Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka (NL)

Volumen 7

Capítulo 4: Yoshiwara X Utakata

Parte 4

 

 

Sólo éramos ella y yo. No había nadie más para presenciar la verdadera forma de una guerrera Amazona emerger de la túnica negra ahora a sus pies.

–¿Qué está pasando…?

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En lugar de responder, ella apunto su arma justo hacia mi pecho mientras los aullidos y ecos de la batalla se desbordaban a través del túnel.

Su arma de madera era muy similar a la Gran Espada de Welf.

Las únicas diferencias reales eran la empuñadura notablemente más larga y la curva ascendente de la cuchilla.

Ella estaba sosteniendo el arma con su mano izquierda, con sus ojos mirándome amenazadoramente justo detrás de la punta de la espada. Ella abrió la boca.

–Puedes dirigir tu odio a los caprichos impredecibles de una Diosa. Eso o—

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No me había calmado lo suficiente como para notarlo hasta ahora.

Había algo extraño sucediendo en su piel oscura—diferentes puntos alrededor de su cuerpo estaban brillando.

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Entonces, ¿Por qué…?

— —¡Maldícete a ti mismo por haber sido notado!

Aisha-san desapareció en el aire.

–¿¡…!?

Pedazos del suelo del Calabozo estallaron en el aire donde ella estaba.

Me tomo un momento darme cuenta que Aisha-san se había ido.

Ella estaba encima de mí en un abrir y cerrar de ojos, esa espada curvada suya se dirigía directamente hacia mi estómago.

Empujé la <Daga de Hestia> hacia adelante por reflejo y logré guiar con seguridad la espada más allá de mi pecho.

Aisha-san ni siquiera espero a que se desvanecieran las chispas de la colisión para lanzar su primera patada. Golpeo con la ferocidad de una lanza el centro de mi pecho expuesto.

Mi peto se agrieto instantáneamente, liberándose de sus restricciones mientras el metal gritaba por el impacto. Lo que quedaba de la armadura salió volando de mi cuerpo.

¡Es demasiado rápida—!

Perdiendo el equilibrio, sólo pude captar el destello de la próxima patada implacable de Aisha-san ya en camino.

Caí de rodillas y manos antes de saltar hacia atrás y recuperar el equilibrio.

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Con mis dagas todavía en ambas manos, pase a la ofensiva.

Luche contra la confusión y el caos concentrando todas mis emociones en mis dagas y cargue hacia adelante. La Amazona me encontró de frente con una velocidad increíble.

Arcos de luz púrpura y carmesí cubrieron su espada de madera, pero nada pasaba a través de ella. Ella contraataco con esas largas piernas, golpeando una y otra vez mi armadura y mi piel.

—¡Es más rápida que yo!

Eso no era posible.

Lo sabía por un hecho—cuando luche contra ella hace tres días en el Distrito del Placer tenía la ventaja en velocidad.

¡Mi velocidad, mi Agilidad, era más alta, estaba seguro de ello!

Solo habían pasado unos días, ¿Entonces por qué?

–Mi <Estado> no es diferente.

Aisha-san giro para otro ataque y prácticamente leyó mis pensamientos.

La palma de su mano voló justo enfrente de mi rostro. Todo fue una finta para que pudiera poner su talón por encima de mi cabeza y azotarlo hacia abajo en mi hombro.

Pude echarle un vistazo a mi reflejo golpeado y dañado en sus ojos—ella estaba usando la misma expresión que Jacinto al final del <Juego de Guerra>.

–¡Mikoto-sama, por favor sigue a Bell-sama!

–Pero—

–¡Voy a despejar el camino—muévete!

Las voces que sonaban como las de mis amigos llegaron a mis oídos desde lejos. Sin embargo, no tenía el tiempo para procesar su significado.

Mi sentido del yo estaba desapareciendo con cada golpe, enfocándose hacia un fino borde. Un borde púrpura que logro bloquear una patada inminente.

Lanzando su pierna fuera del camino, di paso hacia delante con <Ushiwakamaru Shiki>.

