Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 9

Capítulo 2: Susurros

Parte 5

El grupo se adentró en el místico pasillo de los espejos. Dentro, era como las casas espejo que se encuentran en los carnavales. La luz rebotó en las paredes sin parar, y había innumerables copias reflejadas de cada miembro del grupo que se extendía por toda la eternidad. El cielo estaba cubierto de una neblina de nieve, y aquí era mucho más tenue y sombrío que en la primera parte del laberinto. Los pasos del grupo resonaron en voz alta por el duro suelo de piedra, el único ruido en el pasillo, por lo demás silencioso. Parecía que estos espejos de hielo reflejaban el sonido tan bien como la luz.

“Se siente como si nos estuviera absorbiendo…” Murmuró Yue mientras examinaba su reflejo en el hielo. Ciertamente se sentía como si la interminable pared reflectante fuera una entrada a un abismo sin fondo, esperando para arrastrar a aquellos que se asomaban a sus inagotables profundidades. Cautivada, Yue buscó su reflejo. Antes de que pudiera tocarlo, Hajime, que estaba a su lado, se acercó y la abrazó. Su cálido abrazo sacó a Yue de su ensueño y ella regresó a la realidad.

“No te preocupes. No dejaré que te lleve”.

“Mmm…”

La mirada de Hajime estaba llena de amor, pero también había una ardiente determinación en sus pupilas. Elogiada, Yue sonrió suavemente. Los dos dejaron de caminar y se miraron a los ojos.

“¿Tenéis que coquetear cada cinco minutos o algo así?”

Shizuku miró a Hajime, dando voz a los sentimientos de todos. Estaban en la tienda de campaña, y ahora lo están haciendo de nuevo. Ahora sólo buscan excusas para coquetear… Shizuku pensó enfadada. Sin embargo, Hajime y Yue no se perturbaron por los comentarios sarcásticos de Shizuku. Su amor mutuo era tan grande que si se pudiera medir como una estadística, hace tiempo que habría pasado el valor máximo y causado un error en el sistema.

“Lo siento. Yue es demasiado linda”.

“Mmm…. Lo siento. Hajime es demasiado maravilloso.”

Shizuku suspiró muy fuerte y cansada. Kaori hinchó sus mejillas con enojo, mientras que Tio y Shea simplemente sonreían con tristeza. Los dos estaban acostumbrados a esto ahora. Sin embargo, la comedia romántica de Hajime y Yue ayudó a calmar los nervios de Kouki y los demás, que habían estado nerviosos desde que entraron en este salón de los espejos.

El grupo continuó sin ser obstaculizado por monstruos o trampas, siguiendo la guía de la brújula de Hajime. Después de caminar unos treinta minutos, finalmente hubo un cambio en su entorno. De repente, Kouki se detuvo y empezó a mirar a su alrededor. Notando su extraño comportamiento, Hajime se detuvo y se giró hacia él. Shizuku también se giró y preguntó: “¿Kouki? ¿Qué pasa?”

“Oh, es sólo que… ¿Escucharon una voz? Sonaba como una persona susurrando.”

“¡Hey, Kouki-kun, no me asustes así!”

Escuchar susurros humanos era una de las señas de identidad de las películas de terror y Kaori examinó tímidamente sus innumerables reflexiones, con la piel de gallina alzándose sobre sus brazos. Tenía miedo de que la predicción anterior de Shizuku de que de repente tendrían más miembros del grupo sin darse cuenta de que se había hecho realidad.

“¿Alguien más ha oído algo? ¿Shea?”

Hajime miró a su vez a los otros miembros del grupo.

“No, no oí nada. No siento a nadie más que a la gente de aquí”.

Shea cerró los ojos y se concentró en su audición, sus orejas de conejo temblando. Los otros miembros del grupo agitaron la cabeza; tampoco habían oído nada.

“Podría jurar que escuché algo…”

“¿Quizás sólo escuchas cosas porque estás un poco tenso?”

“Ryutarou… Sí, tal vez”.

Sí, tal vez sólo estoy escuchando cosas. Nadie más oyó nada después de todo. Aunque Kouki aún no estaba completamente convencido, decidió atribuírselo a su imaginación.

“Shea, ¿te importaría comprobarlo por mí?”

“¡Entendido!”

