Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 8

Capítulo 2: El Laberinto De Haltina

Parte 3

Diez minutos después, vieron algo.

“Hajime-san… Incluso yo puedo decir que debe ser Tio-san.”

“Sí, tiene que ser ella”.

“Mmm…. Nadie más actúa así.”

“Parece que todos estamos de acuerdo.”

Hajime miró fríamente al espectáculo que tenía ante él. Como si estuviera mirando basura. Shizuku y Suzu, por otro lado, estaban disgustadas, mientras que Kouki encontraba la vista demasiado repulsiva para siquiera mirarla.

“¡Gugyaaah! Gigyaaah!”

“¿¡Higiii!?”

“¡Gobuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu! ¡Gobbb!”

“¿¡Buhiii!?”

Hajime y los demás se encontraron frente a un grupo de goblins. El enjambre se había agrupado contra uno de los suyos y lo golpeaba sin piedad. Sin embargo, parecían más decididos a atormentar al goblin solitario que a matarlo. De hecho, el goblin atacado no tenía heridas importantes de las que hablar. Si eso hubiese sido todo, Hajime hubiese asumido que era un caso de peleas, o acoso o algo así.

“Ella…. lo está disfrutando mucho, ¿no?”

“Un goblin haciendo ese tipo de cara está mal…. Eso tendría que ser censurado si estuviera en un anime”.

“Nagumo… Admito mi derrota. Eres un hombre mucho más tolerante que yo”.

“Por favor, no lo digas así, Amanogawa. Haces que parezca que apruebo su perversidad. La verdad es que he renunciado a curarla…”

Como tan acertadamente había señalado Shizuku, el goblin atormentado tenía una expresión de éxtasis en su cara. La única persona que se vería tan feliz siendo golpeada era la dragona pervertida residente del grupo.

“Tio, de verdad… Lo siento chicos, es demasiado tarde para salvarla. Es una pena, pero tendremos que dejarla ir”. Hajime agitó la cabeza con tristeza y se giró sobre su talón. Yue y los demás hicieron lo mismo sin dudarlo. Incluso Kouki, que normalmente gritaba “Vas a abandonar a tu propio camarada” o algo por el estilo, se quedó callado. Todavía no se atrevía a mirar a Tio.

“¿Gug? ¡Gyagyaaaa!” La pervertida goblin finalmente se dio cuenta de que sus camaradas estaban aquí. Salió de entre la multitud de goblins y corrió hacia Hajime y los demás a gatas, con una expresión de puro éxtasis aún en su cara. Parecía más una cucaracha que un goblin, e incluso sus compañeros goblins retrocedieron con disgusto.

“¡Guygayagyagyagya!” Goblin Tio se acercó al grupo y saltó alegremente sobre Hajime. Ella había pasado de parecerse a una cucaracha a parecerse a Lupin cuando hizo su Lupin Dive. Aunque su discurso de goblin era incomprensible, Hajime adivinó que estaba diciendo algo así como: “Maestro, te extrañé muchísimo”. Así que, naturalmente, la respuesta de Hajime fue contundente y directa.

“Aléjate de mí, pervertida.” Le dio un golpe sin piedad con su brazo protésico. Hubo una siniestra grieta, y Tio giró por el aire cuatro veces antes de estrellarse contra un matorral tras ella. Como era de esperar, había estado sonriendo incluso cuando Hajime la había golpeado.

“¿Está muerta?” El Goblin Yue se asomó al matorral y encontró al goblin Tio tumbada en el suelo, inmóvil. Yue cogió una rama y pinchó a Tio unas cuantas veces. Se movió un poco. Luego, después de unos segundos, se levantó y se puso de pie con indiferencia. Parecía que ni siquiera los hechizos de un laberinto podían curar la perversión de Tio.

“¡Gyagyagya! ¡Gogogo Gugu! ¡Gugya!”

Aunque Hajime no podía entender el lenguaje de los goblins de Tio de la misma forma que el de Yue, era fácil entender lo que Tio intentaba decir. Después de todo, la forma en que gritaba y el hecho de que se sonrojaba y se ponía las mejillas en la cara decía más de lo que las palabras podían decir. Además, seguía mirando a hurtadillas a Hajime.

Esto es una blasfemia. Hajime fue a por Donner. Con cierta reticencia, Shea lo detuvo. Antes de que Hajime pudiese hacer algo más, Kaori se apresuró a darle a Tio una piedra de telepatía.

