Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka (NL)

Volumen 7

Capítulo 1: ¿Viento en Popa?

Parte 1

La ciudad estaba bulliciosa.

–… ¿Un mes?

–¿En serio…?

Los Aventureros se habían reunido alrededor del gran tablón de anuncios de la sede del Gremio. Se quedaron en silencio, temerosos de un anuncio en particular.

–¡Ese mocoso hijo de puta…!

–¡Hey, Bete! ¡Date prisa y déjame ver!

Un Aventurero de Primera Clase tomó el papel del tablón de anuncios, arrugándolo en su agarre a pesar de la petición de su aliado.

–Hehehe, él es real~

Y muchos Dioses llevaban sonrisas encantadas y divertidas mientras excitadamente difundían la noticia de este anuncio de <Aumento de Nivel> en particular.

El <Juego de Guerra> todavía estaba fresco en las mentes de las personas, la palabra de esto se extendió a través de la ciudad como la pólvora.

—Duración: un mes.

—El Aventurero Bell Cranel alcanzó el Lv. 3.

***

— —¡Ah-choo!

Ese estornudo salió de la nada.

Casi dejo caer la caja en mis brazos, pero logre recuperar mi equilibrio a tiempo para atraparla. Justo cuando pensé que estaba fuera de peligro… “¡AK-SHOO!” un estornudo aún más fuerte se abrió camino a través de mi nariz.

–¿Qué pasa, Bell-kun? ¿Pescaste un resfriado?

–No, no lo creo…

Kami-sama, quien caminaba adelante, se giro para mirarme mientras sorbía a través de mi nariz y parpadeaba una y otra vez.

Igual que yo, mi Diosa, Hestia-sama, también tenia los brazos llenos de equipaje.

–Alguien debe estar hablando de ti, ¿Eh?

Ella dijo eso con una sonrisa. Hice una mueca y lo rechace. Eso sólo es una tonta superstición.

–¡Más importante, Bell-kun, esto! ¡Echa un vistazo!

*Tap, tap, tap, tap* Avanzo a un ritmo mas rápido. Seguí tras ella a la sombra de un edificio y alrededor de la esquina.

De repente pude ver nuestra nueva sede, totalmente renovada y brillante como en un sueño.

–Wow…

–¿Entonces? ¿Qué piensas? ¡Viviremos aquí a partir de hoy!

Camine a través de la puerta delantera y coloque las cajas en el jardín para darle un vistazo a todo. Sentía como mis ojos se expandían, estudiando cada detalle de la mansión que brillaba en la luz de la mañana.

Le hicimos un poco de remodelación a la sede de la <Familia Apolo>—después de que la adquirimos—y la hicimos nuestra. Su Dios tenía algunos gustos muy extraños cuando se trataba de diseño, pero estaba bien construida y ahora se veía como nueva. De tres pisos de altura, la estructura de piedra tenia una sorprendente cantidad de profundidad. Cielos, podría pasar como un palacio menor.

El emblema de la <Familia Hestia>, una campana y llamas, colgaba por encima de la puerta principal.
Mis mejillas temblaban de la emoción mientras le daba un vistazo a Kami-sama. Ella me sonrió en respuesta, hinchando su pecho con orgullo.

–¡He recorrido un largo camino desde que Hefesto me dejó en ese sucio sótano!

Mientras miraba nuestro querido, deseado y espléndido nuevo hogar, Kami-sama puso su brazo en su rostro mientras derramaba una rara y varonil (¿Femenina?) lágrima.

Force una sonrisa. Pensando en ello, esa habitación debajo de la iglesia era acogedora. Vivir allí, sólo nosotros dos, no era tan malo.

Por supuesto había un montón de inconvenientes, pero estaba triste porque fue destruida… Todavía tenia tantos buenos recuerdos de estar con Kami-sama y los buenos momentos compartidos en ese lugar.

Pero, sí…

Mis amigos, mi <Familia> habia crecido.

Y ahora teníamos una sede lo suficientemente grande para todos. Así que tal vez esto sea una buena cosa.

