Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 8

Capítulo 1: El Héroe Regresa

Parte 1

Era un espectáculo verdaderamente surrealista. Cientos de hombres bestias se apiñaron juntos, pellizcándose las mejillas, abofeteándose la cara o mirando por la ventana con incredulidad. El viento aullaba más allá de sus oídos y un mar interminable de nubes se extendía bajo ellos. De los pocos huecos en la cobertura de nubes, podían ver que el suelo pasaba a gran velocidad a un ritmo increíble. Por increíble que parezca, volaban por el cielo.

Más específicamente, estaban montando el artefacto de Hajime, el Fernir. Había colocado una gran góndola en su parte inferior, que es donde se encuentran actualmente. La razón por la que estaban montando la primera aeronave en la historia de Tortus fue debido a otro evento histórico que había concluido ayer mismo. Todos los esclavos de Hoelscher habían sido liberados después de una batalla que más tarde sería conocida como “La Rebelión de Haulia” o “El Baile Carmesí” por la gente del imperio.

El padre de Shea, Cam, había liderado el Haulia en un ataque a la capital del imperio y lo había derribado en una sola noche. Había exigido al emperador que liberara a todos los esclavos del imperio, y esos antiguos esclavos estaban ahora montando al Fernir de Hajime de vuelta a casa, a Haltina.

Hajime ya había instalado una puerta tridimensional en el mar de los árboles, así que podría haberlos teletransportado a casa instantáneamente si hubiera querido. La razón por la que decidió no hacerlo, y en su lugar sacó a Fernir fuera de la capital, fue porque necesitaba hacer un gran espectáculo de toda la liberación. Básicamente, él quería enfatizar a los ciudadanos de Hoelscher que liberar a todos los esclavos era algo que Dios mismo había decretado. Y había funcionado como estaba previsto. Al ver descender un gigantesco barco volador para llevarse a los hombres bestias de vuelta a casa, los residentes del imperio quedaron asombrados.

Naturalmente, Hajime sólo usaba el nombre de Dios. En realidad, Ehit no tuvo nada que ver con esto. Hajime estaba siguiendo con su principio de “En caso de duda, culpar a Dios”. Si Ehit estaba en desacuerdo o no con eso no era algo que le importara especialmente a Hajime. En cualquier caso, aunque fue un espectáculo impresionante, mover un artefacto tan complejo como Fernir requería mucha concentración.

“Aaah…”

Hajime suspiró perezosamente mientras se acostaba en el sofá del puente. No parecía estar concentrado en lo más mínimo. Sus brazos y piernas estaban extendidos por el sofá, y se parecía más a un oficinista durante las vacaciones que a alguien que pilotaba una aeronave. Sin embargo, el hecho de que estuviera envuelto en capas de maná carmesí hizo obvio que incluso ahora todavía estaba gastando mucha energía para conducir a Fernir.

En realidad, lo estaba pasando un poco mal. Cuanto más peso cargaba Fernir, más difícil era pilotear. Dicho esto, su postura, combinada con el hecho de que estaba rodeado de hermosas muchachas, hacía que pareciera como si estuviera dominando su superioridad sobre la gente.

“Oi Hajime Nagumo, ¿no crees que estás siendo un poco grosero, relajándote así delante del emperador?”

La puerta del puente se abrió deslizándose con un zumbido mecánico, y el emperador de Hoelscher, Gahard D. Hoelscher, entró en la habitación, mirando furioso a Hajime. Con Yue y Shea a cada lado de él, y Kaori detrás de él, Hajime realmente parecía un rey que se entregaba a su harén. Sobre todo, si se tiene en cuenta que los tres se aferraban a él. Decían que era para poder seguir reponiendo su maná, pero todos sabían que no necesitaban estar pegados a él para hacer eso. Considerando que Hajime estaba quemando grandes cantidades de maná cada segundo, y operando una máquina extremadamente complicada además de eso, uno podría decir que estaba entrenando seriamente, simplemente no parecía así en absoluto. Era una lástima, en realidad. Ni Gahard ni ninguna de las otras personas presentes se dieron cuenta del esfuerzo que Hajime hizo para hacerse más fuerte.

