Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 7

Bonus 4: Academia de Magia Común 6: Enfrentamiento Navideño

La academia estaba cada vez más ocupada a medida que se acercaba la Navidad. Hoy, todos los estudiantes se reunieron en el auditorio para una asamblea de emergencia. Para su sorpresa, fue Aiko, no la presidenta Tio, quien salió a saludarlos. Al ver su mueca, las expresiones de los estudiantes se endurecieron.

“Todos, tengo malas noticias. Papá Noel ha sido enviado al hospital por uno de nuestros estudiantes.”

Los estudiantes gimieron al unísono. Por cierto, Santa era real en este mundo. Era un multimillonario rico que iba por ahí dando regalos a todos los niños buenos el día de Navidad.

“Afortunadamente, su vida no corre peligro. Sin embargo, hay otro problema. ¡Sus renos se han declarado en huelga y no se encuentran por ningún lado!”

Para ser justos, su jefe acababa de ser hospitalizado. Era comprensible que quisieran el tiempo libre. La asediada presidenta del consejo estudiantil de la escuela levantó la mano y habló.

“¡Ai-chan-sensei! Por favor, dinos quién es el responsable de herir a Santa Claus.” ¿¡Quién es el bastardo que me dio más trabajo durante las fiestas!? ¡Lo mataré, carajo! Tanto los profesores como los alumnos temblaban ante la intensidad de la mirada de Shizuku.

Abrumada, Aiko cedió y confesó de la manera más indirecta que pudo.

“Según el miembro del comité de seguridad pública que estaba en la escena, la confesión de los culpables fue la siguiente: Todo lo que quería era hacer de cosplay como Papá Noel, montar en sus renos, y decirle a Hajime que yo sería su regalo esta Navidad. Si esas moscas molestas no se hubieran metido en el camino, Papá Noel no se habría lastimado,’ y ‘No podría perdonarla por tratar de adelantarse al resto de nosotras’. Nunca esperé que ella esquivara mi aliento o que Santa Claus fuera el que se sentara detrás de ella…'”

¡Así que fueron Yue-sensei y la Presidenta Tio! Todos los estudiantes pensaron simultáneamente

“¡En cualquier caso, sólo faltan dos días para Navidad! ¡Tenemos que encontrar y capturar todos los renos para entonces! ¡Estos son los carteles de búsqueda y captura que nos dio Santa-san!” El proyector cobró vida y los carteles de “se busca” aparecieron en la gran pantalla del auditorio.

SE BUSCA – Dasher de los cuernos feroces. Su placaje tiene la fuerza de un ariete, así que ten cuidado.

SE BUSCA – Prancer de las pezuñas de patinaje. Sus patadas pueden romper el acero, así que ten cuidado.

SE BUSCA – Dancer de las colas elusivas. Sus patadas de breakdance han matado a cientos, así que ten cuidado.

SE BUSCA – Vixen de la Lengua Dorada. Sus dulces palabras han llevado a muchos a la ruina, así que ten cuidado.

SE BUSCA – Los hermanos Donner y Blitzen. Los Campos de Rayo que crean pueden quemar cualquier cosa, así que ten cuidado.

SE BUSCA – Cupido, los ojos del casamentero. Una mirada a sus ojos y serás suya para siempre, así que ten cuidado.

SE BUSCA – Comet, el destello fulminante. Su impulso deja estampidos sónicos en su estela, así que ten cuidado.

SE BUSCA – Rudolf de la Nariz Divina. Tiene un problema en la nariz, así que ten cuidado.

¿Se supone que son monstruos o algo así? Los estudiantes se quejaron en silencio.

“¡Pueden ser un poco ruidosos, pero estoy seguro de que ustedes pueden manejarlo! ¡Por favor, trabajen duro para restaurar el honor de nuestra escuela!” Los estudiantes se dieron cuenta de que Aiko estaba desesperada, así que, con un suspiro de cansancio, accedieron a ayudar. Dos días después, en Navidad. Mientras todos los demás disfrutaban del tiempo con su familia o sus amantes, Kouki y Ryutarou yacían envueltos en vendas en la enfermería de la academia.

“Ryutarou, ¿estás bien? Has estado gimiendo mucho.”

“Apenas. Te ves peor que yo, Kouki. Tu cara es un desastre.”

Parecía que un camión había pasado por encima de la cara de Kouki, mientras que a Ryutarou no le quedaban costillas intactas. Suzu, Eri y Shizuku también se veían como el infierno. Sorprendentemente, Kaori y Shea también estaban acostadas. Kaori había enterrado su cara en su almohada, mientras Shea se peleaba con sus vendas y gritaba.

“Te atraparé la próxima vez”, gritó ella.

Prácticamente ningún estudiante había escapado ileso de este asunto. Los renos de Papá Noel habían sido tan poderosos que era difícil creer que eran meros animales. Finalmente, Hajime se había cansado de ser llevado alrededor de la nariz por ellos y convirtió todo el campo de batalla en un páramo con su Hiperión. Les había dado una última advertencia, diciendo que los mataría si no se rindían. Si no lo hubiera hecho, todo el cuerpo estudiantil podría haber sido aniquilado.

Los renos pueden haber poseído una fuerza monstruosa, pero todavía tenían sus viejos instintos animales. Y esos mismos instintos les habían dicho que Hajime era serio, por lo que se habían rendido en silencio. Después de eso, obligó a Yue y a Tio a disculparse, aparentemente llevando el caso a su fin.

Y así, en Navidad, la mayoría de los estudiantes yacían gimiendo en la cama. En ese momento, la ventana se abrió y una figura saltó dentro.

“Feliz Navidad”.

“De ninguna manera…” Kouki gimió, mientras Ryutarou se golpeaba para asegurarse de que estaba realmente despierto. Todos los demás estudiantes miraron sorprendidos. Hajime acababa de entrar con un disfraz de Papá Noel. ¡Puede que estuviera frunciendo el ceño, pero realmente llevaba puesto el traje!

“Mmmm, Feliz Navidad. Lo siento por todos los problemas.”

“Mis disculpas, queridos estudiantes, y Feliz Navidad.”

Ahora los estudiantes estaban aún más sorprendidos. Yue y Tio habían entrado por detrás de Hajime, vistiendo trajes de reno. De hecho, esta era la primera vez que alguno de ellos había visto a Yue parecer algo avergonzada. Algunos de ellos encontraron su atuendo tan lindo que sucumbieron a las hemorragias nasales.

“Esta es una de las cosas que Santa nos pidió que hiciéramos si queríamos que nos perdonara. Yo tendría que hacer de Papá Noel, mientras que Yue-sensei y Teo serían los renos”.

Santa sacó un paquete de regalos de su [Tesoro Oculto], y por una vez los estudiantes sintieron que todo su sufrimiento había valido la pena.