Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka (NL)

Volumen 7

Capítulo 2: Corre, Cranel

Parte 8

 

 

— —¡M-Mis más sinceras disculpas!

La Renart todavía sonrojada inclino la cabeza.


No pude salir de la habitación—las Amazonas que andaban por ahí eran aterradoras como el infierno, y no podía dejar a una chica inconsciente acostada allí indefensa—así que le puse las mantas y esperé.

Ambos estábamos completamente vestidos una vez más. Ella estaba sentada sobre sus rodillas e inclinándose lo más profundamente posible, con su cola de zorro que encrespándose detrás de ella.

–¡Para que todo sea sólo… un grave malentendido…!

–Ahh, um, bueno, yo fui el que se metió aquí, así que…

Estaba sentado lejos de ella, en el tatami en lugar del futón, y sonrojándome tanto como ella. Lo más que podía hacer era ofrecer una disculpa.

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Disculpándome con alguien a quien nunca había visto antes, en un burdel… Bueno, esto era diferente.

–Me pareció extraño que mi cliente designado todavía no llegara…

Finalmente levanto la cabeza. Esos hermosos ojos verdes temblaban de vergüenza.

Ella explico que esperaba a un hombre que nunca apareció en la primera habitación. Así que cuando entré, inmediatamente pensó que yo era ese cliente. Y el resto es historia.

… Un hombre se desmayó en el momento en que entre por la ventana de este burdel. Solo imaginar lo que le hubiera pasado a un pobre chico que viera a la horda de Amazonas venir estallando a través de las ventanas. Luego estaba la persecución por los pasillos. Su cliente nunca llego…

Tenía que ser culpa mía. Hice una mueca y mire hacia otro lado.

–… Podría ser demasiado tarde para las presentaciones adecuadas, pero soy Haruhime. ¿Cómo debo dirigirme a ti…?

–Oh, sí… soy Bell Cranel.

Finalmente conseguí superar mi vergüenza y le dije a la chica, Haruhime, mi nombre.

–Bueno entonces, Cranel-sama… Si no eres mi cliente, ¿Por qué estás aquí?

Una mirada inquisitiva se apodero de su rostro mientras hablaba con voz suave.

Que este en este burdel significaba que Haruhime-san era más que probable una miembro de la <Familia Ishtar>. Si le dijera que sus aliadas me persiguieron hasta aquí… ¿Qué elección tenia? Decidí explicarle todo.

Seguramente ya había descubierto que yo era el intruso. Pero no había llamado a nadie y estaba esperando pacientemente mi respuesta.

Por encima de todo, tenía la extraña sensación de que podía hablar con esta persona… tenía un aura de inocencia que era completamente diferente a cualquier otra persona en el Distrito del Placer. Le conté todo lo ocurrido en las últimas horas, por qué me convertí en un fugitivo en un territorio hostil.

–Has experimentado… una tarde bastante turbulenta.

Su comportamiento no cambió incluso después de que terminé de hablar. De hecho, parecía simpatizar.

¿Las cacerías de las Amazonas ocurren muy a menudo…?

–Las Amazonas que te persiguen… ¿Una de ellas se llamaba Aisha, por casualidad?

–¿La conoces?

–Si. Aisha-sama ha sido muy amable conmigo.

Su voz tenía un tono de disculpa, pero había una sonrisa muy honesta en sus labios.

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Así que era cierto, entonces—esa Amazona <Berbera> tenía un lado gentil.

Era un poco difícil de creer, después de ser perseguido por la ciudad y servir como su bolsa de patadas móvil.

–Tengo una propuesta. Una vez que nuestro tiempo juntos llegue a su fin, te guiaré a la ruta de escape más segura. Es muy improbable que te descubran si permaneces escondido en esta habitación hasta la madrugada.

–¿Eh…? ¿Estás segura?

–Si. Puede ser por una sola noche… pero yo, Haruhime, quisiera prestarte mi ayuda, Cranel-sama.

Era difícil creerle; esto podría ser una trampa. Pero había algo en su sonrisa, algo genuino.

