Uchi no Musume no Tame naraba, Ore wa Moshikashitara Maou mo Taoseru kamo Shirenai

Volumen 5

Capitulo 6: El Héroe de Platino, el Lord y la Lord de Platino

Parte 4

Mientras Chrysos enviaba su propia conciencia a su trono para romper el sello de Latina, Dale se había quedado rechinando sus dientes ante su propia impotencia. El hecho de que pudiera haber obtenido un gran poder como demonio, pero que aun así no pudiera hacer nada, ya que no era un Señor Demonio, lo angustió enormemente.

En su cabeza, lo entendió. Cada uno tenía su propio papel que desempeñar y cosas que podían y no podían hacer. Pero todavía era terriblemente difícil, ya que no podía hacer nada más que esperar y orar.

Decidí…. que, aunque tuviera que cortar todo, si se pudiera lograr con mi espada, eso es lo que haría…

Mientras pensaba eso, Dale miró a Latina y a Chrysos. Tenía el deseo de abrazar a Latina con fuerza, pero Chrysos le había advertido que, si interfería innecesariamente, eso introduciría un elemento incierto en las cosas. Por ahora, todo lo que podía hacer era soportarlo.

A pesar de que Dale estaba lleno de ansiedad, cuando vio a las hermanas durmiendo lado a lado encima de la cama, las encontró tan hermosas que no pudo evitar suspirar.

Sus cabellos color platino, esparcidos por encima de las sabanas de alta calidad, daban un suave brillo. Mirándolas de nuevo, Dale vio que había algunas pequeñas diferencias en sus físicos, cada uno dibujando sus propias curvas suaves.

Su mayor diferencia -el color de sus ojos- no se podía ver ahora.

Platina… platino, y Chrysos… dorado, huh. Incluso sus nombres forman una pareja.

Sólo había hablado con Chrysos por un corto período de tiempo, pero se dio cuenta de que ella se preocupaba tanto por su hermana que se sentía cómodo confiándole a Latina.

Cuando se preguntó si tenía algún resentimiento hacia ella por sellar a Latina, le resultó difícil de decir. Pero, aun así, se alegró de no haber matado a Chrysos.

La primera en despertar mientras Dale las observaba fue Chrysos.

「No hace falta que pongas esa cara. No había forma de que fracasara, ¿verdad?」

Puede que sólo estuviera poniendo una fachada, pero la voz de Chrysos tenía la convicción suficiente como para que él lo creyera. Se sentó y luego acarició suavemente la cabeza de Latina.

「No puedo decir que todos los sellos hayan sido removidos. Platina perdió gran parte del poder que normalmente debería poseer como Señor Demonio」

「…Ya veo」

「Sin embargo, ahora debería estar libre del estado en el que ha estado hasta ahora, en el que ni siquiera ha podido moverse. Si aparecen nuevos Señores Demonio y ese poder se fortalece, puede tener un efecto en Platina… pero creo que este asunto no pondrá más en peligro su vida」

Con eso, la tensión finalmente se drenó de los hombros de Dale. Chrysos estaba monopolizando la cabeza de Latina, así que Dale en vez de eso le tomó la mano suavemente, como siempre lo había hecho cuando caminaban juntos. El grado de alivio que sintió al tomar una vez más esta mano fue tan grande que fue casi sofocante.

Con Chrysos y Dale cuidándola, Latina lentamente abrió los ojos. Después de mirar distraídamente el techo, parpadeó unas cuantas veces, y finalmente se dio cuenta de que estaban allí.

「¡Latina…!」

Viendo esa sonrisa amable y relajada que era como ella, Dale gritó su nombre con voz temblorosa.

「Platina」

Dijo Chrysos, la alegría y el alivio en su voz se notaba fácilmente.

「Dale… Ryso…」

Cuando se dio cuenta de que ella lo había llamado por su nombre incluso antes que su amada hermana cuyo apodo de infancia había usado, Dale llegó a su punto de quiebre, incapaz de contenerse por más tiempo.

「¡Latina!」

「¡Uwah!」

La abrazó con fuerza. Dale ahora poseía una fuerza muy superior a la de un hombre normal, pero incluso sin contenerse conscientemente, no la apretó tan fuerte como para lastimarla. Ni Latina, que había gritado sorprendida, ni Chrysos, que señaló con una mirada insatisfecha su turno, pudieron alejarlo.

「Latina… ¡Latina!」

「Dale, um, Dale…」

Latina dijo, sonando preocupada.

