Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 8

Capítulo 3: Aférrate A La Esperanza

Parte 2

El grupo se encontró una vez más en un mar de árboles. A diferencia de lo que ocurría antes, podían ver el techo y tenían una guía clara para saber adónde debían ir. Por lo que Hajime podía ver, este espacio era similar al bosque que había encontrado en el Laberinto del Gran Orcus y estaba situado en un espacio cerrado y subterráneo. Mientras que la mayoría de los árboles eran de tamaño uniforme, había uno más grande que el resto. Si esta habitación seguía el mismo patrón que las otras, ahí estaba su siguiente círculo de teletransporte.

“Parece que esta vez lo logramos todos juntos”, dijo Hajime mientras miraba el grupo. Le preocupaba que los golpearan con más falsificaciones, pero parecía que eso había sido una preocupación innecesaria.

“Hajime, ¿hay alguna falsificación?”

“No, todos son reales. Al menos, eso es lo que me dicen mis ojos y mis instintos.”

“Si crees que estamos bien, entonces definitivamente estamos bien, Hajime-san.”

Shea y los otros se relajaron visiblemente. El grupo partió a través de la densa jungla hacia el gran árbol a lo lejos. Hajime miró hacia atrás para asegurarse de que todos estaban aún con él y notó que Kouki y Suzu aún tenían expresiones oscuras. Hajime podía entender por qué Suzu aún no había superado su sueño. Pasar de una ilusión en la que tu mejor amiga todavía estaba contigo a una realidad en la que ella te había traicionado y casi te mata fue casi tan traumático como se hizo. El sueño probablemente había reabierto las heridas emocionales que apenas habían comenzado a sanar.

Sin embargo, eso dejó a Kouki. Hajime no tenía ni idea de lo que había visto, pero a juzgar por los ojos hundidos de Kouki, y por la expresión neutra que estaba luchando por mantener, debe haber dejado una impresión bastante negativa en él. Eso, o estaba frustrado por no haber superado otro juicio. Pero mientras Hajime simpatizaba, esto era un laberinto. Un laberinto de muerte en el que el grupo puede verse envuelto en una situación que pone en peligro su vida en cualquier momento. Si Suzu y Kouki siguieran llevando ese equipaje emocional con ellos, no durarían mucho.

“Amanogawa, Taniguchi. ¿Van en serio con lo de enfrentar este laberinto?”

“¿¡Qué!? Por supuesto que sí”.

“¿Eh? ¡Sí, lo estoy!”

La aguda mirada de Hajime les atravesó a ambos. Ryutarou ardió ante las cáusticas palabras de Hajime, pero antes de poder defender a sus amigos, Hajime continuó.

“Esto es un laberinto. La muerte acecha en cada esquina. Podríamos ser arrojados al infierno en cualquier momento. Si ya no puedes concentrarte, es mejor que te rindas aquí. De lo contrario, morirás”.

“Espera, yo…”

“Independientemente de sus razones, el hecho es que no pudieron superar el último juicio. Como mínimo, necesitas la determinación de pasar a todos los demás si quieres sobrevivir. Y no veo esa determinación de ninguno de los dos. Si se ha roto su voluntad, entonces vale menos que un peso muerto”.

“……”

“No estoy seguro de si puedo o no, pero intentaré abrir un portal de vuelta a la superficie desde aquí. Si no puedo, puedo crear una barrera alrededor de ustedes para mantenerlos a salvo hasta que regresemos. Así que decide, aquí y ahora. ¿Estás dispuesto a hacer esto o no? No dejaré que nadie con sentimientos a medias siga con nosotros”.

El silencio siguió al discurso de Hajime. Kouki rechinó los dientes en un intento de mantener su ira. No estaba enfadado con Hajime, sino consigo mismo por ser tan débil. Inconscientemente había sentido una sensación de seguridad, sabiendo que incluso si estaba distraído, Hajime y los demás podrían limpiar cualquier cosa que se les presentase.

La única razón por la que estaba aquí era porque no estaba de acuerdo con los métodos de Hajime ni con su moral, y quería tener la fuerza para demostrar que Hajime estaba equivocado. Y sin embargo, después de forzar su entrada en el grupo de Hajime, aquí estaba confiando en él. Quería golpearse a sí mismo. Pero si se dejaba llevar por su ira, le estaría demostrando a Hajime que no tenía el valor para seguir adelante. Kouki respiró hondo, dejando que su ira e impaciencia se disipasen, y luego le abofeteó en las mejillas.

“Nagumo. Ahora estoy bien. ¡Puedo seguir adelante!”

La luz había vuelto a sus ojos. Hajime asintió un poco a Kouki, y luego se giró hacia Suzu. Suzu empezó a temblar, pero luego ella también se abofeteó y renovó su determinación.