“Oh, una piedra de telepatía. ¿Puede oírme ahora, Maestro? Muchas gracias por saludarme con ese exquisito uppercut”.

“Tch, así que eres igual de fuerte en este cuerpo, ¿eh? Si tan sólo hubieras muerto…”

“¿¡Mmm!? ¡Qué despiadado! Por favor, insúltame más. Haaah…. Haaah…. Como sospechaba, no puedo alcanzar las verdaderas alturas del éxtasis a menos que sea usted, Maestro. Su fiel sirviente ha regresado. ¡Siéntase libre de regañar y despreciar a esta fea criatura hasta el fondo de su corazón!”

Para ella, ser transformada en duende no era más que otro fetiche al que satisfacer. En cierto modo, Hajime tenía razón. Era demasiado tarde para salvar a Tio.

Tio se lanzó a los pies de Hajime y gritó: “Hervirme o hornearme como quieras”. Pero Hajime la ignoró y masacró al grupo de goblins que la habían estado golpeando. Una vez que terminó, se marchó en silencio. El resto del grupo tampoco quería hablar con Tio, así que lo siguieron.

“¿Juego de abandono? Oh, Maestro, te estás burlando. Espera, ¿de verdad estás planeando dejarme atrás? ¡Para, no puedo caminar tan rápido! ¡Aún estoy mareada por tu ataque anterior!”

Las súplicas de Tio resonaban a través del mar de árboles. Sin embargo, nadie se detuvo por ella.

Grandes ramas en forma de látigo atacaron al grupo. Hojas afiladas llenaban el aire. Nueces y semillas bombardearon a todos. Las raíces se abalanzaron sobre el suelo, sus puntas puntiagudas flechas. Cada ataque era lo suficientemente poderoso como para ser fatal.

El monstruo al que se enfrentaba el grupo era prácticamente el mismo que los monstruos de los árboles que habían enfrentado en el Laberinto del Gran Orcus. Aparentemente, se llamaba Treant. Sin embargo, el Treant al que se enfrentaban aquí era mucho más grande que el que habían combatido en Orcus. Tenía fácilmente diez metros de ancho y treinta metros de alto. Actualmente, las únicas personas en combate eran Kouki, Shizuku, Suzu, y alguna criatura parecida a un ogro.

“¡Graaaaaaaah!” El ogro soltó un aullido primitivo y golpeó con un puño del tamaño de una roca al Treant. Decía que el ogro era, por supuesto, Ryutarou.

Durante el curso de su búsqueda, Hajime y los demás habían encontrado a un par de ogros enfrascados en un duelo a muerte. Después de observarlos un rato, se dieron cuenta de que uno de los ogros era Ryutarou. Las artes marciales inspiradas en el karate que había estado usando habían hecho fácil distinguirlo del ogro real. Eso, combinado con el hecho de que había elegido aceptar el desafío del otro ogro en lugar de huir, había convencido a todos los que eran Ryutarou. Sólo él podía ser así de sencillo.

Además, había estado en tan mal estado que si lo hubieran encontrado más tarde, podría haber muerto. Sólo gracias a Kouki que saltó e intervino, Ryutarou no se había golpeado el cráneo. Una vez que el otro ogro había sido derrotado, Shizuku le había dado a Ryutarou un largo sermón sobre ser imprudente. Había sido todo un espectáculo, ver a un ogro golpeado sentado formalmente y colgando su cabeza frente a una niña pequeña. Todo el incidente había sido tan surrealista que Suzu había estallado en risa.

Después de reunirse con éxito con el Ogre Ryutarou, Hajime y los demás habían reanudado la búsqueda. Eventualmente, encontraron un gran árbol creciendo junto a un altar. Al acercarse, el árbol había cobrado vida y comenzó a atacar a todo el mundo, lo que llevó a la situación actual.

A juzgar por la fuerza del Treant, y la ubicación en la que lo habían encontrado, era probable que fuera el jefe de este piso. Si el grupo quería avanzar al siguiente piso, tenían que derrotarlo. La razón por la que Kouki y los demás se habían enfrentado al reto en solitario era porque quería demostrar que podía ser útil. Sin embargo, debido a lo fuerte que era su enemigo, Kaori estaba proporcionando apoyo curativo desde la retaguardia.

