Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 8

Capítulo 4: Un Corazón Cambiante

Parte 1

Un tranquilo amanecer iluminaba las calles de Verbergen. Poco después de que el sol coronase el horizonte, los gritos de los pájaros hicieron añicos el silencio. Las hojas crujieron cuando las otras criaturas del bosque empezaron a agitarse, los sonidos se mezclaron para formar una sinfonía familiar en el bosque. Pero aunque la capital del bosque era pacífica, no lo era un pequeño claro en sus afueras.

“¡Taaah! Hmph! Haaah!” Cada grito iba acompañado del sonido de algo que silbaba en el aire. Una racha de color negro atraviesa la niebla una, dos y una tercera vez. La raya negra era una katana que se balanceaba hacia abajo con una disciplina y control impecables. Los movimientos de su portadora fueron pulidos al extremo, y su característica cola de caballo negra se balanceó de un lado a otro con un ritmo constante mientras continuaba sus intercambios de práctica. Su afilada figura parecía mística al amanecer. Su katana danzaba elegantemente en el aire, cortando cualquier hoja lo suficientemente desafortunada como para caer en su camino. Gotas de sudor brillaban en su piel, dejando claro que ya llevaba horas en esto.

La chica, Shizuku, no prestó atención a los cientos de hojas cortadas que llenaban el suelo a su alrededor. Su atención se centró por completo en mantener su forma y conectar cada swing con el siguiente.

“¡Ah!” De repente, su baile eterno vaciló. Sus brazos se tambaleaban, y su golpe no llegaba a la hoja a la que había estado apuntando. Mientras la hoja giraba hacia el suelo, Shizuku perdió el equilibrio y giró alrededor de sí misma. Afortunadamente, se las arregló para no caerse, pero tuvo que clavar su vaina en el suelo para hacerlo. Shizuku se sonrió amargamente.

“Haaah…. Haaah… Ahhhh, cielos!” Agitó la cabeza, irritada, y su cola de caballo se balanceó de un lado a otro.

“Cálmate. Necesito calmarme”. Shizuku fijó la imagen de una serena manantial en su mente y respiró hondo. Lo primero que aprendió cuando aprendió a usar la esgrima fue a meditar. Había usado este método para calmarse tantas veces que se había convertido en algo que hacía automáticamente cada vez que sentía que perdía la calma. Sin embargo, en este momento, la imagen de cierto chico seguía apareciendo en su mente, arruinando su trance meditativo.

“¡Gaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!” Con un grito primitivo, Shizuku bajó su katana en un intento de romper la cara que había aparecido en su mente.

No, no, no, ¡esto es definitivamente no es lo que parece! El sereno manantial desapareció de su mente. Sus pensamientos eran un torbellino de emociones, y le costaba mucho pensar con claridad.

En realidad, ¿qué es lo que parece? Estoy totalmente calmada, ¿no? ¡Así que no debería de parecer nada! Ella estaba muy lejos de la calma en este momento, como lo indica el hecho de que no podía unir un pensamiento coherente.

Shizuku había estado practicando aquí desde antes del amanecer, y había repetido este patrón de distraerse y calmarse a la fuerza sólo para volver a distraerse docenas de veces. Parecía como si hubiera empezado a practicar para deshacerse de ese algo que nublaba sus pensamientos y no de ese algo que casualmente se interponía en el camino de su práctica. Había, por supuesto, una buena razón por la que Shizuku se había levantado en medio de la noche para practicar.

Después de regresar del laberinto de Haltina el día anterior, el grupo había regresado a Verbergen para descansar. Después de cenar y bañarse, Shizuku se había ido a la cama como todos los demás. Pero por alguna razón, se encontró incapaz de dormir. Había dado vueltas y vueltas durante horas hasta que finalmente no pudo soportarlo más. Y así, a pesar de que eran sólo las dos de la madrugada, cogió su katana y salió corriendo hacia la noche.

La causa de su insomnio era el mismo niño cuya figura había aparecido en su mente e interrumpido su meditación antes.

