Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka (NL)

Volumen 6

Capítulo 3: Comienzo de las Hostilidades

Parte 5

 

 

–Bell-kun, ¿¡Estás bien!?

–E-Estoy b-bien…

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La respiración de Bell era superficial y entrecortada al responder. Hestia estaba al borde de las lágrimas.

Jacinto había infligido daños considerables; el cuerpo entero del chico estaba lleno de dolor. Se necesitaron todas las pociones superiores que tenía para cerrar la herida en su pecho. Corrieron con todo lo que tenían, poniendo un pie delante del otro en un desesperado intento de ganar cierta distancia.

Sin embargo, Bell no podía mantener el equilibrio y necesitó la ayuda de Hestia para mantenerse en posición vertical.

Su cuerpo podría no estar moviéndose tan bien como le hubiera gustado, pero afortunadamente sus oídos estaban en plena fuerza. Recogieron el sonido del hechizo que venía de no muy lejos.

–¿¡…!?


–¿¡Magia!?

Hestia también se dio cuenta. Efectivamente, había un Mago Elfo directamente encima de ellos sosteniendo un báculo extendido.

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Utilizando la arquitectura de ese edificio en particular para protegerse de Naaza, el mago había estado acechando mientras cantaba un encantamiento. Es más, su escondite estaba fuera del alcance del Firebolt. Bell y Hestia inmediatamente se precipitaron en la otra dirección, pero fue demasiado tarde para escapar por completo de la explosión inminente.

Un hechizo de relámpago con un alcance particularmente largo brilló justo detrás de ellos.

— —¿¡¡…!!?

Con el cabello de la parte de atrás de su cabeza chamuscado, Bell abrazó a Hestia estrechamente mientras ambos salían a la calle y rodaban.

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Bell hizo todo lo posible para proteger a Hestia de la explosión, pero la Magia de relámpago se abrió paso en los edificios circundantes y en el suelo. Todo a su alrededor fue destruido instantáneamente; el aire estaba inundado de humo.

–¡¡Lissos, los tengo!

–¡Magnífico! ¡Infórmenle a Daphne!

Los oídos de Bell y Hestia zumbaban y su visión estaba borrosa mientras muchos pasos se acercaban para rodearlos. La primera figura que apareció al otro lado del humo adelgazándose era un Elfo que llevaba una bufanda que le cubría la boca—el mismo que había dirigido el ataque contra la iglesia. Esta vez estaba acompañado por otros cinco Aventureros.

Lissos, un Elfo bastante guapo incluso por sus normas, miró a los dos fugitivos y dijo:

–Arrójense al suelo, ahora.

Bell giró para proteger a Hestia, su rostro sucio se clavó en el Elfo—entonces, un nuevo grupo apareció en la escena.

–¿Huh…?

–Este juego tuyo parece divertido. También nos uniremos.

Seis figuras aparecieron detrás de Hestia y Bell, un grupo de Aventureros.

Mirando al movimiento del grupo para confrontar a sus atacantes, los ojos de Bell instantáneamente fueron atraídos hacia el gran hombre que los guiaba. No era otro más que el capitán de la <Familia Takemikazuchi>, Ouka. Junto a él estaba Chigusa, blandiendo una lanza. Mikoto estaba parada, lista para la batalla.

–Imbéciles… ¿¡No se dan cuenta de que están amenazando a los miembros de la <Familia Apolo>!?

–Oh, eso es lo que hemos venido a hacer aquí.

–¡Nos negamos a sacrificar nuestros lazos de amistad cuando los aliados están en necesidad!

Ouka respondió a la advertencia enfurecida de Lissos desenvainando su Gran Espada. Mikoto acentuó su sentimiento con unas pocas palabras con su aguda voz.

Ambos grupos se miraron. La <Familia Apolo> y la <Familia Takemikazuchi> desenvainaron armas y dejaron escapar gritos de batalla mientras se preparaban para el combate.

