor para Raphtalia.
Ella también era un demonio cuando se trataba de beber, frecuentemente arrastrando a los demás hacia las profundidades de la embriaguez.
Luego estaba su personalidad, la de una persona despreocupada y muy animada. Para ser bastante honesto, ella en serio me sacaba de quicios. Aunque en cuanto a su fuerza, no había forma de saber los límites de sus habilidades. Una belleza de estilo occidental con la habilidad de convertirse en un teriántropo de ballena asesina.
“Cuando el actual Emperador Celestial tomó el poder, la capital fue cambiada de la que los antiguos emperadores usaban. Es por eso que creo que deberíamos enfocarnos en ocupar el territorio ahora conocido como la “antigua capital”. Está bien posicionado y debería ser una gran contribución a nuestras actividades posteriores.”
“Fue bastante arriesgado dejar atrás todas esas tradiciones.” Raluva asintió de acuerdo ante este comentario de Sadina.
“Hubo muchas opiniones de desacuerdo, pero la política fue impulsada a la fuerza. La nueva capital todavía está en construcción en algunos lugares,” explicó Raluva.
Hizo todo esto, ¿y también una ley que prohíbe lastimar seres vivos? Parecía que este sujeto no tenía ni la más mínima idea de nada, excepto quizás de dónde encontrar el siguiente bache que pisar. Incluso en Melromarc las cosas estaban yendo mejor que aquí.
“¿Entonces cuál fue la verdadera razón del cambio? ¿Llenar los bolsillos de sus secuaces?”
“Ah, bueno. La opinión de una cierta mujer malvada que estaba íntimamente involucrada con el emperador anterior tuvo un gran peso en el asunto. El clima en la antigua capital era malo para su piel.”
“Eso suena bastante sospechoso. De seguro ella es la que está jalando los hilos detrás de todo esto.”
“Si.” Raluva asintió ante mi comentario. “La malvada Makina es quien realmente está sentada en el asiento del poder.” Hah, ¿tenía razón? Si las cosas eran así de corruptas, no hay dudas de por qué las personas están tan ansiosas de ver a Raphtalia como la verdadera Emperatriz Celestial.
Luego está la antigua capital. Un lugar que ya no era la capital, debido a esa misma corrupción.
“Hay otra razón por la cual deberíamos concentrarnos en la antigua capital. Ahí también podemos efectuar los rituales de la Emperatriz Celestial para Raphtalia-sama.” Los asuntos geográficos eran una cosa, pero no podía seguir muy bien la lógica de este enunciado.
“Miren, los ojos del dulce pequeño Naofumi se pusieron vidriosos. Veamos, eso significa que le permitiría a la pequeña Raphtalia usar las mismas bendiciones que nuestro enemigo ha estado usando. Si las cosas salen bien, entonces también seremos capaces de usar ese poder,” explicó Sadina.
“Sí, bien. Ahora lo entiendo.” Las piedras de sakura del destino producían una barrera, dentro de la cual los poderes de las cuatro armas sagradas eran debilitados e incrementaba el poder de cualquiera que recibiera bendiciones del Emperador Celestial. Luego el Encantamiento Astral también podía ser utilizado para incrementar aún más las estadísticas de aquellos dentro de la barrera. Eso significaba que nosotros también seríamos capaces de usar esta habilidad.
“Hay un lugar en la antigua capital para nombrar a un nuevo Emperador Celestial. Si Raphtalia realiza los rituales ahí, ella debería obtener el acceso a esos poderes.”
“Entonces suena a que primero marcharemos hacia la antigua capital.” Después de todo, el actual Emperador Celestial se había mudado a una nueva ciudad en el este. Él debe ser un verdadero imbécil para dejar de lado una ubicación tan importante.
En cualquier caso, este parecía ser un buen movimiento. También había mucho que aún no entendíamos acerca de la situación. Es mejor primero aclarar algunas cosas más. Esta también parecía ser la oportunidad perfecta para intentar obtener algo más de información de la bola de cristal del Dragón de Agua que Gaelion había absorbido.
“Entonces ahora vamos al plan. De acuerdo a nuestra situación actual, nuestra única base de operaciones actual es este puerto.”
“Estoy seguro de que con los rumores acerca de nosotros tomando el poder y declarando nuestra oposición, es solo cuestión de tiempo antes de que nuestros camaradas de igual pensamiento comiencen a aparecer en las ciudades y aldeas vecinas,” dijo Raluva.
“Bien.” Eso definitivamente era algo. “No tenemos tiempo para quedarnos de manos cruzadas. También comencemos a planificar otras estrategias.”
“Claro. Tenemos que restaurar nuestra aldea—y también tenemos que pensar en la siguiente ola de enemigos,” me recordó Raphtalia.
“Lo sé. Ciertamente no estoy planeando pasar aquí el resto de mi vida.” Respecto a eso, extendí algo de papel junto al mapa y enlisté mis propuestas.