“Yo también iré. ¡No he terminado todavía!”

“Ya veo. Bien. No olvides mantenerte concentrada”.

Eso fue todo lo que dijo Hajime antes de darse la vuelta y reanudar su viaje. Ryutarou se acercó a Kouki y le dio una palmada en la espalda.

“¡Ay!” Exclamó Kouki, y luego sonrió con pesar a su mejor amigo. Kaori y las demás animaron a Suzu de forma similar, y ella les dio una sonrisa un poco menos forzada. El grupo avanzó en línea recta hacia el árbol gigante. El bosque estaba en un silencio sepulcral. No sólo faltaba el sonido de los insectos, sino que ni siquiera había viento para sus hojas. El silencio circundante hizo que el ruido de Hajime y el avance de los demás se acentuase aún más.

“Hmmm…. Hay algo siniestro en el aire”.

“Sí…. Es como cuando nos tendieron una emboscada en Orcus.”

“Tienes razón…. pero no puedo sentir ningún monstruo en ninguna parte.”

Tio levantó las cejas sospechosamente, mientras Kaori y Shizuku pensaban en la época en que Cattleya les había tendido una emboscada en el Laberinto del Gran Orcus.

“He enviado a mis Arachnae a explorar, pero tampoco encontraron nada. Dudo que atravesemos este bosque sin que pase nada, pero…”

Hajime se refería a sus golems multiusos en forma de araña.

“…¿Hm? ¿Lluvia?”

“Tienes razón, ha empezado a llover.”

Kouki se arrugó la cara y miró al cielo. Suzu extendió su mano y asintió de acuerdo. Un segundo después, los escalofríos corrían por su columna vertebral al darse cuenta de lo que acababan de decir. No había forma de que lloviera dentro de un árbol.

“Tch, ¡Yue!”

“De acuerdo…. [Tierra santificada]”.

Dándose cuenta de lo que estaba pasando, Hajime llamó a Yue. Sin un momento de retraso, Yue desplegó una barrera. Un segundo después, un fuerte aguacero los golpeó. La [tierra santificada] de Yue había llegado justo a tiempo para que no lloviera. Sin embargo, nadie parecía aliviado. De hecho, ahora parecían más preocupados que antes.

Teniendo en cuenta lo que estaba sucediendo afuera, era natural. El líquido que se deslizaba por la [tierra santificada] de Yue definitivamente no era agua de lluvia. Era veneno o algún tipo de nuevo monstruo extraño.

Fue Shizuku quien lo notó primero.

“Nagumo-kun, mira.”

A pesar de su voz tensa, estaba lo suficientemente tranquila como para analizar la situación. Y lo que vio fue un extraño y opaco líquido lechoso que salía de los árboles, el follaje y el suelo.

“¿Son slimes? Maldita sea. No sólo están enmascarando su presencia, sino que tampoco puedo verlos con mi Ojo de Demonio. ¿Qué clase de magia de ocultación están usando?”

“¡Nagumo, están a nuestros pies!”

Hajime mentalmente chasqueó su lengua, y luego miró hacia abajo para ver los slimes que brotaban del suelo justo debajo de ellos. Como la [tierra santificada] formaba una barrera completamente esférica, evitaba que los slimes blancos se escarbaran desde el subsuelo, pero no podía protegerse contra las criaturas que se encontraban en la parte de tierra que la rodeaba. Los pocos slimes que habían brotado dentro de la barrera de Yue atacaron al grupo.

“¡Kyaaaa! Tú, pequeño… ¡[Desintegrar]!”

Kaori intentó apresuradamente borrar el slime que subía por su pierna. El slime se convirtió en diminutas partículas blancas y se desmoronó. Los Slimes tendían a atacar envolviendo a su objetivo y disolviéndolo, ya que era la mejor manera de aprovechar su alta resistencia física. Pero parecía que Kaori se las había arreglado para deshacerse de él antes de que pudiera hacer algo.

“¡Raaaaaaaah! ¡Suéltame!” Ryutarou dio un puñetazo al slime tratando de tragarlo por detrás. Su artefacto de guantelete envió ondas a través del cuerpo del slime, y se rompió.

“¡Oye, Ryutarou, detente! ¡No manden sus pedazos volando hacia aquí!”

“¡Idiota testarudo! ¡No uses toda tu fuerza contra ellos!”

“¿Eh? ¡Oh, culpa mía!”

“Bleh, estoy todo pegajoso. Esto es asqueroso”.

Kouki y Shizuku protestaron enérgicamente contra las acciones apresuradas de Ryutarou, mientras Suzu examinaba el goop blanco que la cubría.