–¡¡HAAH!!

*¡CLASH!* Mi daga carmesí golpeo el lado plano de su espada.


Vi que su agarre se aflojo por un momento y concentre toda mi fuerza en ese punto. El arma salió de su agarre un momento después, girando a través del aire.

Estaba desarmada. Sus ojos se abrieron por un momento por la sorpresa—pero eso fue todo.

Cambiando su estrategia, Aisha-san me sujeto con ambas manos.

–¿¡…!?

Una tremenda presión rodeo mis hombros, cada dedo se clavaba profundamente en mi piel. Lanzo un golpe rápido a mis pies para hacerme perder el equilibrio de nuevo y golpeo mi espalda contra la pared.

Mis huesos se agrietaron por el impacto. Entonces Aisha-san comenzó a correr conmigo pegado contra la superficie rocosa del túnel.

–UGH—¡UWAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

*¡¡BANG!!* *¡¡BANG!!* *¡¡BANG!!* *¡¡BANG!!*

Cada bache en la pared golpeaba mi espalda, mi piel ardía por la fricción y oleadas de dolor atacaban mi cuerpo a cada segundo.

Aisha-san me arrastro incluso más lejos por el túnel mientras los pedazos de la pared explotaban o se incrustaban en mi piel.

—¡Esto es una locura!

No podía escapar, no podía bloquear, no podía defender.

Esta increíble fuerza—no sólo el poder de sus golpes, sino cada uno de sus dedos al borde de desgarrar mis hombros—no tenían sentido.

No sólo era su velocidad, también era su Fuerza.

Estaba en un nivel completamente diferente del otro día.

En realidad, esto era más como—

—¿¡Lv. 4!?

Esa realización estremeció mi cuerpo.

Todo tembloroso, lo único que podía ver claramente era la mirada en los ojos de Aisha-san. Ella era absolutamente aterradora.

Me aferre a mis dagas por mi vida. Invocando todo el coraje que tenia, trate de asestarle un golpe a mi oponente desarmada—silencio.

–¿¡…!?

Una súbita ingravidez. Los fragmentos de roca que estaban destrozando mi espalda se habían ido.

Pero la abrumadora fuerza continuaba empujándome. Ahí fue cuando me di cuenta de lo que pasó.

Fui empujado hacia abajo por uno de los muchos agujeros en las paredes del Calabozo en este Piso.

Con sus dedos todavía clavándose profundamente en mi carne, ambos caímos por el conducto que se conectaba al Piso de abajo.

–¿¡~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~!?

Ella no me dejaba ir. Abajo, abajo, abajo.

Gotas de sudor salían a borbotones de mi mientras el aire de repente se volvía más húmedo. Giramos hacia adelante, cayendo de cabeza.

Luche para recuperar el aliento. Los destellos de luz que salían de su cuerpo se grabaron en mi memoria.

¿¡Un encantamiento!?

Eso tuvo sentido—sólo por un momento.

Había un capítulo que trataba de encantamientos en uno de esos libros que Eina-san perforó en mi cabeza. Los encantamientos con este gran efecto simplemente no existían. A lo sumo, podían agregarle un elemento fuego o rayo a un arma por un tiempo limitado, pero nada como esto.

—Sus miembros lucharon con fuerza mucho más allá de sus niveles reportados.

—Personalmente, tengo miedo de la <Familia Ishtar>.

La advertencia de Eina-san pasó a través de mi cabeza, haciendo que se me pusiera la piel de gallina.

–GEH—¡UWAAAAAAAAAAH!

Salimos por el techo del 15º Piso. Apreté los dientes y torcí mis hombros, finalmente rompiendo su agarre.

Pateando a Aisha-san, conseguí poner mi cuerpo en una buena posición para tomar la caída en el último momento.

La parte de atrás de mi hombro golpeo primero. El impulso me mando rodando por el túnel, pero vi a mi oponente aterrizando suavemente sobre sus pies. Puse mi pie en el suelo y deje de rodar tan pronto como había una buena distancia entre nosotros.

