Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 9

Capítulo 9: El Laboratorio de Kyo

 

 

“Así que este es el laboratorio de Kyo…”

Se veía como una mansión vieja de estilo occidental, lo cual era extraño, ya que todo este país se veía japonés.

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Por como se ve, esperaba encontrar su guarida en lo profundo de una cámara oculta subterránea.

“Por aquí,” dijo Yomogi, tomando la delantera. Ella había pasado mucho tiempo ahí, pero…

“No veo a ninguna del resto de las mujeres de Basura #2. Si nos encontramos con ellas, tengo muchas preguntas que quiero que respondan.”

“Ellos probablemente saben que estamos aquí.”

Miré alrededor del patio, y luego asentí.

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“Ellas también deben haber sido enviadas en una misión. O tal vez evacuaron.”

Había otra posibilidad, pero no quería pensar en ella.

¿Podría haber sacrificado a las mujeres para sus experimentos? No…

“Aquellos con un gusto por la sangre deben haber sido enviados al frente de la guerra. Pero desde un comienzo no las trajo a todas aquí.”

“¿No?”

“Kyo solo trae aquí a las personas en las que realmente confía. Él ayuda a toda clase de personas, pero no le gusta que las personas se entrometan en sus asuntos.”

Por supuesto que no; tenía mucho que esconder. Él era como el mejor estudiante de la escuela, pero que tenía una vida doble.

“Así que solo los compañeros más confiables de Kyo conocen este lugar. Al menos, eso es lo que pienso,” dijo Yomogi amargamente. Ella había pensado que era especial.

Así que no íbamos a ser capaces de usar a las mujeres como rehenes, todas estaban juntas en esto. Kyo debió haberles lavado el cerebro, justo como lo había hecho con Tsugumi y Yomogi.

“Como sea. En cuanto Kyo esté aquí, podemos continuar con nuestro plan. Si no está aquí, saquearemos su laboratorio de las cosas que podamos usar para la guerra, y luego lo destruiremos.”

Después de todo, él pudo haber huido si sabía que íbamos a venir.

“Grrr…”

“No lo olviden, están ayudando a una nación enemiga. No están operando por su cuenta, ahora son nuestras soldados.”

Yomogi curvó su mano en un puño, “¡Eso es cobarde!”

“¿No crees que es cobarde intentar tomar el control de otro país?”

Había personas así, personas que creían que podían hacer de todo, en cuanto pensaran que estaban en lo correcto. Era una forma de vivir conveniente y oportunista. Me recordaba a Itsuki.

“Niño. Ya déjalo, ¿quieres? Sabremos la verdad una vez que entremos y la encontremos.”

“Buen punto.”

Apenas había terminado mi oración cuando el rugido de una bestia hizo eco a través del patio.

Rápidamente me volví hacia la fuente del rugido, y me encontré mirando a las mismas copias del Tigre Blanco que Basura #2 había estado investigando. También había un ave roja, la cual supongo que era un ave bermellón, y una tortuga negra con una serpiente en vez de cola.

“¡Gahhhh!”

Luego había personas, personas que parecían haber sido fundidas con bestias y que estaban al borde de la locura. El lado de bestia de sus cuerpos era mucho más grande que su lado humano, y casi las había consumido completamente. Sus ojos eran feroces y salvajes, y saliva colgaba de sus bocas entreabiertas.

“Justo ahí está tu verdad. Kyo no está tratando de ocultarlo. Parece que ya es muy tarde para algunas de ellas. Kizuna, ¿puedes ayudarlas?”

“No lo sé, pero puedo intentarlo.”

Yomogi se congeló, “Kyo, ¿cómo pudiste hacer algo como esto?” Ella desenvainó la katana que Kizuna le había dado.

Íbamos a apoyarla en batalla.

“¡Vamos!”

“¡Gahhhh!”