Aunque los demás parecían pensar que había sido solo la imaginación de Kouki, Hajime pidió a la exploradora más hábil del grupo que les buscase por toda la zona. Honestamente, Shea pensó que probablemente había sido la imaginación de Kouki también, pero la expresión seria de Hajime la convenció para que lo comprobara de todos modos. Sus orejas de conejo temblaban, y concentró toda su atención en su audición. Sin encontrar nada, el grupo reanudó la navegación por el laberinto con perfecta precisión. Pero después de unos minutos, Kouki se detuvo de nuevo. Esta vez gritó: “¡Ahí está otra vez! Lo sabía, no es sólo mi imaginación. ¡Definitivamente lo escuché!”

“¿K-Kouki?”

Shizuku miró confundida a Kouki mientras buscaba salvajemente la fuente del sonido. Al ver sus confusas miradas, se asustó un poco. Desesperado, empezó a gritar.

“¡Eso estaba claro como el día! Decía: ‘¿Estás de acuerdo con esto?'”

“Pero Kouki, no escuché nada.”

“Sí. Yo tampoco escuché nada…”

“Igualmente… Ni el más mínimo indicio de algo”.

La preocupación lo devoró al darse cuenta de que era el único que escuchaba esta voz. Se sentía como si fuera el único atrapado en la oscuridad, sofocado. Esa preocupación y desesperación se convirtió en frustración, y se enfadó injustamente con sus camaradas. Vaciando su ira, Kouki miró al cielo y gritó.

“¡No estoy mintiendo! ¡Lo digo en serio! Maldita sea, ¿quién eres? ¿¡Dónde estás!?¡Deja de escabullirte y muéstrate!”

“¡Kouki, cálmate!”

Mientras Shizuku intentaba pacificar a Kouki, Hajime se giró hacia Shea.

“¿Shea?”

“No oí nada…”

Hajime lo había esperado ya que Shea tampoco había cogido nada la última vez. Era lógico que la audición normal tampoco hubiera captado la voz esta vez.

“Hajime… ¿has notado algo de maná?”

“No. Era así con los zombis y los ogros también. Parece que las paredes de este laberinto
son capaces de ocultar el flujo de maná. No podemos confiar en que mi Ojo Demoníaco se dé cuenta de todo”.

“Hrmm. Es posible que Kouki se haya doblado bajo el esfuerzo de atravesar este laberinto, pero… esto es demasiado repentino. Me parece más probable que esté recibiendo algún tipo de señal directamente.”

“Pero los oídos de Shea no podían captarlo, y el ojo de Hajime no podía sentirlo, así que, ¿cómo se supone que debemos defendernos contra eso?”

Mientras Kaori y Tio discutían sobre la naturaleza de la voz de Kouki, el propio Kouki seguía intentando desesperadamente demostrar que no estaba loco. Hajime se giró hacia él y le dijo: “Amanogawa, cálmate”.

“Nagumo. No estoy mintiendo, lo juro. Definitivamente…”

“Lo sé. No creo que esté sólo en tu cabeza”.

“¿Eh?”

Kouki sabía por experiencia lo bruscamente que le trataba Hajime. Por lo que se sorprendió cuando Hajime le creyó a pesar de no tener pruebas que respaldasen su afirmación. Una mezcla de conmoción y alivio se extendió a través de él, y Kouki finalmente se calmó. Hajime se giró hacia los demás y habló.

“Es mejor asumir que algo está enviando señales a Kouki directamente. Si esa voz susurrante es parte del juicio de este laberinto, entonces es probable que todos comencemos a escuchar voces muy pronto. No sé para qué sirve el laberinto aquí, pero… No se me ocurre ninguna forma de defenderme de las voces ahora mismo. Así que prepárense, muchachos”.

Hajime creía que era más seguro asumir que este era otro de los fenómenos inexplicables del laberinto que descartar la voz como delirios de Kouki. Era menos que creer en Kouki y más que tenía la suficiente experiencia como para saber que los laberintos siempre lanzaban lo inesperado a los desafíos. Ryutarou y los demás se sacudieron la confusión y asintieron. De repente, desconfiando de sus innumerables pensamientos, el grupo reanudó de nuevo su viaje. Después de unos minutos de caminata, no te creyeron.