“¡Nnnnnnnnngh! ¡Golpea como un camión!” Una rama tan gruesa como el tronco de un árbol cortó el aire y se dirigió directamente a Kouki. La bloqueó con su espada, pero la fuerza del golpe le hizo gemir de dolor.

Shizuku no pudo ayudarle, ya que tenía las manos ocupadas golpeando las hojas voladoras del shuriken. Suzu tuvo que usar todo su arsenal de barreras para mantener a salvo al equipo, mientras Kouki buscaba frenéticamente una apertura desde la que atacar.

“¡Gah! Es inútil. Mientras Kaori esté aquí no nos desgastaremos, pero…” Shizuku desató ondas de choque una tras otra, cortando cualquier hoja o rama que se acercase. Pero apretando los dientes se dio cuenta de que no podría seguir adelante.

Ahora que habían experimentado de primera mano lo feroz que podía ser un laberinto, se dieron cuenta de que Hajime tenía razón cuando dijo que morirían si desafiaban a uno por su cuenta. Shizuku sabía que sin la ayuda de Hajime habrían muerto hace mucho tiempo. La confianza que habían adquirido durante su estancia en el Laberinto del Gran Orcus se había hecho trizas. Shizuku sopesó sus opciones, y luego gritó su plan.

“¡Kouki! ¡Usa la [Ira Divina]!”

“¡No puedo! ¡Se tarda demasiado en cantar!”

“¡No te preocupes, te protegeremos! ¡Confía en nosotros!”

Kouki dudó sobre si aceptar o no el plan de Shizuku. El Treant al que se enfrentaban era más fuerte incluso que los monstruos que los demonios habían traído con ellos. Sólo gracias al apoyo de Kaori no habían sido eliminados. Pero incluso con su ayuda, un momento de falta de concentración los mataría. Ninguna persona cuerda se dejaría indefensa frente a tal oponente.

Sin embargo, también era cierto que su estrategia actual carecía de la potencia de fuego para derrotar al Treant. A este ritmo, eventualmente perderían.

Además… Kouki pensó en la reunión de Hajime y Yue. Sobre lo absoluta que era su confianza mutua. A pesar de la forma de duende de Yue, Hajime se había dado cuenta al instante de quién era. Yue, también, había poseído una fe absoluta en que Hajime impediría que Kouki la matase. Honestamente, había estado un poco celoso de su inquebrantable devoción mutua.

Fueron esos celos los que llevaron a Kouki a su decisión final. Después de todo, también tenía camaradas en los que confiaba. Esta era su oportunidad de probar que sus lazos eran tan fuertes como los de Hajime.

“¡De acuerdo, cuento con ustedes!”

“Sí, déjanoslo a nosotros. Ryutarou, Suzu, aprieten sus defensas!”

“¡Entendido!”

“¡Lo tienes!”

Kouki levantó en alto su espada y dejó de moverse. Mientras se concentraba únicamente en lanzar la [Ira Divina], estaba indefenso. El Treant no iba a dejar pasar tal oportunidad. Disparó ramas a Kouki desde ambos lados, mientras llovía un torrente de hojas desde arriba y disparaba un aluvión de nueces desde el frente.

“¡Rechaza toda malicia y que esta sea una tierra santa que niega el paso a tus enemigos! ¡[Tierra santificada]]!” Suzu había estado preparada para el ataque, y sacó su barrera más fuerte para defenderse de él. Aparecieron grietas en la cúpula al resistir el aluvión inicial del Treant.

“¡Mrrrrrrrrrrrrrrrgh!”

El asalto continuo acabó siendo demasiado para la [tierra santificada] de Suzu, y se hizo añicos. Suzu fue lanzada hacia atrás por el impacto, y Shizuku y Ryutarou se apresuraron a llenar el hueco.

“¡Haaaaah!”

“Uoooooooooooh!”

Con gritos animados, los dos desataron todas las técnicas a su disposición. Pero ni siquiera su mejor esfuerzo fue suficiente para permitirles sobrevivir ilesos, y los dos fueron cubiertos rápidamente por profundos cortes. La sangre brotaba de sus cuerpos y teñía de rojo el suelo.

“[Bendición Santa]”. Kaori lanzó un solo hechizo, y las heridas de Shizuku y Ryutarou desaparecieron instantáneamente.

