Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 8

Capítulo 3: Aférrate A La Esperanza

Parte 3

Algún tiempo después. El suelo licuado se había enfriado y endurecido, y las brasas ardientes se habían extinguido. Un único sendero metálico y brillante atravesaba el yermo y árido que quedaba. Hizo una línea recta hasta el árbol gigante a lo lejos.

“…Mmm?”

“¿Eh?”

“¿Oh?”

Yue, Shea, y Kaori abrieron los ojos.

“¿Hm? ¿Se ha… acabado? ¿Están bien, chicas?” Hajime miró preocupado a las tres chicas que aún estaban en sus brazos.

Todos se miraron unos a otros, y luego asintieron con confianza.

“…Mmm. Parece que lo hemos superado.”

“¡Sí! Todo ese placer que sentía se ha ido por completo.”

“Ya no siento nada… Y parece que el resto de mis sentidos han vuelto a la normalidad.”

Suena como si estuvieran bien. Superando el placer tan abrumador que podría enloquecer a la gente normal a través de la fuerza de voluntad. Una vez que pasó cierto umbral, el placer no era diferente del dolor. Hajime solo podía empezar a adivinar lo mucho que habían sufrido las tres. Lo más probable es que fuera la prueba más dura que cualquiera de ellos haya enfrentado hasta ahora. Los miró con orgullo y habló.

“Sabía que podías hacerlo. Buen trabajo, ustedes tres. Tuve fe todo el tiempo, así que no me preocupé… pero debe haber sido duro”.

“Mmm….”

“Hehehe, me estás haciendo sonrojar.”

“Fufu, gracias, Hajime-kun. Fue gracias a tu apoyo que pude salir adelante”.

No había razón para que siguieran abrazando a Hajime, pero ninguna de las chicas parecía dispuesta a dejarlo. En vez de eso, lo abrazaron más fuerte y lo miraron con alegría, sonrojándose. La mirada suplicante en sus ojos dejó claro que querían escuchar más elogios. Con toda honestidad, le resultaba más difícil resistirse a su serio enfoque que a sus avances cuando estaban bajo la influencia de la hipnosis de los slimes. Inconscientemente había empezado a dejarlas ir, pero ahora también las abrazaba más fuerte. Permanecieron así durante unos segundos, hasta que Shizuku les interrumpió torpemente.

“¡Ejem! Perdón por interrumpir, pero ¿podrías dejar el coqueteo para cuando salgamos de aquí? También, puedes liberar a Kouki y a los otros ahora.”

“¿Hm? Sí, claro, Yaegashi. Tú también estuviste increíble, ¿sabes? Supongo que debería haber sabido que un espadachín de tu calibre no tendría problemas para resistirse. ¿Fue esa meditación algo que aprendiste en tu dojo?”

“¡Sabía que podías hacerlo, Shizuku-chan! Aunque no tengas el cuerpo de un apóstol de Dios como yo, ¡todavía fuiste capaz de resistir! Eso es realmente asombroso!”

La irritación de Shizuku se desvaneció y se sonrojó cuando Hajime y Kaori se amontonaron en la alabanza. Miró hacia otro lado, avergonzada, y murmuró algo.

“Gracias… Mi padre y mi abuelo me enseñaron a calmar mi corazón desde que era joven, así que mientras estaba cerca, me las arreglé para superarlo de alguna manera…. Además, ¿restringiste a Kouki y a los otros para protegerme? No habría podido hacer nada mientras me concentraba en la meditación, así que gracias por ayudarme, Nagumo-kun”.

“De nada. De todos modos… parece que Amanogawa y ellos se desmayaron. Probablemente no pudieron resistir el placer. Yaegashi, prepararé una muda de ropa y les haré un cambiador, así que despiértenlos por mí. Te dejaré que te lo expliques todo”.

“¿Una muda de ropa? ¿El vestuario…? Oh.” Shizuku ladeó la cabeza, confundida, pero luego se dio cuenta de a donde quería llegar Hajime cuando miró su ropa. Shizuku se sonrojó hasta las puntas de sus orejas.

Una prueba de placer era aterradora en más de un sentido. Aunque no se había movido ni un centímetro, la ropa de Shizuku estaba empapada de sudor. Ella tampoco era la única, todos los demás también estaban empapados. Sin duda era incómodo caminar cubierto de sudor.