“En serio, tienes que dejar de hacer esto. ¿Estás bien, Shizu…?”

“Sí, estoy bien, Kouki. Al menos estas cosas mueren fácilmente…. ¿Pasa algo malo?”

“¿Eh? ¡Oh, no, no es nada! ¡Nada en absoluto!”

“¿Eh?”

Para los monstruos del laberinto, estos slimes blancos eran bastante débiles. Shizuku mantuvo la guardia en alto por si tenían otro truco bajo la manga mientras miraba perpleja a Kouki. Kouki apartó la mirada, haciendo todo lo posible para no mirar a Shizuku. No sólo eso, también evitaba mirar a Suzu. A pesar de que había slimes saliendo de todas partes, mantuvo su mirada firmemente enfocada hacia adelante. Shizuku se puso aún más curiosa sobre el extraño comportamiento de Kouki, pero por ahora se concentró en eliminar los slime con la habilidad especial de su katana, [Flor de Trueno].

La razón del extraño comportamiento de Kouki radicaba en la composición blanquecina de los slimes. Más específicamente, el hecho de que tanto Shizuku como Suzu habían sido salpicadas con sus cadáveres. No era difícil imaginar cómo se veía el hecho de estar empapada en un líquido blanco lechoso desde la perspectiva de un hombre. Aunque parecía que ni Shizuku ni Suzu lo habían notado aún. Naturalmente, Yue y las demás tampoco se salvaron del diluvio de blanco.

Mientras Yue usaba magia de fuego para quemar los slimes, sus cadáveres no salpicaban sobre ella, pero había sido golpeada por un poco del diluvio inicial, y un líquido blanco y pegajoso goteaba por sus mejillas y cuello. Shea, por otro lado, había utilizado la onda expansiva de Drucken para eliminar la primera ola de slimes, poniéndola en la misma situación que Ryutarou. Estaba salpicada con el líquido blanco de los monstruos que había matado.

Tio lo había tenido aún peor. Ella había sido golpeada por la mayoría de las salpicaduras de los primeros asesinatos de Shea y estaba completamente empapada. Shea no había apuntado a Tio ni nada de eso, Tio había tenido la mala suerte de estar parada en el lugar equivocado. Se parecía a una de esas concursantes de variedades a las que les habían tirado una tarta a la cara. Su pelo negro y su kimono estaban cubiertos de líquido blanco y pegajoso. Era difícil mirarla y no excitarse.

Kaori, sin embargo, había salido relativamente intacta. Gracias a su capacidad de desintegración, no tuvo que preocuparse por los slimes que derrotó y que le salpicaban. Sin embargo, los rastros de slime que se había enganchado a su pierna seguían allí, así que no estaba en mejor forma que las otras.

Hajime había optado por rodear todo su cuerpo con [Campo Electrico], haciéndolo más o menos invencible contra los slimes. Mientras electrocutaba oleada tras oleada, pensó en sacarle los ojos de nuevo a Kouki y Ryutarou para que no vieran accidentalmente a Yue o a los demás en poses comprometedoras. Pero aunque los slimes parecían débiles, no se sabía lo que podía pasar dentro de un laberinto. Hajime no quería dejar a dos miembros del grupo vulnerables al robarles la vista.

Además, si acaban viendo algo, siempre podría sacarle los recuerdos más tarde. Kouki se estremeció. Instintivamente sintió la amenaza que representaba Hajime e hizo lo que pudo para no mirar a Yue y a las demás.

Muy pronto, el grupo había eliminado a los pocos slimes que habían llegado a la barrera. Después de asegurarse de que no quedaban enemigos dentro, Hajime dirigió su atención a la masa que se retorcía fuera. Envió sus cross bits y chakrams fuera de la barrera y empezó a cortar los slimes.

“Tienes que estar bromeando…”

Por la señal visual que sus cross bits enviaron a su Ojo de Demonio, Hajime pudo ver que había una enorme cantidad de slime esperando fuera de la barrera. Para empeorar las cosas, aún llovía más desde el cielo. El bosque estaba enterrado bajo un mar de slimes blancos como la leche. Si Yue no hubiese sido capaz de poner una barrera tan rápido como ella, el grupo podría haber sido invadido por el gran número de ellos.

“Yue, refuerza la barrera. Voy a volar todo de una vez”.

“De acuerdo…. Déjamelo a mí”.

Hajime envió los siete cross bits y los siete de su chakram hacia el cielo.

“¿Hablas en serio, carajo? ¿¡Vas a traer ese fuego del infierno de vuelta!?”

“Otra vez esto no.…”

“Ugh, si no fuera por la magia de la restauración de Kaorin, mi barrera habría sido destruida en ese entonces. Pensé que estábamos acabados. Honestamente, ¡tenía más miedo de Nagumo-kun que del enemigo!”