Pero el sólo hecho de poder escuchar su voz lo llenó de alegría.

「Dale… um… hay algo que tengo que decir… tengo que disculparme por…」

「Eso no importa」

Se le atascó la voz en la garganta.

Se encogió de hombros un poco y Chrysos se bajó de la cama. Ella salió tranquilamente de la habitación, pronunciando una palabra de agradecimiento a Dale en su corazón.

Ella tampoco quería dejar el lado de Latina, pero con gusto le cedió ese primer momento a solas con ella.

「Estás bien… y volviste a mí… Eso es todo lo que me importa」

Al darse cuenta de que la voz de Dale temblaba, la expresión de Latina cambió. Todas las fuerzas se agotaron de su cuerpo vacilante y luchador, y ella cedió a Dale.

「Dale…」

Latina puso sus brazos alrededor de Dale, abrazándolo. Como si lo consolara, ella le acarició la espalda.

「Latina」

Al ver temblar los hombros de Dale, Latina reprimió sus palabras y se mordió el labio. Era la primera vez que veía llorar a Dale.

Ella era la llorona, y él siempre era el que la abrazaba y consolaba cuando ella sollozaba. Latina reprimió desesperadamente los sentimientos agonizantes que brotaban en su interior. Eso había sido mucho más difícil y doloroso de hacer que cuando ella era la que lloraba.

No podía pensar en las palabras que necesitaba decir. Ella quería estar ahí para Dale de la misma manera que él siempre había estado para ella, pero ella simplemente no sabía qué hacer.

「Dale… Lo siento… Lo siento mucho…」

Por la sensación de humedad que sentía en su hombro, Latina sabía que lágrimas cálidas fluían por la cara de Dale. Finalmente, se las arregló para pedir disculpas, sólo para que Dale sacudiera ligeramente la cabeza.

「Lo que más me asusta es no poder protegerte… Por favor, déjame mantenerte a salvo… ¡No me hagas sentir el dolor de no poder hacer nada…!」

Le dolía respirar. Latina se quedó boquiabierta cuando se dio cuenta de lo que había hecho, su pecho era asediado por una presión mayor que cuando había sido abrazada con mucha fuerza.

「Lo siento…」

No se le ocurrió ninguna otra palabra. Apenas podía contener las lágrimas, aunque sabía que no era ella quien debía estar llorando en este momento.

「Lo siento…」

No se le ocurrió nada más que decir, y en su lugar simplemente acarició la espalda de Dale para consolarlo mientras él la abrazaba.

Dale pronto levantó los ojos, una sonrisa flotaba en su cara, así que sería difícil decir que había estado llorando, si sus ojos no estuvieran rojos. Esa enloquecida y fría naturaleza que había estado a su alrededor cuando blandió su espada y masacró a un Señor Demonio tras otro, ya no estaba en su expresión.

Latina le devolvió la sonrisa, aunque era difícil llamarlo una sonrisa que venía de lo más profundo de su corazón. Su corazón se desquició al darse cuenta de lo que había hecho. Le dolía el pecho y sentía que estaba a punto de llorar.

Sin embargo, Latina también pensó que lo único que podía hacer por Dale ahora era sonreír. Ella sabía que eso era lo que él quería, así que necesitaba satisfacer sus expectativas.

「Dale…」

Buscó algo que decir más que palabras de disculpa, lo que no sería suficiente, sin importar cuántas veces las repitiera. Seguramente esas no eran las palabras que ella necesitaba decir por él.

「Quería verte…」

「Yo también, Latina」

Al darse cuenta de que Dale nunca la culparía y no quería escuchar sus disculpas, Latina reprimió desesperadamente sus lágrimas.

Sigo haciendo lo incorrecto… ¿Por qué no puedo hacer las cosas bien…?

Aunque podía darse cuenta de que Latina se preocupaba y se culpaba a sí misma, Dale ya no se preocupaba por nada en absoluto. Sus pensamientos estaban totalmente ocupados por el hecho de que finalmente la tenía en sus brazos.

Aunque había derrotado a los Señores Demonio de la Calamidad, y el mundo había sufrido un gran golpe en sus manos, no le importaba nada de eso. Ahora que la preciosa chica a la que tanto amaba estaba frente a él, todo eso quedó escrito como algo trivial. El estado mental que siempre había tenido sólo sirvió para afirmar su posición como maestro y la de ella como su único familiar.