–¡Llegamos a tiempo…!

–¿¡M-Miach!?

Ambos grupos se precipitaron, intentando asestar el primer golpe, cuando de repente Miach salió de la calle trasera, tratando de recuperar el aliento.

Hestia fue la primera en notar su presencia y levanto la cabeza para saludarlo. El Dios miró hacia abajo y asintió con un breve “Ah”.

–Solicité la ayuda de la <Familia Takemikazuchi> cuando se escucharon las primeras explosiones. ¿Están bien?

–S-Sí.

–¡Miach, amigos como tú son tan…!


Ambos Dioses sonrieron ante la mirada de sorpresa en el rostro de Bell y la gratitud que irradiaba de los ojos de Hestia.

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Naaza había estado operando de forma independiente mientras Miach se unía al equipo de batalla de Ouka en el camino hacia aquí.

–Por desgracia, no podemos quedarnos. Déjales esta batalla a ellos. Tú, Bell, comienza a moverte.

–Wha… Pero—

–Escúchame. Esta batalla no terminará hasta que la seguridad de ambos pueda ser garantizada. Debes entender eso.

Bell vaciló. En ese momento, más voces fuertes anunciaron la llegada de otro grupo.

Más cazadores. Refuerzos.

Bell se esforzó por respirar mientras Miach lo miraba con ojos suplicantes.

–¡Ahora, ve!

–… ¡Lo siento por esto, Miach!

Hestia se puso de pie. Bell resistió el dolor y asintió.

Ambos llegaron a la entrada del callejón más cercano. Bell echó una rápida mirada por encima de su hombro hacia el grupo de Mikoto, envueltos en un feroz combate. El hecho de que ahora otros estuvieran involucrados en este lío pesaba mucho en su corazón.

En ese momento, Bell comprendió lo que implicaba un conflicto entre <Familias>.

Tan pronto como un grupo hacia un movimiento, otros se verían forzados a encontrarse con ellos en la batalla— convirtiéndose en un lodazal. El combate se haría más intenso con el paso del tiempo. Bell estaba convencido, con bastante fuerza, de que ninguna <Familia> iba a andar con rodeos.

–¡Esa es la muralla de la ciudad! ¿¡Nos obligaron a salir por aquí…!?

Hestia miró por el callejón trasero, corriendo tan rápido como podía mientras apoyaba al herido Bell.

La imponente cortina de roca que rodeaba la ciudad se alzaba sobre ellos. Hestia adivinó que, basándose en su distancia desde la pared, ambos habían sido forzados hasta el extremo occidental de la ciudad.

Se encontraron con un obstáculo monumental y no habían sido capaces de planear su escape. En su desesperación, habían ido en la dirección completamente opuesta al Gremio.

–¡Por aquí!

–… ¿¡…!?

Fueron rodeados por el sonido de pasos enemigos en un momento.

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Los cazadores tuvieron que usar la arquitectura para cubrirse contra las flechas de Naaza. Pero ahora, habían alcanzado a Bell y estaban listos para atacar.

Tres figuras saltaron por encima de Bell, con sus sombras bloqueando el sol.

— —¿¡Quieres un pedazo de esto!?

–… ¿¡…!?

Una nueva figura negra se lanzó desde una de las calles laterales, chocando con los tres cazadores en el aire. Sosteniendo una Gran Espada en su mano izquierda, la figura envió a dos de los cazadores que se precipitaban al suelo con un solo barrido.

Además, una flecha dorada se hundió en la mejilla del cazador que la figura había perdido, y cayó a la calle justo frente al chico y su Diosa. La figura negra aterrizó un momento más tarde, asestando una patada que mando volando al cazador final a una pared.

–… ¿Sigues respirando, Bell?

La larga chaqueta negra de la figura se enrolló cuando la figura pelirroja se giró hacia él.

–¿¡Welf!?

