Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 7

Capítulo 5: La Subasta Oscura

Parte 3

 

 

— ¡Cielos! ¡Comida japonesa!

— ¡Tofu, sopa de miso y hasta natto!


Yui y Aoi estaban muy contentos con toda la comida típica japonesa.

El día después de la subasta, invité a la Princesa Menea y a sus niños a una fiesta de despedida para Miss Karina, quien se dirigía a la capital real.

El rey estaba en la vieja capital, incluso si era solo un cuerpo doble, así que creía que conseguir una audiencia aquí debería ser bastante bueno. Sin embargo, era considerablemente importante para el proxy de un lord el ir a la capital real para reportar, así que Miss Karina no tuvo más opción que ir.

Ella tomaría una gran aeronave desde la vieja capital a la capital real, así que probablemente no había necesidad de preocuparse acerca de su seguridad.

Por cierto, Arisa había tropezado con el natto cuando estaba buscando los granos de café.

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— ¡Que bueno, Sir Satou! ¡No puedo creer que supiera que estaríamos partiendo en la misma aeronave que la señorita Karina el día después de mañana!

La Princesa Menea parecía encantada.

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No me atrevía a admitir que realmente no lo sabía, así que solo le sonreí en respuesta.

— Muy bien, muy bien, es suficiente.

— Mm. Muy cerca.

La Princesa Menea se acercó a mí mientras se regocijaba, pero la pareja muro de hierro de Arisa y Mia la bloquearon inmediatamente.

Generalmente, ese sería un comportamiento bastante grosero, pero debido a que una era una antigua princesa y la otra era un elfo, incluso la Princesa Menea tenía un difícil momento diciendo algo para regañarlas.

— Sir Pendragon, ¿realmente está bien tener a Su Alteza la Princesa Menea sentada en la misma mesa que las personas bestia?

— Sí, Lady Menea ha dado su permiso.

Educadamente rechacé las quejas del hermano menor de Miss Karina, Orion.

Si la Princesa Menea se hubiera rehusado, habría colocado asientos separados para los invitados, pero aceptó felizmente, así que podíamos comer todos juntos.

Su conformidad fue bastante útil, ya que Miss Karina había insistido en que quería que Tama, Pochi, y Liza se nos unieran.

Ellas tres se habían colocado frente a una montaña de filetes, ansiosamente esperando el comienzo del festín.

— Gracias a todos por reunirse hoy para la fiesta de despedida de Lady Karina y la Princesa Menea.

Comencé a decir cosas con el tipo de presentación que podrías escuchar en la fiesta de una compañía.

Decidí hacer una fiesta estilo buffet en el jardín para que todas pudieran disfrutar comiendo y platicando sin formalidades.

Estábamos planeando dejar la ciudad en seis días, una vez que recibiéramos los otros pergaminos que había ordenado, pero el Marqués Lloyd y el Conde Hohen habían prometido hacer una fiesta de despedida para nosotros.

— Este kobumaki es delicioso.

— ¿Cierto? ¡La cocina de nuestro maestro es genial!

— ¿Son unos viejos o qué? ¡El pollo y papas son mucho mejores!

Aoi y Arisa estaban disfrutando de los platillos tradicionales japoneses, mientras que Yui parecía preferir la comida frita y brochetas de carne.

— Oh, esa comida es basura. Pero si eso te gusta, tenemos patatas fritas y agua carbonatada también.

— ¡¿De verdad?!

— ¿En serio?

Yui y Aoi tenían los ojos llorosos por el sabor de las patatas fritas y la dulce agua carbonatada.

Ellos deben haber estado recordando sus viejos hogares.

— Este debe ser el último filete de hamburguesa que tendré por quien sabe cuanto tiempo…

Mientras Karina terminaba el último filete de hamburguesa de la gran pila, dejó salir un suspiro satisfecho.

— Karina, ¿Vienes con nosotraaas?

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— ¡Tama tiene razón, ma’am! ¡Deje que sus personas maid vayan a la capital real para que pueda viajar con nosotras y maestro, nano desu!

— ¿De verdad puedo?…

Miss Karina se giró hacia mí con esperanza brillando en sus ojos, pero desafortunadamente, eso no era tan simple.

Tenía que asegurarme de que llevara a cabo sus deberes como una importante noble.

Si Orion fuera un adulto, probablemente podría haberlo hecho ir en su lugar, pero sería considerado incorrecto el enviar a un menor como un proxy.

Cuando Pina, la criada, y yo sacudimos la cabeza, Miss Karina se desplomó con decepción.

Justo entonces, una de las criadas de la casa apareció con un plato lleno de frescos filetes de hamburguesa.

