Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka (NL)

Volumen 7

Capítulo 2: Corre, Cranel

Parte 3

–¿E-Ellos se han ido…?

Estaba solo en medio de una calle llena de extraños.

Estábamos a mitad de la calle, pero todavía podía ver la cabeza roja de Welf. Entonces de la nada, “¡Es tiempo de Juego Especial!” fui arrastrado por una avalancha de hombres—y ahora no podía encontrar a Welf o a Lili.

Camine de regreso a un lugar que pensé reconocer, pero todo lo que había aquí era el frente de un burdel que no había visto antes. Hice todo lo posible para seguir… pero ahora estaba por mi cuenta.

¿Hice un giro equivocado en alguna parte?

¿Tal vez, en lugar de moverme, debí haber esperado donde estaba en la calle a que Lili y Welf me encontraran?

Tantos rostros, pero no conocía ninguno. Demonios, ni siquiera sabía dónde estaba.

Líneas de burdeles de piedra, la suave luz de las Lámparas de Piedra Mágica y lascivas voces femeninas que venían de todas las direcciones—invitaciones seductoras. Gracias a mi <Estado>, mi audiencia era mucho mejor de lo que solía ser, hasta el punto de que recogía claramente todos esos gemidos y gritos que salían de los edificios.

Estaba en medio de la calle pero mis pies no se movían. Me pregunto de qué color era mi rostro ahora. Toda la sangre se había drenado de él hace mucho tiempo, pero mis mejillas y oídos estaban ardiendo.

No tenía idea de si era porque soy cobarde, o si estaba avergonzado o ansioso. Había tantas emociones arremolinándose en mi cabeza.

Mientras mi rostro iba de pálido a rojo y a pálido de nuevo, sentía como si estuviera al borde de volverme loco.

–¿Qué tenemos aquí? ¿Estás perdido, pequeño?

–¡GAH!

Mi cuerpo salto ante la repentina voz.

Mire hacia arriba y vi a alguien con una increíble piel blanca como la nieve—una de las mujeres de la noche, una Elfa, nada menos. Ella me sonrió dulcemente.

Su vestido era del mismo tono de blanco que su piel. Había una gran hendidura corriendo por la parte delantera, todo el camino hasta su ombligo, mostrando su considerable busto. Su belleza y aura seductora me hicieron perder la voz.

–¡E-Estoy bien!

Grite mientras salía de su hechizo, y no perdí tiempo en huir.

¡¡Welf, Lili, Mikoto-san!!

Gritando los nombres de mis amigos en mi cabeza, corrí hacia cualquier lugar que no fuera aquí.

Salí de la calle principal y entre en un callejón más estrecho. Uno de los burdeles se elevó sobre mí. Había tan poca luz aquí que no sabía dónde terminaba el edificio y comenzaba el cielo nocturno. Varias de las ventanas del burdel estaban abiertas. Rostros jóvenes me miraban. Una chica Beastman, que no podía ser mucho mayor que yo, se inclinó hacia fuera y me lanzo un beso. Una nueva oleada de calor llego a mi rostro mientras casi me caía.

La atmósfera de este lugar me estrangulaba. Tenía que salir de aquí, tenía que escapar. Corriendo tan rápido como pude, grite con todas mis fuerzas y me precipite a través del Distrito del Placer.

–¡Haaa, haaa, haa…!

Tuve que parar para recuperar el aliento.

Este no era el Calabozo, pero igualmente, correr como idiota no me llevará a ninguna parte. Tenía que parar, enfocarme.

¿Quién me estaba mirando? Ah, sólo algunos chicos en la esquina de allí. Debo ser un desastre.

Puse mis manos sobre mis rodillas y tome algunas respiraciones profundas.

Limpiando el sudor de mi rostro, eche un vistazo alrededor.

¿Dónde estoy…?

Todos estos edificios eran completamente diferentes de los anteriores.

Un cambio agradable de los burdeles de piedra, en realidad era bastante brillante aquí.

¿Entré en alguna clase de festival? Mirando alrededor de la zona, seguro se sentía así.

–… ¿Diseño del Lejano Oriente?

Muchas puertas rojas altas estaban alineadas en el camino. Incluso el diseño en el pavimento parecia extranjero.

Edificios de madera con paredes blancas altamente adornadas y pilares rojos estaban por todas partes. Cada uno de ellos tenía tres pisos de altura y eran sorprendentemente coloridos. Baldosas tan gruesas como ladrillos cubrían los techos de los edificios y las partes superiores de las puertas rojas. Toda esta zona fue construía de la misma manera.

Si recuerdo bien… esto se llama zona roja.