“¡Haah! ¡Taaaah! Raaaaaaah!” Sus gritos se volvieron más salvajes, y ella blandió su espada con desenfreno. Cuanto más intentaba no pensar en ello, más se encontraba pensando en lo que había ocurrido en el laberinto. Específicamente, de lo que había pasado cuando estaba atrapada en el mundo de los sueños. Su supuesta ilusión ideal había sido tan vergonzosa que se puso de color rojo brillante simplemente pensando en ello. Se negó a creer que era algo que realmente deseaba, pero el contenido del sueño era demasiado vergonzoso para que ella pudiera hablar con alguien sobre ello.

¿Cómo es que él, de entre todas las personas, tuvo que ser el que…

“¡Ryaaaaaaaaaaaaaaaaah!” Pero lo que más le molestaba era el juicio final. Con sus emociones al revés, había encontrado encantadoras a esas asquerosas cucarachas negras, y eso ciertamente había sido traumático, pero eso no era lo que realmente la molestaba. El mayor problema era que había encontrado al chico en su mente totalmente detestable. Ella lo odiaba más que a cualquier otra cosa.

Lo que significa que en realidad…

“Nooooooooo! ¡Sólo es un amigo! ¡Eso es todo!” Sus golpes eran tan irregulares que ya no podían llamarse golpes de práctica. Shizuku estaba actuando totalmente fuera de lugar. Su katana gruñó en protesta mientras ella golpeaba salvajemente.

Normalmente, esto era alrededor del punto en el que Shizuku intentaría calmarse de nuevo, pero estaba tan nerviosa que continuó cortando la imagen del chico arrogantemente sonriente que su mente había conjurado. En el momento en que ella cortó su ilusión, apareció otra, esta vez con la misma sonrisa suave que había tenido después de conquistar el laberinto.

“¡Muere!”

Por cierto, el estilo Yaegashi no tenía tal grito de guerra. De hecho, Shizuku nunca antes había gritado nunca muere al luchar. Shizuku sabía que su padre y su abuelo se avergonzarían de ella si la veían ahora, pero estaba demasiado lejos para preocuparse. Ignoró sus imaginarias miradas de desaprobación y se balanceó con más fuerza aún. Sus compañeros de clase se sorprenderían si la vieran agitándose temerariamente de esta manera. No actuaba como de costumbre.

Ella mantuvo su sesión de práctica durante unas horas más, calmándose ocasionalmente durante unos minutos, pero siempre poniéndose nerviosa de nuevo al final. Trató desesperadamente de negar los sentimientos que crecían en su interior, pero por mucho que fingiera que no existían, las pruebas de Haltina seguían persiguiéndola.

Eventualmente, el agotamiento empañó sus emociones, y pudo recuperar un poco de compostura. Y después de discutir internamente consigo misma durante unos minutos, finalmente se convenció de que estas extrañas emociones eran producto de la confianza que había depositado en él cuando las cosas se habían puesto difíciles en el laberinto. De ahora en adelante, no perdería la calma cuando pensara en él. Todo había vuelto a la normalidad.

“Uf…” Con un aliento tranquilo, Shizuku devolvió su katana a su vaina. Cerró los ojos, dejando que el aire fresco de la mañana enfriase su sudor. Su cabello húmedo se aferraba a su cara, haciéndola lucir más atractiva de lo normal.

De repente, una voz desde atrás interrumpió sus pensamientos.

“Eres realmente diligente.”

“¿Qué?” Su corazón casi se le sale del pecho. Esa voz era una que Shizuku reconocía bien. A juzgar por su nerviosa respuesta, su intento de actuar con normalidad a su alrededor ya había fracasado. Se giró para ver a Hajime, el chico que había estado en su mente todo este tiempo, de pie detrás de ella. Ya fuera porque no había querido interrumpir su entrenamiento o simplemente porque no deseaba meterse con ella, había mantenido su presencia oculta hasta ahora.

“Nagumo-kun. No me sorprendas así. Tampoco es bueno espiar a la gente”. Shizuku estabilizó su palpitante corazón y miró a Hajime, pero estaba demasiado entretenido por su anterior reacción a la atención.

“¿Qué? ¿En serio? Pfft….”

“¡Ah!”

Hajime intentó contener la risa mientras repetía las palabras de Shizuku. La mirada de Shizuku se hizo más aguda, pero el rubor que se extendía por su cara la hizo difícil de tomar en serio. Parecía darse cuenta de ello y gritó.

“¿Qué es lo que quieres?”