El joven apoyó la espada sobre su hombro mientras ambos compañeros hacían contacto visual.

–¡Bell-sama!

Lili salió de las sombras y se apresuró a unirse a ellos.

Recargando la Pequeña Ballesta atada en su brazo derecho, Lili llamó al nombre de su amigo.

–También tú, Ayudante-kun…

–¿Por qué… por qué están aquí…?

–¡Estábamos preocupados por ti y Hestia-sama, obviamente!

–Todos están hablando de una “caza de conejos” alrededor de la ciudad. El chisme viaja rápido.

Lili, todavía en su forma de hombre lobo, se detuvo frente a una Hestia muy sorprendida mientras todos intercambiaban información.

Los dos recién llegados se quedaron atónitos ante la apariencia de Bell. Su piel expuesta estaba cubierta de sangre seca, una enorme cicatriz cruzaba su pecho donde debía estar su peto. Lo que quedaba de esa pieza de armadura colgaba flojamente debajo de su pecho. Lili arrojó su mochila al suelo y al instante retiró tres viales— una poción superior que le había comprado a Naaza para su viaje a la Calabozo y dos pociones duales. Sin perder tiempo, las puso en las manos de Bell.

–Gracias, Lili…

Un dolor abrasador recorrió el corazón de Lili mientras miraba la débil sonrisa de Bell en su maltratado y golpeado rostro. Qué cruel, pensó mientras el chico hacia una mueca. Sus ojos temblaban como si pudiera verse a sí misma en su posición.

Bell destapo un vial de líquido azul oscuro e hizo todo lo posible para superar las punzadas de dolor mientras lo bebía.

–No podemos quedarnos en un solo lugar. Necesitamos movernos, ahora.

Hestia se giró hacia los demás mientras hablaba.

–Lili cree que entiende la situación… ¿Todo esto es resultado de esa noche en el bar?

–No, eso es parte de ello. Todo esto es parte del plan de Apolo.

Lili hizo la pregunta mientras los cuatro salían. Hestia respondió de inmediato.

Si todo era cierto o sólo una broma elaborada, todo lo que Bell sabía era que estaba en la línea. Lili casi tropezó cuando escucho esa información.

–Yo… ¡Tenemos compañía!

–¡…!

Welf, quien estaba liderando el camino, vio más figuras por delante. Había tres en la parte delantera con unos pocos más uniéndoseles por detrás.

Los rostros de Bell y Hestia se tensaron, pero fue Lili quien los insto a seguir.

–¡Por favor, vayan al Gremio!

–¡Limpiaremos aquí y los alcanzaremos! ¡No se preocupen por nosotros!

Bell sabía por el número de enemigos llegando que no tendrían una oportunidad, pero Welf le indico que se fuera. Lili miro a los ojos a Hestia, suplicándola que se fuera.

–¡Contamos con ustedes!

Dijo ella con un gesto de renuencia y agarró la muñeca de Bell.

–¡Cúbreme, Lili-enana!

–¡Por supuesto! ¿¡Pero estarás bien por tu cuenta, Welf-sama!?

Bell y Hestia bajaron por una calle lateral diferente mientras Welf y Lili se apresuraron a encontrarse con sus enemigos de frente.

Welf levantó una ceja hacia la chica Hobbit, como si le molestara su preocupación.

–Bueno, soy mucho más fuerte ahora—

Los tres primeros cazadores entraron corriendo.

Con ambas manos sujetando firmemente su Gran Espada, Welf oscilo su arma horizontalmente dibujando un arco hacia adelante en una oscilación completa.

Sus oponentes con los ojos abiertos fueron demasiado lentos para esquivar la espada que se aproximaba y fueron arrojados hacia atrás con sus gritos de dolor haciendo un coro.

— —¡Así que estaré bien!

–… ¡Ser fuerte está bien y todo, pero despeja un camino!

Los cazadores giraron en el aire, pasaron sobre la cabeza de Lili y aterrizaron detrás de ella.