“Ojalá pudiera ser el… No deberías actuar tan indecentemente en público, Nagumo-san.”

“Liliana-sama, estás dejando que tus verdaderas intenciones se escabullan de nuevo.”

La princesa de Heiligh, Liliana S B Heiligh, y su criada Helina siguieron a Gahard. La razón por la que también venía a Haltina era porque necesitaba ser testigo de los juramentos de Gahard.

La batalla del otro día no había sido entre el imperio y Verbergen, sino entre el imperio y Haulia, por lo que Gahard tenía que ir a Verbergen y hacer los mismos juramentos que había hecho a Cam. Esa había sido una de las condiciones de Cam, después de todo.

Las otras personas en la sala incluían a Kouki Amanogawa, Ryutarou Sakagami, Shizuku Yaegashi, Suzu Taniguchi y Tio, que estaba tumbada en el suelo y temblando de placer. La razón por la que estaba en el suelo esta vez era porque había intentado saltar a los brazos de Hajime hace unos momentos. Asqueado por las payasadas de la pervertida dragona, Hajime la había pateado reflexivamente, y luego la había estrangulado hasta que casi cayó inconsciente. Como parecía estar disfrutando, nadie se había molestado en detenerle. De hecho, su expresión de éxtasis había hecho que todos miraran hacia otro lado con disgusto.

Después de los comentarios de Liliana, Shizuku y los demás también empezaron a reprender a Hajime. No deseoso de escuchar sus regaños, rápidamente cambió de tema.

“Gahard, ¿terminaste de explorar la nave?”

“Sí. Esta cosa es una locura. Ni siquiera entiendo cómo este gigantesco trozo de metal puede volar. De cualquier manera, ¡este es un gran artefacto que hiciste! Oi, Hajime Nagumo. Haz uno para mí también. Te pagaré todo lo que quieras”.

Gahard se instaló en el sofá frente a Hajime, con los ojos rebosantes de emoción. Hajime frunció el ceño, enfadado.

“No necesito dinero. Ya déjalo en paz. Es la única vez que te dejo montar a Fernir. Disfrútalo mientras dure”.

“Vamos, no seas así. Sólo estoy pidiendo un miserable barco. Incluso puede ser uno pequeño.”

“No hay nada para ti, así que no.”

“Mrr, bien, si no necesitas dinero, ¿qué hay de las mujeres? Una de mis hijas está en edad de casarse. Su nombre es Tracy, y es fanática de las batallas, pero definitivamente es guapa. Sería una buena adición a tu harén, ¿verdad? ¿Qué dices?”

Gahard parecía pensar que Hajime era un mujeriego empedernido. Teniendo en cuenta que Hajime estaba rodeado por tres chicas en ese momento, era difícil negarlo. Dicho esto, lo último que quería Hajime era que la hija de Gahard, una demente loca por la batalla, se le echara encima. Miró con desprecio a Gahard, pero antes de que pudiera negarse, su harén se puso en su defensa.

“Te convertiré en cenizas si lo intentas.”

“¡Te voy a aplastar!”

“Era una broma, ¿verdad emperador? ¿Verdad?”

“Por favor, no ponga a Nagumo-kun en la misma categoría que usted, Su Majestad.”

“¡Absolutamente no! ¡No lo permitiré! ¡Hajime-kun me pertenece!”

Hajime se encogió de hombros y continuó.

“Ahí lo tienes.”

“Tch, fanfarrón… ¿Hm? Espera, ¿he oído la voz de la princesa Liliana mezclarse con el resto?” Gahard chasqueó la lengua, y de repente se giró hacia Liliana. Los otros siguieron su mirada.

“¿Eh? Por supuesto que no. Debes haber estado escuchando cosas.”

“Kuku. Ahora que lo pienso, también ignoraste a Baius durante el baile. Aunque parecías estar disfrutando bailando con cierta persona. Hey, Hajime Nagumo. ¿Qué tan rápido trabajas? Incluso yo me estoy cansando de ver a todo el mundo enamorarse de ti.”