–¡Haaah… haah…!

Tome tanto daño que hasta la sensación del aire entrando en mi pecho quemaba. Arrodillado en el suelo y sujetando mis costillas, mire hacia Aisha-san. No había ni un solo indicio de emoción en su rostro.

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La mayor parte de mi armadura había sido destruida y deje caer una daga por aquí. Aisha-san dio algunos pasos adelante, un verdugo obligado a cumplir con su deber.

–¡¡Bell-dono!!

Una voz desde arriba.

Una sorprendida Aisha-san y yo miramos hacia el agujero a tiempo para ver a Mikoto-san aparecer desde la apertura.

Su equipo de batalla violeta se había desgarrado y sangrientos cortes cubrían su piel expuesta. Con su Katana parpadeando amenazadoramente en su mano derecha, aterrizo con apenas un sonido.

–… ¿Cómo demonios supiste que estábamos aquí?

Mikoto-san no respondió a la fría pregunta de Aisha-san. Ella, sin embargo, cargo.

Mis ojos se abrieron mientras me levantaba apresuradamente y hacia lo mismo.

Era dos a uno, un ataque de pinzas.

No me importaba lo cobarde que fuera. Ella estaba dándome la espalda y yo estaba aprovechando la oportunidad.

No me había dejado otra opción. Tenía que terminar esto, ahora.

–El equipo de Samira perdió la pista de una mocosa. Qué descuidadas. Pero es inútil.

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Murmurando algo sobre sus aliados arriba, Aisha-san tomo una postura defensiva.

Su larga pierna derecha se disparó hacia Mikoto-san, forzándola a utilizar su katana para defenderse antes de que pudiera entrar en su rango. *¡SNAP!* la patada de Aisha-san fue tan poderosa que rompió a través de la guardia y su pie golpeo el pecho de Mikoto-san.

Cambiando su balance, Aisha-san entonces giro como un trompo y vino hacia mí con una patada giratoria antes de que pudiera acortar la distancia. Todos los puntos de luz pulsaron como uno, distrayéndome por un instante muy valioso. No pude defenderme a tiempo mientras su pie colisionaba con el lado de mi rostro.

Volé hacia atrás cuando Mikoto-san se levantó. Desafortunadamente, Aisha-san también vio eso, y llevo su pierna por encima de su cabeza antes de dejar caer su talón.

–¡UGWAH!

–¡GEH!

Con el talón de Aisha-san golpeando justo debajo de su cuello, Mikoto-san se desplomo en el suelo. Aterrice bastante lejos de ellas.

La Amazona salió de nuestro ataque de pinzas bailando, con su largo cabello negro fluyendo graciosamente detrás de ella.

–¿¡M-Mikoto-san…!?

Su cuerpo estaba torcido en un bulto desgarbado en el suelo. No se movía.

Una demostración gráfica de la diferencia en sus niveles. Me levante y di unos pasos hacia ella.

–Nah. Esa ya está acabada.

Aisha-san me miro con sus ojos helados. Claramente había sido lanzado de nuevo a una intersección; no había forma de que pudiera llegar a Mikoto-san a tiempo.

Un momento después…

*WHOOSH*

Una nueva sombra oscura cayó sobre mí.

— ——

Una sonrisa horripilante saludo a mis ojos cuando me di la vuelta para encarar al recién llegado.

Danmachi Volumen 7 Capítulo 4 Parte 4 Novela Ligera

 

Un cuerpo de pie de más de dos metros de altura. Rechonchos brazos extendidos a los lados.

Mis instintos gritaban que huyera, cada uno de mis nervios se encendió al mismo tiempo, pero no fue lo suficientemente rápido.

Aún más rápido que Aisha-san, me impidió escapar con un puño del mismo tamaño y poder que una balista— golpeándolo contra mi espalda. (NOVA: Una balista es un arma de asedio usada en la antigüedad para lanzar proyectiles, en general grandes piedras. Su aspecto y mecanismo es similar al de una ballesta pero mucho mas grande.)

