Dungeon Defense (NL)

Volumen 1

Prólogo: Decisiones

 

 

Dungeon Defense Volumen 1 Prólogo Novela Ligera

 

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— ¿Creéis en la adivinación?

— Mil disculpas, Alteza. Esta dama no cree en supersticiones.

— Qué pena. Las supersticiones son grandiosas. Dan vigor a la vida propia.

El área era silenciosa.

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La multitud de cinco mil escuchaba silenciosamente la conversación entra las dos personas ante ellos.

Por un lado estaba de pie una mujer radiantemente hermosa. Si bien era una noble que gobernaba esta ciudad, también era la que había sido derrotada en este asedio.

Al otro lado estaba sentado un hombre oscuro. Envuelto en una capa negra y vestido con un atuendo similarmente negro, solo podía describírsele como una persona de oscuridad. Peculiarmente, estaba arrancando los pétalos de una flor. Pétalo a pétalo, la rosa era deshojada y caía al suelo con una sensación ominosa.

— Antes, vos tuviste la oportunidad de rendirte.

— Lo admito.

— Cuatro veces –habló el hombre–. Desplegué, cuatro veces, un mensajero presentándote a vos la oportunidad de rendirte. Sin embargo, cada vez, vos lo degollabas y enviabas su cadáver de vuelta. Viendo como esto ya ha llegado hasta aquí, hablemos honestamente. Deseo decapitar vuestra hermosa cabeza y mostrarla en una lanza.

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El hombre murmuró indiferentemente. Si estuvieses escuchando desde la perspectiva de un extranjero, la forma en la que él pronunció esa última frase era como si simplemente comentara sobre el buen clima que hacía.

A pesar de eso, si fueses a mirar, aunque sea ligeramente, a un lado, te darías cuenta cuán errónea era esa sensación. Desde los duendes hasta los orcos, y finalmente los ogros, esos monstruos corpulentos estaban vigilando al hombre sin dejar una ligera abertura. Esas bestias podían masacrar inmediatamente a los cinco mil humanos reunidos allí si el hombre se los ordenara.

“…para que un hombre de apariencia común emane una fuerza tan intimidante…” –la noble solo pudo tragar grueso. La responsabilidad de proteger las vidas de los ciudadanos estaba descansando en sus hombros–. “Eso de querer poner mi cuello en una lanza, ¿estará diciendo verdad o solo está amenazándome? ¿O acaso simplemente está probándome…?”.

Christiane Louise Von Volfusbrook.

Una heroína conocida como la “Perla Norteña” del Imperio.

Ella había comenzado una rebelión en el ejército del lord demonio. Habían pasado casi seis meses desde que el Imperio fue invadido por los demonios y quedaban humanos que seguían sin aceptar completamente ser regidos por monstruos. Se pensaba que existía una probabilidad considerablemente alta de tener suceder esta revolución.

Pero el hombre ante ella reaccionó antes que alguien más.

En cuestión de días, el contacto entre las demás ciudades fue cortado, las rutas de suministros asaltadas, y las fortalezas capturadas. Una vez que ella finalmente fue capaz de organizarse, su ciudad ya había caído en tan solo cuatro meses.

“Entonces esto es un Lord Demonio…”.

Christiane Louise se mordió fuertemente los labios.

 

만마를 호령하는 일흔두 좌의 일원.
Un miembro en una orden de 72, que gobierna sobre todos los demonios.
수사학을 관장하는 주인.
El lord que maneja la falsa alquimia y toda la retórica.
연극배우 중의 연극배우.
Actor entre actores.
가로되 이면의 마왕이라 칭송받는 자.
Elogiado como un Lord Demonio de muchos rostros.

 

Dantalian.

Lord Demonio Dantalian.

Ese era el nombre de este hombre.

Christiane Louise tembló de terror.

“¡Un movimiento en falso y seré asesinada…!”.

Con el fin de calmar sus rodillas temblorosas, Christiane Louise pensó en las últimas palabras de su padre antes de morir: “Siempre se digna”. Eso era cierto. Ahora era el momento de comportarse como una noble y responder con determinación.

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“Puedo vender mi cuerpo si es necesario”.

El rumor de que el lord demonio en frente de ella era un maníaco sexual ya se había esparcido.

Aunque no estaba tratando de presumir, Christiane Louise tenía mucha confianza en su propia apariencia.

De ser necesario, ella se convertiría en una esclava sexual si eso significaba proteger el nombre de su familia.

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Christiane Louise se había decidido.