“Ngh, otra vez no…”

Otro susurro llegó a los oídos de Kouki. Esas palabras golpearon a Kouki hasta la médula. La voz en sí misma también era chillona. Sonaban como clavos en un pizarrón. No es de extrañar que Kouki estuviera tan nervioso. Pero esta vez Kouki no empezó a gritarle. Aunque no pudo evitar que le afectara, pudo mantener la compostura. Los fenómenos desconocidos sacudían la psique de la gente más que nada, pero ahora que el grupo sabía que se trataba de algún tipo de interferencia proveniente del laberinto mismo, había menos razones para tener miedo. Kouki aplastó sus recelos, y se concentró en la voz, intentando sacar de ella cualquier información que pudiera. Cuando escuchó la voz en su mente, se dio cuenta de algo.

“¿La reconozco?”

De hecho, la voz que Kouki había oído le sonaba vagamente familiar. ¿De quién es la voz? ¿Y dónde lo he oído antes? Mientras ladeaba la cabeza con curiosidad, Shizuku y los demás le miraron con preocupación.

“Kouki, ¿estás bien?”

“Shizuku… Si, estoy bien. Acabo de oír la voz de nuevo, pero…”

“¿Pero?”

“Podría estar equivocado, pero la voz me suena familiar.”

Shizuku puso una mano sobre su barbilla y dijo pensativamente: “En los bosques de Haltina había un monstruo que podía imitar nuestras formas. Esto se siente similar a eso, donde el laberinto está interfiriendo directamente con nosotros. Es posible que la voz esté imitando a una de las nuestras. Kouki, no te dejes engañar. Avísanos si dice algo.”

“Lo haré. Tú también ten cuidado, Shizuku. Si Nagumo tiene razón, ustedes también empezarán a escuchar la voz pronto”.

“Lo sé. Tendré cuidado.”

Shizuku sonrió a Kouki, y se las arregló para calmarse un poco. Su tensa expresión se convirtió en una sonrisa. Fueron momentos como estos los que le recordaron que estaba verdaderamente bendecido de tener una amiga de la infancia dispuesta a apoyarlo todo el tiempo de esta manera. Pero un segundo después, ya te diste cuenta, ¿no?

“Ah.”

La voz se enrolló alrededor del corazón de Kouki, apretándolo como un vicio. Sentí como si estuviera poniendo al descubierto todas las vulnerabilidades de Kouki, las partes de él que había intentado ocultar a todo el mundo. Su visión se nubló, y se giró reflexivamente hacia Shizuku en busca de ayuda. Pero la ayuda que esperaba nunca llegó. Junto a él, su amiga de la infancia parecía tan rígida como él. Algo le había pasado a ella también.

“Shizuku, no me digas…”

“Sí… Yo también lo oí. Era la voz de una chica. Y también me sonaba familiar. Decía ‘Otra vez apartando la vista de la verdad, ¿verdad?'”

Finalmente, alguien que no era Kouki había empezado a escuchar voces. Esto demostró la teoría de que venían del laberinto. Hajime se detuvo y se giró hacia Kouki y Shizuku.

“Amanogawa, ¿qué hay de ti? ¿Qué has oído?”

“El mío dijo: ‘Ya te has dado cuenta, ¿no?'”

“Así que le dicen cosas diferentes a personas diferentes…. ¿Alguna idea de lo que significan?”

Ambos abrieron la boca para decir que no, pero las palabras se les atascaron en la garganta. Sentí como si alguien les hubiera tirado del hombro y les hubiera preguntado: “¿En serio?” Ansiosos, Shizuku y Kouki se tragaron sus palabras. Intercambiaron miradas y se dieron cuenta de que ambos habían tenido la misma sensación.

“¿Shizuku-chan? ¿Te encuentras bien? Hiciste-”

Kaori empezó a caminar hacia Shizuku, pero de repente Suzu soltó un aullido.

“S-Suzu-chan, ¿tú también?”

“S-sí”.

Kaori se puso en marcha y se giró hacia Suzu, quien confirmó sus sospechas. Mientras Suzu se recuperaba de la conmoción, Ryutarou gritó de repente: “¡Vaya!”. Hajime se giró hacia él y Suzu le preguntó: “Parece que el laberinto finalmente muestra sus cartas… Sakagami, ¿qué te dijo la voz?”

Hajime esperaba obtener alguna idea de lo que este juicio se basaba en lo que la voz decía a todo el mundo. Se dirigió a Tio, que siempre tenía una visión fiable de estas situaciones. Adivinando lo que quería, Tio asintió y dirigió su atención a Suzu y Ryutarou. Con una mueca de dolor, contestó Suzu antes que Ryutarou.

“Umm…. mi voz decía algo como la de Kouki-kun. “¿Seguramente ya te habrás dado cuenta?”