[Bendición Santa] era un hechizo de clase intermedia, pero con las reservas de maná impías de Kaori, podía fácilmente potenciarlo hasta un hechizo de clase avanzada. Sus hechizos de curación funcionaron tan rápido que fue como si estuvieran rebobinando el tiempo. Incluso teniendo en cuenta el aumento de poder que le daba el cuerpo de Noint, Kaori era una curandera increíblemente hábil.

Suzu una vez más lanzó [Tierra Santificada], comprando unos segundos más para el grupo. Shizuku y Ryutarou se reagruparon, listos para defenderse del siguiente asalto. El ciclo de Suzu erigiendo una barrera, rompiendo, Shizuku y Ryutarou protegiendo durante unos segundos, Kaori curándolos, luego Suzu reconstruyendo su barrera repetidamente tres veces.

A estas alturas, Kouki ya casi había terminado de hacer el lanzamiento. Una enorme cantidad de maná se concentraba en su espada, que brillaba más que el sol. Apretó más la empuñadura y respiró hondo.

“Muy bien, todos, ¡hagámoslo! ¡[Ira Divina]!” Después de decir eso, bajó su espada, soltando su ataque más poderoso. Una deslumbrante ola de maná se desgarró por el suelo, borrando hojas, ramas y nueces a su paso. Luego se estrelló contra el cuerpo principal del Treant en una explosión de luz.

“¡Lo hicimos!” Kouki gritó de júbilo.

Hajime, que estaba esperando a salvo en la retaguardia, murmuró: “Ah, es una bandera de muerte…” y Kouki la había pisado. La luz se desvaneció y el polvo se despejó, revelando un Treant herido, pero aún muy vivo.

“Estás…. bromeando…” Kouki tartamudeó, estupefacto. No fue el único sorprendido. Shizuku, Suzu y Ryutarou estaban igual de sorprendidos. Hasta ahora, no había nada que el último ataque de Kouki no hubiera podido matar.

[Ira Divina] era el hechizo ofensivo más poderoso que existía, la carta de triunfo del héroe. Cuando acababa de llegar a Tortus y estaba en un nivel bajo, podría haber sido posible que algo resistiera la [Ira Divina] de Kouki, pero no después de haber recibido tanto entrenamiento en ello.

Y sin embargo, el Treant permaneció indomable. Claro que había sido bastante dañado, pero esas heridas sólo lo hicieron más feroz. Todo este tiempo, Kouki se había creído capaz de despejar un laberinto. Estaba seguro de que estaría bien. Después de todo, Hajime lo había hecho. Para Kouki, parecía imposible que hubiera algo que Hajime pudiera hacer que él no pudiera. Sin embargo, ahora se veía obligado a enfrentarse a la realidad. Incluso su habilidad más poderosa había fallado en derribar a un monstruo laberíntico.

No, esto no puede ser real. ¡Tiene que haber algún tipo de error! Kouki negó con la cabeza. En ese momento, Shizuku gritó para llamar su atención.

“¡Kouki, mira! ¡No has dado un golpe directo!”

“¿Eh?” Kouki siguió la mirada de Shizuku y vio una montaña de astillas de madera y troncos de árboles. Parecía que el Treant había usado un montón de árboles como escudo para protegerse de la [Ira Divina] de Kouki.

¿De dónde sacó todos esos árboles? No había nada justo antes de que yo atacara…. La pregunta de Kouki fue contestada segundos después por el Treant. El monstruo brilló con una luz tenue, y segundos después los árboles empezaron a brotar de sus raíces.

“¿¡Esta es su magia especial!?” Suzu exclamó con dificultad. Su suposición fue acertada. La magia especial del Treant era “[Regrowth]”. Le permitía brotar tantos árboles como quisiera, y controlarlos libremente.

“¡Oh, no! Que esto sea…. ¡[Tierra santificada]!” Suzu rápidamente se dio cuenta de que su canto completo no llegaría a tiempo, y lo acortó. Una brillante cúpula de luz rodeó al grupo justo cuando se produjo una avalancha de ataques.