— ¡Ah, otra oportunidad! ¿Todavía tienen energía, Tama y Pochi?

— Aye-aye, siiir.

— Pochi siempre tiene energía, nano desu.

Esas serían frases bastante geniales si básicamente no significaran “Vamos a comer mucho.”

Será mejor darles algo de medicina para el estómago después.

Las dos criadas escolta de Miss Karina también trabajaban sobre los platos mientras cuidaban de su cargo. Esta era su fiesta de despedida también, después de todo.

— El filete de tofu es delicioso también, yo reporto.

— Mm. Yummy.

Mia había empezado a promocionar el filete de hamburguesa de tofu a las demás.

Nana, su último objetivo, parecía disfrutarlo.

— ¿Todo está bien hasta ahora?

— Sí, esta salsa ankake es bastante deliciosa.

— Sorprendente como siempre, maestro.

Lulú y Liza me mostraron sus platos mientras cantaban alabanzas a la comida.

No quería que todas se enfermaran por la ballena frita, así que hice una salsa dulce y espesa llamada ankake para acompañarla en esta ocasión.

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— Sir Pendragon, ¿puedo tener un momento?

— Sí, por supuesto. Si prefiere hablar a solas, podemos hacerlo ahí. Orion parecía bastante serio, así que lo invité a la pérgola.

— Sir Pendragon, me gustaría saber cuáles son sus intenciones reales.

— ¿Mis intenciones?…

¿Eh? ¿Acaso piensa que estoy planeando apoderarme del territorio o algo?

— Es correcto. Tomando en cuenta su valor y logros, es claro que está apuntando por el asiento de virrey. Unos cuantos amigos chismosos estaban diciendo que usted podría estar apuntando por una posición incluso aún más alta, Sir, pero vi por mi cuenta que usted no tiene tales planes cuando se comprometió con el bautizo.

Orion cayó en silencio y me miró directamente a los ojos.

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Probablemente, debí haberle dicho antes que había un poco de salsa en su rostro.

Eso definitivamente hacía difícil el tomarlo con seriedad.

— Sin embargo, si tiene la intención de usar a Karina como un medio para volverse un virrey, no permitiré eso.


Así que era un siscon después de todo.

En general, los matrimonios políticos eran bastante habituales entre los nobles aquí. Casarse por amor como en el Japón moderno no podía ser más que un sueño para ellos.

La magistrada Nina me había informado en mi ceremonia de inducción en la Baronía Muno, que el matrimonio no era nada más que un medio para profundizar lazos entre casas nobles.

— Lady Karina es muy importante para usted, ¿verdad, Lord Orion?

— Por supuesto. ¿Quién no consideraría importante a su familia?

Que impresionante declaración.

— Le prometo, no hay necesidad de preocuparse. No tengo tales ambiciones de poder. El barón y la magistrada Nina hablaron de la posibilidad de mi matrimonio con Lady Karina, pero ya lo he rechazado.

— ¡¿Qué?! ¡¿Qué es lo que no le gusta de Karina?!

Elige una historia y quédate con ella, por favor.

— No es eso, por supuesto. Simplemente sería injusto para un humilde noble nuevo como yo el ser emparejado con alguien de linaje noble como Lady Karina.

— C-cierto, es bastante cierto.

— Así que puede estar seguro que nunca intentaré cortejar a Lady Karina.

— Ya veo. Mi padre debe estar contento de tener a un vasallo tan honesto como usted, Sir Pendragon.

— Es muy amable de su parte el decirlo.

Finalmente, parece haberse aclarado las sospechas de Orion.

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El día siguiente fue usado para preparar el viaje de Miss Karina, y en solo un instante, el día de su partida llegó.

— ¿Karinaaa?

— Te extrañaré, nano desu.

— Oh, ustedes dos…

Tama y Pochi abrazaron a Karina con fuerza.

No me había dado cuenta de qué tan cercano era el trío. Supongo que estaban en la misma longitud de onda.

Tama y Pochi comenzaron a agitarse mientras eran aplastadas entre los enormes pechos de Karina, así que le di un ligero golpe en el hombro para sugerir que las liberara.

— Aquí, le hice una lista de temas para iniciar conversaciones. No quiere terminar como una solterona ¿verdad?

— ¿Una…qué?

Miss Karina parpadeó en confusión mientras aceptaba las notas sociales.

— Te legaré este animal de peluche, yo declaro.

— Mm. Campanas de viento.

— Gracias, mis amigas.

Los regalos de Nana y Mia eran muy lindos.

— Estos son de parte de Miss Liza y míos. Son pastelillos, para que así pueda tener un bocadillo en el viaje.