Ryutarou tembló de miedo mientras los ojos de Shizuku se cerraban de par en par. Suzu se puso a llorar, cuando los recuerdos del traumatizante ataque de Hajime regresaron a ella. Kouki miró en silencio al cielo. Estaba más preocupado por estar ciego ahora mismo que por nada. Desafortunadamente para Ryutarou, ya había cometido el error de mirar. Mientras Hajime estaba ocupado con los slimes, tomó nota mentalmente para que Ryutarou siguiera más tarde su curso especial de borrado de memoria.

“Kaori, usa tu desintegración para eliminar toda la basura de ustedes. No se ve bonito”, le mandó Hajime a Kaori por telepatía.

¿Cómo es que sólo me envió eso a mí? ¿Y por qué telepatía? Kaori inclinó la cabeza, pero en el siguiente segundo se dio cuenta de lo que Hajime había querido decir con “no es bonito”. Se miró a sí misma y se sonrojó. “Sí, esto no es…” murmuró. La razón por la que Hajime había usado la telepatía fue por consideración hacia Shizuku y las demás, que aún no se habían dado cuenta. Sería vergonzoso que un tipo se lo dijera.

“Gracias, Hajime-kun. Nos limpiaré ahora mismo. Además, por favor, no lastimes demasiado a Ryutarou-kun.”

“…lo pensaré.”

Kaori ya había adivinado lo que Hajime estaba pensando hacerle a Ryutarou. Ella sonrió con tristeza ante su respuesta y rápidamente disolvió el líquido pegajoso que se aferraba a todos. Hajime volvió a prestar atención a la señal del cielo que le estaban enviando sus cross bits.

¿Cuánto tiempo va a durar esta lluvia de slime? ¿Hay una cantidad infinita almacenada ahí arriba? En ese caso, tendré que hacer algo con el techo primero. Miró hacia abajo a la creciente marea de slimes y decidió empujar sus chakras aún más rápido hacia el techo. Los chakrams giratorios atravesaron los slimes que caían en su camino y se alojaron en el techo. Medio hundidos en el fondo rocoso como estaban, los chakrams parecían mini-arcos. Ocurre que el interior de esos arcos eran portales que Hajime podía controlar a voluntad.

Entonces Hajime sacó un par de charkam de repuesto y un montón de Arachnae de su Tesoro escondido. Shizuku, Suzu y Kaori se congelaron cuando vieron aparecer un enjambre de arañas mecánicas en el aire. Hajime no prestó atención a su incomodidad y los dejó caer a través de los chakras. Reaparecieron a través de los portales del techo, y comenzaron a correr en todas direcciones. Como no estaban orientados al combate, Hajime podía controlar hasta 100 de ellos a la vez. El enjambre de arañas brillaba de rojo mientras se hundía por el techo, y Hajime activó su Transmutación a través de cada una de ellas. El objetivo de Hajime era sellar todas las grietas por las que goteaban las slime. Su plan funcionó. Con cada grieta que sellaba, el diluvio de slime se ralentizaba.

“De acuerdo, ese es el límite máximo. Ahora sólo tenemos que deshacernos de los slimes en el suelo…. Supongo que tendré que quemar todo de nuevo”.

Hajime sonaba más como un terrorista que como un sinergista, y la expresión de Kouki estaba encogida. Hajime le ignoró y manipuló su chakram para que se desplazaran del techo y giraran sobre el mar de Slimes. Luego, como antes, empezó a teletransportar grandes cantidades de taur a través de ellos.

“Esto es lo que obtienes por rociar ese asqueroso liquido sobre Yue y las demás.”

Se sentía como si estos slime hubieran sido deliberadamente diseñados en blanco por Haltina para crear una situación como la que acababa de ocurrir.

A esta liberadora le gusta meterse con la gente. Me recuerda a la de Reisen Gorge. La pequeña broma de Haltina había ido demasiado lejos, y ahora Hajime estaba enojado. Aunque no dejó que su ira se manifestara, estaba claramente hirviendo bajo la superficie. Su determinación de vencer su temperamento parecía haber sido ya olvidada.

“¡Se está convirtiendo en un demonio, Shizushizu! ¡Estoy acorralada!”

Suzu abrazó a Shizuku, aterrorizada. Como una madre protectora, Shizuku golpeó suavemente a Suzu en la espalda.

“Mierda, Kouki. Ese tipo va a ser arrestado algún día”.

“Qué coincidencia, Ryutarou. Estaba pensando lo mismo. Probablemente aparecerá en las noticias algún día”.