Las ramas y raíces afiladas se estrellaron contra la barrera una tras otra. Esta vez los ataques no venían sólo del Treant, sino también de los árboles que había creado. Las ramas llenaban el aire, borrando el cielo. La presa era tan gruesa que Suzu y los otros ni siquiera podían ver el Treant. Una [tierra santificada] improvisada no tenía ninguna posibilidad de resistir tal ataque. Ya habían empezado a aparecer grietas por toda la barrera, y se rompería en pocos segundos. Y esta vez, parecía poco probable que Kouki y los demás pudieran aguantar lo suficiente para que ella pudiera volver a lanzarlo. El propio Kouki sabía que era demasiado optimista como para pensar que podían hacerlo.

“No puedo…. aguantar más…” Suzu rechina los dientes mientras su maná se escapa a un ritmo alarmante. Viendo como luchaba por aferrarse a ella, Kouki recuperó la cordura. En cierto modo, se sintió aliviado. No era que su carta de triunfo fuera ineficaz, sino que acababa de ser bloqueada. Pero a pesar de todo, el hecho de que eso significara que Suzu ahora estaba sufriendo

Kouki desterró las preocupaciones y dudas que había sentido hasta ahora. Y se preparó para usar su segunda carta de triunfo, [Limit Break]. Usar dos de sus cartas de triunfo tan temprano en el laberinto no era una jugada sabia, pero Kouki se dio cuenta de que había sido ingenuo al pensar que podía sobrevivir sin ellas. Pero antes de poder activar la habilidad, Kaori intervino.

“¡[Infinito Transitorio]!”

[Infinito Transitorio] era un hechizo de restauración que mantenía a una persona u objeto en su estado original durante todo el tiempo que el lanzador proporcionaba maná. Una luz plateada envolvía la [tierra santificada] agrietada de Suzu, devolviéndola a la condición prístina en la que había estado al ser lanzada. Por mucho que el Treant golpeara la barrera, era incapaz de abollarla. Cualquier daño infligido se revirtió instantáneamente gracias al hechizo de Kaori.

“¡Gracias, Kaorin!” Suzu miró por encima de su hombro, y Kaori vio las lágrimas en sus ojos.

Debe haber estado muy asustada. O tal vez ahora está muy aliviada. Kaori la sonrió y asintió tranquilizadoramente. Kouki y los demás también se relajaron un poco y se volvieron para ver cómo estaba Hajime.

Como los tres, Hajime y su grupo también estaban rodeados por un ejército de árboles, pero no tenían ningún problema para hacer frente a la avalancha de leña y hojas. Hajime había desplegado cuatro de sus Cross Bits, y habían formado una barrera en forma de pirámide alrededor de todos. Como la barrera estaba hecha de magia espacial, era casi imposible de penetrar. Ni siquiera los ataques más fuertes de los Treant pudieron romperla. Había creado una fortaleza impenetrable para sí mismo.

“Parece que están en su límite. Pensé que podrían hacerlo un poco mejor, pero…” Hajime se murmuró a si mismo mientras medía las expresiones de Kouki y las caras de los demás.

“Hmm, si ese héroe usara [Limit Break], ¿no serían capaces de arreglárselas de alguna manera?”

“Tal vez. Si usa esa versión potenciada, definitivamente. Pero el retroceso que viene después será un problema…. Ni siquiera la magia curativa puede hacer mucho por el agotamiento que viene con el uso de [Limit Break]”.

“Mmm…. Pero la magia de la restauración debería ser capaz de hacerlo”.

Con las palabras de Yue, Kaori se mordió el labio.

“Me gustaría preservar mi maná tanto como sea posible. La magia de la restauración ocupa mucho, y soy la única capaz de usarla ahora mismo, así que…. Esto es sólo el comienzo del laberinto, así que no se sabe qué nos espera más abajo, y ya he usado uno de mis hechizos…”.

“Ciertamente. En ese caso, supongo que deberías ocuparte de las cosas antes de que ese chico intente usar [Limit Break]”.

A Hajime le preocupaba un poco que Kouki y los demás no fueran reconocidos como personas que habían contribuido a la conquista de la mazmorra si seguía ayudándoles así. Y si no eran capaces de obtener magia antigua, entonces no podría usarlos como peones para la próxima batalla contra el ejército de Noint.

Por eso quería que Kouki y los demás se encargaran de este monstruo, para que tuvieran pruebas de su contribución. Sin embargo, Kaori definitivamente tenía razón. No había forma de saber lo que les esperaba más abajo, así que malgastar más maná de lo necesario no fue una decisión sabia. Seguro, aún tenía un stock de joyas cargadas de maná, pero Yue y Tio no estaban en condiciones de luchar, y Hajime no tenía ni idea de cuándo volverían a la normalidad.