Hajime se rió de la ira que había en su voz. Sin embargo, no quería burlarse demasiado de ella, así que como disculpa sacó una toalla de su Tesoro escondido y se la tiró a Shizuku. Fue solo después de que la cogió que Shizuku se dio cuenta de que aún estaba empapada de sudor. Miró hacia otro lado, avergonzada, y se limpió. Hajime se apoyó en un árbol cercano y contestó a su pregunta.

“No vine por nada en particular. Me levanté temprano y pensé en entrenarme. Entonces, te vi mientras buscaba un lugar para entrenar y vine a ver lo que estabas haciendo. Por lo que parece, has estado en esto por un tiempo. Estoy impresionado de que estés entrenando tan duro después de ese agotador laberinto”.

“Esta es mi rutina normal. También… No podía dormir, así que…”

“Bueno, fue tu primer laberinto y todo eso. No te culpo por estar tan emocionada como para dormir”.

“S-sí”. Ciertamente había estado demasiado emocionada para dormir, pero por una razón completamente diferente. Ella apartó la mirada, y Hajime la miró perpleja. Shizuku no estaba actuando como siempre. Su mirada la agitó aún más, y ella empezó a moverse incómodamente. Por fin…1|

“Yaegashi, ¿pasa algo? Estás actuando de forma extraña. No me digas que los hechizos del laberinto aún no han desaparecido”.

“¿Eh? Oh no, estoy bien. Perfectamente bien. Nunca he estado mejor”.

“No tienes buen aspecto. Estás actuando de forma extraña y claramente estás exhausta…”

“¿Qué quieres decir con extraña? Estoy igual que siempre. No te acerques sigilosamente detrás de mí otra vez. Suelo ser consciente de lo que me rodea, pero si no te veo, ¡puedo acabar cortándote accidentalmente!”

“¿Qué eres, una especie de asesina? Bueno, lo que sea, siempre y cuando estés segura de que estás bien”.

Obviamente no lo era, pero Hajime no iba a presionar el tema si insistía en decir que lo era. Entonces, como si de repente recordara algo, se acercó a Shizuku. Conmocionada, Shizuku levantó las manos delante de ella en un intento por mantener alejado a Hajime.

“¡Oye! ¿Por qué estás tan cerca? ¡Para, espera, apesto a sudor! ¡Esto es una invasión del espacio personal! ¡Calmémonos y hablemos de esto! Oh, ¿quieres que te devuelva la toalla? Aquí…. Espera, no. ¡Necesito lavarla primero! Quédate ahí, te lo devolveré más tarde”.

“¿Seguro que estás bien? Sólo quiero ver tu espada un rato”.

Shizuku se alejó de Hajime como si fuese una especie de pervertido. Incluso Hajime no pudo evitar sentirse un poco herido por ello.

“¿Mi espada? ¿Por qué?”

“Para que pueda actualizarla. Ahora que puedo usar la magia de la evolución, creo que probablemente pueda hacerla más fuerte. Pero si prefieres no hacerlo, lo dejaré en paz”.

“O-Oh. ¿Eso es todo? Bien, entonces. Eres más que bienvenido a actualizarla.” Shizuku desenganchó su katana y cautelosamente la sostuvo hacia Hajime. Parecía que no tenía intención de acercarse más de lo necesario. Desde que llegó a este mundo, a menudo terminaba en situaciones en las que hablaba con miembros del sexo opuesto mientras sudaba, por lo que a Hajime le parecía extraño que de repente se mantuviera a distancia. Mientras sentía curiosidad, al final, se encogió de hombros y dijo: “Bueno, lo que sea”.

Cogió la espada, y luego golpeó el suelo con su pie. El círculo de transmutación inscrito en su zapato resplandecía de color carmesí, y una mesa y una silla aparecieron ante Hajime. Se sentó en la silla y dejó la katana sobre la mesa. Entonces empezó a sacar varios minerales de su Tesoro escondido.

Shizuku miró atentamente, con curiosidad sobre el proceso de elaboración. Hajime sintió que sería incómodo mantenerla de pie, por lo que transmutó otra silla por donde estaba sentado, e hizo un gesto a Shizuku para que se sentase. Agitada e inquieta, se sentó en la silla.