Por supuesto, el sudor era todo lo que era. No había ningún otro líquido mezclado allí en absoluto. Al menos, eso era lo que la silenciosa mirada de Shizuku parecía implicar mientras se sonrojaba y se sentaba para cubrir su mitad inferior. Ya que cualquier cosa que dijese solo empeoraría las cosas, Hajime decidió no mirar a los ojos de Shizuku.

Yue y las demás dieron un paso atrás y se sentaron también, pareciendo casi tan avergonzadas como Shizuku.

“Toda la ropa que tengo está hecha a mi medida, así que puede que esté un poco apretada para Sakagami…. Tal vez algunas de mis ropas más sueltas funcionen”. Mientras decía eso, Hajime sacó algunos juegos de ropa de repuesto que había comprado en la ciudad hace un tiempo, y transmutó una cabaña cubierta de la tierra. Un vestuario sencillo pero funcional. También desacopló las bolas atando a Kouki, Ryutarou y Suzu. Sin nada que los sostenga, los tres se desplomaron hasta el suelo. Shizuku atrapó a Suzu mientras caía, pero Kouki y Ryutarou no tenían a nadie que les ayudara, así que golpearon el suelo con un ruido sordo. Teniendo en cuenta su robustez como el héroe y su compañero, probablemente estaba bien dejarlos en paz.

“En cuanto a Taniguchi… Me imagino que sólo encajarían las cosas de Yue”.

“Mmm…. Tengo un par de trajes como éste, así que ella puede usar uno de esos”. Yue sacó una muda de ropa de su propio Tesoro escondido y Hajime miró hacia Shea y Kaori. Siempre la servicial, Shea se adelantó.

“En ese caso, Shizuku-san puede usar uno de mis…”

“Por favor, no.” Shizuku se puso de rodillas y se arrodilló ante Shea.

“¿Qué tiene de malo mi ropa?” exclamó Shea, sus orejas de conejo saltando de un lado a otro.

“No, entiendo de dónde ha surgido Yaegashi. La única ropa que tienes son esas súper reveladoras…. ¿Incluso eso cuenta como ropa?”

“¿Qué tienes en contra de mi ropa? ¡Deja de reírte de ellas!”

Aunque era una luchadora de combate cuerpo a cuerpo, su ropa apenas cubría los lugares que necesitaban.

“U-Umm, ¿Shizuku-chan? Está bien, tengo algo de ropa que puede que te guste. Los compré la última vez que estuvimos en la capital porque pensé que te vendrían bien, así que por favor no te resignes a la muerte”.

“¡Kaori! ¡Amiga mía! ¡Mi alma gemela!”

Realmente no quiere usar la ropa de Shea, ¿eh? Hajime nunca había visto a Shizuku tan feliz.

“No entiendo…” Murmuró Shea, con sus orejas de conejo caídas. Naturalmente, todos la ignoraron. Habiendo evitado por poco llevar un traje que le hubiese revelado sus brazos, piernas, vientre y la mayor parte de su pecho, Shizuku abofeteó a Kouki y a los demás, y luego les explicó lo que había pasado y se dirigió al vestuario.

Yue creó agua caliente con magia para que se duchasen, y Shizuku suspiró de cansancio mientras se bañaba. Hajime mantuvo un ojo en sus alrededores y se acordó de sus Arachnae mientras Yue y los demás se limpiaban.

Había transmutado el techo, sus alrededores y el camino hacia el árbol, así que a menos que los slimes pudieran teletransportarse, estaba relativamente seguro de que ya no se encontrarían con ellos. Además, gracias al fuego que había creado, su vista de los alrededores era estelar. Ningún otro monstruo podía tenderles una emboscada, y lo más probable es que la mayoría de ellos ya se hubieran convertido en polvo por la ignición anterior. Por supuesto, eso no significaba que Hajime tuviera intención de bajar la guardia.

“Maestro, por favor, no se olvide de mí. Soy la única persona para la que no has hecho un vestuario…”

Una tímida voz interrumpió los pensamientos de Hajime. Hasta que Tio se retorcía de placer en el suelo. Todo el mundo sabía que estaba allí, pero como parecía estar disfrutando, la ignoraron. A pesar de haber sido la única en superar el juicio al principio, fue la que más tiempo sufrió. Fue bastante triste. Y así, Hajime miró a Tio.

