Re:Zero Ex (NL)

Volumen 1: El Sueño que Vio el Rey León

Capítulo 3: La Valquiria de las Tierras del Duque Karsten

Parte 7

 

 

Varias horas después de que Meckart dejara la propiedad, Ferris, usando un vestido resplandeciente, estaba en el salón de fiesta con la sonrisa más grande que podía reunir.

—Bienvenido, muchas gracias por venir.

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Era de noche, y carruajes dragones perfectamente equipados llegaban a la mansión Karsten uno tras otro. Sus jinetes, nobles y VIPs de todo tipo, se veían tan impresionantes como sus carruajes. Fueron los pocos afortunados en ser invitados a la fiesta de cumpleaños de la hija del duque, y como tal, mostraron una sofisticación que habría dejado a la persona promedio sin aliento. Por suerte para Ferris, vivía en la propiedad del propio duque anfitrión de la fiesta y era muy amigo de un miembro de la familia real.

Dicho esto, la mujer que él conocía pasó su tiempo luciendo muy seria y generalmente siendo no sociable, así que si esta experiencia le ayudaría hoy era cuestionable. A pesar de todo, Ferris saludó a cada uno de los invitados y los guio a sus lugares con la cantidad exacta de deferencia y respeto, nunca servil o insolente. Mientras estaba listo para recibir visitas en su vestido azul, incluso aquellos que no lo conocían se detuvieron cuando lo vieron, algunos como lucían como si se hubieran enamorado de él.

En ese momento, estaba rechazando suavemente la propuesta de algún joven acaudalado.

—Pensar que pasé por alto a alguien tan bella como tú… ¡sólo puedo castigarme por este lapsus de juicio!

—Oh, eres dulce. Pero no debes ser tan desmesurado. La joven mujer que está contigo me está dando una mirada de lo más terrible…

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Mientras el joven se alejaba, Ferris le guiñó a la pareja. No había problema. Todo era muy fácil. Lo menos que podía hacer era mantener una sonrisa en su cara durante la noche.

—Disculpe. –Le dijo alguien a la criada elegantemente vestida que estaba a su lado, su compañera recepcionista.

―¿Puedo preguntar el paradero del duque Karsten? Quisiera pedirle que diga unas palabras de bienvenida antes de que anunciemos a la cumpleañera, Miss Crusch.

—Lo siento mucho. –Respondió la criada.

—Pero el señor Meckart está indispuesto en este momento… Creo que aparecerá pronto, pero debo pedirle que espere hasta entonces.

—Qué pena, y en un día tan importante. Lo entiendo. Por favor, perdone mi impertinente petición.

Desde el momento en que los invitados comenzaron a llegar, no ha habido final para gente preguntando por el duque Meckart. Era natural. Sólo un puñado de personas habían sido elegidas para asistir a la fiesta. Sin contar a los miembros de la casa, la mayoría de las personas en la mansión probablemente estaba allí para ver a Meckart, o para congraciarse con él. Por supuesto, estarían decepcionados al encontrarlo ausente.

—Bueno, si les pregunto-nyan, dirán que no están molestos…

—Maestro Ferris, tenga cuidado. Está frunciendo el ceño.

—¡Opps! Tendré que ser más cuidadoso-nyan.

El murmullo de Ferris atrajo la atención de la criada. Ella debe haber sentido lo mismo que él, porque ella no lo castigó por lo que él dijo. Por mucho que estuvieran acostumbrados, seguía perjudicando a aquellos que simplemente deseaban lo mejor para la casa.

Sin embargo, se podía observar emociones de todo tipo entre los invitados. Estaba bien así. Cuando la estrella de la fiesta se presentaba con su vestido más bonito, todos no sentirán más que admiración.

—¡Heh-heh… Heh-heh-heh!

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—Maestro Ferris, no me gusta la mirada en sus ojos…

—¡Oops! Tendré que ser más cuidadoso-nyan.

Sacó su lengua avergonzado, habiendo sido llamado la atención dos veces, aunque por motivos.

La fiesta no había hecho más que empezar y los invitados seguían llegando. La presentación de la estrella de la noche, Crusch, sería el evento principal. Hasta entonces, ella tendría que quedarse en sus habitaciones. Sin duda se aburriría, pero Ferris no podía sentirse aliviado.

Gracias a su bendición especial, era difícil guardar secretos de Crusch por mucho tiempo. Su bendición de lectura del viento le permitía interpretar el viento, no sólo la brisa, sino el aire en una habitación o alrededor de una persona, el aura que comunicaba sus emociones. Era bastante buena en eso, y eso la hacía muy difícil de engañar. Aunque, con Crusch siendo tan recta como era, a veces se dejaba engañar sobre asuntos cotidianos menores.

—No puedes tratar a Lady Crusch como una persona normal… aunque supongo que es parte de por qué la amo tanto…

—Maestro Ferris, hay baba colgando de su boca…

—¡Oops! Tendré que ser más cuidadoso-nyan.

Fueron tres strikes, y la criada no parecía muy contenta. Ferris sabía que era una tontería estar tan ansioso por sus suposiciones, pero también parecía que iba a ser una larga noche.