“……”

“……”

Ninguno de los dos habló. Los únicos sonidos eran el canto de los pájaros, el susurro de las hojas y el sonido sordo del metal contra el metal. El silencio de la mañana había vuelto al pequeño claro. Sin embargo, el silencio no fue incómodo para Shizuku en lo más mínimo. Aunque se sentía nerviosa, sentía que Hajime le había dado permiso implícitamente para que estuviera allí poniéndola en una silla. Con el paso del tiempo, el latido de su corazón comenzó a disminuir.

Se está concentrando mucho…. Hajime mantuvo su mirada firmemente centrada en la espada que tenía ante él. Incluso una principiante como Shizuku podía darse cuenta de que se estaba concentrando intensamente en su trabajo. Un brillante maná carmesí surgió de él, iluminando su seria expresión de muerte. Los trozos de mineral que estaban frente a Shizuku empezaron a retorcerse y a transformarse.

“Su maná realmente se ve muy bien…” Se susurró a si misma Shizuku. Rodeado de maná arremolinado y objetos flotantes que transformaban, Hajime parecía la viva imagen de los tipos de magos que Shizuku había leído en los cuentos de hadas. Y ahora mismo, estaba lanzando un hechizo justo delante de ella. Shizuku se encontró cautivada, incapaz de mirar hacia otro lado.

Después de un rato, descansó el mentón en sus manos, y sus ojos empezaron a glasearse lentamente mientras Hajime continuaba su trabajo. Los efectos de pasar la noche en vela empezaban a notarse. Al menos, esa parecía ser la causa de sus ojos vidriosos. En algún momento, Hajime se acercó a Shizuku para sacarle sangre, y cayó en tal pánico que se cayó de la silla. Pero aparte de eso, el trabajo de Hajime progresó sin problemas. Justo cuando Shizuku estaba a punto de ceder a sus deseos y quedarse dormida en su silla, Hajime la llamó.

“Mira, Yaegashi. He terminado. Estuve jugando con tu espada para practicar el uso de la magia de la evolución, pero creo que esto resultó bastante bueno”.

“……”

“¿Yaegashi?”

“……”

“¿Te quedaste dormida?”

La cabeza de Shizuku estaba en sus brazos, y sus ojos estaban casi cerrados. Hajime levantó una ceja y la miró de cerca. Se encontró casi impresionado por lo descuidada que estaba durmiendo en medio de un bosque. Si Hajime hubiese sido un caballero normal, la habría despertado ligeramente, o quizás la habría cubierto con su chaqueta. Pero como no lo era, decidió conformarse con golpear a Shizuku en la frente con la vaina de su katana. Luego le echó un poco de maná.

“¿¡Abababababababababababababababa!?”

Las chispas eléctricas recorrían su extensión, sacudiendo a Shizuku. Se despertó, su cuerpo estaba rígido mientras la corriente corría a través de ella. En el momento en que Hajime se quitó la vaina de la frente, se desplomó de nuevo sobre la mesa, humo blanco surgiendo de su ropa. Miró hacia la espada y se acarició la barbilla pensativamente. Y después de un rato asintió, satisfecho con su trabajo.

“¿Para qué diablos fue eso?” Shizuku gritó enfadada mientras golpeaba con sus manos sobre la mesa y miraba con ira a Hajime.

“Bueno, parecía que te habías dormido así que pensé en despertarte probando las nuevas características de la espada.”

“No puedo creerlo, no sientes el más mínimo remordimiento, ¿verdad?”

Antes de que pudiera quejarse más, Hajime le tiró la katana. Distraída, tartamudeó con él durante unos segundos antes de sujetarla en sus brazos.

“Originalmente, sólo podía encantar con uno o dos hechizos usando magia de creación, pero después de usar magia de evolución para mejorar mi magia de transmutación y magia de creación, puedo sintetizar muchos más hechizos en ella”.

“Y ahora ignoras mis quejas y explicas lo que hace mi katana… Lo que sea, ya no me importa…” Con un suspiro, Shizuku se sentó de nuevo en la silla y se resignó a escuchar la explicación de Hajime. Pero ahora estaba segura de que cualquier sentimiento que pudiera tener por él no era real.