Este era el mismo estilo que la tierra natal de Mikoto-san. Recordé sus descripciones y las de alguien más, no estaba seguro de quién, mientras mis ojos exploraban el área.

Así es… el abuelo me lo contó. No entró en muchos detalles, pero estos diseños coincidían perfectamente con su historia.

Los cuadros tallados en el pavimento de piedra eran muy atractivos, atrayéndome. El abuelo tenía razón.

Lili dijo que el Distrito del Placer era una mezcla de diferentes culturas, todas en el mismo lugar…

La zona roja—los luces no sólo eran rojas, eran brillantes. Por supuesto había Lámparas de Piedra Mágica en todo el lugar, pero también había linternas tipo globo con velas encendidas dentro colgando de las puertas.
Lanzaban suaves luces sobre los hombres y mujeres que pasaban por debajo de ellas. Las mujeres, l-las mujeres trabajando, vestían algo que parecía una bata, pero con muchos más pliegues. Un kimono… Ropa tradicional del Lejano Oriente.

Arboles llamados Ajura fueron plantados a cada lado de un camino ancho. Estas plantas con flores azules solo crecían en el Calabozo, así que deben haber sido criados aquí. Lo más sorprendente de ellas es que siempre estaban en floración, sin importar la temporada. Algunos de los pétalos azul cielo estaban esparcidos por el sendero de piedra. Si recuerdo bien, los verdaderos árboles de cerezo eran blancos y rosados—pero eran exactamente de la misma forma. El Distrito del Placer podría ser un crisol de culturas, pero no había duda de que este lugar estaba destinado a ser el Lejano Oriente.

Mire hacia adelante, admirando las flores azules, cuando vi algo por el rabillo de mi ojo.

El primer piso de uno de los burdeles. Varias mujeres jóvenes vestidas con kimonos estaban alineadas en una habitación que daba a la calle.

Con una gran cantidad de accesorios, llamaban a las personas en la calle, tratando de atraer a los clientes. Parecía estar funcionando. Había un grupo de unos seis o siete hombres parados afuera, sus ojos se deslizaban sobre cada pulgada de las chicas, tratando de encontrar una que se adaptara a su fantasía. Uno de los hombres se acercó a la valla de madera que separaba a las chicas de la calle, le hizo señas a una de ellas hacia adelante y luego desapareció en la entrada después de intercambiar una o dos palabras.

Seguí caminando hacia adelante, observando la mezcla de razas alineadas detrás de esa valla de madera.

Accidentalmente hice contacto visual con la chica sentada al final de la habitación.

–…

Su cabello dorado brillaba alrededor de ojos verdes.

Ella era una Beastman de algún tipo. Las orejas anchas y redondas en la parte superior de su cabeza y una cola espesa del mismo color que su cabello demostraban eso. Basándome en las formas de sus oídos y su cola, diría que es de la raza Foxman. (NT: Hombre Zorro)

—Una Renart. (NT: Umm, no encontré mucha información sobre ello, solo que es zorro antropomórfico, principalmente rojo, del folklore europeo.)

Esta era la primera vez que veía una.

Eran una raza extremadamente rara que vivía sobre todo en el Lejano Oriente.

Incluso entre todas las otras chicas y magníficas mujeres, su belleza se destacaba. A falta de una palabra mejor, era linda.

Vestida con un fluido kimono rojo, estaba sentada detrás de las otras mujeres trabajadoras. Había una gargantilla negra en su cuello… No, creo que era un collar.

Mis pies se detuvieron para poder admirar esos increíbles ojos verdes.

Vastos como el cielo nocturno, me miraban con una punzada de envidia y anhelo, un deseo de estar al otro lado de la valla de madera.

Sus labios se extendieron sin que ella apartara la mirada. Una sonrisa triste.

Las otras mujeres a su alrededor estaban riendo, burlándose y llenas de energía. Pero era muy diferente de ellas, era fascinante. No podía quitar mis ojos de ella.

Sus párpados se estremecieron, como si estuviera al borde de las lágrimas. Pero esa sonrisa suya estaba haciendo que el tiempo se detuviera.

Duró sólo un segundo, pero no me sorprendería que nos hubiéramos mirado durante casi un minuto.

— —¡Vaya, vaya, pero si es Bell!

*Tap* Salte sorprendido cuando una mano toco mi hombro.

Mi cabeza se giró hacia atrás. Allí, mirándome fijamente, estaba un Dios con cabello y ojos color naranja.

–¿¡H-Hermes-sama!?

–Haha, pensé que eras tú.

Hermes-sama mostró una amplia sonrisa, disfrutando claramente de mi reacción.

