Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka (NL)

Volumen 7

Capítulo 2: Corre, Cranel

Parte 1

–C-Creo que me retiraré temprano esta noche.

Los platos de la cena habían sido lavados y guardados.

Sólo cuatro de ellos estaban sentados, relajándose en la sala de estar, cuando Mikoto hizo su declaración.

Hestia estaba ausente esta noche. La reunión de la noche anterior había encendido un fuego nuevo dentro de ella. Ese deseo ardiente de pagar el préstamo le dio la motivación que necesitaba para trabajar horas extras.

Bell y los demás ignoraron el temblor en la voz de Mikoto y, o bien agitaron su mano o dijeron, “Buenas noches”, mientras se levantaba. El reloj aún no había llegado a las ocho cuando la chica salió del salón y cerró la puerta detrás de ella.

Subiendo las escaleras y caminando por el pasillo iluminado por la luna, Mikoto se dirigía a su habitación en el tercer piso.

De repente, cambió de rumbo.

Girándose en la otra dirección sin hacer ningún ruido, abrió una ventana del segundo piso y saltó a los terrenos detrás de la mansión.

Se escondió detrás de los árboles y se aseguró de que las luces del salón seguían encendidas antes de salir por la puerta trasera.

–Esa es nuestra señal. Vamos a seguirla.

–Ha pasado mucho tiempo desde que Lili hizo algo como esto.

–¿E-Esto está bien…?

Mientras tanto…

Welf, Lili y Bell vieron a Mikoto pasar por la puerta trasera desde un punto de vista diferente.

Habían estado esperando que Mikoto hiciera algo como esto.

Después de que la chica subió, dejaron las luces de la sala de estar encendidas y se escondieron en el jardín donde podían ver ambas salidas. Tres figuras se deslizaron rápida y silenciosamente a través de la oscuridad.

Evidentemente, la obstinada chica intentaba esconder algo.

Seguirla era la única manera de averiguarlo.

–Mikoto-sama parecía muy preocupada por la limpieza de las ventanas hoy… tal como esperábamos.

–Cualquiera lo habría deducido por la manera en que seguía echando miradas a la ventana.

Welf y Lili notaron que Mikoto no había sido ella misma durante el día. La pista más grande fue que pasaba mucho tiempo mirando afuera. Así que ambos pensaron en este plan y arrastraron a Bell a pesar de la confusión del chico. Estaban listos para perseguirla cuando Mikoto se moviera.

Su preocupación por su amiga no podía permitirles ignorar su secreto y extraño comportamiento.

–Ella es muy parecida a ti.

–¿Huh?

–Welf-sama está diciendo que mentir no es tu punto fuerte, Bell-sama.

La chica de cabello negro, que siempre era honesta hasta la exageración, se dirigió a la vibrante ciudad.

Estaba demasiado enfocada en su destino para notar que la seguían. Sus tres perseguidores se mantuvieron a la sombra, permaneciendo lo suficientemente lejos detrás de ella para ocultar su presencia. Siguieron a Mikoto lejos de su hogar en el sureste a la parte sur de la ciudad.

No pasó mucho tiempo antes de que llegaran a un distrito justo al lado de la Calle Principal del Sur—el Distrito Comercial.

Ciertamente estaba a la altura de su nombre. La noche aún era joven, pero cada rincón de la calle ya estaba brillante, colorida y llena de personas. Líneas de personas ya estaban ingresando a los teatros, casinos y bares de clase alta. Comerciantes de aspecto rico y Aventureros se codeaban con los Dioses mientras caminaban por la calle llena de edificios masivos, buscando el entretenimiento de esa noche.

Mikoto viajó al corazón del Distrito Comercial antes de lanzarse repentinamente a uno de los callejones, y corrió a encontrarse con otra figura parada frente a una tienda de aspecto sombrío.

–¿Esa es Chigusa-sama? ¿Están solas?

–Sí, y se están moviendo… Ahora, ¿A dónde se dirigen?

Las dos chicas de Oriente compartieron un asentimiento ansioso antes de abandonar la tienda.

Bell y los otros dos observaban sus movimientos desde la esquina de un muro de piedra. Ignorando las miradas sospechosas de unos cuantos demi-humanos, los tres siguieron rastreando a sus objetivos.

El espíritu y los sonidos de la zona comercial se desvanecían a medida que ambas chicas avanzaban a través de los callejones oscuros.

–… De ninguna manera. Esta dirección… No puede ser.

Los ojos de Welf se abrieron de par en par—sabía dónde acabarían si seguían así.

Sus objetivos giraron hacia el sureste. Welf luchó para sacar las palabras de su boca.

Una sacudida viajó también a través del cerebro de Lili mientras conectaba los puntos.

–¿Huh?

Bell miró a sus amigos confundido.

–Bell, debes ir a casa.