“Oh, ¿todavía estás aquí, Clarence-san?”

“¿¡Ah!? Maestro, ¿cuánto tiempo piensa actuar así? Ciertamente fue una forma refrescante de ser insultada, pero estoy empezando a sentirme un poco…. excluida. ¿Podrías volver a hablarme como lo hacías antes? Prefería que me llamaras Tio.”

“¿De qué estás hablando, Clarence? Así es como siempre te hablo. Oh, por favor, abstente de acercarte más.”

“¿¡Ah!? ¡Maestro, lo siento mucho! ¡Juro que nunca más me adelantaré de esa manera! Por favor, te lo ruego, ¡vuelve a la normalidad!”

“…..”

Era raro ver a Tio mendigar o llorar. Se arrastró hasta los pies de Hajime y se arrojó sobre ellos. Hajime la miró con ojos muertos. Mientras Tio todavía se ruborizaba un poco, parecía que realmente le resultaba doloroso que la llamaran por su apellido, en vez de agradable. Al menos no iba a tener un ataque de asma. Hajime esperaba que ella también obtuviese placer de esto, pero el hecho de que no lo hiciera significaba que finalmente tenía una forma de castigarla de verdad. Sonrió. Tio tembló al ver las comisuras de la boca de Hajime levantarse.

¿Estoy quizás condenado a sufrir este destino para siempre? Tio casi estalla en sollozos.

“Maestro. Por favor… llámame Tio.”

Hajime se regocijó al descubrir finalmente una forma de castigar verdaderamente a Tio. Viéndola llorar ante él, le hacía cosquillas los impulsos sádicos de Hajime. Por una vez estaba presenciando a Tio verdaderamente angustiada, en lugar de disfrutar de su angustia. Mirándolo objetivamente, Hajime era bastante pervertido, considerando lo sádico que estaba actuando. Para bien o para mal, sin embargo, él mismo no lo notó.

“Si insistes. Mira, ya sé que eres una pervertida sin remedio, pero trata de controlarlo un poco, al menos…. Tio”, añadió encogiéndose de hombros.

Los ojos de Tio brillaron al mencionar su nombre, y le dio a Hajime una inocente e infantil sonrisa. Esa sonrisa era tan deslumbrante que estuvo a punto de quedar cautivado por ella.

Tio no sólo era sabia y conocedora, sino que también era perceptiva cuando se trataba de los sentimientos de los demás. Además, hacía todo lo posible por llevarse bien con todo el mundo, y nunca perdía la calma. Sus habilidades de combate, su coraje y su decisión no eran nada de lo que burlarse. También tenía un fuerte sentido del deber y una apariencia impecable. Si no hubiera sido una masoquista desenfrenada, habría sido la mujer perfecta.

“En serio, ¿por qué estás tan desesperada?”

¿Es mi culpa después de todo? Hajime pensó tristemente para sí mismo. Lo fue, por supuesto. Él fue el que metió un búnker pile en Tio.

Sí, supongo que no puedo negar esto. Hajime le dio a Tio una menguante sonrisa.

“¿Qué pasa, Maestro?”

“…No es nada. De todos modos, ve a cambiarte también.”

“Mmm, muy bien… Aunque no me importaría que me cambiara usted mismo, Maestro. Siéntete libre de limpiarme a mí también, si lo deseas.”

Tio miró expectante a Hajime mientras transmutaba otro vestuario para ella.

¿Qué pasó con lo de reprimirlo? Hajime sacó una granada de su Tesoro escondido.

“¿Es eso cierto? Bueno, en ese caso, ¿qué tal si te quito toda esa suciedad de encima?”

“¿¡Ah!? ¡Voy a cambiarme ahora mismo!” Tio sacudió su oído y corrió hacia el vestuario.

Mientras veía como una dragona se escapaba, a Hajime se le recordó una vez más que su “condición” era su responsabilidad. Se sonrió a sí mismo con tristeza y agitó la cabeza.