Lili ocultó cuán agradecida estaba por el Lv. 2 de Welf y gritó una severa advertencia en su lugar.

Los refuerzos enemigos llegaron un momento después e inmediatamente lucharon contra ellos.

–¡Este tipo se está moviendo mejor que los otros!

Welf y Lili lucharon contra un grupo de Aventureros Lv. 1 y Lv. 2. Welf rápidamente acabo con los oponentes más débiles mientras Lili llamaba la atención del único Aventurero de Clase Alta lejos de él con las flechas de su Pequeña Ballesta.

Welf giró como una peonza mientras se ponía en posición y asestaba un golpe que lanzó al Aventurero de Clase Alta directamente a la pared detrás de ellos.

–¡Welf-sama! ¡Fuera del camino!

–¿¡Huh!? ¡N-No puedes hablar en serio…!

Lili retiró una bolsa de su mochila y la arrojó a las próximas filas de la siguiente oleada de cazadores.

Se cubrió la nariz con la manga incluso antes de que la bolsa alcanzara su objetivo—un <Morbul>. (NT: Al parecer el traductor del vol. 5 se equivocó con el nombre de la bolsa fétida llamándolo “malboro” (y por consiguiente yo también por no revisar la wiki de Danmachi) siendo su verdadero nombre “Morbul”, por eso odio cuando varios traductores diferentes traducen la misma novela.)

El rostro de Welf se puso pálido mientras corría en dirección contraria. *¡Poof!* La bolsa explotó al contacto con la superficie de la calle, inundando el estrecho callejón trasero con una espesa nube de polvo verde.

–“ “ “ “¡¡GYAAAAAAAAAAAAAAAAA!!” ” ” ”

Atormentados gritos estallaron sólo momentos después.

–¡Si vas a usar eso, dímelo primero!

–¡Lili lo hizo! ¡No te quitaste del camino, así que lo hice!

Pellizcando sus narices cerradas con una mano, ambos discutían mientras corrían para escapar de la expansión de la nube pútrida.

A pesar de estar seguros sabiendo que ningún enemigo podría alcanzarlos desde atrás, lucharon contra oleada tras oleada de cazadores mientras trataban de alcanzar a Bell y Hestia.

–… ¡Hay un montón de estos chicos!

Welf gritó con frustración mientras otra oleada se movía para atacarlo en el momento en que había terminado con un enemigo diferente.

El joven miró a su alrededor—había enemigos que venían desde todos los ángulos. Un silbato de repente perforó el aire. ¿Habían encontrado a Bell y Hestia? Sin embargo, estos cazadores no reaccionaron. Lili echó un rápido vistazo a su alrededor.

–¿Están… escuchando a un capitán diferente?

Tras una inspección más detallada, se dio cuenta de que su formación era muy diferente y no tan nítida. Sus movimientos no estaban planeados y tenían un aire de desesperación en ellos.

Su red era una que solamente confiaba en números. Ambos se detuvieron cuando una oleada de cazadores se movió para cortarles el paso… Welf los miró, apretando su espada.

Lili, sin embargo, se congeló en su lugar.

–¿Ehh? Wha… ¿Por qué ellos están—?

–Hey, ¿¡Qué pasa contigo!?

Los brazos de Lili colgaban inertes mientras dejaba de luchar y miraba el cuerpo de un humano que yacía en la calle. El emblema de su armadura llevaba una luna creciente con una copa de vino. Ella agarró su hombro izquierdo por reflejo.

Náuseas la invadieron; sudor cubrió su cuerpo. Sacudió la cabeza de un lado a otro, murmurando, “Eso no es posible, eso no es posible…”

Fue el emblema el que dejó a Lili congelada en su lugar—el emblema de la <Familia Soma>.

Sus ojos de color castaño temblaban de miedo en el momento en que la imagen del Vino Divino bajo la luna creciente se hizo visible.