Okay. Es hora de poner la sonrisa de nuevo en su cara y lanzarse a recibir a los invitados de nuevo…

—¡Ferris! Ferris, ¡¿estás aquí?!

Como en respuesta a sus pensamientos, justo cuando intentaba convertirse en una máquina sonriente, una voz en la distancia lo llamó por su nombre. No había duda de quién era, esta forma particular de llamar la atención sólo podía pertenecer a una persona.

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Mientras Ferris detectaba quién debía ser el dueño de la voz, la multitud se separó. Allí, levantando la mano y llamándolo en ese tono familiar, el portador de la voz, era Fourier.

Estaba vestido con ropa deslumbrante, con su pelo dorado y sus ojos escarlatas brillando. Cuando la gente se dio cuenta de que el cuarto príncipe de la nación estaba entre ellos, las cabezas comenzaron a inclinarse.

—¿Hm? Oh, basta, son demasiado formales. Soy un joven magnánimo y amigable. Y yo no soy el centro de atención en esta noche. Vayan al estrado de la joven y disfruten de la fiesta.

Fourier amenazó con distraer del punto de la noche provocando el sorprendente acto de reverencia. Por otra parte, como en realidad era un príncipe, la muestra de respeto por él no debería haber sido sorprendente, pero su actitud cotidiana hizo que fuera fácil olvidar eso.

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—Su Alteza… Ahora hay alguien más que no puede manejar como una persona ordinaria…

—¿Qué estás murmurando, Ferris? Um…

Fourier caminó entre las personas que le abrieron paso, directo hacia la criada y el chico. Miró a Ferris y a su vestido hacia arriba y hacia abajo, y luego asintió profunda y genuinamente agradecido.

—¡Tan hermoso usando un vestido, como siempre! Ya sea una fiesta de cumpleaños o una reunión de emparejamiento, ¡nunca me canso de verte así! ¡Tienes mis entusiasmados elogios!

—Ha-ha-ha, muchas gracias. Usted también se ve muy elegante, Su Alteza.

—Pero, ¿no es obvio? Me rompí la cabeza decidiendo qué ponerme esta noche. Necesitaba algo apropiado para la fiesta de cumpleaños de Crusch, algo con lo que pudiera tener la cabeza bien en alto a su lado. ¿Qué opinas, Ferris?

—Un excelente trabajo, mi señor. Prácticamente parece un hombre.

—¡Heh-heh! Sí, yo también lo creo.

Puso las manos en sus caderas, e infló su pecho, y en general, se veía terriblemente satisfecho consigo mismo. Era muy común de él no darse cuenta de la burla en las palabras de Ferris; esto era parte de su encanto.

La llegada de Fourier había disipado parte de la expectación generada por la estrella de la fiesta, y Ferris se dio una palmadita en el pecho, contento por el respiro.

—Pero, ¿qué ha estado haciendo todo este tiempo, Su Alteza? Ciertamente no he podido entretenerle. ¿Estaba en las habitaciones de Lady Crusch o algo así?

—Ah, si sólo hubiera podido estar ahí. Pero dificilmente podría pasar todo el día en los aposentos de la mujer más importante de la noche. Permíteme ser claro,
¡yo no me retiré debido a las miradas abrumadoras de las sirvientas que estaban tratando de ayudar a la joven dama a cambiar! ¡Ni tampoco vagué por la mansión con los cabos sueltos después!

—Por supuesto que no, Su Alteza. Me alegro de que pudiera encontrarme.

—Sí, es un gran alivio. Francamente, me sentía bastante solo.

El honesto, casi ingenuo comentario calentó a Ferris, y se sorprendió al encontrar una sonrisa genuina en su propio rostro. Era la primera expresión real de felicidad que había hecho desde que empezó la fiesta. La sonrisa y el saludo habían durado tanto tiempo que había empezado a pensar que nunca podría volver a sonreír de verdad.

No es que no le gustara sonreír, pero era mucho más fácil cuando estaba tranquilo por dentro. Sólo deseaba poder compartir su carga con alguien de allí, incluso el decirle a la propia estrella estaba fuera de discusión…

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—Oh bien. Por eso confiaron en mí para ver las cosas aquí, porque nosotros no podemos.

A pesar de sus mejores esfuerzos, encontró que este poco de autocompasión se le escapaba, y usó una sonrisa de pesar para cubrirlo. Cuando pensó en lo que Meckart estaba haciendo, el por qué el duque no podía estar allí para saludar a los invitados, supo que apenas podía compadecerse de sí mismo. Y de todos modos, este era el trabajo que se le había confiado. La importante tarea que el duque había confiado a Felix Argyle.

—Todo eso está muy bien. ¿Pero Crusch no va a ser presentada todavía?

—Estamos guardando lo mejor para el final. Su Alteza, se ve tan emocionado como un niño.

—Bueno, ¿qué quieres? ¡Estoy emocionado! ¿Tú no lo estás?

—La acompañé mientras se probaba el vestido, así que ya lo he visto. ¡Ah! Lady Crusch era tan hermosa en su vestido, ¡nyan! ¡Una diosa entre nosotros!