“Así que ahora tu katana ha sido encantada con algunos nuevos hechizos. En primer lugar, le he añadido la magia de la gravedad. Se puede controlar libremente su peso. Encima de eso, puedes atraer cosas hacia la espada, o empujarlas lejos. Además, puedes cortar la gravedad con ella, pero el efecto no dura mucho”.

“Eso es…. asombroso.” Los ojos de Shizuku se abrieron de par en par mientras miraba la espada en sus manos. Pero esto era sólo la punta del iceberg. Hajime continuó su explicación, y cuanto más escuchaba Shizuku, más se le abrían los ojos.

Supuestamente, gracias a la magia espacial con la que había sido encantada, pudo atravesar el espacio-tiempo mismo. Supuestamente, gracias a la magia de la restauración con la que había sido encantada, podía recuperarse de cualquier daño. Además de eso, le otorgó a su portadora un aura restauradora que sanó lentamente sus heridas. Supuestamente, gracias a la magia espiritual con la que había sido encantada, podía cortar las almas de sus enemigos. Y supuestamente, los hechizos eléctricos con los que había sido encantada anteriormente habían sido actualizados, y se le había añadido una nueva función que le permitía enviar ondas de choque desde sus cortes.

“……” Shizuku se quedó sin palabras. Su espada había alcanzado un estado legendario, lo que hacía temblar sus manos mientras la sostenía.

“Además, utilicé las Placas de Estado como referencia y lo hice más fácil de controlar. Antes, tenías que activar todos los hechizos con los que estaba encantada, pero ahora están en un estado permanentemente activado, así que no necesitas un canto para lanzar ninguno de ellos”.

Lo que significa que podría activar cualquiera de estas habilidades divinas al instante. Hasta ahora, Shizuku había estado usando conjuros de una palabra para lanzar sus hechizos, pero hacerlo había reducido enormemente su eficacia. Pero a partir de ese momento, ella podría activar sus habilidades con sólo pensar en ellos y a plena potencia.

“Ya que eres una espadachina que confía en la velocidad, pensé que te costaría mucho acabar largos cantos en medio de la batalla…” Hajime terminó su explicación con eso.

El sudor frío corría por la frente de Shizuku mientras examinaba su arma mejorada. En ese momento, era mucho más poderoso que la Espada Sagrada de Kouki. No era sólo un arma con poder, era totalmente increíble. Este era el tipo de armas por las que las naciones luchaban en guerras. Al menos, estaba segura de que era la espada más fuerte de Tortus.

“¿Está bien que tenga algo tan increíble?”

“Sí, guárdala por si acaso”.

“¿Por si acaso qué?”

Hajime miró al cielo, y luego asintió. Había un brillo salvaje en sus ojos, como si estuviese intentando intimidar a alguien o algo que residía muy por encima.

“Como han oído, una vez que hayamos despejado el laberinto final, las cavernas de escarcha en los Campos de Nieve de Schnee, podremos volver a casa a Japón. Si podemos volver así, sería genial, pero no creo que sea tan fácil”.

“¿Crees que alguien va a tratar de interponerse en nuestro camino? ¿Los demonios, o tal vez esos dioses falsos?”

“Sí. El héroe es uno de los peones favoritos de Ehit, y no creo que quiera dejar escapar a un irregular como yo. Así que, en caso de que un grupo de apóstoles como Noint aparezcan para detenernos, quiero que ustedes sean nuestra carne….. Quiero que sean lo suficientemente fuertes para ayudarnos a luchar contra ellos. Originalmente, pensé que la mejor manera de hacerlos fuertes era hacerlos conquistar unos cuantos laberintos y conseguir algo de magia antigua”.

“¿Soy yo, o casi nos llamas escudos de carne? Oye, ¿realmente piensas eso? Responde honestamente ahora.” Una vena latía en la frente de Shizuku mientras se dirigía hacia Hajime. Sin embargo, Hajime la ignoró y continuó su explicación.

“Pero gracias a la magia de la evolución que tenemos, puedo hacer artefactos aún más fuertes que antes. Incluso si no pueden usar magia antigua, puedo hacerlos a todos bastante fuertes. Planeo mejorar las armas de sus hombres para que estén listos para cuando ataquen los apóstoles. Si vienen mientras aún estamos dentro de las cavernas, tendrán que manejarlos ustedes solos, después de todo. Además, si quieren usar estas armas para conquistar los otros laberintos, no me importa”.