–¿¡…!?

Volviendo a sí misma, escaneó el entorno. Welf se defendía de un gran Beastman usando su arma como escudo; una Amazona se burlaba de él desde la azotea junto a un enano muy siniestro con una flecha que salía de su espalda. Lili no pudo evitar sentir que los había visto a todos durante el tiempo de su vida que se había vuelto distante.

Lili llegó a la conclusión de que la razón de los abrumadores números era que otra <Familia> había unido fuerzas con la <Familia Apolo>.

Ahí fue cuando vio al hombre delgado que llevaba gafas que estaba dándoles órdenes a los otros Aventureros.

–¿¡Lili-enana!?

Ignorando la llamada de Welf, Lili se precipito a toda velocidad. Desactivando su Magia detrás de un montón de cajas de madera, se subió a ellas y subió al techo.

–¿¡Zanis-sama!?

–… Ah, pensé que estarías aquí, Arde.

El líder de la <Familia Soma> no pareció sorprenderse cuando Lili apareció ante él, y le sonrió.

El hombre humano y la chica Hobbit se encontraban cara a cara en el techo plano de la casa.

–¿¡Qué-Qué crees que estás haciendo!? ¿¡Por qué estás ayudando a la <Familia Apolo>!?

–Ellos lo pidieron. Incluso desembolsaron una gran suma de dinero a cambio de nuestra promesa de unirnos a su lucha contra la <Familia Hestia>. Soma-sama dio su aprobación… Bueno, él me lo dejó a mí.

Sin duda, de todas las <Familias> de Orario, la <Familia Soma> sería la más fácil de sobornar.

Su Dios, Soma, sólo estaba interesado en su pasatiempo, y no le importaban nada las luchas de poder y la política. Su aprobación podría ser fácilmente comprada con dinero para financiar su costoso pasatiempo.

Probablemente, la <Familia Apolo> había establecido un acuerdo con su nuevo socio antes de poner el plan para capturar a Bell en acción.

–¿¡Estás loco, Zanis-sama!? Haciendo esto por dinero… ¡La <Familia Apolo> podría estar lista para aceptar la penalización del Gremio, pero la <Familia Soma> ya está en la cuerda floja! ¡¡El Gremio no dejará pasar esto!!

La negligencia de Soma con respecto al bienestar de sus dependientes había llamado la atención del Gremio y se le habían impuesto multas. Incluso ahora, el Gremio vigilaba de cerca a su <Familia>. Una vez que el hecho de que voluntariamente se unieron a la batalla que estaba convirtiendo a Orario en una zona de guerra saliera a la luz, no sería sorprendente que toda la <Familia> fuera exiliada de la ciudad.

Era como si Zanis hubiera apuntado la ira del Gremio directamente a sí mismo.

Lili gritó una y otra vez que no tenían ninguna razón para atacar a la <Familia Hestia>, que sus acciones no tenían ningún sentido.

–No, tenemos nuestra justificación.

Zanis se rió de las acusaciones de Lili mientras permanecía de pie con sus manos detrás de su espalda.

–¿Justi… ficación?

–Así es. La <Familia Soma> tiene una razón para luchar contra la <Familia Hestia>, incluso sin la solicitud de la <Familia Apolo>.

Zanis miró fijamente a la chica. Lili frunció el ceño. El hombre entrecerró los ojos, una delgada sonrisa apareció en sus labios mientras levantaba su barbilla sin romper el contacto visual.

–¿No lo sabes?

Preguntó con desdén.

–¿Ninguna idea en absoluto?

Preguntó de nuevo.

— —No puede… ser.

El color se dreno de su rostro mientras una posibilidad aparecía en su mente.

Entonces, Zanis confirmó sus peores temores.

–Así es. Eres tú, Arde.

El hombre se inclinó hacia ella mientras bajaba la barbilla.