Muy pronto, todos se habían aseado y se habían cambiado a ropa limpia. Como de costumbre, Kouki, Suzu e incluso Ryutarou estaban deprimidos por su incapacidad para superar el juicio. Se encorvaron hacia adelante, como si llevaran una canasta de piedras a la espalda, y nubes negras los seguían a todas partes. Recordaban todo lo que habían hecho bajo la influencia de la hipnosis. Tio había planteado la hipótesis de que esta prueba de placer era una prueba de los vínculos entre camaradas, y la reacción de Kouki, Suzu y Ryutarou parecía ser una prueba de que ella tenía razón. Kouki y Ryutarou no pudieron encontrarse con los ojos de Shizuku o Suzu, y mantuvieron su distancia. Suzu también se sonrojaba de rojo brillante y se escondía detrás de Shizuku. Shizuku intentó arreglar las cosas entre sus amigos, pero le costaba trabajo pensar en algo que decir. No sólo había estado a punto de agredir a sus amigos, sino que también había revelado su propia perversidad. No fue fácil recuperarse de ese tipo de trauma. No había manera de abordar el hecho de que todos ellos casi se habían agredido sexualmente sin que fuera incómodo. Y naturalmente, Kouki y los demás no pudieron evitar sentirse culpables por ello. Especialmente Suzu. No sólo había estado a punto de agredir a sus amigos, sino que también había revelado su propia perversión. No fue fácil recuperarse de ese tipo de trauma.

“Suzu, olvidemos todo esto. No hay nada que pudieras haber hecho. Y todo el incidente terminó sin que nadie hiciera algo de lo que realmente se arrepintieran, así que es mejor no volver a pensar en ello. Quiero decir que todo el mundo tiene unos cuantos secretos en el armario, ¿verdad?”

“Shizushizu…”

“Mira, incluso yo he hecho cosas que preferiría no recordar. Hubo una vez que fui a la esquina de una tienda de 18 años o más y me metí en una discusión sobre las chicas de la portada de un juego porno. Sólo pensar en cómo me miraban los otros tipos de la tienda… es suficiente para deprimirme…”.

Por cierto, la causa de todo ese asunto había sido Kaori. La persona con la que Shizuku había estado discutiendo también era Kaori. Después de ese pequeño incidente, las dos habían sido expulsadas de la tienda. Un resultado bastante deprimente.

Hajime y las demás miraron a Kaori.

“No me mires…” lloriqueó y se cubrió la cara de vergüenza.

“Shizushizu, ¿te gustan los juegos porno?”

“¡No, no lo es! Fue un desafortunado accidente”.

“…Hahahaha. No puedo imaginarme que discutan sobre un juego porno, Shizushizu… Kukukuku.”

“No puedo creer que te rías de mí así, Suzu…”

A pesar de sus palabras, Shizuku parecía aliviada de que Suzu hubiese vuelto a la normalidad. Shizuku sabía que los medios normales de consolar a Suzu no habrían funcionado, así que, a regañadientes, desenterró uno de los eventos enterrados de su oscuro pasado y trató de compartir la vergüenza de Suzu. Y por lo que parece, su abnegación había valido la pena.

Shizuku realmente era una maestra en el cuidado de los demás. Ni siquiera dudó en tirarse debajo del autobús para que se sintieran mejor. Hajime, Yue, Shea y Tio aplaudieron los admirables esfuerzos de Shizuku. Viendo que Suzu se había recuperado, Kouki se forzó a pasar su vergüenza y miró a Hajime.

“Nagumo… Siento haberte causado problemas. Y gracias por detenernos.”

“Sí, gracias por salvarme, Nagumo. Salvaste nuestras pieles.”

Ryutarou levantó la vista y dio las gracias también a Hajime.

“Sí, más vale que estés agradecido. Nunca olvides las deudas que me debes. Porque las pagarás siendo mis escudos de carne cuando llegue el momento. Será mejor que no intentes escaparte de mí. Porque te perseguiré hasta el fin del mundo si es necesario”.

Hajime sonaba completamente como un miembro yakuza sacudiendo a un pobre deudor. Pero lo decía en serio. Si Kouki o Ryutarou trataban de evitar pagar sus deudas, Hajime realmente los perseguiría hasta los confines de la tierra. No era de los que ayudaban a alguien que no le gustaba de forma gratuita. Kouki y Ryutarou se sonrieron tristemente el uno al otro. Hajime los había estafado hasta la médula. Aún así, Hajime les había salvado de cometer un crimen del que sabían que se arrepentirían el resto de sus vidas, así que incluso si la deuda era grande, valía la pena incurrir en ella.