Las bestias rugieron como una señal para iniciar la batalla, y arremetieron hacia nosotros. Nos atacaron de frente, y la batalla comenzó.

“Maldición. El lado de bestia ha consumido demasiado. Mi arma ya no las reconoce como humanas.”

Kizuna había intentado cortar la mitad bestia del enemigo, pero su arma sagrada ya no distinguía entre sus partes bestia y humana. Eso significaba que Kizuna ahora era la atacante más fuerte del grupo.

Ya había visto antes sus habilidades, cuando estuvimos viajando juntos. Ella era tan fuerte que era capaz de lanzar en cualquier momento la Flor Lunar de Nieve Reversa sin esfuerzo y con un tiempo de enfriamiento mínimo. Mientras no estuviera luchando contra otros humanos, ella era un verdadero monstruo en el campo de batalla.

Ella voló a través de la multitud, cortándolas. Cuando cayeron, pareció que estaban diciendo algo.

Kizuna, Glass, y Raphtalia tenían lágrimas en sus ojos.

“¿Qué pasa?”

“Ellas… Antes de morir, me agradecieron.”

“¡Maldita sea! ¡Lo están haciendo difícil!” gritó L’Arc. Al comprender la situación, él comenzó a dudar.

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Bloqueé un ataque con mi escudo y asentí.

“No simpatices o terminarás muerto. Ahora no hay nada que podamos hacer por ellas.”

Teníamos que decidir entre salvar a las personas que podíamos y a las que no. Desearía que fuéramos tan fuertes como para salvarlos a todos, pero no lo éramos.

“Kizuna, sabes lo que está pasando aquí, ¿cierto? En el mundo que fui invocado, los familiares de la Tortuga Espíritu infectaron personas como parásitos. No pudimos salvarlas. Algo de eso pudo ser a causa de la Tortuga Espíritu, pero la otra mitad…”

Ella asintió.

“Hasta ahora solo había comprendido la mitad de tu historia.”

“El mundo del Niño recibió una gran paliza. Tienes razón. No estábamos preparados.”

“Si todavía quieren tratar de salvarlas, al menos traten de incapacitarlas para luchar.”

De hecho, se regeneraban muy rápido, así que a menos que cortáramos todas sus extremidades, ellas se regeneraban y volvían a arremeter hacia nosotros.

No había ninguna opción buena.

“Uh…” murmuró Filo. Parecía indecisa. Ella nunca era buena con esta clase de cosas.

Sabía cómo se sentía, pero no teníamos otra opción.

“¡Ha!” Raphtalia balanceó su espada, luego la regresó a su vaina. Luego sacó su otra espada y corrió hacia la multitud de monstruos invasores. “¡Naofumi-sama tiene razón! ¡No podemos perdonar al monstruo que hizo esto! ¡Debemos seguir adelante!”

Los monstruos a su alrededor cayeron al suelo.

Ella tenía razón. Si dudábamos, estaríamos acabados. Y si no lo lográbamos, no habría nadie que detuviera a Kyo.

L’Arc suspiró, “El camino al frente está cubierto de sangre, pero si significa la felicidad de las personas, entonces no tenemos más opción que atravesarlo. Niño, no creí que llegaría el día en que aprendería algo de ti.”

“No lo confundas con sabiduría. Yo solo hago lo que tengo que hacer, y cuando alguien intenta matarme, lo acabo primero.”

Si no lo hacía, ese sería el fin.

Lo había hecho muchas veces. La Iglesia de los Tres Héroes trató de asesinarme. L’Arc y sus amigas trataron de asesinarme. La Tortuga Espíritu trató de asesinar a todos para crear una barrera mágica.

Tuve que derrotarlos a todos, de otra forma no habría futuro para mí.

No estoy diciendo que no tenía arrepentimientos.

Pero si no seguíamos avanzando hacia adelante, nunca pagaríamos la deuda que teníamos con todos los que ya habían perdido sus vidas.