Para empeorar las cosas, también les habían quitado el equipo. Si se volvían demasiado arrogantes, Hajime no dudaba de que encontrarían que las cosas se volvían contra ellos.

“Maestro, puedo más o menos adivinar cuáles son tus preocupaciones, pero creo que no necesitas preocuparte tanto por si logran o no algún resultado en la batalla.”

“¿Hm? ¿Por qué no? ¿Tiene algo que ver con el tema de este laberinto?” Hajime inclinó la suya, y Tio asintió. Podría haber sido una pervertida incorregible, pero su vasta sabiduría e intelecto significaban que sus palabras valían la pena ser escuchadas. Aunque eso no cambió el hecho de que era una pervertida.

“Correcto. Esto es una mera conjetura, pero creo que el laberinto de Haltina está destinado a poner a prueba nuestros lazos”.

“Nuestros lazos, ¿eh? Ahora que lo pienso, el epitafio de piedra en la entrada también decía algo así”.

“Precisamente. Esas palabras se referían no sólo a forjar un vínculo con los hombres bestias y hacer que nos guiaran hasta aquí, sino también al hecho de que nuestros vínculos se pondrían a prueba dentro de este laberinto. Discerniendo cuáles de nuestros camaradas eran falsos, encontrando y aceptando a los que fueron transformados, todo esto está poniendo a prueba nuestros lazos. Probando si protegeremos a nuestros compañeros impotentes o los dejaremos morir”.

“Ya veo… Si ese es realmente el objetivo de este laberinto, entonces todas estas pruebas tendrían sentido. Y…. Amanogawa ya ha aceptado a Sakagami y ha luchado con él. Diablos, incluso le confió su vida allá atrás. Como ya han probado todo eso, no debería ser un problema si termino todo lo demás de ahora en adelante. Mientras Amanogawa y los demás sigan superando las pruebas que ponen a prueba sus lazos”.

“Eso es lo que sospecho. Pero recuerda, esto sigue siendo una conjetura”.

Puede que haya sido una conjetura, pero estaba respaldada por una buena cantidad de pruebas. Si Tio tenía razón, entonces este laberinto, que no estaba interesado en probar la destreza marcial de sus contrincantes, era probablemente el más adecuado para haber traído a Kouki y a los demás.

Hajime reflexionó una vez más sobre las palabras de Tio y miró al gigante Treant. Sus ataques se habían vuelto aún más feroces, por lo que se irritaba al no poder atravesar la [tierra santificada] de Suzu o la barrera espacial de Hajime. Había tantas hojas y ramas volando alrededor que Hajime apenas podía ver delante de él. En ese momento, Hajime tomó su decisión.

“Taniguchi, voy a volar todo. Si no quieres morir, mantén tu barrera en alto pase lo que pase”.

“¿Qué dices?” El sudor frío corría por la espalda de Suzu mientras digería la advertencia de Hajime. Kouki y los demás miraron con curiosidad a Suzu. Y un segundo después, sus mandíbulas se abrieron en shock.

Hajime había sacado su chakram especialmente diseñado y los controlaba con el anillo de piedra espiritual en su dedo. Sus chakras rompieron la tormenta de árboles y ramas, destrozando todo a su paso. Había más de veinte de ellos girando por el aire. Algunos de ellos volaron por encima de los árboles y comenzaron a rociarles con un líquido negro.

El líquido negro era, por supuesto, el mismo alquitrán de roca flamígera que se quemaba a 3000 grados centígrados. Lo estaba transportando desde su Tesoro escondido a través de las puertas espaciales que había colocado en sus chakras.

Shea, que se había dado cuenta de lo que Hajime estaba planeando, se resistió.

“Whoa…” murmuró mientras miraba a Hajime. Después de todo, aunque el método de Hajime era la forma más eficaz de aniquilar el bosque de árboles que habían brotado delante de ellos, también era bastante extremo.

Pero Hajime ignoró su mirada castigadora y lanzó una pequeña brasa a través de uno de los chakrams que tenía junto a él.