“¿Qué está diciendo, Su Majestad? N-Nagumo-san y yo no tenemos ese tipo de relación. ¿No es cierto, Nagumo-san?”

“Sí. El infierno se congelará antes de que eso suceda”.

“No tenías que ser tan franco al respecto…” Los hombros de Liliana se desplomaron. Miró hacia otro lado, enfurruñada, haciendo obvio que no estaba en contra de la idea de ser la amante de Hajime. Aunque, todos los que la habían visto bailar en el baile ya sabían que estaba enamorada de él.

Naturalmente, Hajime tampoco era inconsciente. Sin embargo, él la había derribado sin piedad. Yue y los demás miraron a Liliana con simpatía, y luego se giraron para mirar a Hajime.

“¿Por qué me miran todos así? Además, la princesa ya está comprometida. Su prometido fue decapitado, pero aún necesita casarse con alguien del imperio, ¿no? Gahard encontrará otro príncipe con el que casarse”.

“Oh, sobre eso…”

Liliana se calló, y Gahard se giró hacia Hajime con expresión amarga.

“Para ser honesto, mi familia no está en posición de establecer lazos políticos en este momento. Estamos ocupados con estos collares malditos que nos matarán si rompemos nuestros juramentos”. Señaló al rubí que colgaba de su cuello. El Collar de Votos era un artefacto que obligaba a su portador a adherirse a cualquier juramento que hicieran. Esto grabó el voto en el alma del aspirante, por lo que cualquier intento de romper su promesa o de quitarse el collar causaba que se volvieran locos y murieran.

“Según nuestro contrato, si mis súbditos intentan atacar a hombres bestias, no perderemos nuestras vidas mientras los castiguemos por ello. Pero eso no cambia el hecho de que todo el imperio está siendo retenido como rehén. Necesito hacer cambios radicales en nuestro gobierno y empezar a imponer castigos estrictos a mi pueblo. Además de eso, todavía tenemos que informar al resto del imperio sobre nuestra nueva política y encontrar una manera de liberar a todos los esclavos restantes. Mi familia y yo estamos demasiado ocupados para pensar en el matrimonio”. Gahard se reclinó en su asiento y se rascó la cabeza.

“Y no puedo casar a la princesa con alguien que podría morir en cualquier momento”. Además, sin esclavos hemos perdido nuestro mayor suministro de mano de obra. Tu discurso podría haber funcionado para la capital, pero te garantizo que las otras ciudades se amotinarán. Mis soldados van a estar ocupados controlando el imperio, así que no podremos enviar refuerzos al reino de todos modos. En todo caso, ahora somos nosotros los que necesitamos ayuda”.

“Ya veo. Así que básicamente, la princesa ya no se casará”.

“Más o menos. Una vez que las cosas se calmen y la familia imperial no esté en peligro de ser aniquilada, el Príncipe Lundel probablemente tendrá la edad suficiente para que sea mejor darle una de mis hijas para que cimiente nuestra alianza en su lugar”.

Hajime y los demás asintieron comprensivamente. Por cierto, la razón por la que la familia de Gahard estaba dispuesta a seguir adelante tan obedientemente fue porque uno de sus parientes había intentado quitarse el collar antes. Como era de esperarse, se habían vuelto locos, enloquecieron por todo el palacio durante unos minutos, y luego cayeron sin fuerzas, como una muñeca con las cuerdas cortadas.

“¡Eso es maravilloso, Lily!”

“Sí…. No sé si podrás casarte con alguien a quien amas de verdad ahora, pero al menos te has ganado algo de tiempo.”

“¡Sí! ¿No es genial, Lily?”

Kouki, Shizuku, y Kaori dijeron todos emocionados. Incluso Yue y los demás felicitaron a Liliana por la anulación de su compromiso.

“Gracias”, respondió Liliana con torpeza. Aunque estaba contenta de no tener que casarse más con Baius, su padre estaba sentado frente a ella, y el mismo Baius había sido decapitado la noche anterior. Aún así, estaba feliz de no tener que lidiar con el hombre que intentó violarla otra vez. Normalmente ocultaba sus sentimientos, pero esta vez dejó ver su felicidad. Ni siquiera Gahard pudo evitar sonreír.