Mis mejillas volvieron a encenderse. Esa sonrisa, esos ojos, su atmósfera inocente… Ella era increíble.

–Tan vergonzoso como puede ser… tengo una petición para ti.

–¿Eh?

–¿Podemos… conversar hasta que llegue el momento señalado?

Miro hacia otro lado, sus mejillas estaban sonrojadas. Debió haber reunido mucho valor para preguntar.

No debía tener muchos visitantes que no sean clientes.

Me sonreía como el interés amoroso del personaje principal en un cuento de hadas. Forcé una sonrisa y asentí con la cabeza. ¿Cómo podría negarme?

–¡Muchas gracias!

Sonrío de oreja a oreja y se inclinó hacia el suelo de nuevo, excepto que esta vez su cola de zorro se meneaba felizmente de un lado a otro.

Deslizo una de las paredes de papel <Shouji> a un lado y la luz azul de la luna lleno la habitación. Luego tomo cuatro almohadas para los dos. Nos pusimos cómodos y comenzamos a hablar.

–¿De dónde vienes, Cranel-sama?

–Vengo del norte de Orario, de un pequeño valle detrás de las montañas…

Todavía no estaba seguro de cómo sentirme sobre esta cosa “Cranel-sama”, pero deje que se deslizara y respondí a su pregunta.

Haruhime-san me pregunto sobre cada pequeño detalle de mi ciudad natal.

Al norte de Orario, un pueblo tan pequeño que la mayoría de los mapas ni siquiera se molestaban en escribir su nombre… Su expresión cambiaba con cada respuesta, pendiente de cada palabra.

“¿Hay muchos humanos allí?” “¿Qué tipo de vista tenías de las montañas?” Y tantas otras preguntas que ni siquiera había pensado antes.

Ella estaba muy feliz escuchando. Era como hablar con un niño realmente interesado que nunca se había aventurado más allá de su propia casa.

Pasaba sus dedos por su cabello dorado, claramente cautivada por mis respuestas. Algo me decía que estaba muy protegida cuando era niña.

¿Pero por qué alguien como ella está aquí…?

Al mismo tiempo, no podía imaginar cómo alguien tan pura terminó en el Distrito del Placer.

No podía ser más diferente de Aisha-san y de los demás. La atmósfera que la rodeaba y la abrumadora aura de este Distrito Nocturno eran polos opuestos. Yo era un fugitivo, huyendo de sus amigas dentro del territorio de su <Familia>, pero aquí estaba ella, hablando conmigo como si estuviéramos en un café o algo así. Haruhime- san claramente no pertenecía aquí.

–Entonces, ¿Viniste a Orario para seguir tu sueño de convertirte en Aventurero?

–Podrías decirlo. Siempre lo había querido, y no tenía dinero en ese momento…

Pero no podía preguntarle directamente.

Sostuve mi lengua y en cambio espere a que ella hiciera las preguntas.

Haruhime-san parpadeo unas cuantas veces y se sonrojo otra vez antes de caer en silencio. Tal vez se dio cuenta de que había estado dirigiendo la conversación todo el tiempo.

No pude evitar reírme de ella. Era un poco mayor que yo, así que verla avergonzarse por algo tan pequeño parecía extraño.

–Okay, entonces… ¿De dónde eres tú, Haruhime-san?

El silencio era demasiado incómodo. Lo rompí haciéndole la misma pregunta que ella me hizo.

Sentándose de nuevo, su vergüenza comenzó a desaparecer, y miro el techo como si estuviera sumida en sus pensamientos.

–Mi lugar de nacimiento… está en el Lejano Oriente.

Ya sabía que la mayoría de los Renart eran de allí. A juzgar por su nombre, ya tenía esa impresión.

Comenzó a pintar imágenes con palabras, imágenes que fluían de su memoria como hojas transportadas rio abajo por un río.

–Es una isla montañosa, completamente rodeada por un hermoso océano azul. Las cuatro estaciones eran mucho más pronunciadas que las de Orario. Los hermosos árboles rosados de cerezo cubrían la tierra en primavera. Las canciones de los semi escarabajos nos divertían en verano. Las montañas se convertían en brillantes tonos de carmesí durante los helados días del otoño… y todo era cubierto por gruesas mantas de nieve en invierno.