— Oh, gran Lord Demonio…

— Lo siento, pero ¿podrías dejar de llamarme así? –el hombre le cortó al instante, el desprecio que mostró era claro–. ¿A qué te refieres con “Oh, gran Lord Demonio”? Me repugna tanto el solo escuchar esas palabras, que no me sorprendería si mis oídos se fuesen a derretir en este preciso instante. Hay más de cincuenta Lores Demonio vagando solo en este continente. Me pregunto si soy el único “Gran Lord Demonio”.

— Entonces, ¿de qué forma ésta debería llamarlo, Alteza…?

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— Solo sigue con “Alteza” –Christiane Louise asintió en respuesta.

— Sí, Alteza. ¿Puedo informarle humildemente que existen tres razones para salvarle la vida a ésta?

— ¿Sí? A ver, solo dime una –el hombre arrancó un pétalo y dejó que ese único pétalo de color rojo descendiera lentamente–. No tengo mucha paciencia, que digamos.

— ¡…!

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Un escalofrío recorrió la espina dorsal del Christiane Louise. El hombre ni siquiera estaba mirándola, más sin embargo, se sentía como si cientos de ojos flotantes e invisibles estuviesen mirándola.

“D-debo estar alucinando”.

El interior de la boca de Christiane Louise se volvió seco.

“Esto es solo mi mente jugándome bromas”.

Murmuró en su mente el sabio dicho pasado por generaciones en su familia.

“Oh, ancestros. No respeten la injusticia solo por la adultez, ni ignoren la justicia solo por la juventud”.

Al igual que un viajero descendiendo una senda montañosa oscura al tiempo que confiaba en una antorcha pobremente fabricada, Christiane Louise apenas fue capaz de reunir el coraje para abrir su boca al depender del orgullo de su familia.

—…hay seis ciudades restantes que aún siguen apoyando la rebelión. Es obvio que tomará una enorme cantidad de tiempo y trabajo conquistarlas todas.

El hombre levantó sus hombros.

— En efecto. He estado sintiendo la necesidad de suicidarme de tan solo pensarlo.

— Alteza. Gánese el control de ellas, no con espadas sino con generosidad. Si muestra tolerancia y nos perdona aquí, esas otras ciudades, naturalmente, se rendirán solas. Sin embargo, si nos trata con crueldad…

— Por miedo a ser tratados de la misma forma, se rebelarán con más violencia –el hombre la cortó en el acto–. ¿Eso es lo que quieres decir?

— Sí, Alteza.

Como era de esperar, él lo entendió rápidamente.

Christiane Louise pudo ver un pequeño atisbo de esperanza.


El hombre frente a ella no era simplemente un Lord Demonio déspota. Era uno del tipo mejor informado. En resumen, las palabras lo atravesaron. Después de todo, la posibilidad de permanecer con vida podría no ser una esperanza en vano.

Christiane Louise calmó sus miedos.

El silencio continuó.

Tras deshojar toda una rosa, el hombre tomó otra. Sin decir nada, arrancó toda la flor del tallo. Los pétalos rojos se dispersaron como nieve, cayendo lentamente y apilándose en los pies del hombre.

—…desnúdate.

Una sola palabra cayó en los alrededores.

Era un tono increíblemente normal. Christiane Louise no podía comprender la situación. Solo pudo parpadear, sorprendida.

— ¿Perdón?

— Baronesa Von Volfusbrook. Vos has iniciado una rebelión por vuestra propia terquedad. Como resultado, dos mil ciudadanos perdieron sus vidas. Claro, no era mi gente. Sean dos mil o veinte mil, me importa poco. Pero…

El hombre levantó lentamente su cabeza.

Christiane pudo verle los ojos por primera vez.

Era como si las pupilas puramente negras estuviesen perforando las profundidades de su corazón.

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—…no vos. Esos dos mil que perecieron fueron gente vuestra. La única persona en todo el continente que puede responsabilizarse por todas esas vidas eres vos –el hombre suspiró–. Hace un par de minutos me solicitaste que perdonara vuestra vida. Eso no es lo que se supones que vos hagas. No por vuestra vida, sino por la de todas las personas que están allí. Se suponía que pidieras que se perdonaran las vidas de vuestra gente. Así es como una persona toma la responsabilidad.

— A-Alteza. Ésta estaba…

— Baronesa Christiane Louise Von Volfusbrook. Vos eres una mujer amable y hermosa. Para ser más precisos, diabólica. Te sentencio a una muerte vergonzosa –el hombre se levantó de su asiento.
Al instante, todos los monstruos que estaban rodeando el área levantaron sus armas. Los ciudadanos quedaron espantados y comenzaron a gritar.

Sobre esta persona, el veredicto final del Lord Demonio cayó.