Considerando que Hajime estaba a punto de quemar un bosque entero con una sonrisa, Kouki y Ryutarou tenían razón al pensar que terminaría siendo un terrorista. En cierto modo, era más aterrador que un terrorista. La sonrisa de Hajime tembló un poco al escuchar la valoración de Ryutarou.

¿Realmente parezco tan malvado? En realidad, no le importaban mucho Ryutarou o las opiniones de Kouki sobre él, pero le preocupaba que pudiera haber asustado a Yue y a las demás también. Y así, miró a Yue.

“… ¿Hm? Te prefiero así.” Como siempre, Yue podía decir lo que Hajime estaba pensando sin tener que decir una palabra. Y después de escuchar la opinión de su amada Yue, la malvada sonrisa de Hajime se hizo más evasiva.

“Eres increíble, Yue-san. Incluso ahora sigues encontrando formas de hacer que le gustes más a Hajime-san. Y tan naturalmente también. No creí que eso fuera posible. ¡Pero no perderé contigo! Incluso cuando te comportas como un bruto y malvado personaje, eres genial, ¡Hajime-san!” Animados por los aplausos de Shea, Tio y Kaori también expresaron su apoyo al terrorista Hajime.

“¿Pueden callarse todas?”

Hajime les miró con desprecio. Luego, con un suspiro, volvió a prestar atención a la tarea que tenía por delante. No le tomó mucho tiempo para que una capa de negro cubriera el mar de blanco.

“Esto debería ser suficiente.”

Hajime sonrió, y comenzó el contraataque y la eliminación. Una serie de explosiones sacudieron el bosque, y la tierra tembló tan fuerte que pudieron sentirlo a través de la barrera. El mismo aire tembló cuando Hajime hizo llover una lluvia de bombas desde sus Cross Bits

Estas bombas en particular eran básicamente bombas de napalm. Hajime los había llenado con aún más taur, y cuando aterrizaron en el mar de slimes, se rompieron, rociando llamas de
3.000 grados por todas partes. En contraste con la anterior lluvia blanca que había caído, ahora había una lluvia negra, ya que Hajime envió más taur a la ardiente conflagración. La masa de slimes se arrugaba y se retorcía, pero todo lo que lograron hacer fue succionar la taur más dentro de la mancha. Eso ayudó a propagar aún más las llamas del napalm. En segundos, el mar de slimes se había convertido en un mar de llamas. La conflagración se apoderó de los árboles cercanos, amenazando con prender fuego a todo el bosque. La marea carmesí era como una manifestación física de la ira de Hajime, y quemaba todo lo que tocaba. El suelo se transformó en lava y el aire se quemó. Kouki y los demás juraron que escucharon a los slime gritar de dolor mientras eran quemados en cenizas.

Fuera de la barrera, se esperaba un verdadero infierno. Un infierno de fuego y gritos. Eventualmente, incluso los slimes que se amontonaban alrededor de la barrera de Yue empezaron a arder. La vista del infierno se hizo visible para Kouki y los otros que no tenían herramientas de visión remota. Todos miraban con expresiones demacradas mientras el mundo se quemaba. Finalmente, las llamas se apagaron. El suelo se había convertido en un mar de lava burbujeante, los árboles y las plantas se quemaron hasta convertirse en cenizas. El humo cubrió los restos del bosque.

“Ese fue un buen incendio.” Hajime miró con orgullo su trabajo. En respuesta, Yue le sonrió débilmente y le hizo una pregunta.

“¿Puedo dejar caer mi barrera ahora?”

“Aguanta un poco más. Déjame asegurarme de que ninguno de los slimes se escondió bajo tierra”.

El anillo de piedra en el dedo de Hajime empezó a brillar. Incontables objetos negros cayeron del techo, con finos hilos detrás de ellos. Arachnae de Hajime.

“¿¡Kyaaaa!?” Chilló Shizuku mientras las numerosas arañas mecánicas caían al suelo. Nadie esperaba que un grito tan bonito saliese de la boca de Shizuku, pero fueron lo suficientemente discretos como para ignorarlo. Aunque no pudieron reprimir sus débiles sonrisas mientras Shizuku se sonrojaba de vergüenza. Hajime puso a sus Arachnae a transmutar el suelo en su camino hacia el gran árbol. Cerró los ojos concentrado y habló.

“Llevará algún tiempo transmutar todo el camino. Todavía no sabemos cuántos de esos slimes quedan. Aunque lleve más tiempo, será más conveniente asegurar nuestra ruta que detenernos y matarlos cada vez que aparezcan. Sé que es un fastidio, pero por favor, mantén la barrera levantada hasta que termine, Yue”.