Fue él quien decidió eso, no ella. Esa prueba en su mano izquierda fue su mayor indulgencia, diciéndole que estaba bien darle prioridad en todas las cosas. Era la cosa que constantemente le daba un empujón en la espalda.

Y así, todo estaba bien.

「Latina… Estoy muy contento… No vuelvas a desaparecer por tu cuenta nunca más…」

「… Cierto, Dale…」

Latina estaba en sus brazos, sonriendo. Eso era suficiente recompensa por todo lo que había pasado. Ese calor totalmente natural que le devolvía era lo que más quería.

Definitivamente estaba… mucho más equivocado de lo que pensaba…

Al ver a Latina temblar mientras se agarraba con fuerza el brazalete alrededor de su muñeca, sus pensamientos aceleraban sobre lo que había hecho mal, Dale no tenía intención de criticarla. Aunque sabía que había momentos en los que era más fácil ser llamado, no tenía intención de hacerlo.

La idea de dejar ir a Latina era insoportable. Sin embargo, los instintos que había afinado en su trabajo buscaron en su entorno. Considerando la seguridad de la chica en sus brazos, no tuvo más remedio que hacerlo.

Su mirada se dirigió hacia la entrada de la villa. Normalmente, en su estado emocional actual, no querría que nadie más que Latina entrara en su campo de visión, pero no había nada que hacer. La entrada no tenía una puerta, sino una fina tela que se balanceaba con el viento. Fue hecho de una manera que corresponde a esta tierra caliente.

Hasta hace poco, apenas había sentido presencia alguna, pero ahora había varios que se movían en esta dirección.

Uno, dos… No siento ninguna hostilidad. Y esa es… Chrysos, ¿No es así?

Se sorprendió incluso a sí mismo, siendo capaz de reconocer tan fácilmente a Chrysos basándose sólo en su presencia. Revisando de nuevo, se dio cuenta de que la presencia de Chrysos era similar a la de Latina. Puede que fueran similares, pero naturalmente Dale nunca la confundiría con Latina. Por el hecho de que acompañaban a Chrysos, Dale adivinó que las otras presencias debían pertenecer a las damas de honor.

Teniendo en cuenta que este lugar que parecía un palacio interior reservado a las mujeres es… debe estar junto a la habitación de la reina… Puede haber guardias, pero esta área debe estar fuera del alcance de los hombres… pensó Dale, dejando a un lado el innegable hecho de que era un intruso. Pensándolo de esa manera… Latina ha sido mantenida aislada en un lugar seguro.

Latina era muy adorable, y había dormido debilitada y completamente indefensa. Naturalmente, esto avivó el deseo de protegerla. Estaría bien si eso fuera todo, pero tampoco podía negar que también estaba encendiendo un deseo salvaje dentro de él.

Latina era tan linda que no le sorprendería encontrar a alguien y a todos sintiéndose de la misma manera. Sin embargo, eso no significaba que perdonaría a alguno por actuar de acuerdo a tales deseos, naturalmente.

Y en este momento, también necesitaba contenerse.

Se sintió mal por ella, con lo mal que se había sentido durante tanto tiempo. Se veía un poco más delgada de lo que él recordaba, lo que le hizo pensar que había perdido esa perfecta capacidad de abrazo. Fue duro ver cómo se veía tan lastimosa.

Quería mimarla, y mimarla, y mimarla un poco más.

Pasarían mucho tiempo juntos mientras ella se recuperaba. Sentía que acabaría aferrándose a ella todo lo que podía… No, eso era lo que debía hacer.

Pensando en ello, hoy había un olor diferente al usual en Latina. Quizás eso era natural, ya que no habría tenido acceso al mismo perfume que usó en Kreuz. Aun así, seguro, Latina definitivamente olía bien.

Dale había regresado completamente a su deplorable yo habitual, pensando en esas cosas.

Al igual que había hecho cuando Latina era joven, la colocó sobre su rodilla y la acunó en sus brazos. Tomó el olor de su pelo, luego enterró su cara en su hombro y empujó sus labios contra ella. Se sintió increíblemente aliviado.

El doble golpe de su calor y aroma tuvo un efecto inmediato. De una manera muy real, a Dale honestamente ya no le importaba nada más.

A este ritmo, terminarían rodando en la cama, sucumbiendo a su deseo de encontrarse con ella en todos y cada uno de sus deseos, en cuerpo y alma. Pero no sabía cuánto podía confiar en su autocontrol cuando se trataba de ‘mimarla’, considerando que estaba fuera de sí.

Esa conclusión lógica fue lo único que detuvo a Dale en este momento.