“Entiendo lo que intentas decir, pero…”

Hajime se levantó después de decir su parte, planeando irse. Sin embargo, Shizuku le gritó vacilante, deteniéndole en su camino.

“¿Significa eso que planeas terminar el resto de tu viaje sólo con Kaori y las demás, Nagumo-kun?”

“¿Hm? Sí…. ¿Qué, quieres venir con nosotros?”

“……” Shizuku no sabía qué decir. Sabía que había pedido lo irracional cuando se metió por primera vez en el grupo de Hajime. Y sus condiciones habían sido que sólo les ayudaría a través de un único laberinto. Además, había visto por sí misma lo peligrosos que podían ser los laberintos. Tampoco podía negar que todavía le faltaba la fuerza para desafiarles ella misma. Sabía que si se iba con ellos, sería una carga. Además, una vez que Hajime conquistara el último laberinto que quedaba, las Cavernas de Escarcha, todos podrían volver a casa. Hajime había prometido que se llevaría a todo el mundo con él, por lo que Shizuku no tenía razón para seguir forzándose a entrar en el grupo de Hajime.

Incapaz de dar una respuesta con la que pudiera vivir, simplemente sacudió la cabeza en silencio. En respuesta, Hajime se encogió de hombros.

“Bueno, si eres tú, Yaegashi, no me importa llevarte con nosotros.”

“¿Qué?” Shizuku miró a Hajime con asombro. Ella no esperaba una respuesta así. Un segundo después, un rubor profundo se extendió por su cara y ella miró hacia otro lado avergonzada. Después de calmar su palpitante corazón, se giró hacia Hajime y preguntó con duda.

“¿Por qué tú…”

“La antigua magia de las Cavernas de Escarcha probablemente te permite crear el tipo de monstruos que Freid estaba usando cuando luchamos contra él. Si tienes esa magia y la magia de la evolución, probablemente puedas llevar contigo el grupo de Amangoawa. Entre esas dos magias antiguas, probablemente serías lo suficientemente fuerte para conquistar todos los otros laberintos si quisieras”.

“Ah, por supuesto. Lo supe desde el principio, evidentemente”. con una Esperanza frustrada, contestó Shizuku en tono monótono. Aunque internamente, se regañaba a sí misma por tener esperanza. El rubor desapareció de sus mejillas, y se giró hacia Hajime con una mirada. Pero antes de que ella pudiera gritarle, sus siguientes palabras la hicieron sonrojarse de nuevo.

“No me mires así. Te lo pregunto porque aparte de mis compañeras, eres en quien más puedo confiar. Si voy a dejar a los demás estudiantes en manos de otra persona, eres la persona más confiable que puedo pensar”.

“¡Ah!”

Hajime sonrió torpemente a Shizuku. Él había asumido que ella lo estaba mirando porque no quería que la agobiaran con la tarea de ser niñera, así que él había decidido dar seguimiento a su declaración anterior. Sin embargo, dijo que el seguimiento era demasiado estimulante para la Shizuku actual. Estaba feliz de que alguien en quien confiara confiase en ella. Se sonrojó aún más que antes, y la sonrisa de Hajime se hizo más incómoda. Empezó a preparar sus herramientas para practicar la transmutación un poco más, pero no sin antes escupir su siguiente pensamiento.

“Pero supongo que no puedo llevarte sólo a ti conmigo, Yaegashi.”

“U-Umm…. ¿qué quieres decir con…?”

“Quiero decir, mira a Amanagoawa. No puede funcionar sin ti. ¿Honestamente crees que se sentará en silencio si te llevo conmigo a las Cavernas de Escarcha? Dudo que soportara estar separado de ti, aunque sea por un tiempo. En realidad, sé que no lo haría. Sólo haría un berrinche. Y no quiero tener que lidiar con eso. Yo soy el que tendrá problemas si no estás cerca para cuidar a los alborotadores como él”.

“Eres realmente franco,” contestó Shizuku con un suspiro.

Hajime la ignoró y sacó unos cuantos chakras de su Tesoro escondido y los puso a flotar a su alrededor. En verdad, Shizuku sabía que no podía abandonar a Kouki y a los demás también, así que rápidamente superó sus sentimientos y cambió el tema.