“Sí, la mía decía lo mismo que la de Shizuku. “¿Cuánto tiempo planeas engañarte a ti mismo?”

Sorprendentemente, incluso el siempre alegre Ryutarou parecía desanimado por la voz. Como Kouki y Shizuku, parecían no entender el significado de las palabras de la voz. Aunque las palabras eran insondables, de alguna manera los dejaron a los cuatro sintiéndose profundamente perturbados, como si una oscura niebla hubiera descendido sobre sus corazones.

“Eso es bastante abstracto. Siento que si quisiese llevarnos por el mal camino haría algo más directo…”

Como pedirnos que hagamos algo específico, o ir a algún lado, o algo. Pero si no es eso, ¿entonces qué?

“Suzu, Ryutarou. ¿Las voces también te sonaban familiares?”

“Hmm, ahora que lo mencionas… lo hicieron.”

“Ah, sí. Sentí como si yo también hubiera reconocido la mía”.

Tio se puso a pensar. El silencio cayó cuando el grupo se detuvo. Una atmósfera opresiva se instaló a su alrededor. Para disipar la atmósfera sombría que había arraigado, Yue aplaudió en voz alta y dijo: “Mmm… De cualquier manera, tenemos que seguir adelante”.

“Eso es cierto”.

No tenía mucho sentido quedarse de pie. No pasaría nada a menos que siguieran adelante. Kouki asintió de acuerdo, y Hajime mostró a Yue una sonrisa antes de reanudar el viaje.

¿A dónde planeas volver?

“Oho…”

En el momento en que empezó a caminar, Hajime escuchó una voz que se lo susurró. Levantó un poco las cejas, pero no se detuvo. Momentos después, las voces llegaron a Yue y a los demás también. Mientras todos se decían lo que habían oído, nadie se detuvo esta vez. El grupo atravesó el laberinto durante otras tres horas. Según la brújula, se estaban acercando a su objetivo. Por lo que Hajime podía ver, otras pocas horas de caminata los verían salir de este laberinto.

Pero cuanto más se acercaban a la salida, más incesante era el susurro. Eso no es todo. Su efecto en las mentes del grupo también se hacía más fuerte. Lentamente pero con seguridad, las palabras incomprensibles comenzaron a desenterrar viejos miedos y traumas del pasado, dando vislumbres de a qué se referían esas palabras. Como la tinta derramada sobre papel blanco, la influencia del susurro se extendió, tiñendo de negro los corazones y las mentes del grupo. Al poco tiempo, todos seguían repitiendo las palabras en su cabeza incluso cuando no les estaban susurrando. Sentí como si las rocas se hubieran asentado en el estómago de todos.

Sucederá de nuevo. El corazón de Yue se sentía como un trozo de hielo. En el fondo de su mente, recordó a su tío y a sus sirvientes, todas las personas en las que había confiado completamente. Pensó que ya había dejado todo eso atrás, pero los susurros del laberinto seguían trayendo recuerdos. Yue no tuvo dificultad en adivinar a qué se refería la voz cuando dijo que volvería a ocurrir.

Fue por tu culpa. Un bulto de arrepentimiento se asentó en la boca del estómago de Shea. Una y otra vez, vio visiones de su desesperada huida de Verbergen, donde se había visto obligada a ver morir a tantos miembros de su familia. Los gritos de sus seres queridos atormentaban sus pensamientos sin cesar.

Nadie te aceptará. Sentimientos más negros que sus escamas se arremolinaban dentro de Tio. Vio pesadillas de cuando era una niña y su clan fue perseguido por las otras razas. Había sido demasiado joven para poder controlar sus poderes y no podía hacer otra cosa que mirar impotente cómo sus hermanos eran arrastrados por las crecientes mareas de fuego. Incluso ahora podía recordar vívidamente el miedo y el desprecio que había en sus ojos cuando pateaban los cadáveres de su familia. Esos ojos nunca la dejarían.

Estás tan celosa que desearías poder matarla. Púas de dolor se alojaron en el corazón de Kaori. A pesar de que había llegado a abandonar su cuerpo para ganar poder, sentía como si Yue aún estuviese muy por delante de ella. Antes de darse cuenta, Kaori se encontró disparando a Yue miradas envidiosas sin darse cuenta. Parecía como si la hubieran atravesado con espinas. Espadas de arrepentimiento la penetraron profundamente, y por un momento sintió como si estuviese sangrando. Esa sangre ilusoria giraba a su alrededor, tragándose todo.