“De todos modos, así son las cosas. Así que la princesa Liliana es libre de hacer lo que quiera. Hajime Nagumo. Si realmente la quieres, usaré mi autoridad como emperador para que suceda”.

“¿¡Qué!? Su Majestad, ¿qué está diciendo? Yo-yo no.…” Agitada, Liliana miró a su criada para pedir ayuda.

“¡Esta es tu oportunidad, princesa! Hazlo tuyo”, contestó emocionada.

Sin darse cuenta de la peligrosa mirada de Yue, Liliana miró tímidamente a Hajime. El ligero rubor que coloreó sus mejillas le dio la cantidad perfecta de belleza. Naturalmente, a Hajime no le desconcertó en lo más mínimo. Sus encantos no hicieron nada para convencerlo, y se giró casualmente hacia Gahard.

“Y a cambio quieres que te haga un barco, ¿verdad? Cuántas veces tengo que decirlo, no hay nada en eso para ti. De hecho, sólo estaría perdiendo en un intercambio como ese”.

“¿Qué se supone que significa eso, Nagumo-san?” Liliana gritó. Hajime también la ignoró.

Sorprendido, contestó Gahard.

“¡Vamos, estamos hablando de la princesa de un reino! ¿Cómo puedes llamarte a ti mismo hombre si no la quieres?”

“No me metas en el mismo saco que tú. No estoy tratando de reunir a un montón de chicas aquí. En todo caso, el hecho de que sea una princesa haría las cosas más dolorosas”.

“¡Heeey, por aquí! Todavía estoy aquí, ¿sabes? ¡Por favor, deja de hablar de mí como si no estuviera en la habitación! ¡Escúchame!”

Liliana agitó las manos en el aire, tratando de recordar a la gente que ella existía. Desafortunadamente, aun así fue ignorada.

“Realmente no tienes interés en la supremacía, ¿eh? O quizás no estás interesado en la princesa”.

“Ambas”.

“Vale, vale, lo entiendo, me estás ignorando. No soy lo suficientemente importante para que nadie me escuche. Supongo que es porque no estás interesado en mí…. Sniffle…. Aunque yo sea la princesa…” Las lágrimas descendieron por las mejillas de Liliana y la esperanza desapareció de sus ojos.

“Liliana-sama… pobrecita…”

“Lily… Aunque tú seas la princesa. Lo siento mucho…”

“¡Lily! ¡Te escucharé! Por favor, ¡anímate!” Helina se tocó los ojos con un pañuelo mientras Shizuku y Kouki intentaban consolarla.

Hajime los observó por el rabillo del ojo mientras observaba simultáneamente la reacción de Gahard. Viendo que no tenía intención de rendirse, Hajime suspiró y habló.

“Ahora mismo, no hay nada que quiera, así que déjalo. Tal vez encuentres algo que puedas usar como moneda de cambio más tarde… así que sólo espera a que lo hagas”.

“Nnngh, ¿realmente no hay nada que quieras? ¿No hay nada que pueda hacer por ti? Dime la verdad. Todos los humanos quieren algo. Las únicas personas que dicen que no quieren nada han dejado de ser humanas, o están tramando algo. Por otra parte, supongo que eres un demonio.”

“¿Intentas buscar pelea? Bueno, supongo que entiendo lo que dices. Pero…”

Hajime envolvió con sus brazos a Yue y Shea.

“Como puedes ver, todo lo que quiero ya está en mis brazos. ¿Qué más podría pedir?”

Así que deja de perder el tiempo tratando de negociar. Yue se acurrucó junto a Hajime, mientras Shea aún estaba en shock por el hecho de que Hajime la hubiera abrazado tan fuerte como él había abrazado a Yue. Un segundo más tarde, sus orejas y cola empezaron a moverse con alegría, y ella abrazó a Hajime. Sus ojos se encontraron con los de Yue y los dos se rieron felizmente el uno del otro.

