Uchi no Musume no Tame naraba, Ore wa Moshikashitara Maou mo Taoseru kamo Shirenai

Volumen 5

Capítulo 6: El Héroe de Platino, el Lord Dorado y la Lord de Platino

Parte 1

Vassilios se extendía más allá del bosque al sur de Kreuz. Eso era todo lo que Dale sabía sobre esa nación.

Debido a que había asumido el aislacionismo y rara vez había interactuado con otros países durante muchos años, apenas había información sobre Vassilios. De hecho, sería mejor decir que no había oportunidad de obtenerla.

Fue gracias al hecho de que Hagel lo acompañaba que Dale, sin siquiera conocer los detalles de su geografía, pudo dirigirse a ese país sin dudarlo. Aunque la bestia mítica admitió que no tenía el nivel de precisión de Vint, a medida que se acercaban a Vassilios, Hagel pudo captar más claramente el aroma de Latina. Y al seguirlo, pudieron encontrar con precisión su ubicación.

Vint hizo que pareciera perfectamente normal la forma en que siempre captaba el olor de Latina… pero parece que no era nada ‘normal’ después de todo… Aunque se apresuraba y se impacientaba, esa broma aún flotaba en la mente de Dale.

「Para un lobo volador normal, ir de nuestro asentamiento a una ciudad en el reino de los hombres es una tarea imposible」

「Vint lo hizo sonar muy fácil…」

「Para mí, es posible dependiendo de cómo sople el viento… pero ciertamente no es simple」

Vint siempre decía que podía hacer cualquier cosa que se proponía, y aparentemente eso no se debía sólo a delirios de grandeza por su parte.

El campo de visión de Dale estaba lleno de naturaleza en forma de bosques y montañas escarpadas, sólo para ver la silueta de algo hecho por el hombre. Cuando vio el asentamiento que era tan diferente de los de Laband y otras naciones, Dale sintió que habían llegado a su destino.

「Hagel」

「… El olor de la joven está cerca」

Dale toco tierra con la bestia mítica.

Si su único objetivo era derrotar al Señor Demonio, entonces podría haberse infiltrado a altas horas de la noche, pero necesitaba encontrar a Latina, que estaba en algún lugar de ese pueblo. Con los nervios de punta y sin poder dormir un instante, Dale esperó a que llegara la mañana. Las emociones que se arremolinaban en su corazón no se sentían como si pudieran ser resueltas fácilmente.

Al amanecer, Hagel despegó hacia el cielo coloreado por el amanecer. Mirando desde arriba, Dale vio que este pueblo en Vassilios realmente se parecía a algo que nunca antes había visto. Ni siquiera estaba seguro de qué edificio servía como palacio real, ya que ninguno se ajustaba a sus ideas preconcebidas de cómo debía ser uno. La forma en que se construyó la ciudad era demasiado diferente de lo que él conocía.

En vez de eso, pronto notó un lugar que era fuerte en el poder de los dioses. A diferencia de los santuarios construidos por el bien del hombre en lugares como Kreuz, había sido construido en este lugar abundante en la gracia de los dioses, en reverencia a ellos, como en su aldea natal.

「Un templo de Banafsaj…」

「De ahí es de donde viene el olor de la joven」

Dale inmediatamente tomó una decisión.

「Dirígete hacia donde está Latina」

Abatiría a cualquiera que se interpusiera en su camino. Sintiendo esas intenciones que Dale ni siquiera intentaba ocultar mientras cabalgaba sobre la espalda del lobo, Hagel hizo un sonido bajo y conflictivo en las profundidades de su garganta.

Hagel dio varias vueltas alrededor del santuario. Todo el tiempo, Dale tenía una disposición áspera del edificio.

「Estamos acércanos a Latina」

「Entendido」

Hagel descendió repentinamente de una gran altura, sólo para luego despegar hacia el cielo una vez más. En ese instante en que se acercó tanto al edificio que casi lo tocaba, Dale aterrizó a salvo en el techo. Como se había usado magia para reducir su peso, apenas hizo ruido cuando aterrizó. Su abrigo negro revoloteó hacia abajo tras él y también tocó el suelo. Desde lo alto del cielo, Hagel parecía estar en conflicto, viendo cuán naturalmente Dale emprendió tales acciones encubiertas que recuerdan a un asesino.