“La razón de la muerte de Ost está justo aquí. Hemos venido para cobrar eso. El enemigo puede hacérnoslo difícil, pero ya no hay vuelta atrás.”

“Niño, eso es típico de ti. Me agrada.” L’Arc preparó su guadaña.

“Estoy de acuerdo. A mí también me agrada,” dijo Ethnobalt, convirtiendo su arma vasalla en un bote mucho más pequeño.

¿Qué iba a hacer?

“Podré no ser el más fuerte de aquí, pero haré lo que pueda para ayudarlos.”

Él apuntó los cañones del bote hacia los enemigos aproximándose.

“¡Fuego de Cañones Total!”

Hubo un estallido ensordecedor, y todo se volvió blanco.

Había escuchado que las habilidades de Ethnobalt eran débiles, que sus ataques básicamente eran inútiles. Y después de todos los cañones disparados, los resultados apoyaban todo lo que había escuchado.

Los monstruos y los humanos transformados se volvieron y apartaron las bolas de cañón, como si no fueran más que mosquitos. Ethnobalt se elevó hacia lo alto del cielo en su bote y nos habló.

“¡Los mantendré distraídos! ¡Por favor, apresúrense!”

“Pero…” Kizuna estiró su brazo hacia él, pero ya estaba muy lejos como para alcanzarlo.

Las copias del Ave Bermellón podían volar, y las copias del Tigre Blanco estaban saltando en ramas y árboles y golpeando al bote desde abajo. Las copias de la Tortuga Negra estaban tomando rocas del suelo y lanzándolas hacia el bote volador.

No quería dejarlo ahí. Era como dejar a un conejo rodeado de bestias salvajes.

“Estaré bien. Tengo un arma vasalla, ¿no? ¡Permítanme hacerlo! ¡Me esforzaré!”

“¡Ethnobalt!”

“¡Pen!” Chris corrió hacia el frente y saltó sobre una copia del Tigre Blanco, y luego sobre una copia del Ave Bermellón, para finalmente saltar hacia la popa del bote.

“Chris.”

“¡Pen!” él hizo señas hacia Kizuna, como diciendo, “Déjamelo a mí.”

“Naofumi, por favor. Protege a Kizuna por mí.”

“Bien.”

“Fueh… ¿Realmente vamos a dejarlo?”

“Si. Kizuna—¡vamos!”

“¡Pero!”

“¡No tenemos el tiempo para entretener a estos monstruos! ¡Kyo podría escapar!”

Ethnobalt se decidió para ayudarnos. Tenía que proteger su resolución. Y él tenía a Chris. Si las cosas se complicaban, esperaba que él sería capaz de escapar.

“Ahora es nuestra oportunidad. ¡Vamos! ¡Dejen que Ethnobalt haga lo que quiere!”

Corrimos hacia la mansión.

Mirando hacia atrás, vi a Ethnobalt atrayendo a los monstruos hacia el bosque. Él estaba despidiéndonos.

Dentro de la mansión, olía como si alguien hubiera estado ahí recientemente. También se veía de esa forma, como si alguien se hubiera establecido y hubiera estado viviendo ahí por un tiempo.

“Dijiste que solo trae aquí a sus compañeros más confiables, ¿cierto?”

Yomogi asintió, “Si, y hay habitaciones más profundas en la mansión. Él es más selectivo acerca de quién entra ahí.”

“Parece el típico mago o alquimista. Debe estar obsesionado con su investigación.”

“Estás absolutamente en lo correcto—así es él exactamente. Estoy confundida acerca de cómo un héroe de otro mundo sabe tanto acerca de Kyo.”

“Es solo una suposición.”

Tenía mis fuentes. Frecuentemente leía acerca de estos personajes del tipo científico loco en manga, o me los encontraba en juegos. Pero Kyo no encajaba exactamente con esos personajes. Aún había cosas acerca de él que no entendía.