–Nuestra irremplazable amiga y camarada nos fue robada por estafadores. Llegó el momento de vengarnos con justicia de nuestro lado.

Las rodillas de Lili se debilitaron.

Estaban usando el hecho de que Lili todavía era técnicamente una miembro de la <Familia Soma> como una excusa para unirse al ataque contra la <Familia Hestia>. Ese hecho los protegía del Gremio, así como les daba una vía de escape para evitar cualquier sanción.

Ese era el verdadero poder de un contrato con una <Familia>. Si fueran capaces de probar que uno de sus miembros todavía estaba ligado a su Dios pero trabajando para el beneficio de otro, sería casi imposible castigar sus acciones. Sin importar cuánto Lili intentara explicar las circunstancias, la voz de la <Familia> ganaría.

Lili era otra razón por la que Bell y Hestia estaban en peligro.

–Yo también te creí muerta hasta hace poco… Es decir, hasta que escuche la historia de un hombre en un bar.

–¿Y… eso es…?

–Sólo las hazañas del <Pequeño Novato> en el 18º Piso, y la pequeña Ayudante Hobbit que lo acompañaba.

Lili maldijo su propia negligencia.

Siempre utilizaba su Magia, <Cinder Ella>, para tomar la forma de un niño hombre lobo mientras estaba en la superficie. Sin embargo, desactivaba la Magia mientras estaba en el Calabozo para preservar su Mente. Ahora, debido a los acontecimientos ocurridos en el 18ª Piso, el grupo de Aventureros que estaba allí ese día no sólo conocía su verdadera apariencia, sino también que hacia equipo con Bell.

Es más, esa información se estaba extendiendo.

Zanis debió haber adquirido esa información antes de recibir la oferta de la <Familia Apolo>.

Una vez que se le ofreció el dinero, aprovechó su oportunidad.

–No te preocupes, Arde. Le aseguraré tu inocencia en este asunto a Soma-sama. Es la <Familia Hestia> la que es el villano.

Les había advertido. Lili le había advertido a Hestia y a Bell que la <Familia Soma> algún día buscaría venganza. Ese día había llegado.

Las llamas las habían alcanzado… Eso era lo que sentía Lili. Había cometido un horrible error. Su pasado era un reguero de pólvora a la espera de encenderse. Es más, había avivado las llamas hasta el punto de un furioso infierno.

Todo era culpa suya.

–Los malvados que te engañaron, te usaron, y se beneficiaron de ti recibirán un justo castigo. La <Familia Apolo> los aplastará en el olvido.

Lili se sintió mareada, los techos giraban a su alrededor. Todo su mundo se estaba estrellando alrededor de ella.

Ella era una plaga, infectando todo y a todos los que le importaban. Su cuerpo temblaba mientras los recuerdos de la amable pareja de ancianos y su tienda de flores brillaron ante sus ojos. La <Familia Soma> la había destruido, y ella era la única razón por la que habían encontrado esa tienda de flores en primer lugar. Una tempestad de dolor y culpabilidad ardía dentro de su diminuto corazón, amenazando con abrirse camino hasta su garganta y convertirse en un grito de auto-odio.

Abrió los ojos y miró hacia el campo de batalla.

Naaza había sido perseguida de su posición en la parte superior del campanario, la <Familia Takemikazuchi> estaba inmovilizada por todos lados a pocas cuadras de distancia, y Welf continuaba intercambiando golpes con los cazadores justo debajo de ella. Todos ellos estaban en peligro ahora debido a la <Familia Soma>.

Había sido una tonta.

Lili nunca debió haber vagado cerca de Bell y los demás.

—Era absurdo creer que su plaga nunca llegaría a ellos, que su calidez y generosidad no serían destruidos por las llamas que la seguían.

Con los ojos brillantes de lágrimas, el cuello de Lili cedió y su cabeza choco contra su pecho.

–Por favor…

–¿Qué?