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La nostalgia rezumaba absolutamente de sus ojos. Sus descripciones me hicieron sentir nostalgia incluso a mí.

La mirada de Haruhime-san cambio del techo a la luna, apenas visible entre el Shouji.

Bañada por la luz de la luna, se parecía más a la pintura de un artista que a una persona real. Mirando su rostro de perfil, decidí preguntarle sobre su familia.

–Haruhime-san, ¿Tus padres eran personas de alto rango? ¿Aristócratas, tal vez?

–¿¡Cómo lo supiste!?

Ella casi salto del futón por la sorpresa.

–Solo tuve esa sensación…

Murmure mientras me rascaba la nuca. Entonces ella comenzó a explicar.

–Es como dices, Cranel-sama. Soy descendiente de una larga línea de nobles que se remonta a muchas generaciones. Mi madre nunca estaba presente, y mi padre trabajaba largas horas para el gobierno… Yo fui criada por muchos sirvientes desde la infancia.

Años de entrenamiento para ser aristócrata, sin conocimiento del mundo exterior… criada con una cuchara de plata en la boca, estaba muy sola en su espaciosa jaula, con muy pocos amigos.

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El rostro de Haruhime-san se nublo repentinamente.

–Esos días llegaron a un final abrupto hace cinco años… fui desheredada cuando tenía once años.

–¿¡Qué!?

Eso me cegó completamente. Tuve que detenerme a mí mismo para evitar caer.

Desheredada… ¿Sus padres cortaron lazos con ella?

–¿P-Por qué…?

–En un estado de aturdimiento… comí una ofrenda divina extremadamente valiosa que fue llevada por uno de los invitados de mi padre.

Ella continúo explicando que otro aristócrata, un Hobbit, se alojaba en su mansión cuando tenía once años.

El aristócrata había estado viajando para presentar una ofrenda de tortas de arroz purificadas a su Diosa Amaterasu-sama—y Haruhime-san se las comió todas mientras caminaba dormida.

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… ¿Qué pasa con eso? Una gota de sudor rodó por mi espalda.

–¿Realmente, las comiste?

–No lo recuerdo. Sin embargo, había migajas alrededor de mi boca cuando recupere la conciencia… ¡Debo haber sentido hambre en medio de la noche y mi cuerpo actuó por sí mismo…!

Haruhime-san oculto su rostro con sus manos, lágrimas comenzaban a derramarse de sus ojos.

Continuando con su historia, dijo que su padre estaba furioso con ella después de eso y exigió un severo castigo—pero el Hobbit intervino y dijo: “Bueno, no hay nada que podamos hacer al respecto ahora.” El aristócrata visitante salvó la vida de Haruhime-san ese día. Al ser nobles, su familia tenía mucho orgullo y no tenían otra opción que protegerla. Así que Haruhime-san fue entregada a ese aristócrata a cambio de salvarle la vida.

La decisión se tomó en cuestión de segundos. El Hobbit dejó su mansión casi inmediatamente llevándose a Haruhime-san.

… No quería dudar de su historia, pero ese Hobbit sonaba muy sospechoso.

Le pregunte, y ella dijo que él la trató muy bien. Lo suficientemente bien que ella se apegó a él.

Me estaba imaginando la escena de un hombre de baja estatura y pomposo envolviendo su brazo alrededor del hombro de la chica llorando.

Quería señalarle eso, pero al darle un vistazo a su rostro llorando, simplemente no pude hacerlo.

–E-Entonces, ¿Qué pasó después?

–*Sniff*… Sí. Estaba en la parte trasera de un carruaje, sin ninguna idea de dónde estábamos… cuando de repente un rugido ensordecedor vino de afuera. ¡El carruaje fue atacado por monstruos…!

Ahora me tenía al borde de mi asiento.

–Él se escapó de la horda de ogros, abandonándome en mi estado de pánico…

–… ¿Eh?