Continuando hacia adelante, Dale descendió desde el techo del edificio hasta el suelo. Él no se preocuparía por ignorar o incluso masacrar a los que se interponen en su camino, pero hasta que encontrara a Latina, quería evitar causar problemas innecesarios. Buscó cuidadosamente la presencia de alguien, pero aun así se apresuró a seguir adelante.

Puedo sentir la presencia de la gente, pero… ¿Qué es esto? ¿Qué es esta sensación antinatural…?

Definitivamente podía sentir a la gente en algún lugar lejano. Sin embargo, Dale no podía sentir a nadie en este sector central en el que estaba avanzando. Tuvo la sensación de que se había abierto ante él un espacio totalmente desolado, hasta tal punto que no era natural.

Dale se había colado en los castillos de otros Señores Demonio cuando les quitó la vida, pero nunca antes había estado tan tranquilo. Y, sin embargo, la sensación pulsátil en su mano izquierda no le dejó con la opción de retirarse.

A pesar de que había varias estructuras en el vasto terreno, Dale continuó con confianza. No importaba que tramas le esperasen, asuntos tan triviales no eran motivo para que dejase de moverse.

Por fin, Dale llegó a una elaborada villa real. Cuando una clara y fresca brisa pasó junto a él, sintió que su corazón se desbordaba de emoción.

Apretaba con fuerza su mano izquierda. No se basaba en la lógica, pero tenía confianza: esa parte de sí mismo que había perdido estaba aquí.

Reteniendo el calor que brotaba en su interior, cruzó el puente que cruza el poco profundo manantial. Haciendo a un lado la fina tela que se balanceaba con la suave brisa, Dale pasó por la entrada.

Y estaba Latina.

Sintió que dejaba de respirar.

Vestida con un atuendo con el que no estaba familiarizado, probablemente al estilo de Vassilios, Latina estaba envuelta en sábanas suaves y acostada sobre una cama.

Dale se acercó tímidamente. Contuvo la respiración mientras estaba a su lado, incapaz de creerlo, aunque la viera con sus propios ojos, preguntándose si esto era un sueño y qué haría si lo fuera. No pudo evitar querer acercarse a ella y tocarla. Era natural que él quisiera abrazarla. Pero, aun así, no pudo, temiendo que ella volviera a desaparecer en cuanto abriera los ojos.

No podía ver sus amables ojos grises, que estaban escondidos detrás de sus largas pestañas. Se veía más delgada de lo que él recordaba, y su cara tenía una palidez enfermiza. Sin embargo, viendo la forma en que su pecho se movía rítmicamente hacia arriba y hacia abajo, sintió una fuerte sensación de alivio.

Tímidamente extendió la mano, sus dedos temblaban. Suavemente tocó su blanda mejilla, y luego rápidamente tiró de su mano hacia atrás. Una vez que estuvo seguro de que ella no había desaparecido, él volvió a extender la mano y sintió su calor.

Sintiendo esa calidez, que en el pasado había estado a su lado como si fuera natural, Dale dejó que su lado lógico se hiciera cargo. Retuvo el abrumador deseo de abrazarla y besarla. Estaba durmiendo tan tranquila, y no le serviría de nada asustarla. Y así, Dale le acarició la cabeza como siempre lo había hecho. Tocar su suave cabello lo hizo sentir bien, y rozó su mano contra la base de su cuerno roto, que ella siempre había pensado que se sentía bien a pesar de su cosquilleo.

「Mn…」

Latina se movió un poco. Soltó un suspiro de felicidad, como un gatito contento. Dale sonrió cuando vio su encantadora e inmutable acción, pero esa expresión fue borrada en el siguiente momento cuando ella habló.

「¿Chrysos…?」

Al escucharla llamar el nombre de otra persona, su mente hirvió y ardió instantáneamente. Viéndola dormir tan indefensa, vestida con ropa tan delgada que los contornos de su cuerpo se podían ver claramente, y luego escuchándola decir un nombre que no era el suyo, todas sus otras emociones se desvanecían.

Incluso de un vistazo, Dale se dio cuenta de que esta villa era especial. No había pensado en los sentimientos del Primer Señor Demonio que ocultaba a la Octava Señor Demonio, que no debería haber sido visto más que como una presencia dañina para los demás.

Una ‘princesa’ que recibía un favor… En el instante en que la vio, se olvidó de los oscuros sentimientos que esas palabras le provocaron. Pero le recordó todo eso con ese único nombre.