Su rostro se transformó en su habitual sonrisa elegante, sus ojos brillaban hacia mí justo por encima de los míos Nunca lo había visto sin Asfi-san, pero ella no estaba aquí. ¿Tal vez Hermes-sama está solo?

Estaba vestido con su habitual ropa de viajero, excepto que ahora tenía un sombrero de plumas en la cabeza y una pequeña bolsa sobre su hombro.

–Imagínate, encontrarte aquí. Hehe, has crecido tan rápido.

–¿¡Eh…!? ¡No, no es eso! ¡Tengo una explicación perfectamente buena…!

–Te vi echarle un vistazo a la galería. ¿Ves algo de tu agrado?

Hermes-sama miro por encima de mi cabeza a la alineación de chicas detrás de la valla de madera. Me alegra que apartara la vista porque mi rostro se estaba quemando de nuevo. Él tenía la idea equivocada. Seguí su línea de visión de nuevo hacia la galería, como él la llamó, pero la Renart se ocultó detrás de los que se acercaron a la valla.

Ambos pasamos varios segundos observando las transacciones.

–¿Quieres algunos consejos sobre cómo conseguir una buena?

Pregunto con una sonrisa.

–¡N-N-No gracias!

Le grite en respuesta.

Si no cambio el tema ahora, quién sabe qué pasará.

Olvidándome sobre la Renart por el momento, me aleje de la alineación.

–Eh, um… Entonces, Hermes-sama, ¿Por qué estás aquí? ¿Y qué… qué hay en la bolsa…?

–Vamos, vamos, Bell. Las preguntas invasivas son un no-no en este lugar.

Bajó el ala de su sombrero para esconder la mitad de su rostro, pero todavía podía ver esa amplia sonrisa.

… Se escapó de Asfi-san. Esa realización envío una ola de sudor frío por mi espalda. Y esquivó la pregunta sobre lo que había en la bolsa sobre su hombro.

–Me gustaría que mantengas el hecho de que estaba aquí como un secreto entre nosotros. ¿De acuerdo?

Hermes-sama se inclinó muy cerca de mí mientras hablaba.

–S-Seguro…

Eso fue todo lo que pude decir en respuesta.

Por otro lado… Creo que tener esta conversación me ha tranquilizado un poco.

No hay nada como el alivio de ver un rostro familiar. Gracias a él, la sensación de ser estrangulado por la atmósfera en el Distrito del Placer se había ido.

Ahora tenía que preguntarle cómo salir de aquí.

–Y pensar, que el Bell que conozco vendría al Distrito del Placer por su cuenta…

Pero antes de que pudiera preguntar, una sonrisa peligrosa que conocía muy bien apareció en su rostro mientras envolvía su brazo alrededor de mis hombros.

–¿H-Hermes-sama?

–Estoy feliz de que hayas descubierto las maravillas de este lugar. Por supuesto, también viniste aquí en secreto, supongo.

–No, yo… ¡Hermes-sama, esto es sólo un malentendido!

Trate desesperadamente de convencerlo de que no estaba aquí para participar en la “diversión”, pero Hermes- sama continúo.

–No hay necesidad de sentirse avergonzado. Hestia no escuchara nada de mí—Toma, un regalo de despedida.

Todos mis esfuerzos fueron en vano, Hermes-sama abrió su bolsa y hurgo en ella.

Una de sus mejillas retrocedió en una sonrisa maligna mientras me entregaba una pequeña botella.

Tenía aproximadamente el tamaño y la forma de una pieza de ajedrez. Había un espeso líquido rojo moviéndose dentro.

–¿Q-Qué es esto?

–Un afrodisíaco.

—¿¡Un qué!?

Casi toso uno de mis pulmones.

–¡Entonces, Bell! ¡Espero que disfrutes tu noche tanto como yo disfruto la mía!

–¡Espera, Hermes-sama!

Pude ver otra vez esa sonrisa mientras se alejaba.

–¡N-No quiero esto!

Grite mientras lo perseguía, con la botella de jugo de amor en mi mano.

¡No podía estar solo otra vez! ¡También sería aún peor si llevaba esta cosa por mí mismo! No tenía el coraje de ponerla en mi bolsillo, pero no podía simplemente tirarla. ¡Alguien podría verla y tener la idea equivocada! ¿Que se supone que debo hacer?

Seguí ese sombrero emplumado a través de la multitud como si esta botella fuera una bomba de tiempo y él fuera el único que podía detenerla. Él estaba familiarizado con este lugar; la pluma entraba y salía de mi vista a cada paso. Aumente mi velocidad en un intento desesperado de permanecer cerca.

Completamente centrado en devolverle la botella, dejamos atrás la zona roja del Lejano Oriente y viajamos a través de callejones más oscuros.