–… Un grupo de ladrones me rescató en el último momento. Una vez que descubrieron mi virginidad, decidieron venderme aquí, a Orario.

— ——

Estaba atónito.

El impacto completo de lo que dijo no me golpeo al principio, pero no se formaban palabras en mi boca.

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¿¡Ella fue vendida… a Orario…!?

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–¿Qué quieres decir con “vendida a Orario”…?

–En términos sencillos… una chica sin hogar ni amigos como yo, fue traída al Distrito del Placer para ser vendida como mercancía.

Observaba sus labios formar esas palabras bajo la luz de la luna, cada uno de los puntos se conectó en el camino que había estado rezando que no se conectaran.

Los ladrones la protegían de los monstruos, pero luego la trataban de la misma forma que a todo lo que habían robado en el carruaje. Todavía era muy joven, así que no la tocaron. Pero sabían que ella, con su cuerpo inmaculado, valdría mucho dinero a las personas adecuadas un día. Y así la trajeron a Orario.

–Para una ciudad con tantos Aventureros como Orario, lugares como el Distrito del Placer son necesidades insustituibles para mantener la paz.

Aparentemente, los Aventureros fuertes tenían impulsos igualmente fuertes…

Aquellos que se aventuraban con sus vidas siempre en la línea lidiaban con enormes cantidades de estrés. Pasando tiempo constantemente en el Calabozo, luchando contra la muerte misma pasaba factura. La necesidad de liberar el estrés y la frustración podía tomar formas violentas, pero también podía ser aliviada legal y pacíficamente en lugares como este.

Por eso el Gremio hacia la vista gorda a este lugar. Su existencia reducía la cantidad de peleas en bares y daños a la propiedad causados por los Aventureros. El Distrito del Placer era un mal necesario.

Claro, su explicación tenía sentido. Pero la idea de que el Gremio desviara la vista de la verdad—que los humanos estaban siendo comprados y vendidos—era absolutamente horrible. Trate de evitar hacer contacto visual con Haruhime-san, pero no sirvió de nada.

Mis ojos seguían su largo y dorado cabello a los hermosos orbes verdes en el centro de su rostro.

Los Renart eran una raza especial dentro de los Beastman porque eran los únicos que eran Magos naturales.

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Cuando se trataba de Magia, la mayoría de las personas pensaría en Elfos de inmediato. Sin embargo, la Magia de un Renart era un poco diferente. Cada uno de sus hechizos era bastante único. He escuchado que se les conoce como <Hechiceros> en el Lejano Oriente.

Por lo tanto, sus “salvadores” vieron su valor—en términos de fuerza potencial y ganancia económica—cuando la trajeron aquí al centro del mundo, Orario, y la vendieron en este negocio.

Ella habría sido traída aquí ostensiblemente bajo el disfraz de querer venir por su cuenta, pero realmente paso a través de las puertas como mercancía.

Esto es terrible…

Luego fue vendida al mejor postor. Simplemente sucedió que Ishtar-sama estaba en el área y la noto. La Diosa compró a Haruhime-san para hacerla parte de su <Familia>…

Incapaz de seguir sus sueños, experimentó una tragedia tras otra.

No tuvo más remedio que venir a Orario. ¿Y ahora…?

Pensé que todas las mujeres que trabajaban aquí eran como Aisha-san. Pero, ¿Cuántas de ellas tenían historias similares a las de Haruhime-san?

Era una verdad que desearía nunca haber conocido.

Y me di cuenta de algo al mismo tiempo.

No tenía ni idea en absoluto. Pero ahora, después de escuchar a Haruhime-san, nunca podre regresar.

–Umm… Siempre quise venir al continente, siendo de una nación insular. Así que mi deseo se cumplió… desde cierto punto de vista.

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Debió haber visto los engranajes girando en mi cabeza y desesperadamente trato de consolarme.

Pero ahora todo lo que veía era dolor en esa hermosa sonrisa.

–Puede que no sea la mejor de las circunstancias, pero mis nuevas hermanas cuidan muy bien de mí.

Otro intento de convencerme de que estaba bien.

Mis labios se negaban a abrirse. Apenas podía mirarla.

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