Era como si él realmente pensara que sus ideas eran increíbles, y no quería nada más que asegurarse de que se hicieran realidad.

“Maldición. Está cerrado.”

“¿Dónde está la llave?”

“Justo aquí,” dijo Yomogi, sacando una llave de su bolsillo e insertándola en la ranura.

Como era de esperarse, no funcionó.

“¿Acaso tú y Kyo no eran amigos?”

“¿Qué? ¡Esta llave siempre abrió la puerta!”

Ella aún no había tenido razón en nada.

Ya había visto antes esta clase de cosas. Yomogi era la única en esa relación que pensaba que eran amigos—para Kyo todo había sido un acto.

“Cálmate. Ustedes saben qué hacer en una situación como esta, ¿no? ¿L’Arc? ¿Kizuna?”

“¡Enseguida!” sonrió L’Arc. Él sabía lo que yo quería.

“¡Resolver el rompecabezas!” dijo Kizuna.

Desafortunadamente para ella, en este caso estaba equivocada.

“Kizuna, puedes ir a pasear en un mundo de juego si eso es lo que quieres. Y no te molestes en regresar.”

“¡Oye!” se quejó ella.

Troné mis dedos, y L’Arc balanceó su guadaña con fuerza, destrozando la puerta.

Al menos alguien lo entendía.

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“Esta cosa es más dura de lo que pensé.”

“Vamos a reunir un poco de ella en nuestro camino de vuelta. Probablemente podamos fabricar un arma decente de ella.”

“Niño, eso no fue lo que quise decir…”

“Ah…”

“Ah ya vámonos…” suspiró Glass, claramente irritada.

Raphtalia estaba confundida por el comportamiento de todos, “¿Debería cortar los restos de la puerta un poco más, para que puedan ser recolectados más fácilmente a la salida?”

“¿¡Raphtalia!?” saltó Kizuna, sorprendida por la respuesta de Raphtalia.

Raphtalia podía ser muy práctica acerca de estas cosas.

“¿Dije algo extraño?”

“No tenemos tiempo para eso. ¡Simplemente derribemos este lugar!” gritó L’Arc.

Él claramente entendía la situación.

Y tenía razón. No teníamos el tiempo de pasearnos recolectando cosas.

“Quieres resolver rompecabezas, pero eso implicaría que hay rompecabezas que resolver. ¿Crees que dejó llaves escondidas para que las encontráramos? ¡Lo dudo!”

¿Quién haría algo así? Él tendría que estar loco para dejar pistas para que los invasores lo encuentren.

No—íbamos a tener que romper todas las puertas, encontrar a Kyo, y hacer que pague.

Es por eso que Ethnobalt y Chris se habían quedado atrás—para atraer la atención del enemigo.

Simplemente teníamos que obligarlo a salir.

“De hecho, echar abajo esta mansión no es una idea tan mala. Pero Yomogi todavía quiere creer en él, así que entramos a escondidas. Mejor continuemos moviéndonos.”

A Yomogi no le gustó que hubiéramos destruido la puerta. Ella murmuró, “Si Kyo es inocente, es mejor que paguen por eso.”

“Claro.”

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Si todavía quedaba un área gris en cómo Yomogi veía a Kyo, debe haber estado muy cerca de la maldita parte negra.

Había llegado el momento.

“Estoy bien con esta clase de cosas.”

“Apuesto que sí. Te gusta romper cosas.”

“Niño, si tú crees que ese es mi único talento, estás muy equivocado.”

“¿En qué más eres bueno? Ahora no vas a pretender que eres un estratega, ¿cierto?”

“Bueno, ahora que lo mencionas. Soy muy bueno…”

Él estaba haciendo cada vez más y más difícil que lo tomaran en serio.

“Me gustan las aventuras, ¿sabes?”

“Oh… ¿en serio?”

¿Qué se supone que debía decir? ¿Debería decir que soy bueno cocinando? ¿Eso importaba?