–Bell-sama, por favor regresa.

–¿Eh? ¿Ehhh? ¿Por qué? ¿Por qué ahora?

Las súbitas peticiones de sus amigos sólo empeoraron su confusión.

Bell miró de ida y vuelta entre Welf y Lili una y otra vez. Ambos se repitieron, eligiendo palabras más fuertes.

–En serio, escúchame. Aún no tienes la edad suficiente.

–¿Edad suficiente? ¡Nunca debes ir allí, Bell-sama, nunca!

–Pero hemos llegado hasta aquí… ¡Ah, doblaron una esquina!

Bell estaba seguro de que podía ser útil y podía cuidar de sí mismo a pesar de los intentos desesperados de Lili y Welf de persuadirlo de lo contrario.

Su breve argumento casi les hizo perder a sus objetivos.

–Maldita sea, Lili-enana renuncia, no sirve de nada. ¡Tras ellas!

–¡Gaaah! Mikoto-sama, ¿¡Por qué ahí de todos los lugares!?

Abandonando sus intentos de convencer a Bell de regresar, los tres salieron de su escondite. Lili parecía ser la más frustrada, una expresión amarga distorsionaba su rostro. Bell estaba sin palabras, pero siguió la búsqueda.

Pasaron por delante de varios Aventureros borrachos tirados por la calle antes de finalmente llegar a su destino.

–¿Qué?—¿Qué es este lugar…?

Y entonces—

Los ojos de Bell se abrieron de par en par para tomar todo lo que apareció mientras el callejón se abría ante él.

Habían llegado al extremo oriental del cuarto distrito de Orario, adyacente a la Calle Principal Sureste.

A pesar de estar relativamente cerca del Distrito Comercial, había un ambiente mucho más impuro sobre este lugar.

Cada Lámpara de Piedra Mágica atada a los edificios y columnas proyectaba luz rosa. Aunque no había demasiadas, cada luz iluminaba débilmente un cartel decorado con seductores labios rojos y otras atractivas características femeninas. Mujeres de todas las formas y tamaños con vestidos diminutos o ropa que revelaba completamente su espalda y caderas caminaban de un lado a otro de la calle.

Más de la mitad de esas mujeres eran Amazonas, pero varios humanos, Beastman e incluso Hobbits también inundaban la calle. Llamaban convincentemente a los hombres en todas direcciones, sonriendo como si lanzaran un desafío. Luego pasaban unos minutos hablando con dichos hombres antes de tomar su mano, o incluso su cintura, y guiarlos en uno de los muchos edificios.

La calle estaba absolutamente inundada de deliciosos pechos, hombros delgados y seductores muslos en todas las direcciones. El aire estaba teñido de perfume, o tal vez simplemente eran los dulces aromas naturales de las mujeres mientras trabajaban hasta sudar.

–¿Q-Quiénes son esas personas…?

Los dedos de Bell temblaron al señalar la calle, tartamudeando lastimosamente mientras hablaba.

Un inevitable despertar tenía lugar dentro de él.

El hecho de que estas eróticas mujeres fueran prostitutas lo sacudió hasta la médula.

Había encontrado el Distrito Nocturno.

El rostro de Bell se puso rojo mientras comenzaba a asimilar las marcadas diferencias entre el Distrito del Placer y todo lo demás que él conocía.

–¡Por eso Lili no quería que vinieras aquí, Bell-sama!

–Simplemente no puedo acostumbrarme a este olor…

Bell finalmente se dio cuenta de que lugar era ese mientras observaba a los hombres desaparecer uno por uno en diferentes establecimientos. Lili le espeto mientras se ponía más y más roja. Welf estaba detrás de ellos, tratando de proteger su nariz con su brazo.

¿¡Así que esto es sobre lo que trataban de advertirme…!?

La comprensión de Bell llegó un poco demasiado tarde.

Otra memoria burbujeó desde el fondo de su mente. “Te prohíbo ir al sureste.” Incluso Hestia le había advertido… La mirada seria en sus ojos había hecho que su sangre se enfriara. Ahora sabía por qué.

–Orario… ¿Tiene un lugar como este?

–En este distrito, todos los edificios de aquí y de la Calle Principal cierran sus puertas y guardan sus carteles durante el día. Por supuesto que no lo sabrías Bell-sama…

El Distrito del Placer dormía durante el día y sólo mostraba sus verdaderos colores por la noche.

No hacía falta decir que ningún ciudadano promedio vivía aquí. El barrio tenía un ambiente solitario y desolado. Bell nunca se había aventurado a entrar en el Distrito Comercial antes de esta noche, así que no era sorprendente en absoluto que no sabía sobre la naturaleza de los negocios de este distrito.

La razón principal, sin embargo, era que las personas que lo conocían mejor lo habían mantenido en secreto de él.