Me rasque la parte de atrás de la cabeza mientras sentía una sonrisa cosquillosa extendiéndose por mi rostro.

–Hestia, el trabajo se ha terminado según lo solicitado.

–Ohh. Gracias, Goibniu.

Todavía estaba admirando la mansión cuando los arquitectos responsables de la renovación—miembros de la <Familia Goibniu>—emergieron desde todas las direcciones en sucesión, preparándose para salir.

Su líder, Goibniu-sama, saludo a a Kami-sama y ella le respondió en especie.

Los habíamos contratado para hacer la remodelación. Goibniu-sama era un Dios de la herrería y arquitectura. Su <Familia> era muy singular en Orario, haciendo trabajos de construcción a petición. Por supuesto, los herreros y artesanos en la <Familia Goibniu> eran bien conocidos y tenían bastantes seguidores. Aunque no era tan popular como la <Familia Hefesto>, sé que había varios Aventureros de Clase Alta que preferían su trabajo por encima de todo. De hecho, parecía que uno de sus herreros había hecho la Pequeña Ballesta de Lili, que estaba específicamente diseñada para Hobbits.

Habian pasado cuatro días desde que comenzaron a trabajar y dos días desde nuestras misiones que nos llevaron al 13ª Piso del Calabozo.

Trabajaron rápido e hicieron un trabajo espectacular restaurando la piedra en el exterior de la mansión. Si el exterior era tan bueno, ¿Cómo era el interior?

Al parecer ambos Dioses estaban terminando de elaborar los detalles más finos del pago y discutir el trabajo realizado en el edificio.

Goibniu-sama tenia un cuerpo bastante robusto, no muy diferente del de un enano. Estrecho la mano de Kami- sama con su propia mano carnosa antes de salir por la puerta principal.

Al ver a su líder salir, el resto de su <Familia> salio en fila detrás de él, llevando su equipo con ellos.

–Como era de esperar de Goibniu. Siguieron nuestras instrucciones al pie de la letra.

–Ah, ¿Lo hicieron?

–Mm-hmm. Justo como todos querían, hicieron cambios en algunas habitaciones e instalaron algunas nuevas instalaciones dentro y fuera de la mansión.

Murmure con admiración y me puse junto a Kami-sama, mirando de nuevo a nuestro nuevo hogar.

Una vez que me encargue de todas estas cajas, tendré que ir a revisar todo.

***

–¡Ohhh…!

Con las manos y rodillas en el suelo, Mikoto se asomó a una bañera llena y humeante.

Había estado caminando por el tercer piso de su sede remodelada. Había dejado todo para investigar la habitación que había solicitado.

Los arquitectos habían utilizado las duchas existentes y habían transformado el espacio en una gran casa de baños. Como si hubieran leído su mente, había una gran bañera de ciprés hecha al estilo de su tierra natal que podía acomodar cómodamente a diez personas a la vez. *Shooo* Podía escuchar el silencioso sonido de agua caliente que salía constantemente de la boquilla sobre la bañera. La débil fragancia de la madera de ciprés se elevó hasta Mikoto mientras miraba la bañera, con su rostro reflejándose en la superficie del agua.

Todavía a cuatro patas, Mikoto de repente despego su mirada y levantó la cabeza. Todo, desde las paredes hasta el techo, el suelo, los pilares y los cubos, eran de madera; el brillo de las duchas le añadía encanto a la habitación.

Todo le recordaba su hogar en el Lejano Oriente. Estaba tan emocionada al verlo que se estremeció ligeramente.

Al mismo tiempo, observó las finas volutas de vapor subiendo por encima del agua, un sonido surgió—de su delgada garganta.

–¡Uh-unnn…!

Mikoto estaba en conflicto.

Actualmente estaban en proceso de mudarse; incluso ahora sus compañeros llevaban cajas y mas cajas a la mansión y trabajaban muy duro.

No tengo tiempo para estar holgazaneando ahora mismo.

Pensó mientras sus ojos caían sobre el montón de equipaje en el suelo detrás de ella.

