Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka (NL)

Volumen 10

Historia Corta (SS) 1: Falsa Acusación de la Chica Zorro

–Wiene, -sama…

Haruhime, vestida con su traje de sirvienta, caminaba por el pasillo de la mansión.

Era el día después de que la <Familia Hestia> se separara de los Xenos y regresara a la superficie. La sede de la <Familia Hestia>, la <Mansión de la Chimenea>, estaba llena de sentimientos de tristeza y vacío porque la chica dragón se había ido. Bell, Hestia y los demás, e incluso Haruhime luchaban con indescriptibles sentimientos de soledad.

Ella era como una hermana menor.

Ella decía Haruhime, Haruhime.

Repetidamente decía su nombre, la seguía, jugaba con ella y, en ocasiones, la abrazaba para sentir el calor de la otra. A pesar de que era un monstruo, el tiempo que pasaron juntos era real, y Haruhime se sentía como si hubiera tenido una hermana menor preciosa. Lágrimas llenaron sus ojos solo al recordar el tiempo que pasaron juntas. Wiene admiraba a Bell más que Haruhime, y los tres pasaban tiempo juntos en el jardín interior como si fueran una familia—

Espera, ¿Era más una hija que una hermana menor?

Normalmente, Haruhime se autodestruiría con sus fantasías, sin embargo, no tenía tiempo para eso en este momento. Mientras caminaba por el pasillo iluminada por el sol del atardecer, se detuvo frente a cierta puerta, golpeó y entró después de dudar.

Era la habitación de Bell. Wiene a menudo visitaba la habitación y con frecuencia le pedía dormir con él. Se acercó a la cama con las sábanas blanco puro como si estuviera siendo atraída por ella.

Ella se sentó, luego se acostó. Sintiendo como si la calidez y el aroma de Wiene todavía estuvieran allí, Haruhime finalmente comenzó a llorar.

–Wiene-sama… ¡Wiene-sama…!

Con su cola de zorro temblando, Haruhime presionó las sábanas contra su rostro para tratar de controlar sus sollozos.

¿¡E-Está en celo…!?

¡Está en celo…!

¡En la cama de Bell…!

¿¡Haruhime-dono!?

Mientras la ex-prostituta Haruhime sacudía su cuerpo en repetidos movimientos y acostada boca abajo mientras emitía llantos como “¡Uu… ah, fu…!”, la Diosa y los demás tuvieron un gran malentendido sobre la situación cuando la vieron a través de la puerta ligeramente abierta.

–¿Huh? ¿Pasó algo…?

–¡No vengas aquí, Bell-kun!

–¡No mires!

–¡Es demasiado pronto para ti!

–¡Por favor, vete, Bell-dono!

–¡Esta es mi habitación!

La chica zorro en cuestión estaba desconcertada por el ruido fuera de la habitación.

– FIN DEL VOLUMEN 10 –