Uchi no Musume no Tame naraba, Ore wa Moshikashitara Maou mo Taoseru kamo Shirenai

Volumen 2

Bonus 3: La Niña, el Hijo y el Padre

En el asentamiento conocido como Tislow, las obligaciones del líder interino del clan, Randolph, eran enormes.

Un día, cuando terminó una de esas obligaciones -revisar la actividad de su principal exportación, los dispositivos mágicos-, dio un gran estirón. Sintió como si todo su cuerpo estuviera crujiendo.

“Hrmph…”

Pensando en ello, Randolph no había estado haciendo nada más que trabajo de escritorio últimamente. La última vez que hizo ejercicio de verdad fue cuando fue a saludar a su hijo, que había vuelto a casa después de mucho tiempo.

“De acuerdo”.

Con un simple asentimiento, cogió su espada favorita de la esquina de la habitación y abandonó la mansión.

“Papá Randolph.”

Afuera, encontró a la joven chica que estaba de visita con su hijo jugando sola. Miró a Randolph con sus grandes ojos grises.

Su mirada se detuvo en la espada que tenía en la mano, y sus ojos se abrieron de par en par.

“Esa es una espada grande.”

“¿De verdad?”

“Es un poco como la de Dale, pero la suya es mucho más grande.”

Ahora que ella lo mencionaba, Randolph se dio cuenta de que era verdad. Parecía que Latina tenía buenas habilidades de observación.

“Es peligroso, así que no te acerques a mí.”

“Está bien”

La joven chica decidió observar cómo Randolph blandía su espada para ejercitar su oxidado cuerpo. Ella se sentó a cierta distancia y lo observó. Él trató de no prestarle atención, pero por supuesto, gracias a su pequeña espectadora, él terminó queriendo presumir. Se convirtió en un entrenamiento más completo de lo que él había pensado inicialmente.

“La forma en que usas tu espada se parece mucho a como lo hace Dale.”

“¿Puedes notarlo?”

“Sí. Dale practica mucho con su espada en el Ocelote. Es muy similar a cómo lo haces”, dijo ella sonriendo. Esto fue poco después de que Randolph bajara su espada y se limpiara el sudor. Quedó realmente impresionado por el poder de observación de la joven chica.

“Eso es porque yo soy el que le enseñó a usar la espada.”

“¿De verdad?”

“Sí. Ya veo, así que puedes notarlo con sólo un vistazo…”

“Sí. Los clientes de la tienda dicen que Dale es muy fuerte. ¿Tú también eres fuerte?”

“Yo era más fuerte que él cuando se fue de aquí.”

“¡Eso es increíble!”

No es de extrañar que este sincero elogio lo pusiera de buen humor. Su hijo había vivido innumerables batallas mortales después de dejar la aldea, así que Randolph no creía que pudiera vencerlo ahora. Aun así, quería verse bien.

Puede haber sido natural que Dale terminara malcriando a esta niña. Después de todo, se parecía a Randolph, que se preocupaba por cosas como su propia imagen.

Dale había venido a ver qué estaba pasando cuando escuchó una ovación que venía de Latina desde el jardín de enfrente. Encontró un espectáculo que no esperaba, y no estaba seguro de cómo reaccionar.

“¿Qué tal?”

“Esa es mi línea…”

Su padre tenía una expresión solemne, incluso mientras la joven se aferraba a su cabeza. Dale no tenía ni idea de lo que estaba pasando.

“¡Dale, esto es tan alto!”

“Sí, bueno… eso es verdad.”

El corpulento Randolph se las había arreglado para apoyar a la joven chica que cabalgaba sobre sus hombros sin tambalearse en absoluto.

“Dale”.

“¿Qué pasa…?”

“Últimamente he estado pensando que tu madre y yo debimos seguir intentándolo hasta que terminaras con una hermanita”, dijo Randolph en voz baja, siempre con la misma mirada seria.

“Realmente no tengo idea de cómo responder a una declaración como esa hecha por mi padre”, contestó Dale, subiendo su voz. Latina, todavía sobre los hombros de Randolph, ladeó la cabeza ante este intercambio.

“¿Qué pasa, Dale?”

“Ghk…”

“Bueno, verás-”

“¡No se lo expliques a ella!” Gritó Dale. Su padre tendía a marchar al ritmo de su propio tambor.

Randolph asintió satisfecho y agradecido de haber tenido la oportunidad de conocer a esta linda niña, así como por el divertido intercambio a expensas de su hijo.