— Vos serás desnudada y humillada por mis soldados. Y será frente a todos estos civiles. Yo, Dantalian, rango 71, y poseedor del nombre de diferentes rostros, por la presente sentencio; Christiane Louise será privada de su título como noble y enfrentará la muerte como una simple plebeya.

— ¡¿Alteza…?!

— Muchas vidas llegarán a un final en este lugar. Desespérate mientras ubico, en lo más profundo de mi corazón, el nombre de quién desperdició inútilmente las vidas de otros –el hombre, con indiferencia, dejó el escenario.

El repentino movimiento de la capa del hombre produjo una pequeña ráfaga en el suelo, forzando a los pétalos de rosa que finalmente se habían calmado a ser dispersados por el viento. Desde detrás, Christiane Louise seguía gritando: “¡Alteza!”, sin embargo, el hombre nunca se volvió.

En este día, la mujer conocida como la “Perla Norteña” fue ejecutada.

Una vez más, el continente tuvo que repetir el nombre del Lord Demonio, Dantalian.

Dantalian, Lord Demonio de los Diferentes Rostros. Rango 71.

¿Cómo terminó así?

Maldita sea. ¡Así no es como lo planeé!

En el juego, Christiane Louise también aparecía como una heroína. Su papel era ayudar al protagonista, quien era el héroe, en asuntos políticos. El final donde eres capaz de superar la brecha social entre ambos y finalmente terminar casándote con ella fue amado considerablemente por los fans. Obviamente, yo era uno de ellos.

De ser posible, quise perdonarla.

Al verla en la vida real, noté que era mucho más hermosa que sus ilustraciones en el juego.

¡Santo Cielo! Era como si una diosa hubiese descendido de los Cielos.

Me la pasé cabizbajo ya que me preocupaba que su belleza me afectara. La única razón por la que seguí deshojando rosas también era para ocultar mis emociones temblorosas…

 

[1. Ejecutar]  [2. Perdonar]

 

Como siempre, cada vez que una decisión importante se acercaba, un cuadro de opciones se mostraría. Una caja transparente, visible solo para mis ojos. Claro, traté de elegir la opción 2 para perdonarlos.

Pero conforme fue progresando la conversación, el ambiente se tornó más y más extraño.

Incluso si estabas siendo sinvergüenza, ¿cómo es que uno podría tener esta pequeña pena?

Dos mil personas murieron. Dos mil. A pesar del hecho de que una caja de opciones extraña aparecería y una ventana de estadísticas brilló en frente de mis ojos, esto era, sin embargo, la cruel realidad. En ella, dos mil personas murieron por culpa de la ambición de otra.

No hubo ni el más ligero sentido de culpa en la actitud de Christiane Louise.

Mi humor comenzó a enfriarse. La excitación que sentí cuando conocí por primera vez a la heroína que hasta ahora solo había visto a través del monitor de un computador, cesó rápidamente. Una vez llegué a — me encontré ordenando la ejecución más vergonzosa.

Lo volví a hacer.

Solté un pequeño suspiro y le hablé a un subordinado.

— Regresa a los campos y decapita a los prisioneros.

— ¿Sí? ¿No deberíamos hacerlos sufrir más?

— Es suficiente. Así como está sirve de ejemplo para las otras ciudades.

El subordinado recibió la orden y caminó de vuelta a los campos.

Poco después.

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[1. Ejecutar]  [2. Perdonar]

 

La escritura brilló fuertemente en medio del aire.

Luego, las palabras de dispersaron en partículas blancas y flotaron. Aunque se sentía que desaparecerían en cualquier momento, estas partículas se movieron abruptamente para formar unas nuevas palabras.

 

[¡Una decisión cruel y despiadada!]

[El continente está espantando por su crueldad.]

[La infamia incrementó sustancialmente.]

 

Luego, las palabras se dispersaron como pétalos.

La información acerca de mi infamia volviéndose a incrementar me deprimió mucho más.

— ¿Cómo pudo terminar así? –fue lo único que pude preguntarme.

Esto no era.

El punto principal es, que quería vivir una vida pacífica.

¿En qué parte las cosas fueron mal? Seguramente mi nacimiento no fue un error, ¿o sí? ¿Era eso? La vida fue irracional desde el comienzo…

Ahh, y yo que quería frotarme contra Christiane.

No solo con ella. También quería disfrutar una vida alegre con otras heroínas como Romei o Elizabeth, la hija del Emperador.

A decir verdad, no quiero ni trabajar.

En serio, ¿por qué tuve que terminar poseyendo el cuerpo de un Lord Demonio?


Nadie está bien. Por favor, reparen mi vida rota…

¡O al menos concédanme un mes de vacaciones…!

 

 

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