Pero… el vapor blanco y los olores seductores eran tan atractivos, atrayéndola como si fuera Magia.

Había estado suprimiendo esos impulsos, pero ahora…

–S-Sólo uno corto.

En voz baja dijo su excusa superficial mientras regresaba al vestuario. Colocando su cabeza en el pasillo principal, miró a ambos lados mientras comprobaba nerviosamente para asegurarse de que nadie estaba allí antes de cerrar completamente la puerta.

*Shwip* Deshaciendo las fajas en su ropa, los sonidos de tela deslizándose llenaron el vestuario.

*Splish* Metió ligeramente la punta de su pie en el agua, creando ondulaciones a través de la superficie.

Sus delgadas pantorrillas se apresuraron a seguir, y luego sus muslos, antes de que—*Sploosh*—todo su cuerpo se deslizara en el humeante baño.

–¡Ahhhhhh …!

Un suspiro de placer escapó de sus labios mientras se sumergía hasta los hombros.

Disfruto del cálido abrazo de la bañera. Cerrando los ojos, Mikoto dejó que su cuerpo se relajara.

–¡Por favor perdónenme, Takemikazuchi-sama, todos…!

Mientras se disculpaba con fervor, también dejó que su rostro se aflojara. Había sido forzada a vivir en relativa pobreza después de llegar a Orario con Takemikazuchi y sus amigos de la infancia. Un baño adecuado estaba fuera de la cuestión y tenían que conformarse sólo con duchas. No hacia falta decir que ninguno de ellos se quejó o trató de vivir más allá de sus medios… Pero ahora, los deseos reprimidos que había mantenido suprimidos se liberaron de inmediato.

Las memorias de sus antiguas aguas termales al aire libre se precipitaron a la superficie de su mente.

Ella felizmente recordó viejas escenas y paisajes de su ciudad natal hasta que pronto, su piel se tiño del mismo color que las flores de cerezo.

Para Mikoto, no había mayor placer en este mundo que un baño caliente.

Por cierto, todavía era temprano en la mañana.

***

–Bueno, como se esperaba de la <Familia Goibniu>—rápidos y eficientes.

Un pequeño cobertizo de piedra había sido construido en el patio detrás de la mansión.

Welf estaba en la puerta abierta, completamente inconsciente de la emocionada sonrisa creciendo en su rostro.

Su nuevo taller fue construido afuera y aparte del resto de los terrenos—un castillo personal para un herrero, una fragua.

No tenía tanto espacio como el taller asignado a él por la <Familia Hefesto>, pero estaba muy bien equipado. Estantes metálicos se alineaban en las paredes y había leña apilada para combustible y barriles para enfriamiento o almacenamiento. Incluso había un sótano.

La calidad de la construcción era de primera categoría en todos los sentidos.

Ni siquiera podía quejarse del diseño de la delgada chimenea que se extendía desde la parte superior de la fragua.

–También son herreros. Por supuesto que sabrían lo que quiero.

Welf miró su nuevo espacio de trabajo con total satisfacción. Comenzó a acarrear la pequeña montaña de cajas que trajo de la <Familia Hefesto> con el entusiasmo de un niño en una tienda de juguetes.

No podía esperar a hacer de este taller su castillo.

Su juego personal de mazos, tijeras de metal y yunques encontraron nuevos hogares en todo el taller. Las armas que no pudo vender antes se utilizaban como adornos para su sótano, incluyendo el refinado lingote que había comprado usando los pocos ahorros que tenía. Luego llevó más armas y armaduras de muchos tamaños y formas al sótano por sí mismo sin ningún problema—gracias a su <Estado> mejorado.

Por último, con el martillo que había recibido de la Diosa Hefesto sujetado en su mano, dio un paso hacia atrás para admirar los frutos de sus esfuerzos.

–Aquí es… donde comenzare otra vez.

Una nueva <Familia>, un nuevo taller, y un espíritu renovado.

El joven Herrero de Clase Alta volvió a mirar alrededor de su nuevo taller, agarrando firmemente su martillo carmesí.