Además, él no dijo que era talentoso—solo dijo que le gustaba. No lo entiendo.

“Oye Teresa, ¿no yo siempre digo que quiero ir a explorar ruinas?”

“¡Lo haces! ¿Pero no es mejor crear tesoros nuevos, en vez de buscar los antiguos?”

“Supongo,” dijo él, mirando hacia mí con envidia.

“Supongo que terminas consiguiendo lo que quieres, ¿no? ¿Por qué siempre consigues lo que quieres?”

“Ah, solo es así.”

No entendía para nada su relación, pero podía notar que se preocupaban el uno por el otro.

Como sea, atravesamos la mansión, derribando cada puerta cerrada que se cruzó en nuestro camino.

Nos encontramos con algunas copias de bestias sagradas en el camino, pero no eran el enemigo que estábamos buscando, y honestamente, no dieron mucha pelea.

Con Kizuna de nuestro lado, nunca tuvieron una oportunidad. Ella las cortó en el momento en que aparecieron. Con su cuchillo de atún en mano, podía cortar directamente a través de sus huesos y partirlos a la mitad.

“¿Pero por qué hay tantos monstruos aquí adentro?”

Estábamos encontrando monstruos en casi todas las habitaciones. Era como si estuviéramos atrapados dentro de un RPG de acción.

“Yomogi, ¿dónde está el laboratorio de Kyo?”

“Por ahí,” dijo ella, apuntando.

Por el camino había algunos agujeros y trampas, pero todas eran fáciles de evitar, y tan simples como para no ser un problema, incluso si terminábamos atrapados en ellas.

Yo dirigí el camino, así que cada trampa que lanzara dardos o flechas sería bloqueada con mi Escudo de Estrella Fugaz. Y si nos encontrábamos con un agujero, podíamos usar el Escudo de Ataque Aéreo para cruzarlo.

También había bolas rodantes de hierro, y hojas con forma de guillotinas. Las evitamos o las bloqueamos con facilidad. Él había creado una casa muy divertida para nosotros, pero no era suficiente.

“Esto nos llevará pronto al subterráneo, y ahí es donde encontrarán su laboratorio. Pero el área subterránea es mucho más subdividida y complicada que las áreas sobre el suelo. Hay muchas habitaciones que no conozco,” dijo Yomogi, viéndose enferma.

Supongo que no podía culparla. Ella creía en Kyo, y ahora descubrió que estaba loco, usando copias de las bestias sagradas para fines nefastos. Es más, estábamos encontrando muchas pruebas de que él estaba detrás de esos híbridos entre bestias y humanos con los que habíamos luchado.

Supongo que tenía que reconocérselo—ella debió haber sido una amiga leal para no perder la esperanza en él, incluso luego de haberla mandado en una misión suicida.

En ese sentido ella me recordaba a Motoyasu—elegía a la persona equivocada en la cual creer.

“Ustedes… ¿¡Llegaron hasta aquí!?”

Entramos al laboratorio subterráneo y sorprendimos a un grupo de híbridos mitad humanos mitad bestia. Ellas aún parecían estar al tanto de quienes eran. ¿Eran amigas de Yomogi?

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Miré hacia Yomogi, pero ella negó con la cabeza.

Entonces deben haber sido del grupo de Tsugumi. No las reconocía.

Miré hacia Raphtalia, Glass, y L’Arc, pero ellos estaban tan confundidos como yo.

“¡Esperen! ¡No vinimos aquí a luchar contra ustedes! ¡Están siendo usadas! ¡Hemos venido aquí a castigar a la misma persona que convirtió sus vidas en una burla!”

“¡Silencio! ¡Si no los detenemos, Albert-sama será asesinado!”

¿Quién? Esperen un segundo. ¿Quién demonios era ese?

Nunca había escuchado ese nombre. No tenía idea de quién era.