“Yaegashi, Taniguchi, ¿qué pasa con esas miradas comprensivas? Te das cuenta de que estás en el mismo barco que ellos, ¿verdad?”

“¿Qué?”

Shizuku y Suzu saltaron. Sus caras cayeron, y sus expresiones coincidían con las de Kouki y Ryutarou. Miraron a Hajime como si fuera un prestamista del infierno. La camaradería que sentían al ser deudores de Hajime hizo un buen trabajo borrando cualquier incomodidad persistente que sentían uno alrededor del otro.

El grupo reanudó su viaje y llegó hasta el árbol sin más ataques de slimes. Como todos los árboles grandes que habían visto hasta entonces, éste tenía una abertura que conducía a su tronco hueco. Como de costumbre, una vez que entraron en el hueco se cerraron a su alrededor y un círculo mágico apareció a sus pies. Hubo un familiar destello cegador de luz, y el grupo fue teletransportado una vez más.

“¿Hm? Nos teletransportamos, ¿verdad?”

“Sí…. Hajime, mira. Hay una salida”.

El lugar al que los habían llevado era el interior de otro tronco de árbol. Parecía idéntico al que habían entrado, así que por un momento Hajime pensó que no se habían teletransportado en absoluto, pero entonces Yue señaló la única diferencia entre este árbol y el viejo. Esta vez, también, todos habían sido teletransportados juntos. El Ojo de Demonio de Hajime no detectó ninguna falsificación. Lo que significa que lo que sea que los estaba esperando, está adelante. Hajime asintió a sus camaradas y salió del tronco del árbol. Lo que vio lo dejó boquiabierto. Después de unos segundos, finalmente encontró su voz.

“Esto se parece…. a Verbergen.”

Yue asintió de acuerdo. Fuera del árbol, había un solo pasaje. Pero no era un pasaje normal. Era una rama gigante que se extendía desde el árbol al que acababan de salir. La rama tenía fácilmente cinco metros de ancho. Hajime miró hacia atrás y vio que el tronco del árbol era más ancho de lo que podía medir. El hecho de que estuvieran al lado de una de sus ramas significaba que tenían que estar en el aire.

Hajime miró a su alrededor y vio que su rama se entrelazaba con varias otras que sobresalían de otros árboles, creando una red de caminos de madera entrecruzados. Hajime la había descrito como la misma que las vías aéreas de Verbergen, pero la de Verbergen no tenía nada que ver con ellas. Estas eran mucho más amplias, mucho más grandes y complejas. Sus patrones retorcidos crearon ilusiones ópticas que hicieron que el laberinto de ramas pareciera aún más complejo de lo que era.

“Estoy…. bastante seguro de que aún estamos bajo tierra, pero…”

En lo alto, un techo de piedra cubría el cielo. En el centro mismo de este espacio subterráneo se elevaba un árbol tan masivo que parecía ser un pilar que conectaba el cielo y la tierra. Su parte superior no era visible, lo que significa que se elevaba por encima del techo. Solo había un árbol que Hajime había visto que era así de grande.

“¿Es ese el Gran Árbol?” Murmuró Yue.

Shea asintió.

“Creo que sí. Este debe ser el espacio justo debajo del Gran Árbol”.

“Pero eso significa que la parte que vimos en la superficie fue sólo…”

La voz de Kaori tembló un poco. La gran escala del Gran Árbol la había sacudido. Tio se rascó la barbilla y dijo su hipótesis.

“Ya veo… Esto es, sin duda, Uralt. Si hay ramas creciendo aquí abajo, entonces eso significaría que las raíces del árbol están aún más bajo tierra. Significa que la parte del árbol visible desde la superficie es poco más que la punta del iceberg, por así decirlo. Pensar que había cosas en este mundo que podrían sorprenderme incluso ahora, después de todos estos siglos. Nunca soñé que el Gran Árbol cubriera tal distancia”.

“¿Qué tan grande crees que es en total?” Preguntó tímidamente Kouki.