— Oh mi, ¿Pastelillos con nueces? Los atesoraré…

— N-no, usted debería comerlos antes de que se pongan malos… Era una rara réplica de Lulú a Miss Karina.

Después de ver esta escena con una sonrisa, caminé hacia Yui y Aoi, quienes estaban esperando a la nave.

— Esto es para ustedes dos.

— ¡Oh hombre, patatas fritas! ¿Y este frasco está lleno de agua carbonatada?  ¡Vaya tipo!

— Vamos, Yui, agradécele adecuadamente. Estamos muy agradecidos, Sir Satou.

Junto con los dulces, le di a cada uno un amuleto estilo omamori.

Había una moneda de oro escondida en cada uno, solo en caso de que Yui o Aoi se perdieran o algo.

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— ¿Qué son estos?

— Escuché que los japoneses tienen amuletos de buena suerte llamados omamori, así que traté de hacerlos para ustedes.

— Muchas gracias. Es maravilloso.

Aoi puso el amuleto cuidadosamente en su bolsillo.

— Oh ¿de verdad? Parece un poco sospechoso… pero lo tomaré. Gracias.

Yui también aceptó su colgante y lo puso en su bolsa.

Aunque estábamos diciendo ‘adiós’ por ahora, decidí que veríamos que estaban haciendo cuando fuéramos a hacer turismo en la capital real.

Sí, la Princesa Menea era su guardián, pero quería verlos como lo mas cercano a tener parientes aquí.

— ¡Sir Satou!

Justo entonces, la Princesa Menea arrastró a Miss Karina hacia mí.

— Vamos, Señorita Karina, dele a Sir Satou un abrazo de despedida.

— Oh, yo, um… ¡Ah!

Karina dudó, así que la Princesa Menea la empujó hacia adelante.

Con eso, su voluptuoso cuerpo fue presionado contra mi pecho.

Wow, eso es suavidad.

— ¡Ahí!

Menea nos abrazó a Karina y a mí con una brillante sonrisa.

Death March Volumen 7 Capítulo 5 Parte 3 Novela

 

Su pecho era bastante grande para su edad, aunque no se comparaba con Miss Karina.

Basado en esta escena por sí sola, pensarías que soy el protagonista de alguna serie harem.

— Sir Satou, si se casa con Lady Karina y se vuelve un virrey, por favor hágame su segunda esposa, ¿ok?

La voz de Menea era juguetona mientras murmuraba en mi oído.

No sabía que tan seria estaba siendo, pero espero que pueda volverse una buena amiga con Miss Karina, incluso si estaba parcialmente motivada por ambición.

— ¡Discúlpenme! ¡Eso es demasiado cercano, incluso para una escena de despedida!

— Mm. Culpable.

— Hee-hee… lo lamento.

Ante las quejas de la pareja muro de hierro, la Princesa Menea educadamente se retiró y se disculpó con ellas.

Miss Karina, por otro lado, estaba en pánico; su rostro era de color rojo brillante y sus ojos estaban aturdidos, como si estuviera a punto de colapsar.

Entre su androfobia y su incomodidad social, eso debe haber sido demasiado para que ella lo procesara.

Afortunadamente, sus criadas se apresuraron para cuidar de ella.

— Bueno, tengan un viaje seguro.

— Gracias, Sir Satou. Una vez que encuentre un lugar para alojarse en Ciudad Laberinto, por favor escríbame directo a la academia real. Le aseguro que responderé.

— Muy bien, lo prometo.

Acepté la propuesta de la Princesa Menea, ya que de esa manera también podría saber como les iba a Aoi y Yui.

Casualmente escuchado nuestra conversación, la revivida Miss Karina llegó volando hacia mí.

— P-por favor escríbame una carta también… en el Castillo Muno.  ¡Simplemente no lo olvide!

— No lo haré, no se preocupe.

Ya tenía planeado enviar cartas al Barón Muno y a la Magistrada Nina una vez que llegáramos a Ciudad Laberinto, así que fácilmente podría incluir una para ella.





— Bien entonces, seguiré mi camino. Satou, una vez que termines tus asuntos en Ciudad Laberinto, por favor vuelve a Ciudad Muno. ¡No, ya sé! ¡También, debería obtener el permiso de Padre e ir a entrenar a Ciudad Laberinto por mi cuenta!

— Ciertamente. Si el barón lo permite, estaría muy feliz de verla ahí.

Apenas disimulé mi sorpresa ante su repentina declaración.

Dudaba que el Barón Muno permitiera que su preciosa hija se dirigiera a una ciudad tan peligrosa, pero no había razón para decirlo ahora.

En su lugar, le sonreí cálidamente a Miss Karina, la Princesa Menea, y a los demás saludándonos desde la cubierta de la aeronave.

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