Latina se despertó de su sueño, encontrando que ambos brazos estaban sujetos con una fuerza tan fuerte que se podría decir que era dolorosa. Instintivamente retorció su cuerpo para tratar de escapar, pero ese fuerte agarre no aflojó en absoluto.

¿Qué…? ¿Qué…?

Parpadeó con los ojos, que estaban borrosos por sus lágrimas de miedo, y su visión se concentró. La fuerza se agotó de su cuerpo cuando se dio cuenta de que el estar tan terriblemente cerca de ella era un hombre. Su cuerpo no podía seguir el ritmo de su acelerada mente.

Aunque su cuerpo aceptó inconscientemente quién era, su mente no podía entender sus circunstancias actuales. Ella simplemente no podía entender el hecho de que él estaba aquí.

「¿Dale…?」

Lo que dejó perpleja a Latina aún más fue la expresión en la cara de Dale. Sus pensamientos estaban tan caóticos que la idea de decir cómo quería verle, así como las otras cosas de las que quería hablarle, que necesitaba decírselo, huyeron de su mente. Incapaz de decir que la emoción que Dale estaba abiertamente despotricando hacia ella era celos intensos, se sintió sofocada.

Dale siempre la había mirado con una expresión tranquila y amable. Desde que era joven, había pasado su tiempo envuelta en su cálido afecto. Dale la miraba con una emoción violenta parecida a la ira por primera vez, y ni siquiera podía comprender la razón detrás de ello. Miró hacia arriba con expresión de miedo al hombre que la inmovilizaba. Tal como estaba ahora, incluso la reacción de Latina hizo que Dale se sintiera mal. Él razonó que ella había reaccionado de esa manera porque había una razón para sentirse culpable.

「¿Por qué…?」

「Latina」

El tono cuestionador de Dale hizo que Latina retrocediera. Normalmente, no importa cuán enojado estuviera, la voz de Dale se suavizaría cuando ella reaccionara así. Pero ahora, la ira de Dale no mostró signos de disminuir.

「¿Quién es Chrysos?」

「¿Dale…?」

Sin siquiera saber cómo sabía Dale el nombre de Chrysos, Latina se quedó sin palabras. Una vez que sus palabras se atascaron en su garganta, fue difícil hacer que se movieran de nuevo. Estaba asustada, y sus ojos se volvieron borrosos con lágrimas. En su actual estado inestable, más que la alegría de reencontrarse con la persona que amaba, se estremeció por el miedo causado por estar expuesta a su ira.

「… ¿Es ese el nombre del Primer Señor Demonio?」

La mirada de Dale seguía fija en Latina, que no podía hablar.

Incluso si Latina estaba escondiendo algo, no podía mentir; sus ojos temblorosos claramente decían sus verdaderos sentimientos. Sintiendo que había obtenido la respuesta que buscaba, Dale pasó a otra pregunta.

「¿Dónde está el Primer Señor Demonio?」

Los ojos de Latina temblaban. A través de la dirección en la que su mirada se lanzó, Dale encontró la respuesta que buscaba, y una oscura sonrisa cruzó su rostro.

「Espera un poco más, Latina… El Primer Señor Demonio es el último. Luego volverás a mí, ¿Verdad?」

「¿D… ale…?」

Latina gritó con voz ronca, temblando al ser asaltada por un malestar tan grande que sintió que la aplastaría. La emoción que ella vio en Dale ahora podría ser descrita como una poderosa locura que lo abrazaba.

「Y luego, lo perdonaré todo, así que sé paciente y espera」

Al ver que Dale se levantaba y se giraba para salir de la habitación, Latina se dio cuenta por fin de que lo que ella no quería que sucediera estaba sucediendo.

「No… no… Por favor, Dale… ¡Chrysos es…!」

Latina no se dio cuenta de la razón detrás de la ira de Dale, y al cubrir a Chrysos, sólo sirvió para avivar aún más esas emociones. Al escuchar su voz detrás de él, Dale ni siquiera trató de ocultar su odio mientras aceleraba su paso hacia donde había mirado Latina.

Desde el cielo, Dale había adivinado dónde debería estar ubicada una sala de audiencias con un trono. La mirada de Latina había apoyado aún más esa suposición. Podría haber una oficina o algo así en otra parte, pero si se equivocaba, entonces registraría el lugar detalladamente hasta que encontrara a este ‘Rey Dorado’.

Si alguien se interpusiera en su camino, no tendría reparos en cortarlos a todos. Ahora que había confirmado la presencia de Latina, no tendría problemas en hacer lo que fuera necesario para recuperarla. Pero lo único que nunca haría es perdonar a quien trató de robársela.