“Vale…”

Dándose cuenta de que estaban a salvo por ahora, Kouki y los demás se relajaron. Gracias a Kaori, todo el mundo había sido limpiado. Desafortunadamente, sin embargo, el destino de Ryutarou no ha cambiado.

“Descansa mientras puedas”, dijo Hajime, y luego se sentó con las piernas cruzadas en el suelo. Transmutar el área alrededor de su camino iba a llevar tiempo. Y aunque Hajime aún no estaba agotado físicamente, era una regla de oro entre los aventureros descansar cuando se presentaba la oportunidad. El resto del grupo siguió el ejemplo, descansando lo mejor que pudieron.

Algún tiempo después, la brillante barrera que los rodeaba se desvaneció. Hajime sintió entonces algo suave apoyarse en su espalda. Se dio la vuelta, confundido, y se encontró a Yue abrazándole. Justo cuando estaba a punto de preguntarle por qué de repente había disipado su barrera.

“Haaah… Haaah… Hajime me siento… extraña…. Te necesito.”

“Hey, Yue. Este no es el momento para… ¿Yue? ¿Qué pasa?”

La respiración de Yue era irregular, y sus ojos rebosaban de deseo. Si hubiese sido de noche y los dos hubieran estado en la cama a salvo, a Hajime no le habría importado, pero este no era el momento. Ni se podía imaginar a Yue excitada en medio de un laberinto. Algo andaba mal con ella.

La expresión de Hajime se volvió seria, y se quitó a Yue de encima. Solo su toque fue suficiente para hacer que Yue se estremeciese, y todo su cuerpo se llenó de calor. Incapaz de controlarse, Yue intentó luchar contra Hajime. Aún sin estar seguro de lo que había ocurrido, la mantuvo a distancia y trató de discernir lo que estaba mal. Pero en ese momento, una sombra cayó sobre él. Levantó la vista y vio a Shea.

“Hajime-san… Yo… No puedo… Haaah…. Haaah…”

“¿Tú también, Shea?”

“Haaah…. Haaah, creo que hay algo malo conmigo, Hajime-san.”

“Espera, espera.”

Shea ignoró a Hajime y se enroló en su brazo derecho. La sostuvo entre el escote y los muslos, haciendo imposible que él escapase. Incluso sus orejas de conejo envueltas alrededor de su cuello. Como Yue, sus mejillas estaban sonrojadas y sus ojos nublados por el deseo. Raramente actuaba tan sexy, y Hajime casi se encontró abrumado. Lo que le había pasado a Yue, le había pasado a Shea también.

“Espera…. no me digas…” Me vino a la mente una posible causa. Y si su suposición era correcta, no sólo Yue y Shea habían sido afectadas. Alarmado, miró al resto de sus compañeros. Como temía, Kaori y el resto sufrían los mismos síntomas que Yue y Shea.

“Hajime-kun, yo” Kaori se arrastró hasta Hajime y le miró con ojos suplicantes. Tio, por otro lado, estaba sentada ahí, distanciada. Sin embargo, ella no respondió a las llamadas de Hajime, así que él asumió lo peor. Incluso Kouki y el resto no estaban exentos de la extraña transformación.

“U-Ugh… ¿Qué es esto?”

“Uwaaah…” Suzu se agachó y abrazó sus rodillas, mientras que Ryutarou le miraba con una mirada vacía. Pero Kouki miró a Shizuku con los ojos enrojecidos. De repente se puso de pie y se acercó a ella.

“Fufufu… Y una mierda voy a perder aquí.”

Solo a Shizuku parecía que le quedaba algo de control. Después de retorcerse durante unos segundos, se mordió el labio tan fuerte que le salió sangre. Luego, usó el dolor para anclar su conciencia y se sentó con la espalda recta. Y después de eso, cerró los ojos, como si estuviera concentrada en algo.

Hajime adivinó que estaba intentando meditar. Eso, o conocía alguna técnica especial de enfoque al estilo de Yaegashi. Fuese lo que fuese parecía estar funcionando, mientras su rubor retrocedía y recuperaba la compostura.

Sin embargo, también parece que le está resultando difícil mantener ese estado. Incluso el más mínimo lapsus de concentración parecía que le causaría una recaída. Por eso, no se dio cuenta de que Kouki se acercaba a ella. Continuó murmurando su nombre de una manera trastornada mientras se tambaleaba hacia delante. Al mismo tiempo, Ryutarou se dirigió hacia Suzu, que seguía arrodillada y con la cabeza en alto.

“Maldita sea…. Así que para esto eran esos slimes”.