Nadie tenía una respuesta. Todos miraron al techo, abrumados por el tamaño del árbol. Aunque no podían ver a través del techo, fácilmente podían imaginar que se extendía hacia arriba hacia la superficie. Durante unos minutos, todos se quedaron parados en un silencio asombroso.

El silencio se rompió cuando las orejas de conejo de Shea se movieron. Se había dado cuenta de algo. Luego, forzó sus sentidos, intentando averiguar de dónde provenía el sonido. Apenas podía distinguir un leve y desagradable crujido que venía de abajo.

Se le puso la piel de gallina en los brazos, y se aplastó la cara, enfadada. Sus orejas y su cola estaban de punta a punta. Confundida en cuanto a por qué su cuerpo estaba reaccionando de esta manera, Shea se asomó por encima del borde de la rama.

“Está demasiado oscuro para ver lo que hay ahí abajo… Tal vez si uso el [fortalecimiento corporal] en mis ojos, yo…”

Shea utilizó el [fortalecimiento corporal] para mejorar su vista, y luego se congeló en su lugar.

“¿Qué viste, Shea?”

Ella no respondió. El pelo de sus orejas y cola se hinchaba mucho más de lo que lo había hecho antes. De hecho, su cola ahora parecía el doble de grande de lo normal. Como el resto de ella, también estaba congelada en su lugar.

Preguntándose qué podía haberla irritado tanto, Hajime miró por encima de la rama. La combinación de [Visión Nocturna] y [Visión Lejana] le permitió ver el suelo con perfecta claridad. Pero por una vez, eso fue una maldición, no una bendición. Como Shea, se puso rígida.

“¿Hajime? ¿Qué es lo que viste?”

“¿¡Hajime-kun!?”

“Maestro, ¿está bien?”

Ver cómo se ponía la piel de gallina a Hajime puso a Yue y a los demás muy preocupados. Hajime se dio la vuelta, su cuello crujiendo como una puerta mal engrasada.

Cuando vieron su expresión, incluso Kouki y los demás parecían sorprendidos. El arrogante e intrépido monstruo del abismo se había vuelto blanco como una sábana. ¿Qué diablos vio?

Hajime miró a Yue durante unos segundos y luego murmuró “Ahhhh, puedo sentir que me estoy purificando,” para sí mismo.

“…Hay un demonio ahí abajo. Un verdadero diablo de buena fe”.

“¿Demonio?”

Todos inclinaron la cabeza confundidos. Kouki, Ryutarou y Suzu murmuraron todos: “Bueno, al menos aquí arriba hay un demonio”, al mismo tiempo, sus miradas penetrando a través de Hajime. Hajime respondió mirándoles fijamente con lágrimas.

“Umm, Nagumo-kun? Por demonio… ¿te refieres a ese demonio?”

Shizuku no miró a Kouki, que aún estaba llorando, antes de girarse hacia Hajime. La imagen del demonio bíblico apareció en su mente. Hajime se dio cuenta de lo que estaba diciendo y agitó la cabeza.

“No, este demonio es mucho peor. El demonio del infierno no es nada comparado con este tipo. Todos ustedes han visto a este demonio antes…. El diablo negro que vive en las esquinas de la cocina, quiero decir…”

La descripción de Hajime solo hizo que Kouki y los otros estuvieran más confundidos. En respuesta, Hajime sacó un solo Cross Bits y lo envió abajo. Luego levantó una pequeña pantalla de cristal para mostrar a todo el mundo lo que sus sensores captaban. Yue y los demás se amontonaron alrededor, y tan pronto como la imagen borrosa se enfocó-

“¿¡Aaah!?”

Había docenas de ellos. Y por cada uno que era visible, probablemente había docenas más. Los espantosos demonios cuyo nombre comenzó con C. Se escabullían por el suelo, esparciendo el caos a su paso. Se arrastraron de sombra en sombra, estos demonios que eran más fuertes que cualquier otra criatura viviente. Ya sea en Tortus o en la tierra, estos demonios poseían la magia única capaz de infundir miedo en los corazones de todos. La pesadilla de las madres y los dueños de restaurantes de todo el mundo.

Cucarachas.