“Ah, así que así son las cosas. Tch, no soporto ver este coqueteo. Voy a subir a la cubierta a tomar un poco de aire fresco…”

Gahard se puso de pie con un resoplido molesto y se marchó. Hajime se recostó de nuevo en el sofá y regresó a parecer que no estaba haciendo nada. Shizuku y Suzu le miraron con timidez, mientras que Kouki y Ryutarou no pudieron mirarle. Coquetear tan abiertamente había hecho que la atmósfera fuera un poco incómoda. No ayudó que Liliana mirara al techo con los ojos muertos. Sin embargo, la chica que estaba detrás de Hajime y la que estaba a sus pies no se vieron afectadas por la incómoda atmósfera.

“Uuuu, ¿cómo es que sólo son Yue y Shea? H-Hey Hajime-kun, cuando dijiste que todo lo que querías ya estaba en tus brazos, lo dijiste en sentido figurado, ¿verdad? No sólo te importan Yue y Shea, ¿verdad?”

“M-Maestro. Entiendo que es un extraño pedido hacer momentos después de haber sido pateado por ti, pero ¿podrías abrazarme también? Yo también deseo estar en tus brazos…”

Kaori abrazó a Hajime por detrás mientras Tio se levantaba del suelo y le rogaba. Yue levantó la cabeza del pecho de Hajime, les miró a los dos y dijo: “Qué pena”.

“¿Qué se supone que significa eso?”

“¿¡Qué!? ¡No puedo dejar que eso pase sin ser impugnado, Yue!”

Kaori y Tio se enfadaron ante el comentario de Yue. Yue se puso un dedo en la barbilla, pensando. Luego se señaló a sí misma y a Shea.

“Ganadores.”

Luego señaló a Kaori y a Tio.

“Perdedores”.

Luego regresó a acariciar el pecho de Hajime. Fue en ese momento cuando Kaori soltó.

“Fufufufufu…. Eres raro, Yue. A veces dices cosas que no tienen sentido…. ¿Te golpeaste la cabeza en alguna parte?”

Kaori se balanceó de un lado a otro, y su puesto de demonio empuñando espadas cobró vida tras ella en una ráfaga de viento y nieve.

“De hecho, parece que algo anda mal con Yue. Nos corresponde a nosotros corregirla, Kaori.”

Tio se puso en pie tambaleándose. Un dragón negro envuelto en un aura de brea extendió sus alas y rugió detrás de ella.

“Y hay una forma sencilla de hacerlo.”

“De hecho, cuando algo se rompe…”

“¡Le has tienes que regresarlo a la normalidad!”

“¡Hay que regresarlo a la normalidad!”

El espíritu de lucha empezó a salir de ellas dos. Kouki, Ryutarou y Suzu se abrazaron fuertemente, aterrorizados por la presión que Kaori y Tio estaban emitiendo.

“¿De verdad es Kaori?” Murmuró Kouki.

Yue levantó de nuevo la cabeza del pecho de Hajime y sonrió débilmente a los dos.

“No lo hagas. Sabes que no tienes ninguna posibilidad si me pongo seria, ¿verdad?”

Realmente les irritaba escuchar esa frase familiar salir de la boca de Yue.

“¡Adelante!” “¡Me gustaría verte intentarlo!” Como era de esperar, ninguna de las dos se estaba echando atrás.

“Mmm, haz lo que puedas”.

Yue los provocó aún más. Se formaron nubes oscuras tras ella, y su característico dragón relámpago apareció para completar el trío.

“¡Esperen, ustedes tres! ¡Calma! ¡Cálmate! Y Nagumo-kun, no te quedes ahí sentado,
¡ayúdame a detenerles!”

Shizuku intentó desesperadamente mediar entre ellos. Desafortunadamente, a pesar de que deberían haber sido sólo ilusiones, la presión que venía del demonio, del dragón negro y del dragón relámpago era demasiado real. Se echó atrás y buscó ayuda en Hajime. Sin embargo, la respuesta de Hajime no fue muy prometedora.

“No puedo hacerlo. Demasiado cansado…”

Se hundió más profundamente en el sofá. Obviamente no se iba a mover. En primer lugar, peleas como estas eran algo cotidiano. Era la forma en que se comunicaban entre sí. De ahí por qué a Hajime no le importaba especialmente.