“Nuestra primera opción es, tomando en cuenta el trabajo necesario para capturar un país entero, solo arremeter de frente, derrocar al Emperador Celestial, y poner fin a todo esto.” Basados en la información de Sadina, el emperador nunca iba a dejar sus intentos de lastimar a Raphtalia bajo ninguna circunstancia, a excepción de la completa destrucción de este país.
Dicho esto, tampoco era como si tuviéramos el tiempo para quedarnos y asediar el lugar. Así que este plan involucraría silenciar rápidamente al jefe detrás de todo.
“Los problemas con esto serían la fuerza de nuestros enemigos y las desventajas que enfrentan nuestras armas.” Me estaba refiriendo a la técnica única que poseía esta nación, una técnica que debilitaba a las cuatro armas sagradas—incluyendo, por supuesto, el poder de mi escudo—y dejando a los héroes como yo en una seria desventaja.
Esta desagradable técnica no solo anulaba nuestros propios métodos de incremento de poder, sino que también aumentaba el poder de los enemigos, haciendo difícil atravesar a la fuerza cualquier cosa solo con niveles altos y habilidades. Si bien teníamos acceso a armas que aliviarían su anulación de nuestros métodos de incrementos de poder, eso todavía les dejaba sus propios incrementos de poder importantes. Intentar un ataque directamente en el corazón del campamento enemigo conllevaba un serio riesgo de que nos patearan el trasero.
“Pequeño Naofumi, eso definitivamente suena como a uno de tus planes,” dijo Sadina.
“Aunque carece un poco de factibilidad.” Definitivamente lo mejor sería evitar tomar ese riesgo y ser derrotados. “También estoy pensando en hacer que el maestro del viejo fabrique algunas armas.” Nosotros ya teníamos algunas armas poderosas que él había hecho en Q’ten Lo. Él también era un gran viejo verde, básicamente un Motoyasu II. También conocía técnicas únicas de varias naciones, así que quizás él sería capaz de fabricar algo para crearnos una abertura. Él actualmente estaba encerrado en la forja junto con el viejo.
Aun así, si bien valía la pena intentarlo, había demasiadas variables desconocidas para arriesgarnos con el enfoque directo de los instrumentos.
“¡Lo tiene todo muy bien pensado, Naofumi-sama! ¡Usted es un dios! ¡Usted les demostrará a los parientes de Raphtalia quién es el verdadero dios al liberar un golpe divino!” Supongo que quizás eso era verdad en Siltvelt. De todas formas, ignoré a Atla. Ahora mismo no tengo el tiempo para lidiar con ella.
“A continuación, la opción número dos. Esta es en la que reunimos a los simpatizantes de nuestra causa bajo el estandarte de Raphtalia y tomamos la nación. Llamamos a más comerciantes de Siltvelt para reabastecer los suministros y reforzar nuestras fuerzas. Si podemos hacer que otros hablen en contra de las actuales políticas del Emperador Celestial, probablemente podríamos ganar mucho más fácilmente que con la primera opción—solo tomará un poco más de tiempo.”
“Esto no es algo fácil de decidir, ¿o sí?” Fohl estaba de pie, de brazos cruzados, y pensando profundamente. Originalmente lo había clasificado como del tipo que tenía músculo por cerebro, ¿pero quizás estaba equivocado?
“¡La mismísima idea de tomar una nación hace que mi corazón se acelere! ¡Deberíamos desplegar toda la fuerza de Siltvelt para doblegarlos, como una muestra de su verdadera autoridad!” Atla, por su parte, parecía estar de acuerdo con la idea. Su forma de pensar era un poco barbárica, pero bueno, tampoco era la primera vez.
“Entonces queremos terminar esto rápidamente, pero hay demasiados factores desconocidos para que nos infiltremos en su capital de forma segura,” declaró Raphtalia.
“Eso lo resume.” Estaba de acuerdo con Raphtalia. Arrancar la cabeza de la serpiente de seguro resolvería nuestros problemas, así que era tentador intentarlo, pero también sería como caminar dentro de una niebla de incertidumbre.
“¿Rafu?” Ahora a nuestro grupo se había unido una Raph-chan bostezante y tambaleante. Esta pequeña lindura era un shikigami—un familiar—creado a partir del cabello de Raphtalia. Un monstruo, ¿que supongo se ve como un mapache y un poco como un tejón? De todas formas, algo un poco más alocado. Admito que tenía una debilidad por ella y estaba mucho más dispuesto a darle un poco más de amor que a las dos criaturas todavía mirándose en el jardín. Ella tenía todo tipo de habilidades útiles y podía ser realmente valiosa cuando comenzaba algo emocionante.
Dicho eso, ella no había sido parte de la batalla del día anterior.
“Sí creo que deberíamos llevar la batalla hasta ellos, pero con todos los problemas que las personas de aquí están teniendo, creo que un enfoque más estoico puede ser lo mejor,” dijo Raphtalia.
Estaba de acuerdo con Raphtalia. Pensando en el futuro, tener bajo mi control a las personas de esta nación también reforzaría mis fuerzas cuando enfrente a las olas futuras.