Abajo, cientos, no miles, no millones de ellos se escabullían. Era un verdadero mar negro. Surgieron y se hincharon, creando olas artificiales en su mar artificial. El sonido que hacían era el único que hacían las cucarachas.

“¿Cómo pudiste mostrarnos eso…”

“Bleh, hay muchos de ellos.”

La sangre se drenó de las caras de Shizuku y Suzu. Y como a Hajime, se les había puesto la piel de gallina en los brazos. Kouki y Ryutarou se alejaron con un gemido, luchando por no vomitar. Volviendo a sus sentidos, Shea se cubrió los oídos con ambas manos y se agachó, temblando. Tio estaba en mejor forma, pero no mucho. Kaori, por otro lado, se había desmayado completamente.

“Hajime, quémalo todo,” murmuró peligrosamente Yue.

Los ojos de Kaori se abrieron, y ella se sentó derecha. Aparentemente, esta vez estuvo de acuerdo con Yue. Aunque había miedo en sus ojos, se le unía un odio ardiente. Ella era la más ansiosa por ver estas monstruosidades castigadas.

“¡Voy a desintegrarlos a todos!”, susurró furiosamente.

“Creo que será mejor que no. Mira cuántos hay… ¿Y si algunos de ellos escapan y se acercan a nosotros?”

“……”

La idea de que un sinnúmero de cucarachas se apresuraran a atacarlas las helaba hasta los huesos. Tanto Yue como Kaori perdieron la voluntad de luchar. Sólo imaginando que lo que podría pasar los había roto.

“Estaremos bien mientras no nos caigamos… Espero Sigamos adelante y salgamos de aquí. Si nos quedamos demasiado tiempo, podrían venir a por nosotros”.

Todos asintieron con la cabeza, de repente serios. Sus expresiones eran mucho más severas de lo habitual. El grupo avanzó a través de las ramas robustas.

Su primer punto de control fue un punto en la distancia donde cuatro ramas se encontraron para formar una gran plataforma. Se movieron con cautela, temiendo que el enjambre de cucarachas los atacara en cualquier momento, pero lo lograron a través de múltiples ramas sin incidentes. Muy pronto, habían llegado a su destino. La plataforma era del tamaño de un parque residencial, lo que significa que era lo suficientemente grande como para tomar un pequeño descanso.

“Ahora, veamos qué podemos encontrar… ¿Ven algo chicos?”

“Mmm…. En realidad no.”

“Aquí no hay nada.”

“Nagumo. ¿Y si lo que estamos buscando está al otro lado del árbol?”

Mientras el grupo discutía hacia dónde dirigirse a continuación, fueron interrumpidos repentinamente por el sonido de las alas que aleteaban. El sonido que más temían. A juzgar por lo ruidoso que era, tampoco eran unos pocos pares de alas.

“¿¡Ah!?”

Las expresiones del grupo se congelaron, y corrieron hacia el borde de la plataforma y miraron hacia abajo. Como ellos temían, la ola de cucarachas estaba subiendo hacia ellos.

“¡Carajo!”

“¿¡Mmm!? [Trueno Dracónico]”.

“¡Aléjate de mi!”

“¡Nooooooooooooooooo! ¡[Desintegrar], [desintegrar], [desintegrar], [desintegrar]!”

“¡Fuera, asquerosas criaturas! ¡[Aliento de dragón]!”

Todos tenían los pelos de punta y lanzaron sus ataques más fuertes con pánico. Hajime soltó una lluvia de cohetes de sus Orkans, Yue invocó a su [Trueno Dracónico], Shea disparó balas explosivas una tras otra, Kaori envió una oleada de [desintegración], y Tio soltó su maléfico aliento. Kouki y los demás también lanzaron sus mejores ataques a larga distancia. Todos excepto Shizuku, que parecía que estaba a punto de desmayarse.

Afortunadamente, su potencia de fuego fue efectiva. Innumerables flores carmesí florecieron en la oscuridad de abajo, rodeadas de crepitante electricidad. El espacio intermedio estaba lleno de ondas de color azul pálido y rayos de plata y negro. El ocasional destello blanco también podía ser visto, cayendo como la misma ira de Dios. Fue una eliminación unilateral. La cantidad de muerte y destrucción que Hajime y los demás estaban desatando era mayor que la que cualquier ejército en la tierra podía reunir.