—¡Grr! ¡Eso no es justo, Ferris! De hecho, ¡es francamente cruel! Recuerda quién hizo todo el trabajo para que pudiéramos ver a Crusch en su vestido.

Fourier se cruzó de brazos y resopló furioso. Ferris se reía desesperadamente.

—Todo fue gracias a usted, por supuesto, Su Alteza. Lord Meckart lo sabe, y todos los sirvientes, y por supuesto yo también. Todos te estamos agradecidos. ¡Muchas gracias! Heh-heh.

—Hm, ¿lo estás? Bien, eso está bien. Un hombre debe ser generoso de corazón. ¡Te perdono! ¿No es mi magnanimidad tan grande como el cielo? ¿Qué te parece?

—Oh, ciertamente lo es. Su magnanimidad es como un vasto cielo azul. Esto no fue un halago; Ferris realmente lo sentía así. De hecho, pensó en Fourier como el sol en ese cielo. Y eso haría a Crusch el viento, la brisa invisible que soplaba más allá de ese sol y a través del cielo. ¿Qué era él, entonces? Podría desear ser al menos una nube llevada a través del cielo por ese viento.

—¿Su Alteza?

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Mientras Ferris estaba de pie, perdido en estos pensamientos, de repente encontró una mano frente a su cara. Pertenecía a Fourier. El príncipe miró la cara sutilmente oscurecida de Ferris, y luego le sonrió con su habitual brillante sonrisa.

—No es momento de que te veas diferente a lo que eres, Ferris. Todo esto es porque te has estado forzando a sonreír, yendo de un lado a otro como una marioneta de cuerda. Toma mi mano, vamos a bailar.

—…No se me da bien sonreír, ¿huh?


—Oh, yo no diría eso. Pensé que te veías diferente de lo usual. ¿Cuánto hace que nos conocemos? ¿Ya han pasado cinco años? Es natural que conozca la sonrisa de mi amigo por dentro y por fuera.

—¿Me considera un amigo, Su Alteza?

Replicó Ferris, levantando una ceja ante la inesperada palabra. Eso causó que la hermosa cara del príncipe tomara un aspecto serio. Le echó una mirada interrogativa a Ferris.

—Han pasado cinco años, no dudamos en conversar entre nosotros, incluso compartimos nuestros pequeños secretos… Si esto no es amistad, entonces no tengo amigos. ¿Qué me has considerado todo este tiempo, Ferris?

—Bueno, yo… Es sólo que, odiaría ser presuntuoso…

—¡Hah! Te estoy dando permiso aquí y ahora. No hay presunción. Ferris, eres mi amigo. Estate orgulloso a mi lado y comparte mi alegría en todas las cosas. ¿Si? ¿Es una promesa?

Era el clásico Fourier: contundente y sin mucha consideración ni por la situación de la otra persona ni por su propio puesto. Pero esas palabras fueron como la salvación para Ferris, y él estaba profundamente conmovido. Miró al suelo, y de repente se encontró al borde de las lágrimas. Respiró profundamente varias veces. Sólo después de haber calmado la ola de emociones levantó la vista. Había una sonrisa burlona en su cara.

—Entonces, Su Alteza, ¿podría pedirle una canción antes de que llegue nuestra amada Lady Crusch?

—Dado que ya te lo he pedido, sí, por supuesto. Puedes bailar el papel de mujer, ¿no? Ciertamente yo no sé cómo.

—Relájese. En realidad, la parte de la mujer es la única que conozco.

—Bien, bien, entonces, ¡porque sólo conozco la parte del hombre!

Fourier infló su pecho, y esta vez Ferris no pudo resistir una carcajada. Entonces él miró a la criada que estaba a su lado; ella le guiñó un ojo con fuerza como si dijera, Deja que yo me ocupe de los invitados. Él asintió, agradecido por su consideración.

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—¡Bailemos, entonces! ¡Sígame!

—Por supuesto, mi señor.

Fourier estaba lleno de entusiasmo, pero cuando extendió su mano, el gesto fue gentil. Escoltó a Ferris a la pista de baile, luciendo imponente y valiente. Al verlo, Ferris puso una mano en su pecho, su corazón se sentía un poco más ligero.

—Por cierto, Su Alteza, se equivoca sobre cuánto hace que nos conocemos. No han pasado cinco años. Han pasado seis.

—¿Hmm? ¿Es eso cierto? Hmm. Bueno, no importa. A la luz de cuánto tiempo nos conoceremos, no es más que una pequeña cosa. ¿No lo crees?

—Cielos… Bueno, si Su Alteza lo dice.

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En medio de la pista de baile, se miraron el uno al otro y se dieron la mano. Ferris suprimió una sonrisa, pero eso hizo que pusiera rígidos los labios. Fourier lo vio y también sonrió, y entonces comenzó la música.

Re Zero Ex Volumen 1 Capítulo 3 Parte 7 Novela Ligera

 

Empezaron a bailar, trazando los pasos bajo la deslumbrante luz naranja del sol que se hundía.

La noche estaba cayendo, y esperaban ansiosamente a la persona que todos estaban aquí para celebrar. La fiesta de cumpleaños acababa de empezar.

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