Hajime sacó tres bolas de su Tesoro escondido, y luego las lanzó a todas con un rápido chasquido de su muñeca. Cada uno encontró su marca, y Kouki, Ryutarou y Suzu fueron inmovilizados. Los pesos de las bolas son de color rojo intermitente y la magia espacial almacenada en ellas los fija en su lugar. Después de luchar infructuosamente durante unos segundos, Kouki y Ryutarou volvieron a estirar las manos, buscando a alguien a quien agarrar. Mientras tanto, Suzu miraba a Shizuku con desenfrenada lujuria. Afortunadamente, las bolas de Hajime eran lo suficientemente poderosas como para haber restringido a uno de los apóstoles de Dios por unos segundos. Un grupo de estudiantes medio locos no tenía esperanzas de liberarse.

Por el momento, Hajime les había impedido hacer algo que luego lamentarían. Hajime intentó pensar en una forma de salir de esta situación mientras evitaba que Kaori subiera más por su brazo izquierdo, que Shea subiera más por su brazo derecho, y que Yue le chupara la sangre del cuello. Mientras se devanaba los sesos, Tio de repente le gritó

“Maestro, ¿se encuentra bien? Parece que los fluidos de esos monstruos contenían un poderoso afrodisíaco”.

No sólo la expresión de Tio era normal, sino que su forma de andar era normal y uniforme. Más importante aún, ella estaba procesando su situación actual.

¿De verdad es Tio? Hajime pensó para sí mismo. Independientemente de si Tio se dio cuenta de lo que Hajime estaba pensando o no, continuó su explicación.

“El placer del afrodisíaco es tan extremo que ha hecho que todo el mundo sea incapaz de usar la magia. Además, cuanto más tiempo pase, más fuertes serán sus efectos. Lo peor de todo es que el afrodisíaco no afecta al cuerpo, sino a la mente. De hecho, sería más exacto llamar a cualquier magia especial que estos monstruos tuvieran una forma de hipnosis que un afrodisíaco. Hay criaturas capaces de tales hazañas.”

Las observaciones de Tio fueron perceptivas y bien razonadas. Al ver a un Tio tan sensata, Hajime pensó,

Sí, es imposible que sea Tio.

“La razón por la que probablemente no sufriste los efectos de la hipnosis fue porque después de que las primeras gotas de lluvia te golpearon, activaste el Campo de Rayo para mantener todos y cada uno de los pedacitos de lodo fuera de ti. Las pocas gotas que hicieron contacto con su piel no estaban lo suficientemente concentradas como para perforar tus defensas naturales”.

“¿Ya veo?”

“De hecho, este sería nuestro único resquicio de esperanza. Dicho esto, este juicio ha demostrado ser bastante arduo. Es difícil imaginar a un aspirante normal escapándose de esa masa de slimes completamente intacto. Y si la batalla se alargaba, los desafíos se verían eliminados. Aunque pudieran superar el diluvio de slimes, terminarían teniendo relaciones sexuales por los efectos de la hipnosis de los slimes”.

“Sí, tienes razón…”

“Me imagino que eso era parte del objetivo del juicio. Si puedes superar tus deseos y seguir adelante con tus camaradas…. O quizás era para probar si tú y tus camaradas podían mantener la confianza el uno con el otro incluso después de haber cometido actos desagradables…. Independientemente de lo que sea, la Liberadora de este laberinto es bastante problemática”.

“Uh, Tio.”

“¿Mmm? ¿Qué pasa, Maestro?”

Aunque todos los puntos de Tio tenían sentido, había una cosa que no lo tenía. Hajime miró a Yue y a los demás, que aún intentaban arrojarse hacia él, y a Tio, que parecía perfectamente tranquila.

“Entiendo todo lo que dijiste, y tu hipótesis tiene sentido. Estoy de acuerdo con todos tus puntos. Sólo hay una cosa que no entiendo. ¿Por qué estás bien? Estoy bastante seguro de que eres la que más empapada está de todos nosotros. Prácticamente parecías una actriz en una portada de JAV”.

“Sí que lo hice. De hecho, la hipnosis me está afectando incluso ahora. Es debido al placer que recorre mi cuerpo que todavía no puedo usar adecuadamente mi magia. Pero no me subestime, Maestro. ¿Quién te crees que soy?”

“Tio…”

Los ojos de Hajime se abrieron de par en par, sorprendido, mientras Tio hinchaba con orgullo su pecho. No pudo evitar impresionarse. Ella fue capaz de mantener su cordura a través de un ataque de placer tan paralizante. Fue en momentos como éste cuando recordó que, a pesar de su naturaleza extremadamente pervertida, ella era una dragona sabía que había vivido durante siglos. Una toxina insignificante como esta no era nada para alguien de…

“¡Soy tu siervo y sólo tu siervo, Señor! Un placer tan tibio no puede compararse con el exquisito dolor con el que me honra diariamente. Por favor, no pienses en mí como una mujer soltera que deja que cualquier viejo sádico le dé una palmada en el culo”.