El bosque fue bañado en llamas por segunda vez. El Treant ignoró las llamas y continuó su asalto, pero no pudo durar mucho tiempo en el infierno en el que Hajime lo había ahogado. Aunque no tenía boca, el grupo podría haber jurado que escucharon un grito mientras las llamas lo quemaban hasta quedar crujiente. La corriente ascendente causada por el calor hizo que las llamas se condensaran y se convirtieran en un tornado giratorio que ardía tanto que licuaba todo lo que tocaba.

Hajime realmente había creado un infierno en la tierra. Si Suzu o los demás salieran un pie fuera de su [Tierra Santificada], se quemarían tanto que no quedarían ni cenizas.

Pero mientras el alquitrán ardía, no se quemó por mucho tiempo. En quince minutos, las llamas de Hajime se habían agotado. Debido a que el Treant y sus árboles se habían movido en sus últimos momentos, el fuego se había extendido también a los árboles regulares del bosque, pero los oportunos hechizos de agua de Kaori habían evitado que todo el bosque se quemase. Como Kaori era la única maga en el grupo de Hajime que aún era capaz de combatir, estaba muy desgastada.

“No te preocupes, Shizushizu. Entiendo totalmente lo que sientes, pero te acostumbrarás a lo loco que es todo eventualmente…. Espero De todos modos, todo saldrá bien”.

Suzu y Shizuku se miraron fijamente con los ojos muertos. Acababan de presenciar de cerca y personalmente un infierno carmesí, y esto había hecho un buen número de cambios en su estado mental. El ogro Ryutarou miró con preocupación a ambas, pero no pudo encontrar nada que decir. Después de todo, incluso él se había puesto a sudar frío al ver las llamas a centímetros de su cara.

A poca distancia, Kouki miró a Hajime y se mordió el labio. Incluso su ataque más fuerte no había sido capaz de derrotar al Treant, pero Hajime se había ocupado de ello como si no fuese nada. Había venido aquí para acortar la distancia entre él y Hajime, pero estaba empezando a preocuparse de si sería capaz de obtener la antigua magia si Hajime acababa salvándoles de todo. Después de un rato, Kouki agitó la cabeza en un intento de disipar esos pensamientos negativos, y luego giró con pánico cuando escuchó un crujido detrás de él.

“¿Se está regenerando?” Justo cuando Kouki dijo que el suelo quemado empezó a temblar, y un árbol brotó de la tierra. Creció a un ritmo prodigioso, y en segundos era del tamaño del Treant que Hajime acababa de quemar. Realmente se había regenerado.

Kouki y los otros instantáneamente sacaron sus armas, pero el restaurado Treant no atacó. En vez de eso, su corteza comenzó a abrirse, de manera similar a como lo hizo el Gran Árbol cuando los dejó entrar por primera vez.

“Me imaginé que era el medio jefe, pero no pensé que también sería la puerta a la siguiente etapa.” Hajime asintió y entró con confianza en la abertura hecha por Treant. Yue y los otros siguieron su ejemplo. Entonces, Kouki y su grupo envainaron sus armas y corrieron tras ellos.

El interior de este árbol parecía tan sencillo como el último. Sin embargo, en el momento en que todos entraron, la corteza se cerró a su alrededor y el área alrededor de sus pies comenzó a brillar.

“Supongo que nos teletransportan de nuevo…”

Hajime abrazó a Yue y a Tio, notando que este círculo mágico era casi idéntico al anterior. Lo más probable es que, si el círculo mágico quisiera separar al grupo, abrazar a los dos goblins no haría mucho. Pero, aun así, pensó que era mejor que no hacer nada.

Como ninguna de ellas era capaz de luchar en su estado actual, incluso un monstruo débil podía matarles fácilmente. Incluso si había una pequeña posibilidad de que esto pudiese hacer algo, Hajime seguía sintiéndose obligado a hacer algo al menos. No podía permitirse dejar que ninguna de las dos muriera.

“Hajime…”

“Maestro…. si eres tan amable conmigo, no sabré cómo responder.”

Las dos se habían dado cuenta de la preocupación de Hajime, y sonrieron felices. Aunque aún eran goblins, cualquiera habría podido decir que esas sonrisas eran de alegría. Y por una vez, Tio parecía avergonzada. Shea y Kaori también intentaron lanzarse sobre Hajime, pero llegaron un momento tarde. Justo antes de que sus brazos llegaran a él, la luz se tragó al grupo.