“Ese es el chakram por el que puedes teletransportar las cosas, ¿verdad? ¿Qué vas a hacer con ellos?”

“Son para practicar. Vine aquí para entrenar, ¿recuerdas? Pero deberías regresar, Yaegashi. Pareces muerta de pie. Descansa un poco”.

Hajime tenía razón. Shizuku se sintió lista para colapsar en cualquier momento. Pero no se atrevía a irse. Así que, en vez de eso, ella vio como él sacaba treinta chakras en total y las hacía girar alrededor de él como si fueran satélites. Antes de que se diera cuenta, había abierto la boca.

“¿Puedo mirar un rato más?”

“¿Eh? Bueno, no me importa, pero no me culpes si te desmayas.”

“No te preocupes, si empiezo a sentirme tan cansada, volveré”.

Hajime se encogió de hombros, luego cerró los ojos y desenvainó a Donner y a Schlag.

Shizuku se inclinó hacia delante, puso sus codos sobre la mesa, y apoyó su barbilla sobre sus manos. Tras una breve pausa, Hajime empezó su rutina de entrenamiento.

¡Bang, bang, bang, bang, bang, bang! Se escucharon una serie de disparos. Cada una de sus balas pasaba por el centro de uno de sus chakrams, que ahora giraban a velocidades increíbles. Las balas salieron disparadas de los portales correspondientes y se dirigieron hacia Hajime desde una dirección y un ángulo completamente diferentes.

“Uf.”

Se giró hacia un lado, esquivando las balas que venían de atrás por la anchura de un pelo. Al mismo tiempo, manipuló algunos de sus chakras para que las balas que esquivaba pasaran a través de ellos, evitando que salieran de su círculo. Las balas teletransportadas lo atacaron una vez más, de nuevo desde una nueva dirección. Continuaron atacando a su señor hasta que perdieron el impulso y cayeron al suelo.

Pero mientras Hajime esquivaba, continuó disparando más y más balas a los portales, aumentando el número de tiros que necesitaba para esquivar. Revoloteó como una hoja a través de la lluvia de balas, usando tan poco movimiento como fuera necesario para esquivar. Su danza era mucho más fluida y elegante que la que Shizuku había realizado antes. Le faltaba algo de la elegancia de una danza marcial transmitida a través de los siglos.

Aun así, fue práctico. Sus maniobras excesivamente prácticas llevaban el pulido que venía con miles de horas de práctica. Para Shizuku, ese tipo de practicidad tenía su propia belleza. Rodeado por un ciclón de balas, Hajime tejió y se balanceó mientras usaba sus propias armas para levantar la ferocidad de la tormenta. Enfrentado, Shizuku miró hasta que Hajime repentinamente saltó al aire. Se colgó en el aire, usando su [Aerodinámica] para crear puntos de apoyo. Maná rojo pulsó bajo sus pies mientras sacaba aún más chakras de su Tesoro escondido y se rodeaba de ellas. La tormenta de vetas rojas se hundió en la esfera de los chakrams con los que se había rodeado. Las balas salieron disparadas por el otro lado y se dirigieron hacia Hajime como un aluvión de láseres. Lentamente redujo la esfera de diez metros que había creado a su alrededor, reduciendo gradualmente la cantidad de área con la que tenía que trabajar. Y después de eso, continuó esquivando, a veces usando los cañones de sus armas para bloquear. Ambos brazos se movían como criaturas vivientes separadas, mientras Donner y Schlag se defendían y atacaban con el mismo movimiento fluido. Dentro de la esfera de chakras bordeada de luz carmesí había otra tormenta de vetas carmesí. Su luminancia combinada hizo que la esfera sobre Shizuku pareciera una luna de color rojo sangre.

“Es tan bonito…” Cada vez que Shizuku presenciaba el maná de Hajime, se encontraba hechizada. Fue por esa razón que ella siempre dejaba que esas palabras se le escaparan inconscientemente. Aunque la lluvia de disparos hizo añicos el silencio que había llenado el bosque hasta ahora, Shizuku encontró que esta cacofonía era más tranquilizadora que la calma. Lenta pero seguramente, los párpados de Shizuku comenzaron a caerse. Y en poco tiempo, se había dormido.