–Por favor, deja en paz a Bell-sama y a sus amigos…

Lili le suplicó a Zanis con una voz débil y temblorosa.

Levanto su rostro para mirarlo. No había vida en sus ojos.

–Lili volverá con Soma-sama. Así que por favor, detén esto… Por favor, déjalos en paz.

Era algo muy simple.

Si la <Familia Soma> estaba usando a Lili como una justificación para participar en esta lucha, entonces todo lo que tenía que hacer era salir de ella. Si rendirse a Zanis reduciría la cantidad de cazadores que perseguían a Bell, valía aún más la pena.

Los miembros de la <Familia Soma> estaban completamente bajo el hechizo del Vino Divino (Soma). Su atractivo había atraído a cientos de Aventureros a las filas de su <Familia>. Pero si ellos no estaban allí, si podía encontrar una manera de convencerlos de que se fueran, entonces Bell y los demás podrían tener una oportunidad.

Sabía que era muy improbable que aceptara su oferta, pero tenía que intentarlo.

Zanis la miró por un momento, disfrutando de la mirada de desesperación en su rostro, hasta que finalmente asintió pomposamente.

–¿Por qué no?

Lili se sorprendió por su aprobación repentina, y también un sintió un poco de sospecha.

Zanis apretó sus gafas contra su rostro.

–En realidad, la situación se está volviendo bastante peligrosa. La <Familia Apolo> ya pagó una cantidad decente de dinero por adelantado, así que ahora podría ser un buen momento para detenernos.

Las esquinas de sus labios se arquearon hacia arriba mientras continuaba.

–Pero lo más importante, es que yo te necesito.

Lili abrió los ojos. Esta nueva información la sorprendió.

Tal vez ella no sólo era una excusa para conseguir dinero; tal vez había algo de cierto en la afirmación de Zanis.

¿Para qué podía ella, una debilucha inútil que había provocado la destrucción de todo lo que le importaba, ser necesaria? Mientras Zanis cumpliera su promesa, no tenía más remedio que seguir sus órdenes.

–Párate a mi lado. Daré la señal de retirada tan pronto como lo hagas.

Zanis metió su mano dentro de su chaqueta y sacó una pequeña pistola de bengalas. Lili no respondió, haciendo silenciosamente lo que le dijeron.

El hombre sonrió satisfecho, apunto la pistola de bengalas al cielo y apretó el gatillo. Una bola de luz brillante al instante salió disparada al aire.

Muchos de los Aventureros en el séptimo distrito de Orario dejaron de luchar en el momento en que vieron el arco de luz. Justo como Zanis había prometido, los miembros de la <Familia Soma> comenzaron a retirarse.

–¡Hey! ¡Lili-enana!

Con aproximadamente la mitad de sus atacantes abandonando la zona, Welf finalmente tuvo tiempo suficiente para llamar a su aliada desde la calle de abajo.

Lili dio un paso hacia el borde del tejado y lo miró con ojos indiferentes.

–Vamos, Arde.

–Sí…


Lili asintió mientras se daba la vuelta al escuchar la orden de Zanis.

Welf los miró a ambos con incredulidad. El hombre giró sobre sus talones mientras Lili daba su último adiós.

–Lili regresara a la <Familia Soma>… no causare más problemas. Por favor, dile a Bell-sama.

–¿¡Qué demonios estás diciendo!? ¡No puedo mirar a Bell a los ojos y decirle eso! ¡Regresa aquí!

–Lili lo siente… Adiós.

Ella dio una última reverencia antes de seguir a Zanis.

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La chica Hobbit desapareció de la línea de visión de Welf.

–¿¡Qué demonios cree que está haciendo…!?

Intentó perseguirlos, pero desafortunadamente se encontró con un grupo de cazadores de la <Familia Apolo> y fue forzado a regresar al combate.

–¡Maldita sea!

Gritó a las nubes. No había más remedio que renunciar a la persecución.

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