Desafortunadamente, su bombardeo apenas hizo mella en el número impío de cucarachas. Los mejores esfuerzos del grupo ni siquiera frenaron el inexorable avance de la ola negra. Era como intentar luchar contra el océano. Las cucarachas volaron en perfecta formación, abriéndose hacia la derecha e izquierda para cubrir cualquier vía de escape.

“¡Agh! ¡Que sea una tierra santa que niegue el paso de tus enemigos, [tierra santificada]!” Suzu levantó una barrera en lágrimas.

La ola de cucarachas voló por encima de Hajime y los demás, y luego, como si hubiera sido arrastrada por la gravedad, se estrelló contra ellos como una masa sólida. El campo de visión del grupo estaba lleno de cuerpos negros que se retorcían. Muchas de las cucarachas fueron aplastadas por el impacto y dejaron asquerosas vetas marrones mientras sus cuerpos se deslizaban por la barrera. Los que sobrevivieron se arrastraron por toda la superficie de la barrera, buscando una forma de entrar.

“No puedo…”

Asqueada más allá de lo razonable, Suzu se desmayó. Kouki corrió hacia Suzu y la agarró mientras caía.

“¡Suzu, no te duermas! ¡Si te duermes, se acabó todo para nosotros!”

Eso no fue una exageración. Si esa ola de cucarachas se tragara al grupo, sin duda estarían totalmente rotos mentalmente. Ninguna cantidad de magia antigua podría borrar el trauma de un evento como ese.

“Yue, necesitamos una barrera de respaldo.”

“De acuerdo…. ¡No dejaré que rompan esta!” Yue desplegó su propia [Tierra Santificada] que se superponía a la de Suzu.

“Es una cosa tras otra en este laberinto…”

“Ciertamente. Ahora veo por qué este laberinto requiere que los aspirantes hayan despejado otros primero. Parece ser mucho más difícil que el resto”.

Aunque su expresión era rígida, Tio todavía podía analizar tranquilamente su situación. Kaori, que temblaba por la espalda, gritó.

“¡Menos análisis y más asesinatos!”

Shizuku se giró hacia Kaori con una sincera sonrisa e intentó calmar a su mejor amiga. Era difícil de creer que se hubiera desmayado unos momentos antes.

“Kaori, no te preocupes. Esas cosas son sólo manchas de sésamo negro. Sabes, realmente me gusta el pudín de sésamo negro y el arroz de sésamo negro. El arroz negro de sésamo con salsa de soja es especialmente delicioso”.

“¡Oh, no, Shizuku-chan se ha roto!”

Los ojos de Shizuku se habían esmaltado. Dándose cuenta de que no tenían otra opción que destruirlos a todos, Hajime se frotó los brazos y abrió su Tesoro escondido. Pero antes de que pudiera sacar algo, las cucarachas empezaron a retroceder. Confundido, Hajime observó como formaban una esfera en el aire. Algunos de ellos se separaron y crearon un anillo alrededor de la esfera gigante. Más se separaron y crearon un segundo anillo alrededor del primero. A partir de ahí, las cucarachas empezaron a crear líneas que conectaban los dos anillos entre sí en varios puntos. Los labios de Hajime temblaron mientras los veía crear formas geométricas dentro de los anillos uno tras otro.

“Oye, ¿hablas en serio…? ¿Están realmente haciendo un círculo mágico?”

Esto no es bueno. Los instintos de Hajime le advirtieron que era peligroso dejar que las cucarachas terminaran. Hajime y los demás dispararon un aluvión aún más feroz contra la masa de cucarachas, pero los que no formaban parte del círculo mágico se lanzaron hacia adelante para bloquear los ataques. Eran literalmente escudos de carne. Cientos de miles de cucarachas caían muertas cada segundo, pero la masa no parecía estar disminuyendo en absoluto.

Al poco tiempo, el círculo mágico de las cucarachas se había completado. Tenía 15 metros de diámetro y era de color rojo oscuro. La esfera que rodeaba empezó a latir, como un huevo masivo y asqueroso a punto de eclosionar. Las cucarachas en la cáscara externa del huevo de la cucaracha fueron empujadas hacia afuera y cayeron a la muerte.

Y finalmente, el huevo estalló…