Uchi no Musume no Tame naraba, Ore wa Moshikashitara Maou mo Taoseru kamo Shirenai

Volumen 5

Bonus 2: La Adorable Segunda Señor Demonio y la Oráculo Púrpura 2

“Tu atributo de maná púrpura es hermoso como una joya, pero llamarte ‘Mov’ parece algo simple, ¿no crees?”, le preguntó la niña conocida como la Segundo Señor Demonio a la mujer de largo cabello púrpura. La mujer se quedó allí de pie sin mostrar ninguna emoción particularmente fuerte.

En su lengua materna, “mov” significaba “púrpura”. Sin embargo, también era una palabra que representaba al dios principal que adoraban en su tierra natal. No era un nombre que se daba a la ligera. Era un nombre con un significado precioso, y se le había concedido por su rara y elevada protección divina.

La Segundo Señor Demonio debería haber entendido eso, pero aquella adorable bolsa de arrogancia había decidido que todos los hechos que le eran inconvenientes eran insignificantes y los había dejado de lado.

“Mi nombre no es nada de eso. Es uno que me queda bien, porque lo elegí yo misma”.

“¿Tú misma….?” Susurró Mov.

En respuesta, la niña de cabello rubio dio una sonrisa complaciente y continuó.

“Mis padres eran seres realmente tediosos, así que los cercené, eliminándolos con mis propias manos. También enterré todo lo que me habían dado junto con ellos. Eso me convierte en una niña muy leal, ¿no crees?”

Ellas habían sido separadas de por vida, pero aún así, Mov estaba segura de que su propia hija no era una buena para nada como este monstruo, sino que era una niña seria y adorable. Y estaba muy contenta de que esta niña delante de ella en este momento, que era como una encarnación de todo el mal y sólo parecía dulce por fuera a pesar de estar podrida hasta la médula, no era su hija.

“Mov, ¿estás… pensando cosas groseras sobre mí…?”

“No, mi señor. Por supuesto que no”, contestó Mov sin un indicio de duda o vacilación en su voz. Con su expresión totalmente inalterable, era difícil saber lo que ella estaba pensando. Su pensamiento de que era patético darse un nombre genial a uno mismo pasó desapercibido.

¿Es esto… una predicción…?

Sin saber a quién se aplicaba el oráculo mantuvo la premonición, de que probablemente no habría oportunidad de decirle a nadie el nombre de la niña, para sí misma.

– FIN DEL VOLUMEN 5 –