“Por lo que parece va a tomar un poco de tiempo.” Después de todo, solo derrotar al enemigo no era suficiente. Tenías que doblegarlos completamente. De otra forma, incluso si derrotabas a su líder, aún no podías tomar el mando de la nación.
Me recuerda a una revolución en la que Itsuki participó una vez, en una nación vecina de Melromarc. Las fuerzas revolucionarias lograron derrotar al rey y gobernar ese país, pero las personas todavía se estaban muriendo de hambre, lo cual significaba que el final nada cambió.
Por sobre todo, es importante ver a través de la verdad.
Dicho eso, si la causa eran los políticos corruptos, arrancar la cabeza—literalmente sus cabezas—bien podría ser una solución en este caso. ¿Pero solo drenar este pantano en particular realmente mejoraría las cosas?
“Este es solo nuestro segundo día aquí. Podría ser demasiado pronto para decidir cualquiera de estas cosas.”
“Otro buen punto.”
“Con eso dicho, tampoco podemos prolongarlo por tanto tiempo. Todos, tengan eso en mente.”
“Entendido.”
“Raluva, voy a necesitar que prepares nuestras defensas. Tomando en consideración que las noticias de nuestra ocupación se van a esparcir, dará lugar a un contrataque bastante grande. Ya sea que luchemos una guerra sin cuartel o tratemos de terminar esto rápido, deberíamos esperar que venga un ataque como ese.” Para ser honesto, probablemente no necesitaba explicar esta parte. Ciertamente no me consideraba mejor que los especialistas en el área de las tácticas.
“¡Por supuesto, Héroe!”
“Último, pero no menos importante, hagamos que Raphtalia sea parte de un desfile el día de hoy, vestida en su traje de sacerdotisa. Eso debería ayudar a subir un poco la moral.” Actualmente también carecíamos tanto de poder de combate como un conocimiento de nuestra causa, así que esta parecía ser una gran oportunidad para hacer que el más nuevo de los dos Emperadores Celestiales monte un poco de espectáculo. No lastimaba que Raphtalia también fuera una belleza deslumbrante, perfecta para encender las llamas del orgullo nacional.
Por el bien de nuestros planes futuros, era la hora de presentarla ante las personas—la nueva Emperatriz Celestial, aquí para derrotar al monstruo actual y sus políticas del mal.
“Así que a esto se resume todo. ¿Alguna razón en particular por la que usted ve la necesidad de exhibirme en ese traje?” preguntó Raphtalia.
“Porque te queda bien.” Eso difícilmente contaba como una respuesta adecuada. El asunto era que Raphtalia simplemente se veía demasiado bien en ese traje de sacerdotisa. No eran solo las líneas de la ropa o esas mangas, sino la emanación de un atractivo realmente misterioso. ¿Tal vez eso era la prueba de que ella era la genuina Emperatriz Celestial?
“Rafu.” Raph-chan ciertamente estaba de acuerdo conmigo. Cuando tuviera tiempo libre, tendría que hacer el intento de fabricarle un traje de sacerdotisa para ella también.
“Naofumi-sama, ¿tengo que recordarle que nada de esto habría pasado si nunca me hubiera hecho vestir ese traje de sacerdotisa?” me recordó ella.
“Eso no tiene importancia ahora. Había personas a tu lado y solo viéndote sufrir. Ese simple hecho es suficiente para justificar todo esto.” No estaba buscando eludir mi responsabilidad, es solo que no podía perdonarlos por tratarla de esa forma.
“Muy bien…”
“Raphtalia. ¡Estoy muy celosa de la ropa que ama tanto Naofumi-sama! ¡Muy celosa!” le dijo Atla.
“Si quieres usarla”—Raphtalia miró cansadamente hacia Atla—“es toda tuya.”
“Te estás burlando de mí, ¿no? ¡Onii-sama! ¿No hay un traje especial que un hakuko pueda usar?”
¿Sobre qué estaban discutiendo? Y también estaba metiendo a su hermano en todo el asunto.
“¡Si, lo hay! ¡Conseguiré uno tan pronto como pueda!” Ah, Fohl estaba conteniendo una sonrisa. ¿Quizás él estaba feliz de ser tomado en cuenta? Era raro ver a Atla pidiéndole algo. Debe haber sido la primera vez desde el tiempo que ella estaba enferma.
“Voy a hacer que Naofumi-sama lo ame. Ya lo verás,” continuó ella.
“Buena suerte con eso.”
Estos dos eran una verdadera molestia. Ver a Raphtalia usando su traje de sacerdotisa parecía ser el remedio que yo necesitaba.
“¿Uhm?” Gaelion de pronto dejó de luchar contra Filo y se dio la vuelta para mirar hacia afuera del jardín.
“¿Umm?” Filo mostró una reacción similar.
“¿Ra-rafu?”
“¿Qué está pasando?” Dirigí mi pregunta hacia las tres criaturas, y entonces casi al mismo tiempo, hubo un sonido. Muy lejos, pero muy fuerte.
Algo así como una explosión.
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