“Oye Glass, ¿sabes de quién están hablando? ¿Crees que él secuestró a unas personas completamente ajenas solo para usarlas como rehenes para motivarlas?”

Supongo que él realmente no necesitaba limitarse a personas que estaban relacionadas directamente con nosotros.


Él podía convertir a cualquiera en su esclavo si así lo quería.

“Albert… Estoy muy segura de que ese es el nombre de la persona que posee el espejo de las armas vasallas.”

Ah, cierto—el tipo que fue controlado por Kyo mientras Basura #2 estaba persiguiendo a Raphtalia y Glass por ese país. ¿No habían dicho que él estaba en malos términos con Glass y los demás?

“¡Al todavía está vivo! ¡No podemos darnos por vencidas mientras él todavía vive! ¡Debemos derrotarlos!” gritaron ellas. Yo solo estaba escuchando a medias, mientras ponía la vista en las armas extrañas con forma de parásito en sus manos—las mismas que Yomogi y Tsugumi habían utilizado.

¡Ellas atacaron!

“¡Cielos!”

Yo inmediatamente usé el Escudo de Estrella Fugaz para bloquear el ataque. Se estrelló contra él con un sonido metálico fuerte.

Si, la barrera aguantó. Debe haber sido gracias al Escudo del Dragón Demonio y la Armadura Barbaroi.

“¡Esas armas son peligrosas! ¡Deben soltarlas de inmediato!”





“¿Me pregunto si él hará que esas armas exploten aquí?”

¿Qué pasaría si estallaban en este espacio subterráneo confinado?

Si las armas estaban configuradas para estallar, entonces era seguro asumir que Kyo no consideraba muy importante este lugar.

Oigan, esperen—¿no dijeron que el portador del espejo de las armas vasallas estaba muerto? ¿Había sido una mentira? No había forma de saberlo… todavía.

“Kizuna, has lo tuyo sobre ellas. Quiero ver si sus armas explotarán.”

“Niño, ¿qué estás planeando?”

“Si las armas están configuradas para explotar, y si esas explosiones son tan grandes como las de las otras armas, entonces podemos inferir que Kyo no está muy preocupado por esta área.”

“Cierto—debido a que él no querría destruir su propio escondite.”

“Exactamente. Si Kyo es la clase de persona que creo que es, entonces esas armas no explotarán aquí.”

Él no era la clase de persona que intentaría matarnos sin importar el costo. No, él intentaría resolver el asunto con su inteligencia. Intentaría sacar todo lo posible de la situación.

“¿Qué quieres hacer con las armas?”

“Ustedes son lo suficientemente fuertes como para destruirlas, ¿no?”

Me concentré y lancé Aura Zweite en orden sobre todos ellos.

Las armas de los enemigos no habían sido tan poderosas como para atravesar mi barrera del Escudo de Estrella Fugaz. Y ahora todos estábamos a máximo poder, así que tendríamos una gran probabilidad de destruirlas.

“Entendido. ¡Hagámoslo!”

Kizuna dio un paso al frente y se alineó con Glass, quien acababa de tomar un sorbo de agua sanadora de alma. Ellas prepararon sus armas y corrieron hacia el frente.

La batalla terminó en un instante.

Kizuna cortó a través de sus mitades de bestia, y Glass destruyó sus armas.

Los abanicos de batalla eran… bueno, había leído que históricamente estaban hechos de hierro, y se usaban específicamente para romper las armas de los enemigos.

Eran rompe espadas.

Yomogi era una luchadora experimentada, así que había sido capaz de desviar los ataques de Glass. Pero, estas personas no eran así de experimentadas, y no pudieron detenerla.

Y en cuanto a Kizuna, incluso si no podía atacar personas, ella ciertamente podría ser capaz de romper sus armas. Eso sí, en cuanto no tuviera que romper un arma vasalla o una sagrada.

Aun así, sus armas eran los suficientemente duras como para darle algunos problemas.

