Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 6

Bonus 3: La Flor Roja Del Destino

“¿Oh? ¿Todavía tienes esto, Yue-san?”

Hajime y los demás estaban a la mitad de empacar sus pertenencias, ya que pronto se irían de Ankaji. Yue se detuvo en medio de su equipaje y se giró hacia Shea, que tenía un par de orejas de conejo en sus manos. Tio y Kaori también miraron hacia allí, y casi dejan caer su equipaje en estado de shock.

“¿¡Qué!? Sh-Shea, ¿eran tus orejas de conejo desmontables?”

“¿Crecen si te las quitas?”

“Por supuesto que no, chicos. Deja de convertir mis oídos en algo raro. Estas son orejas de conejo falsas que Yue-san hizo hace un tiempo”.

Shea movió sus orejas de conejito de un lado a otro para enfatizar la diferencia entre las reales y las falsas mientras le daba la diadema de conejito a Kaori. Kaori lo giró en sus manos y asintió comprensivamente.

“Los hice cuando me puse celosa de que Hajime mirara las orejas de conejo de Shea todo el tiempo…. Bueno, no es que las necesite más. Ya he descubierto que las orejas de gato son superiores.”

“¡Me niego a aceptar eso, Yue-san! A Hajime-san sólo le gustaron más esa vez porque tú los llevabas puestos. Estoy segura de que, si se tratara de un par de orejas de conejo o un par de orejas de gato, las orejas de conejo serían superiores”.

Yue se sacó las orejas de gato y se las puso, como si dijera: “¿Quieres pelear?”. Yue-nyan estaba lista para la batalla.

Shea hizo que sus orejas de conejo le salieran disparadas hacia arriba, como si dijera: “¿Quieres pelear?”. Shea estaba lista para la batalla.

Tio observó distraídamente como los dos se peleaban por la superioridad de las orejas de los animales y meditó para sí misma.

“Ya veo… Así que usted era un conocedor de las orejas de los animales, Maestro…. Los dragones tienen colas, pero no pares de orejas especiales. Hmm, supongo que, si deseo apelar ante ti, debo tirar el orgullo y ponerme las orejas de un gato…. o, mejor dicho, de un perro. Por eso podrías insultarme como la perra que soy… No, espera, tal vez debería crear un par de orejas de cerdo si realmente quiero que me menosprecien”. Se giró hacia Kaori, buscando una segunda opinión. Kaori no la escuchó, ya que estaba demasiado ocupada examinando las falsas orejas de conejo de Yue. Aunque parecía fascinada por ellos, no hizo ningún movimiento para ponérselos. En vez de eso, una malvada sonrisa se formó en su cara mientras seguía mirando fijamente a las orejas. Esa expresión asustó un poco a Tio.

Preocupada de que Kaori pudiese hacer algo que arruinase la gentil y amable impresión que Tio tenía de ella, llamó a Kaori.

“Kaori, debes volver a la realidad. Tu expresión empieza a aterrorizarme”.

“¿¡Huh!?” Kaori se sonrojó al darse cuenta de lo que debía de parecer. Shea y Yue dejaron de forcejear entre sí y la miraron con desconfianza.

“Confiesa, pervertida encerrada. ¿Qué le hacías a mi Hajime en tus fantasías?”

“¡No soy una pervertida del armario! Y no estaba fantaseando ni nada de eso”.

“¿Oh? ¿Qué opinas, Shea-san, Tio-san?”

“¡Ella es culpable!”

“Todo lo que diré es que tratar de negarlo sólo empeorará las cosas al final.”

“Ugh…” Los hombros de Kaori se desplomaron. Yue continuó mirándola fijamente, instándola en silencio a que confesase, mientras Kaori intentaba mirar a cualquier parte excepto a Yue.

“Estaba pensando que las orejas de conejo podrían quedar bien en Hajime-kun…”

Las otras chicas se sentaron rectas, como si una sacudida de electricidad las hubiera atravesado.

“¿Un Hajime de orejas de conejo?”

“Estaría haciendo juego conmigo…”

“Oh ho…” Yue cerró los ojos e imaginó como sería un Hajime con orejas de conejo.

“Bienvenida a casa, Lady Yue. Aquí, dame tu mano.” Un mayordomo Hajime con orejas de conejo ayudó a Yue a salir de su carruaje.

Shea cerró los ojos e imaginó cómo sería un Hajime de orejas de conejo.

“Estaremos juntos para siempre, querida.” Un Hajime de orejas de conejo miró con amor a su nueva esposa, Shea, rodeado del esplendor de una gran fiesta de bodas.

Tio cerró los ojos e imaginó cómo sería un Hajime de orejas de conejo.

“¡Pervertida basura del espacio! ¡Apúrate y devuélveme mis calzoncillos!” Un Hajime de orejas de conejo actuaba como de costumbre y pisaba a Tio. Kaori cerró los ojos e imaginó cómo sería un Hajime de orejas de conejo.

“Siento haberte causado siempre tantos problemas, Kaori… No sé qué haría sin ti”. Un espía de orejas de conejo, Hajime, miró amorosamente a Kaori, que le estaba cuidando hasta que recuperó la salud. Había sido traicionado por su compañera, Yue, y Kaori le había encontrado caído en las calles en un día lluvioso y le había traído de vuelta a su casa.

Por alguna razón, el delirio de Kaori era mucho más detallado que el de los demás. Mientras tanto, Tio ni siquiera requería que Hajime tuviera orejas de conejo. En cualquier caso, unos minutos después de que todos se habían sumergido en el mundo de las fantasías, empezaron a brotar brillantes chorros de felicidad de sus narices.

“Hey, ustedes cuatro, ¿han terminado de empacar sus cosas…? ¿¡Qué demonios!? ¿¡Qué ha pasado!? ¿Por qué les sangra la nariz a todos?”

Hajime corrió hacia ellas, una mezcla de confusión y preocupación en su cara. Sin embargo, a pesar del sangriento espectáculo, las cuatro niñas sonreían felices.