Le dolía el corazón, preguntándose si tal vez ella lo había traicionado, pero él nunca podría odiarla. Así que, en vez de eso, despreciaba a su oponente. Incluso desgarrarlo miembro por miembro no sería suficiente.

Latina seguramente estaría triste por eso, e incluso podría llegar a odiarlo. Sin embargo, no pudo ser detenido.

La habitación a la que llegó Dale estaba terriblemente desolada y deprimente. Tal como estaba ahora, Dale ni siquiera registró la delicada ornamentación de las paredes y los pilares. Al final del amplio espacio abierto había un estrado detrás de las persianas de bambú que colgaban del techo. Dale no podía ver a la persona detrás de ellos, pero sintió una presencia conmovedora.

En el momento en que sintió que el estrado era claramente un lugar destinado a alguien en una posición poderosa, Dale se movió para desenvainar su espada. Sus oídos captaron un pequeño sonido metálico, y antes de que pudiera siquiera pensarlo, intuitivamente se dio cuenta de que se había levantado un muro defensivo con un canto rápido.

「¡Algo como esto no me detendrá…!」

Dale cerró la brecha entre ellos. Confiando en su poder, rompió la mágica pared de luz, que hizo un sonido agudo al ser aplastada. Luego, su espada continuó, cortando las persianas de bambú. Dale siguió adelante, preparado para matar a la persona que estaba más allá de ella.

Pero de repente se detuvo.

「¿¡Qu…!?」

Dale quedó estupefacto, olvidando toda su ira y odio. Incluso se olvidó de moverse.

Fue entonces cuando surgieron de detrás de él pasos silenciosos y ligeros. Sin siquiera tener que dar la vuelta, Dale sabía a quién pertenecían…

Su respiración era tensa, Latina entró corriendo a la sala de audiencias y se deslizó a través de Dale y las persianas de bambú, abrazando a Chrysos como si fuera para proteger al Rey Dorado.

「Dale, por favor, detente… Chrysos… Ryso* es…!」 (NT: Latina se refiere a Chrysos por el apodo que usaba cuando eran pequeñas.)

「… Platina」

La voz, más baja que la de Latina, respondió suavemente.

Estaban tan cerca que sus mejillas casi se tocaban y era imposible decir qué mechones de cabello platino pertenecían a quién… Sus rasgos faciales y estatura eran tan similares que, si decías que venían de la misma persona, sería creíble. Y los brazaletes de plata que ambas usaban tenían la misma forma y daban el mismo brillo.

La única diferencia era el color de esos amables ojos grises que lloraban y los dorados que los miraban.

「¿Ge… melas…?」

No había necesidad de comparar. Vistas una al lado de la otra, parecían casi idénticas.

Dale murmuró, estupefacto, sólo para que la fuerza se le escurriera repentinamente a Latina como si sus cuerdas hubieran sido cortadas. Antes de que Dale volviera a sus cabales, Chrysos atrapó a la chica completamente exhausta. Con una mirada ansiosa, Chrysos colocó su cetro a un lado, y luego abrazó a Latina en sus brazos.

「De esa reacción…. parece que Platina no te ha hablado ni una palabra de mí」

Chrysos sonrió un poco mientras miraba a Dale, que incluso había olvidado envainar su espada.

「Ah…」

Era lo único que Dale podía conseguir escupir de su boca.

Mientras Dale estaba perplejo, Chrysos limpió amablemente el sudor de la frente de Latina. Fue entonces cuando Dale finalmente notó la respiración dolorosa de Latina.

「¡Latina…!」

「Deseo llevar a Platina a su cama. ¿Me echarías una mano?」

Dale tiró su espada al suelo con tanto vigor que parecía que la estaba lanzando, y luego recogió a Latina. Ella estaba finalmente, finalmente de vuelta en sus brazos, pero estaba un poco más delgada de lo que él recordaba.

Chrysos le confió Latina a Dale, le dio la espalda como si fuera algo natural, y luego comenzó a guiar el camino. Su cabello del mismo color platino que el de Latina revoloteaba frente a Dale. Había espléndidos accesorios hechos de oro y plata y adornados con brillantes joyas que colgaban de sus curvos cuernos negros, que eran como los que tenía Latina. Sin embargo, la forma en que sus brillantes cuernos brillaban era aún más hermosa que las gemas que los rodeaban.