“Oh.” La expresión de Hajime cambió en un instante cuando Tio lanzó un puño al aire y declaró su eterna lealtad. Una vez más la miró como si fuera basura, lo que hizo que Tio se sonrojara y temblara de emoción.

“Supongo que debería haber esperado tanto de ti, Tio-san. O quizás debería llamarte Clarence-san. Realmente eres otra cosa. Ahora me gustaría que no te acercaras más”.

“¿¡Maestro está siendo educado!? ¿Y llamándome por mi apellido? ¡No puedo creer que actúes tan distante conmigo ahora de todos los tiempos! Haaah…. Haaah…. Esto no es bueno. Puedo sentirme cediendo al placer…”

Aunque había estado bien hasta ahora, Tio de repente empezó a resbalar. Cayó a cuatro patas y luchó por mantener su cordura. Hajime se giró hacia Yue, Shea, y Kaori, e ignoró a Tio.

Les dio una mirada de absoluta confianza y les dijo lo que pensaba.

“Yue, Shea, Kaori. No hay forma de que estos monstruos débiles los atraparan. Todos ustedes se las han arreglado para mantener la cordura, ¿no?”

Todavía ruborizadas y respirando con dificultad, las tres miraron a Hajime con ojos claros y dijeron al mismo tiempo: “Mmm…. Por supuesto.”

“Por supuesto que sí.”

“¡Eso es correcto! Haaah…. Haaah, ¡estoy bien!”

Como era de esperar, los tres fueron capaces de luchar contra el placer que asaltaba sus sentidos. Aunque tuvieron que apretar los dientes para hacerlo. Hajime miró rápidamente a cada uno de ellos, y luego sonrió de satisfacción.

“Escuchen, esta es otra de las pruebas de mierda del laberinto. Me niego a creer que no puedas superar algo así. Mira, incluso Yaegashi y nuestra pervertida habitual pudieron controlarse. Imagina lo vergonzoso que sería perder contra esa dragona pervertida”.

Ante el provocador desafío de Hajime, Yue puso una mueca de dolor y se alejó por la fuerza de él. Entonces ella le dio una sonrisa sin miedo que le recordaba a la suya.

“Viendo que la magia de la restauración no pudo arreglar el goblinification de Yue, dudo que haga algo aquí tampoco. Además, no es que ninguno de ustedes pueda usar magia ahora mismo. Sin embargo, todavía me queda algo de Ambrosia. Apuesto a que ni siquiera Haltina esperaba que tuviéramos eso. Sé que el veneno de los slime es mental, pero la ambrosía es la legendaria cura para todo. ¿Creen que lo necesiten? Si es así, podría valer la pena intentarlo”.

No se sabía si funcionaría o no, y a Hajime le quedaban pocos frascos. Aún así, significaba que había una posibilidad de que pudieran ser liberados de este insoportable infierno de placer. A pesar de ello, los tres agitaron la cabeza inmediatamente.

“Mmm…. Estoy bien.”

“No necesito ninguna.”

“Estoy bien.”

Estaban decididas a superar esta prueba con sus propias fuerzas.

“Eso es lo que pensaba”, dijo Hajime con una cálida sonrisa.

Le devolvieron la sonrisa, contentas de que Hajime tuviera tanta fe en ellas. Puso cierta distancia entre él y ellas, pensando que sería más fácil para ellas resistirse si él no estuviera cerca. Contrariamente a lo que esperaba, Yue y las demás volvieron a apiñarse a su alrededor.

“Hajime, abrázame.”

“¿Eso no empeorará las cosas?”

“¡Absolutamente no! ¡No hay nadie en este mundo que se sienta peor después de haber sido abrazada por ti, Hajime-san!”

“Shea-san tiene razón. En todo caso, nos ayudará a calmarnos…. Por favor.”

Hajime sonrió con pesar y los envolvió a los tres en sus brazos. Cogió a Shea con su derecha, a Kaori con su izquierda, y aplastó a Yue entre los dos. Los tres temblaron durante unos segundos, luego se relajaron y calmaron lentamente su pesada respiración. Cerraron los ojos, concentrándose en mantener la cordura. Muy pronto, su temperatura volvió a la normalidad y sus latidos se ralentizaron. Hajime cerró los ojos y sonrió. Luego las levantó lentamente, cuidando de no estimularlas demasiado. En ese momento, Tio lo llamó.

“Maestro, ¿podría abrazarme también?”

“Seguramente bromeas, Clarence-san.”

“No… no podré resistir sin ti!”

Su grito de angustia resonó por el silencioso bosque.