Pero tal vez un poquito estaría bien…

Su lado lógico estaba en un estado precario, tambaleándose al borde del abismo.

Las hebras de tensión que pasaban por Dale de repente se rompieron. Reflexivamente sólo quería holgazanear. Para decirlo sin rodeos, todo lo que quería hacer en este momento era ser muy cariñoso con Latina.

Está bien, ¿Verdad…?

Los límites de su autocontrol resultaron ser fugaces.

Alrededor de cuando Dale se impregnó del aura de un voraz carnívoro, un refrescante sonido de vidrio resonó desde más allá de la entrada de la villa.

Cuando Dale comenzó a cuestionar eso en su mente, Latina habló desde dentro de sus brazos.

「*****」

¿Hmm…? ¿Era una pregunta?

Lo que dijo Latina estaba en el mismo idioma que se usaba en los hechizos, cuyas palabras formaron la lengua materna de los demonios. Dale era capaz de usarlos para hacer magia, pero no podía decir que era lo suficientemente versado como para mantener una conversación en el idioma. Francamente, lo máximo que podía hacer era aprender el significado del vocabulario que conocía.

Las que entraron en la habitación eran dos mujeres con delicadas decoraciones de oro colgando de sus cuernos. En un gesto que Dale no conocía, inclinaron la cabeza.

「¿*****?」

Latina dijo, interrogando a las mujeres en voz baja.

Las mujeres demonio, vestidas con trajes sencillos a juego, respondieron a la pregunta de Latina.

「*****, *****」

「¿**…?」

「**. *************」

Dale no fue capaz de comprender ni la mitad de ese intercambio.

Después de hablar con las mujeres por un rato, una mirada de realización repentina apareció en la cara de Latina cuando se dio cuenta de que Dale no era capaz de seguir lo que estaba pasando.

「En Vassilios, sólo la gente del templo lleva adornos en los cuernos. Al mirarlas, puedes más o menos decir la posición de alguien. La Señor Demonio, Chrysos, sus demonios y los sacerdotes de alto rango son los únicos a los que se les permite usar múltiples colores en las joyas de sus cuernos. A diferencia de los humanos, los demonios no usan coronas」

Las mujeres frente a él ahora, sus adornos de metal monocromático, eran asistentes.

Vassilios estaba gobernado por una Señor Demonio; el poder político no era hereditario. Dale adivinó que la clase privilegiada equivalente a reyes y nobles eran los demonios a los que se les había concedido poder y que tenían la confianza de la Primera Señor Demonio, a quien servían.

「Aparentemente, hay un invitado aquí para mí. Chrysos lo dejo pasar, así que debe haber una razón… pero me pregunto qué está pasando」

「Ya veo」

Después de explicar las circunstancias a Dale, Latina expresó su comprensión a los asistentes.

「******. ******」

「**」

Con eso, una de las asistentes inclinó la cabeza y salió de la habitación. Después de mirar a la mujer que quedaba, Latina se volvió hacia Dale con una expresión de preocupación en su rostro.

「Dale…」

「¿Qué pasa?」

「Dicen que viene un invitado…」

「Cierto」

「Me gustaría que me bajaras…」

「No quiero」

Latina parecía preocupada mientras se sentaba sobre las rodillas de Dale, sujeta por un abrazo, pero él no le prestó atención. Escuchar esa ridícula respuesta sólo hizo que Latina se viera más preocupada.

「Um…. Esto es un camisón」

「Ya veo. Estabas durmiendo, así que eso tiene sentido」

「Yo… quiero cambiarme, pero…」

「Uh-¿huh?」

「No puedo… a menos que… me dejes ir」

「Ah, entendido」

Aunque ella cuidadosamente, amablemente, y a fondo expuso estos hechos que deberían haber sido obvios, Dale todavía no hizo ninguna señal de dejarla ir.

Sin embargo, Dale tampoco podía dejar que se expusiera a otros en un estado tan indefenso. En ese caso, sabía lo que tenía que hacer. Sin embargo, ya había decidido que no volvería a dejarla ir, ni siquiera por un segundo, así que se quedó perplejo.

「Necesitas ser capaz de cambiarte, ¿Verdad?」

「U-Um…」

「Entonces no hay forma de evitarlo. Tendremos que hacerlo juntos, mientras yo sigo abrazándote」

Para resumirlo brevemente, cuando Latina vio lo mucho peor que se había puesto Dale, tembló al reflexionar sobre lo que había hecho mal.