“¿¡Gah!?”

“¿¡Ugh!?”

Sus armas se rompieron, y las mujeres recibieron un gran daño.

Las armas rotas cayeron al suelo. Luego unos tentáculos desagradables retorciéndose se extendieron de ellas, avanzando hacia las mujeres que las habían sostenido.

Las mitades caídas de las armas se juntaron unas con otras, tratando de reconstruirse, cuando…

“¡No lo creo!”

“¡Hya!”

“Lo siento, pero no quiero que usen esas cosas. ¡Naofumi, mantén las armas alejadas de ellas!”

L’Arc y Raphtalia, seguidos por Yomogi, corrieron hacia el frente para lanzar los ataques de continuación, y patearon un arma hacia mí.

El arma voló hacia mí y luego, como tratando de evitarme, se volvió en medio del aire antes de desaparecer con una nube de humo. Todo lo que quedó atrás fue la energía de la Tortuga Espíritu.

Cuando Kizuna y L’Arc mataron la parte de monstruo de ellas, las partes restantes trataron de regenerar su mitad perdida, pero las detuvimos. Luego, el Escudo del Corazón de la Tortuga Espíritu succionó la energía que las animaba, dejando solo una pila de polvo.

“¡Oigan, si me las lanzan van a desaparecer!”

“¿¡Qué!?”

“¿Estás diciendo que no hay nada que podamos hacer?”

“¡No nos rendiremos!”

El grupo de mujeres del portador del espejo de las armas vasallas rugió y corrió para atacarnos de nuevo.

“¡No lo creo!”

“Si, sé que no es su culpa, y que ustedes no son malas personas. Pero deben darse por vencidas en esta batalla.”

Filo y Teresa lanzaron hechizos sobre ellas.

“Perdónenme. Sé que están luchando para proteger a alguien que aman, pero no podemos permitirnos ser retrasados por más tiempo. Formación de Ataque de Danza Circular: ¡Flor de Viento!”

Glass arremetió hacia el frente con un ataque final que las incapacitó.

“Eso es lo que pensé. Kyo debe estar aquí.”

“Estoy de acuerdo. De otra forma todas estas armas habrían explotado.”

Eso lo dejaba claro. Él probablemente estaba quejándose y agitando su mano derecha ahora mismo.

“Estoy sorprendido de que incluso haya creído que podría retrasarnos por tanto tiempo. Tiene suerte—le daré el crédito por eso.”

Piénsenlo, estábamos hablando de dos héroes sagrados poderosos, y tres portadores de armas vasallas. Es más, Ethnobalt todavía estaba luchando afuera. Todos juntos hacíamos seis héroes a la vez.

A menos que tuviera un plan de respaldo ingenioso, él probablemente estaría pensando en cómo escapar con vida. Aun así, había llenado la mansión con trampas, mandó copias de las cuatro bestias sagradas a recibirnos, y dejó atrás a estos híbridos humano-bestia con sus armas especiales. ¿Qué se supone que debía pensar de eso?

“¡Oigan! ¡Es mejor que no entren en esa habitación!” gritó una de las mujeres en el grupo.

Estaba a punto de decir que haría lo opuesto de lo que dijeran, pero decidí mantener mi boca cerrada.

Abrí la puerta, luego atravesé algunas puertas más y me encontré de pie en la entrada del laboratorio de Kyo.

“Qué… ¿Qué es esto?”

“Podía verlo venir. Glass, tú también, ¿no?”

Todos jadearon.

En las paredes del pasillo estaban alineados tanques de vidrio llenos con un líquido.

Algo flotaba en los tanques, y era justo lo que había esperado.

Parecían ser humanos, pero no lo eran… no exactamente. Eran el sueño de los alquimistas— homúnculos.

“Homúnculos…” susurró Rishia, asustada de lo que vio. El concepto de homúnculo también debe haber existido en este mundo.