–¡GAHH!

Mi cuerpo se doblo hacia atrás como un tabla rota, todo el aire fue forzado a salir de mis pulmones por el impacto.

Dolor estallo a través de mi estómago como una bola de demolición, mis pies se despegaron del suelo mientras mi cuerpo era mandado a volar.

Mi visión se volvió borrosa, pero no lo suficientemente borrosa como para no darme cuenta de que otro puño del tamaño de una roca se acercaba a mi rostro. Se abrió en el último segundo y agarro mi cabeza en medio del aire.

— —¡GEGEGEGEGEGEGEGEGEH!

La risa como el croar de una rana demasiado grande llego a mis oídos antes de que las sensaciones que quedaban en mi cuerpo me dijera que estaba inmovilizado contra una pared.

Mis huesos se agrietaron bajo la presión. Pero fue la pared del Calabozo la que cedió primero, rompiéndose y explotando en miles de pedazos a mi alrededor. Duchado por una avalancha de escombros de piedra, mis brazos y piernas quedaron completamente entumecidos.

No podía ver nada más que oscuridad con mis ojos pegados entre dos dedos gigantescos. La desesperación inundo mi mente y un inimaginable dolor atravesó mi cuerpo entero.

–Ah…

Incluso mis cuerdas vocales fallaron.

La mano se alejó de mi rostro y la luz golpeo mis ojos.

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La última cosa que recuerdo haber visto fue la horrible sonrisa de esa mujer.

Literalmente incrustado en la pared, perdí la conciencia.

***

 

 

–¡MALDICIÓN!

Una Gran Espada cortó al último Hellhound en dos.

Los cadáveres de innumerables monstruos y montones de ceniza llenaban el pasillo.

Clavando la Gran Espada en el suelo y usándola como un bastón, un hombre se limpió el sudor y la sangre de sus ojos mientras miraba alrededor de la zona.

–¿¡Dónde demonios están!?

–¡Lili no tiene ni idea! ¡Bell-sama y Mikoto-sama no han vuelto…!

Lili respondió al grito enojado de Welf con su propio grito.

Los grupos de Aventureros encapuchados los atormentaron a ambos a su antojo antes de matar a la mayoría de los monstruos y desaparecer sin dejar rastro. Welf y Lili estaban ahora solos en un silencio mortal.

Lucharon contra su confusión y ansiedad lo suficiente para comenzar a buscar a sus aliados perdidos. El humano gravemente herido y la Hobbit pronto fueron descubiertos por unos Aventureros de Clase Alta que pasaban, y la palabra de su situación se extendió.

***

 

 

— —No puede ser.

En otra parte…

Los gritos de las víctimas fueron silenciados.

Haruhime miraba con incredulidad a las personas que estaban más allá de sus pies.

Un chico de cabello blanco, maltratado y ensangrentado, y la chica de largo cabello negro cubierta de moretones y heridas, yacían inconscientes justo delante de ella.

–Cranel-sama… Mikoto-sama.

Muchas Amazonas trabajaban rápidamente a su alrededor, preparándose para regresar a la superficie, mientras ella se sentaba en estado de shock.

–¿Por qué recogiste a esa pequeña chica, Aishaaa? Nuestras órdenes son llevar el conejito a casa.

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–Ahora estaría en el vientre de algún monstruo si la hubiera dejado allí. No sería capaz de dormir por la noche.

El monstruosa Amazona Friné y Aisha intercambiaron palabras.

Los labios de Haruhime temblaban mientras se daba la vuelta para dirigirse a ellas.

–Aisha-sama… ¿Estas personas eran el objetivo de esta misión?

–… Así es. Por órdenes de Ishtar-sama.

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Toda la fuerza abandono el cuerpo de la Renart.

Ella observó con consternación como sus cuerpos eran cargados en la caja de carga metálica detrás de ella.

–Aahh……

Pálida como un fantasma, Haruhime cayó de rodillas.

Danmachi Volumen 7 Capítulo 4 Parte 4 Novela Ligera

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