“Pequeño vago…”

Shizuku, que no conocía el trasfondo de sus peleas, se enfadó por su respuesta. En ese momento, una de las luchadoras le pidió ayuda.

“¡Shizuku-chan, te dejaré la vanguardia a ti!”

“¿¡Qué!? ¿Por qué tengo que involucrarme en todo esto?”

Y así, Shizuku se integró sin problemas en su pelea. Viendo que Kaori había conseguido refuerzos, Tio decidió buscar algunos propios.

“Ven, princesa. ¡Iremos a la batalla juntas! Eres una maestra de la magia de barrera, ¿no? ¡Necesitaré tu ayuda y la de Suzu!”

“¡Espera, me quieres! ¿¡Por qué!?”

“¿Acabas de incluirme?”

La dragona pervertida agarró a las dos chicas llorando y las arrastró a la pelea usando su monstruosa fuerza. Parecía casi una madre disciplinando a sus hijos.

“Aunque soy la princesa… nadie me escucha…” Liliana murmuró con tristeza. Miró a su criada para salvarse, pero Helina simplemente la animó.

“¡Adelante, Liliana-sama! ¡Esta es tu oportunidad de convertirte en su esposa!”

Parecía que ni siquiera su criada la entendía. Liliana regresó una vez más a mirar al techo con los ojos muertos… Suzu también rogó a Kouki y Ryutarou que le ayudaran, pero ambos desviaron torpemente la mirada. No tenían ningún deseo de meterse en medio de una pelea entre estas chicas. Después de todo, no sería bueno que los chicos se entrometieran.

“¿Realmente me estás abandonando? Lo estás, ¿verdad? ¡No olvidaré esto!”

La pobre Suzu estaba condenada al mismo destino que Liliana.

“Shea, sé mi vanguardia.”

“¡Roger! ¡No dejaré que nadie se te acerque, Yue-san! ¡Los convertiré a todos en carne picada!”

Shea tenía muchas ganas de ir. Sus orejas de conejo se pusieron rectas y sus labios se acurrucaron en una sonrisa sin miedo. Golpeó sus puños juntos, causando una onda de choque de maná que ondulaba hacia afuera. Yue sonrió a Hajime, como una esposa sonriendo a su marido antes de marchar a la guerra. ¿No se suponía que era al revés, normalmente?

“Me voy, Hajime. Es hora de enseñarles la diferencia entre nosotras.”

“Sí, diviértete. No rompas nada”.

“¿Me darás una recompensa cuando vuelva?”

“Sí, así que no tardes mucho”.

“Bien…”

Su pequeño intercambio irritó aún más a Kaori y a Tio. Apenas podían contener su sed de sangre. El grupo salió corriendo del puente, llevando consigo a sus reclutas involuntarios. Por encima de las nubes, el tiempo estaba siempre despejado. Lo que hacía de cada día un buen día para pelear. En poco tiempo, los sonidos de truenos retumbantes y el aliento explosivo se escucharon afuera. Kouki y Ryutarou saltaban cada vez que había otra explosión. ¿Está bien dejarlas solas así?

“Suenan como si se estuvieran divirtiendo.”

Sin embargo, Hajime permaneció totalmente indiferente.

“¿¡Estás bien incluso después de escuchar todo eso!? Ngh, así que esta es la diferencia entre Nagumo y yo.”

“Uhh, no creo que sea suficiente. Cálmate, Kouki.”

Kouki rechinó los dientes, frustrado porque se estaba poniendo nervioso mientras Hajime seguía tumbado en el sofá. Mientras tanto, Ryutarou sólo suspiraba. Su voz atravesó el puente que había sido vaciado de todos menos de los chicos.

El mar de árboles apareció alrededor de la misma época en que Yue y las otras luchas llegaron a su fin. Los hombres bestias, aterrorizados por los sonidos que habían estado escuchando durante los últimos minutos, se apiñaron ansiosamente cerca de la parte delantera de la góndola. Curiosamente, algunos de los hombres bestias podrían haber jurado que habían oído los gritos del emperador durante la pelea, pero lo atribuyeron a su imaginación.