Los tanques estaban llenos con hombres que se parecían a Basura #2.

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También había algunas otras personas, pero en su mayoría todos parecían ser iguales.

“Esto es…”

Uno de los tanques contenía un Basura #2 que había sido cortado limpiamente en la mitad. ¿Era el mismo con el que habíamos luchado y asesinado?

“Miren…” dijo Glass, apuntando a un tanque más grande al final de la sala. Parecía más importante que los demás, como si tuviera un diseño especial.

El hombre atractivo dentro tenía el cabello largo y negro, y sostenía un espejo en su pecho. Se veía como un japonés, y estaba a la mitad de sus veintes.

“¡Ese es el portador del espejo de las armas vasallas!”

“Parece que está siendo mantenido como un rehén.”

Apenas tuve el tiempo para terminar mi oración cuando todos los homúnculos y el portador del arma vasalla real abrieron sus ojos y nos miraron.

“¿Son capaces de razonar? Tal vez podamos hablar con ellos.”

Los tanques se rompieron, y los homúnculos salieron. Apenas podía creer lo que veían mis ojos—homúnculos reales.

Pero, por otro lado, ya había visto copias de las cuatro bestias sagradas, así que lo esperaba.

Tal vez podían hablar, pero les habían lavado el cerebro. O…

“¡Gahhhhhhhh!”

Ellos rugieron, se retorcieron, y… se convirtieron en las cuatro bestias sagradas.

Parecían ser más poderosos que las bestias hibridas con las que habíamos luchado hasta ahora.

Pero Basura #2 y el portador del espejo de las armas vasallas—creo que su nombre era Albert—no habían cambiado para nada. Parecían estar listos para luchar.

Basura #2 se tambaleó hacia el frente y se arrastró hacia nosotros como un zombi. Sus ojos estaban completamente blancos, y fijos en nosotros.

Era algo desagradable.

“¿Crees que puedan hablar?”

“Ugh… Uehhh.”

A mí no me lo parecía. Él solo gimió y babeó como un zombi.

Pero, como si fuera para demostrar lo listo que estaba para luchar, Albert levantó su espejo y lo iluminó hacia nosotros.

“Qué es…”

“¿¡Qué!?”

Raphtalia y Kizuna jadearon y miraron hacia sus armas.

“¿Qué pasa?”

“Naofumi-sama, el arma vasalla está pidiendo ayuda. Esa persona sosteniéndola ha perdido más de la mitad de su alma. Él está unido al arma por la fuerza.”

Realmente no me importaba que hubiera perdido la mitad de su alma—estaba más preocupado por cómo había sido unido al arma. ¿Qué significaba?

“Él puede continuar peleando con el arma vasalla, incluso aunque deben dejar a su portador una vez que muere,” explicó Kizuna. Ella no tenía que explicarme eso, pero supongo que quería asegurarse de que todos lo entendieran.

“Ellos ciertamente son los sirvientes más poderosos de Kyo.”

No me gustaba para nada cómo se veía esto. Kyo tenía otra de las armas vasallas bajo su control. Supongo que si ellos no compartieron lo que sabían acerca de cómo incrementar su poder, entonces la amenaza…

“¡Verso… de Luna!”

El espejo brilló, y un disco de luz brillante con forma de luna salió disparado a través de la sala hacia nosotros, rompiendo mi barrera del Escudo de Estrella Fugaz.


Maldita sea. Sin contar el incremento de poder, parecía que pudo haber sido cargado o imbuido con la energía de la Tortuga Espíritu… o algo así.

“Bueno, bueno, bueno. De hecho, no creí que llegarían hasta aquí…” resonó una voz. No me gustaba como sonaba.

Detrás de Albert, el suelo comenzó a romperse y Kyo apareció, de pie flotando en una plataforma de luz.

Él estaba rodeado de Familiares de la Tortuga Espíritu (tipo neo guardián).

Nos había estado esperando… con un ejército.

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